DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v8i1.10371

Estudiantes como Socios en la Educación Superior: Beneficios, Desafíos y Recomendaciones

 

Dr. Carlos Silverio Huerta Jiménez[1]

[email protected]

https://orcid.org/0000-0003-0317-7541

Universidad Politécnica de Puebla

México

Dr. Rafael Rojas Rodríguez

[email protected]

https://orcid.org/0000-0001-7984-8714

Universidad Politécnica de Puebla

México

 

Dr. Obed Cortés Aburto

[email protected]

https://orcid.org/0000-0001-5089-7598

Universidad Politécnica de Puebla

México

 

 

RESUMEN

El objetivo de este análisis teórico es contestar a la pregunta ¿cuáles son los beneficios y desafíos del enfoque de estudiantes como socios (Students as Partners - SaP) en la educación superior? Los hallazgos en términos de beneficios revelaron que los estudiantes que participan en la toma de decisiones académicas e institucionales pueden tener una mayor satisfacción con su educación y son más propensos a tener éxito académico. Además este enfoque puede tener un impacto positivo en el incremento de la calidad de la educación superior, y puede promover la equidad a nivel institucional. A pesar de los beneficios asociados con SaP en la educación superior, también hay desafíos que deben considerarse y disminuirse para implementar con éxito este enfoque. Estos desafíos incluyen la resistencia al cambio, la falta de tiempo y recursos, y la inclusión. Además del análisis se ofrecen recomendaciones para instituciones de educación superior que adopten este enfoque para la mejora de su calidad.

 

Palabras clave: estudiantes como socios, educación superior

 

 


 

Students as Partners in Higher Education: Benefits, Challenges, and Recommendations

 

ABSTRACT

The objective of this theoretical analysis is to answer the question: What are the benefits and challenges of the Students as Partners (SaP) approach in higher education? Findings in terms of benefits revealed that students involved in academic and institutional decision-making may experience greater satisfaction with their education and are more likely to achieve academic success. Additionally, this approach can have a positive impact on enhancing the quality of higher education and promoting equity at the institutional level. Despite the benefits associated with SaP in higher education, there are also challenges that must be considered and addressed to successfully implement this approach. These challenges include resistance to change, lack of time and resources, and inclusivity. In addition to the analysis, recommendations are provided for higher education institutions adopting this approach to enhance their quality.

 

Keywords: students as partners, higher education

 

 

 

Artículo recibido 20 enero 2024

Aceptado para publicación: 25 febrero 2024

 


 

INTRODUCCIÓN

La educación superior ha evolucionado de manera significativa en las últimas décadas. Anteriormente, los estudiantes eran considerados receptores inactivos de conocimiento, pero hoy en día se los ve como miembros activos en su proceso de aprendizaje. Uno de los enfoques que ha ganado popularidad recientemente es el de "Estudiantes como Socios", en inglés “Students as Partners”. En este artículo se usará el acrónimo “SaP” ya que éste se utiliza internacionalmente para referirse a este enfoque. El término SaP se refiere a la inclusión de los estudiantes como participantes activos en la toma de decisiones y la planificación en la educación superior. Esto incluye su participación en la enseñanza-aprendizaje, la investigación, la formulación de políticas, y la evaluación de la calidad (Bovill, 2017; Cook-Sather et al., 2014; Cook‐Sather et al., 2018; Healey et al, 2015; Healy et al, 2016; Johnston & Ryan, 2022; Matthews, 2016, 2017; Matthews et al, 2018; Ní Bheoláin et al., 2020). Este enfoque reconoce el valor y la contribución de los estudiantes a la educación superior y busca aprovechar su potencial para mejorar la calidad de la educación. Este artículo proporciona una revisión de la literatura a nivel internacional sobre el enfoque de SaP en la educación superior. Se examinan los beneficios de SaP, así como los desafíos que presenta en la educación superior.

