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del ácido gamma-aminobutírico (GABA) y se ha relacionado con la patogénesis (30) (31). El diazepam
se metaboliza principalmente por la vía del citocromo P450, que está alterada en pacientes con
insuficiencia hepática grave, por lo que se prolonga su duración de acción en estos pacientes. El
diazepam produce varios metabolitos activos, a saber, oxazepam, desmetildiazepam y temazepam, que
pueden provocar una sedación excesiva prolongada en pacientes con enfermedad hepática grave. El uso
de oxazepam es seguro en la disfunción hepática, aunque no debe administrarse si los pacientes están
obnubilados, como en el caso de la encefalopatía hepática (32). Teniendo en cuenta los riesgos
asociados con las benzodiazepinas en la insuficiencia hepática, se pueden considerar agentes sedantes
alternativos con diferentes vías metabólicas, como el propofol o la dexmedetomidina. Estos agentes se
metabolizan y eliminan a través de vías que dependen menos de la función hepática (33). Para los
pacientes de la UCI que requieren ventilación mecánica a largo plazo , la dexmedetomidina puede
reducir significativamente la incidencia de delirio y la aparición de AGI, especialmente para los
pacientes obesos , el uso de la sedación con dexmedetomidina tiene poco impacto en su función hepática
y el metabolismo de los lípidos en sangre , y puede mejorar significativamente el pronóstico (34)
Incluso, la sedación con dexmedetomidina se asoció con una tasa de mortalidad hospitalaria más baja
que la sedación con midazolam y propofol o la sedación sin dexmedetomidina ( p < 0,001) (35).
CONCLUSIÓN
Las benzodiacepinas comúnmente son utilizadas en el ámbito médico por su capacidad de producir
diferentes efectos colaterales y cubrir diferentes tratamientos, sin embargo en diferentes estudios se ha
encontrado múltiple variedad de benzodiacepinas, lo cual se ha logrado mostrar diferencias cualitativas
entre ellas, como el mecanismo, farmacocinética y metabolismo. Por lo tanto, es importante destacar
que las benzodiacepinas se administran comúnmente por vía oral, dado que su absorción puede verse
afectada en pacientes con insuficiencia hepática debido a diversos cambios en la función
gastrointestinal, al presentar diversos riesgos asociados a las benzodiacepinas en cuanto a la
insuficiencia hepática se pueden considerar agentes sedantes alternativos con diferentes vías
metabólicas, distinto a las funciones hepáticas, ya que la capacidad del hígado para metabolizar
medicamentos se ve comprometida, lo que lleva a una reducción del aclaramiento del fármaco,
provocando efectos prolongados del mismo, aumentando el riesgo de sedación, depresión respiratoria