El enfoque de SaP representa un cambio radical en la educación superior. Ve a los estudiantes no como consumidores de educación, sino como socios que tienen un rol activo en la configuración de su educación. Los estudiantes son vistos como colaboradores y co-creadores de conocimiento y participantes en la toma de decisiones a nivel institucional. La idea de SaP parte de la premisa de que los estudiantes tienen una perspectiva única y valiosa que puede contribuir al mejoramiento de la educación superior. Como los principales beneficiarios de la educación, los estudiantes tienen una comprensión única de los desafíos y oportunidades que presenta la educación superior. Al incluir a los estudiantes en el proceso de toma de decisiones, se pueden identificar y abordar problemas que de otra manera podrían pasar desapercibidos por el personal académico y la administración.

El enfoque de SaP también aboga por la igualdad de oportunidades para los estudiantes, independientemente de su origen o circunstancias. Al incluir a los estudiantes en la toma de decisiones, se pueden identificar y abordar las barreras que impiden a algunos estudiantes tener éxito. Los estudiantes que se sienten valorados y escuchados son más propensos a estar comprometidos con su educación y a tener éxito académico. Además, los estudiantes que participan en los procesos de toma de decisiones practican habilidades de liderazgo y toma de decisiones que pueden ser valiosas en su vida. Al involucrar a los estudiantes se les proporciona una valiosa experiencia práctica que puede ser útil en su vida profesional futura. Este tipo de experiencia puede ser particularmente valiosa en un mundo laboral cada vez más dinámico y cambiante, donde las habilidades como la toma de decisiones, el liderazgo y la capacidad para trabajar en equipo son cada vez más valoradas. Formar a los estudiantes en la toma de decisiones puede fortalecer su capacidad para abogar por sí mismos y por sus necesidades no solo como estudiantes sino como ciudadanos.

Es crucial que los educadores, los administradores y los estudiantes en la educación superior estén conscientes de SaP y trabajen juntos para aprovechar sus beneficios y disminuir sus desafíos. En la sección de resultados y discusión se analizan algunos los principales beneficios de este enfoque así como sus principales desafíos en su implementación.

MÉTODO Y MATERIALES

El presente estudio es teórico-analítico. La metodología para este trabajo es resultado de un estudio documental de fuentes primarias en la literatura académica relacionada con el constructo “Estudiantes como Socios” o su equivalente en inglés “Students as Partners” en la educación superior. Los temas a investigar en la literatura académica fueron los siguientes: 1. Identificación de los beneficios de este enfoque y 2. Identificación de los desafíos del mismo. Se incluyen ejemplos de instituciones de educación superior que implementan este enfoque, así como recomendaciones para la ejecución del mismo. 

En cuanto a la metodología de búsqueda de artículos científicos, en este estudio se utilizaron palabras clave relacionadas con el constructo “estudiantes como socios en la educación superior”, así como "beneficios del enfoque de estudiantes como socios”, y "desafíos del enfoque de estudiantes como socios” también en sus correspondientes formas en el idioma inglés: Students as Partners. Se realizaron búsquedas en la base de datos Google Scholar  para obtener una amplia gama de artículos científicos relevantes tanto de revistas de acceso abierto como de suscripción. Además, se incluyeron estudios publicados en el International Journal for Students as Partners (IJSaP), principal revista internacional especializada en este enfoque para garantizar la calidad y pertinencia de los recursos utilizados en el análisis. El análisis de estos artículos proporcionó información valiosa sobre los beneficios y desafíos en la implementación del enfoque de Estudiantes como Socios en la educación superior. Al considerar una amplia gama de referencias y revistas especializadas, este estudio aseguró la inclusión de recursos relevantes y de alta calidad para el análisis.

Los hallazgos del análisis respaldan positivamente el enfoque de "Estudiantes como Socios" (SaP) en la educación superior. Se ha encontrado que este enfoque puede mejorar la satisfacción y el éxito académico de los estudiantes, incrementar la calidad educativa y respaldar la equidad en la educación superior. La satisfacción del estudiante, basada en factores como la calidad de la enseñanza y el ambiente de aprendizaje, se ve favorecida por la participación activa de los estudiantes en la toma de decisiones. La correlación entre la satisfacción del estudiante y el éxito académico sugiere que SaP puede contribuir a una mayor retención y graduación. Además, SaP impacta positivamente en la calidad institucional al permitir la identificación y abordaje de problemas, mejorando la enseñanza, la investigación y la administración. Asimismo, SaP se presenta como una herramienta para promover la equidad, al crear un entorno inclusivo donde los estudiantes tienen un papel activo. A pesar de los beneficios asociados con SaP en la educación superior, también hay desafíos que deben considerarse y disminuirse para implementar con éxito este enfoque. Estos desafíos incluyen la resistencia al cambio, la falta de tiempo y recursos, y la falta de inclusión. Existen también desafíos en la implementación de SaP, sin embargo estrategias como el apoyo del liderazgo institucional, la formación y educación sobre este enfoque, el apoyo financiero y el aprendizaje de experiencias exitosas pueden facilitar el éxito del enfoque SaP en la educación superior. A medida que más instituciones adoptan SaP, el futuro parece prometedor para mejorar la calidad y equidad en la educación superior. En la siguiente sección se discuten estos resultados con mayor profundidad.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Beneficios de la implementación del enfoque de SaP

La literatura existente sobre SaP sugiere que este enfoque puede tener un impacto positivo en la educación superior. Los estudios han encontrado que los estudiantes que participan en la toma de decisiones tienen una mayor satisfacción con su educación y son más propensos a tener éxito académico, además este enfoque puede tener un impacto positivo en el incremento de la calidad de la educación superior, y puede promover la equidad a nivel institucional.

La satisfacción del estudiante parte de diversos factores, incluyendo la calidad de la enseñanza, la relevancia del currículo, el ambiente de aprendizaje, el soporte académico y no académico, y la percepción de los estudiantes sobre el valor de su educación. Cada uno de estos elementos tiene un rol fundamental en la experiencia académica del estudiante y, por lo tanto, en su nivel de satisfacción. El concepto de SaP se alinea perfectamente con estos factores ya que se centra en mejorar la experiencia del estudiante en la educación superior. Los estudiantes que se sienten valorados y escuchados son más propensos a estar comprometidos con su educación y a tener éxito académico (Acai et al., 2017; Becker, 2019; Chadha et al, 2023; Cook-Sather et al., 2023; Dianati & Oberhollenzer, 2020; Fluckiger et al., 2010; Giles et al., 2004; Green & Baxter, 2022;  Harrington et al., 2014; Kaur, 2020; Love & Crough, 2019; Lubicz-Nawrocka, 2018;  Matthews, 2018; Mercer-Mapstone et al., 2017; Sah, 2021; Seery et al., 2021; Streule et al., 2022; Sutherland et al., 2019; Verwood, 2016). Cuando los alumnos son tratados como socios en su educación, se les otorga la oportunidad de asumir mayor  responsabilidad de su propio aprendizaje. Al no ser una experiencia unidireccional donde los profesores imparten información y los estudiantes la reciben pasivamente, la enseñanza y el aprendizaje pueden convertirse en un proceso colaborativo. Los profesores y los estudiantes pueden trabajar juntos para explorar ideas, resolver problemas y crear conocimientos. El compromiso del estudiante es equivalente al grado en que los estudiantes están involucrados y comprometidos con su aprendizaje. Esto incluye la cantidad de tiempo y esfuerzo que dedican a su trabajo académico, así como su participación en actividades académicas y extracurriculares. Los estudiantes como socios pueden participar en una variedad de formas, incluyendo la contribución al diseño del currículo, la colaboración en proyectos de investigación, así como la participación en comités de decisión institucional.  Los estudiantes que están satisfechos con su experiencia educativa suelen tener un mejor rendimiento académico. Esto se debe a que cuando los estudiantes están satisfechos, están más comprometidos, motivados y listos para aprender. Además, la satisfacción del estudiante también impacta directamente en la retención estudiantil. Los estudiantes que están satisfechos con su experiencia educativa pueden tener más probabilidades de continuar sus estudios y de graduarse. Por lo tanto, aumentar la satisfacción del estudiante no solo mejora el rendimiento académico, sino que también puede contribuir a la retención y graduación de estudiantes.

Además, la literatura sugiere que el enfoque de los "estudiantes como socios" puede tener un efecto positivo en la calidad de la educación. La calidad en la educación superior es un tema de gran relevancia en la actualidad. El término se refiere a la eficacia con la que una institución de educación superior cumple con su misión y objetivos. En general, una institución de alta calidad es aquella que proporciona una educación de excelente calidad a sus estudiantes, tiene un cuerpo docente altamente calificado y realiza investigaciones significativas. Una institución de educación superior de alta calidad se compromete a mejorar continuamente y a responder a las necesidades cambiantes de la sociedad. Esto incluye la adopción de tecnologías avanzadas, la implementación de prácticas pedagógicas innovadoras y la oferta de programas académicos que preparan a los estudiantes para carreras exitosas y vidas significativas. La calidad institucional no es sólo una cuestión de recursos financieros o infraestructura física. También implica aspectos intangibles, como el clima académico, la cultura institucional y la satisfacción de los estudiantes. Al hacer partícipes a los estudiantes en los procesos de toma de decisiones, se pueden identificar y abordar problemas que de otra manera podrían pasar desapercibidos. Esto puede llevar a mejoras en la calidad de la enseñanza- aprendizaje, la investigación, y la administración escolar en general (Barradell & Bell, 2021; Bourguet et al., 2020; Coombe et al., 2018; Gravett et al., 2020;  Green, 2019; Healey & Healey, 2018; Masó et al., 2011; Matthews, 2019; Matthews & Cook-Sather, 2021; Meer & Chapman, 2014; Shawn et al., 2017; Short, 2021; Suliman et al., 2023; Tierney, 2003; Tóth & Bedzsula, 2021). Los estudiantes aportan una perspectiva única y valiosa a la educación, y al involucrarse en el proceso, las instituciones pueden aprovechar sus perspectivas para la mejora de la calidad de sus funciones sustantivas: enseñanza-aprendizaje, investigación, gestión, vinculación y extensión. Al considerar las perspectivas y experiencias de los estudiantes, las instituciones educativas pueden obtener una visión más completa y precisa de lo que funciona y lo que no funciona en sus funciones sustantivas. Esto puede ayudarles a identificar áreas de mejora y a desarrollar estrategias más efectivas para mejorar la calidad de la educación que ofrecen.

La literatura también sugiere que el enfoque de SaP puede tener un impacto positivo en la equidad en la educación superior. La equidad en la educación superior es un tema de gran importancia y actualidad. La equidad significa que todos los estudiantes, independientemente de su origen, tienen la misma oportunidad de tener éxito. Esto implica que las instituciones de nivel superior deben considerar la diversidad de sus estudiantes y proporcionarles los elementos y recursos necesarios para que puedan prosperar. Al incluir a  los estudiantes en la toma de decisiones, se pueden identificar y abordar las barreras que impiden a algunos estudiantes tener éxito. Esto puede resultar en una mayor equidad en la educación superior (Andrews et al., 2018; Hanna-Benson et al., 2020; Healey et al., 2023; Lygo-Baker et al., 2019; Masó et al., 2012; Matthews et al, 2019; Matthews et al, 2021; Owusu-Agyeman & Fourie-Malherbe, 2021; Reeves et al., 2019; Tong, 2018). El enfoque de SaP puede ser una herramienta valiosa para transformar la educación superior al crear un ambiente de aprendizaje más dinámico, inclusivo y equitativo, donde todos los participantes tienen un papel activo. En lugar de ser receptores pasivos de conocimiento, los estudiantes se convierten en participantes activos en su educación y en la de sus compañeros. Al incluir a los estudiantes como socios en la toma de decisiones, se reconoce su experiencia y se valora su contribución. Esto puede ayudar a escuchar la voz de los alumnos que tradicionalmente han sido marginados o ignorados, y a incentivar una cultura de respeto y equidad. Cuando los estudiantes se sienten valorados y respetados, es más probable que expresen sus ideas y participen activamente en el aprendizaje. Esto puede ayudar a crear un ambiente académico más dinámico y enriquecedor, donde todos los estudiantes tienen la oportunidad de prosperar.

Desafíos en la implementación del enfoque de SaP

Es posible implementar con éxito el enfoque de SaP en la educación superior. Sin embargo, este enfoque requiere un compromiso significativo por parte de la institución y un cambio en la forma en que se ve la educación superior. A pesar de los beneficios asociados con SaP en la educación superior, también hay desafíos que deben considerarse y disminuirse para implementar con éxito este enfoque. Estos desafíos incluyen la resistencia al cambio, la falta de tiempo y recursos, y la falta de inclusión.

Uno de los principales desafíos es cambiar la cultura institucional de la educación superior.

La cultura institucional es el conjunto de creencias, valores, normas y prácticas que definen y moldean el comportamiento de los individuos en una institución. Esta influencia es tan fuerte que puede determinar cómo se toman las decisiones, cómo se realizan las operaciones y cómo se ven afectadas las interacciones entre las personas que forman parte de la institución. Una cultura institucional saludable y positiva puede ser un activo valioso para cualquier institución educativa. Puede fomentar la cooperación entre los miembros de la institución, mejorar la eficacia de la enseñanza y el aprendizaje, y promover un ambiente de respeto y apoyo mutuo. Sin embargo, una cultura institucional negativa o disfuncional puede ser perjudicial para la institución y sus miembros. El enfoque de SaP puede tener varias implicaciones para la cultura institucional. Puede requerir un cambio en las actitudes y creencias sobre los estudiantes, un cambio en las prácticas de enseñanza y aprendizaje, y un cambio en las estructuras y políticas de la institución (Bonney, 2018; Bovill et al., 2014; Bryson, 2016; Healey et al., 2018; Liang & Matthews, 2021; Little, 2012; Lubicz-Nawrocka, 2023; Miles & Power, 2017; O’Shea et al., 2022;  Pereira et al., 2020; Salisbury et al, 2020; Whelehan, 2020). La mentalidad tradicional de la educación superior se basa en una relación jerárquica entre profesores-administradores y estudiantes. En este modelo, los profesores son los expertos que transmiten conocimientos a los estudiantes, quienes son vistos principalmente como receptores pasivos de este conocimiento. Cambiar esta mentalidad puede ser difícil. La resistencia al cambio es un desafío común en la implementación de cualquier nuevo enfoque o iniciativa. Este desafío puede ser especialmente pronunciado en la educación superior, donde las tradiciones y las normas establecidas pueden dificultar la adopción de nuevos enfoques. El cambio requiere un compromiso de los miembros de la institución, una visión clara de lo que se quiere lograr, y estrategias efectivas para llevar a cabo el cambio. Una estrategia efectiva para cambiar la cultura institucional es la participación activa de todos los miembros de la institución. Esto puede traducirse en la participación de los alumnos, académicos, administrativos, y otros miembros de la comunidad educativa. La participación activa puede facilitar la aceptación y el apoyo al cambio, y puede ayudar a garantizar que el cambio se implemente de manera efectiva y sostenible. Otra estrategia efectiva para cambiar la cultura institucional es la comunicación clara y abierta. Esto puede incluir la comunicación de la visión y los objetivos del cambio, el proceso de cambio, y los beneficios y desafíos del cambio. La comunicación clara y abierta puede facilitar la comprensión y la aceptación del cambio, y puede ayudar a prevenir malentendidos y resistencia al cambio.

Otro desafío es el del tiempo y los recursos. La implementación del enfoque de SaP puede requerir una inversión significativa de tiempo y recursos (Dollinger & Lodge, 2019; Eady & Green, 2020; Hall, 2021; Jankowski et al., 2020; Lowe & El Hakim, 2020; Smith, 2023; SooHoo, 1993). Esto puede ser un desafío para las instituciones que ya están lidiando con recursos limitados. Por ejemplo, puede ser difícil coordinar el involucramiento de los alumnos en la toma de decisiones y la administración de las instituciones, especialmente en grandes instituciones con miles de estudiantes. Sin embargo, la participación de los estudiantes en la asignación de recursos es esencial para garantizar que los recursos se utilicen de la manera más eficaz y eficiente posible. Los estudiantes, como principales beneficiarios de la educación, tienen una comprensión única de sus necesidades y prioridades. Su participación en la asignación de recursos puede ayudar a garantizar que las decisiones tomadas reflejen estas necesidades y prioridades.

La participación de los alumnos en la asignación de recursos también puede contribuir a un mejor sentido de compromiso con su educación. Cuando los estudiantes tienen voz en los procesos de toma de decisiones, es más probable que se sientan valorados y respetados. Esto puede llevar a un mayor compromiso con su aprendizaje y a un mayor sentido de pertenencia a la comunidad educativa. Además, la participación de los estudiantes en la asignación de recursos puede fortalecer la transparencia y la rendición de cuentas en las instituciones. Cuando los estudiantes están involucrados en procesos de toma de decisiones, es más probable que se les informe sobre cómo se están utilizando los recursos y por qué se están tomando ciertas decisiones institucionales. Esto puede llevar a una mayor confianza y respeto entre los alumnos y la administración de la institución. El enfoque de SaP puede tener un impacto significativo en la forma en que se utilizan el tiempo y los recursos en la educación superior. Además, SaP puede llevar a una mayor eficiencia en la utilización del tiempo. Cuando los estudiantes están involucrados en la toma de decisiones, es más probable que se tomen decisiones que reflejen las necesidades y prioridades de los estudiantes. Esto puede resultar en una programación de cursos más eficiente, una distribución más equitativa del tiempo de enseñanza y aprendizaje, y una mayor satisfacción de los estudiantes.

Otro desafío es el de la falta de inclusión. Aunque el enfoque de SaP aboga por la inclusión de todos los estudiantes en la toma de decisiones, en la práctica puede ser difícil garantizar que todas las voces sean escuchadas (Baxter, 2019; Bindra et al., 2018; Godbold et al., 2022; Gravett et al., 2020; Kapadia, 2021; O’Shea, 2018; Standen & Sotiriou, 2020). La inclusión en la educación superior se refiere a la práctica de garantizar que todos los estudiantes, independientemente de su origen, habilidades o identidades, tengan las mismas oportunidades para participar y tener éxito. Es más que simplemente admitir a estudiantes de diversos orígenes; se trata de crear un ambiente de aprendizaje equitativo y acogedor en el que todos los estudiantes se sientan valorados y apoyados. La inclusión va más allá de la diversidad en términos de raza, género y antecedentes socioeconómicos, también abarca la inclusión de estudiantes con discapacidades, estudiantes internacionales y aquellos que pueden haber sido marginados o excluidos en otros contextos. Esto puede requerir un esfuerzo adicional para garantizar que se escuchen las voces de los estudiantes marginados y subrepresentados. Si no se maneja correctamente, existe el riesgo de que sólo un pequeño grupo de estudiantes, a menudo los más privilegiados y comprometidos, se beneficie de la oportunidad de ser "socios" en su educación. Esto puede exacerbar las desigualdades existentes y hacer que otros estudiantes se sientan excluidos o marginados. Es por esta razón que es importante a nivel institucional tener un entendimiento común de lo que significa la inclusión y cómo se puede lograr. Involucrar a los estudiantes como socios en la promoción de la inclusión puede ser una estrategia eficaz para crear un ambiente de aprendizaje inclusivo. Los estudiantes pueden aportar una valiosa perspectiva y experiencia a la mesa, y pueden ayudar a identificar y abordar las barreras para la inclusión. Los estudiantes pueden participar en la promoción de la inclusión de varias maneras. Por ejemplo, pueden participar en grupos de trabajo o comités para mejorar la inclusión en la escuela, pueden ayudar a sensibilizar sobre la inclusión a través de proyectos o presentaciones, y pueden apoyar a otros estudiantes que puedan tener dificultades para sentirse incluidos. Además, al involucrar a los estudiantes como socios en la promoción de la inclusión, las escuelas pueden empoderar a los estudiantes y mejorar su compromiso y motivación para aprender. Esto puede contribuir a un ambiente de aprendizaje más positivo y productivo, y puede mejorar los resultados de aprendizaje para todos los estudiantes.

Recomendaciones

Para superar los desafíos en la implementación del enfoque de SaP, las instituciones de educación superior pueden adoptar diversas estrategias. De especial importancia es el papel de los líderes institucionales en la promoción de SaP. El liderazgo institucional puede establecer la visión y la dirección para la participación de los estudiantes en la institución. Además, pueden promover políticas y prácticas que faciliten la participación activa de los estudiantes. Esto puede incluir la inclusión de los estudiantes en la toma de decisiones, la promoción de oportunidades para la colaboración en la enseñanza y la investigación, y el reconocimiento y valoración de las contribuciones de los estudiantes. Además, el liderazgo puede practicar explícitamente y de manera activa y abierta el respeto y la valoración por los estudiantes. Esto puede fomentar una cultura de respeto y aprecio por los estudiantes, lo que puede motivarlos a participar activamente en la vida institucional. Se sugieren las siguientes estrategias adicionales. En primer lugar, se puede promover la educación y la formación sobre el enfoque de SaP. Esto puede implicar la inclusión de este enfoque en los programas de formación y desarrollo profesional, y la promoción de la reflexión y el diálogo sobre su importancia y beneficios. En segundo lugar, se puede proporcionar apoyo y recursos para la implementación del enfoque de SaP. Esto puede incluir la asignación de tiempo y recursos para la colaboración entre estudiantes y profesores, la creación de un entorno de apoyo y colaboración, y la obtención de apoyo institucional y financiero. En tercer lugar, se puede fomentar el desarrollo de habilidades y competencias para la colaboración efectiva. Esto puede implicar la promoción de la formación y el desarrollo profesional en habilidades y competencias clave, como la comunicación, la resolución de problemas, la colaboración y el liderazgo. Finalmente, se puede aprender de universidades que han implementado y documentado este enfoque: la Universidad McMaster en Canadá, la Universidad de Queensland en Australia, así como la Universidad de Birmingham, Universidad Lincoln y la Universidad Exeter en el Reino Unido. Estas universidades han implementado diversas iniciativas de SaP que involucran a los estudiantes en la toma de decisiones a diferentes niveles de las instituciones. Estas iniciativas han tenido diversos resultados positivos relacionados con una mayor satisfacción de los alumnos, mejoras en la calidad de la enseñanza y el aprendizaje, la investigación, y la configuración de políticas y prácticas institucionales

CONCLUSIÓN

A pesar de los desafíos, el futuro parece prometedor para el enfoque de SaP. Cada vez más instituciones de educación superior están reconociendo el valor de los estudiantes como socios y están buscando formas de involucrar a los estudiantes en la toma de decisiones.

Además, hay una creciente cantidad de investigación que respalda el enfoque de los "estudiantes como socios". Esta investigación sugiere que este enfoque puede tener un impacto positivo en la satisfacción de los estudiantes, en la calidad de la educación,  y la equidad en la educación superior. Sin embargo, para que este enfoque sea realmente exitoso, es necesario un cambio en la forma en que se ve la educación superior. Los estudiantes deben ser vistos no solo como consumidores de educación, sino como socios que tienen un papel activo en la configuración de su educación. Cada vez más instituciones de educación superior están reconociendo el valor de este enfoque y están buscando formas de involucrar a los estudiantes en la toma de decisiones. Con el tiempo, este enfoque puede convertirse en una estrategia integral para mejorar la calidad de la educación superior.

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Correspondencia: [email protected]