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El paciente fue referido al servicio médico debido a la presencia de cefalea holocraneana de inicio
insidioso, tipo puntada y de moderada intensidad, que no irradiaba y respondía levemente a la ingesta
de ibuprofeno. Este cuadro se había presentado durante aproximadamente un mes y se acompañaba de
vómitos intermitentes, sin previa presencia de náuseas, que mejoraban con la administración de
antieméticos (metoclopramida gotas). Los familiares reportaron que el paciente estaba bradipsíquico,
bradilálico y experimentaba episodios de ausencia. El paciente negó fiebre, fotofobia, caídas, debilidad
muscular, convulsiones y otros síntomas acompañantes.
En el examen físico al ingreso, el paciente mostró lentitud para la comprensión y la respuesta verbal,
pero conservaba la marcha, motilidad, fuerza y tono muscular. Los reflejos osteotendinosos estaban
presentes y eran de características normales. Se realizaron estudios de rutina que incluyeron hemograma,
perfiles bioquímicos, estudio de orina, radiografía de tórax y electrocardiograma, sin hallazgos
significativos. Debido a la alteración del estado de conciencia y los síntomas de hipertensión
endocraneana, se realizó una tomografía axial computarizada (TAC) de cráneo, que no mostró evidencia
de isquemia, sangrado o desviación de la línea media.
Se procedió a realizar un estudio del líquido cefalorraquídeo (LCR), que mostró hallazgos sugestivos de
proceso inflamatorio, lo que suscitó la sospecha de vasculitis, posiblemente en el contexto de un
Síndrome de Reconstitución Inmune (SIRI). Las serologías específicas de anticuerpos en sangre
resultaron negativas, descartando la probabilidad de vasculitis sistémica. La resonancia magnética
nuclear (RMN) con contraste reveló una afectación parcheada de la sustancia blanca supra e
infratentorial, con realce puntiforme en relación con arteriolas ventriculoestriadas, lo que confirmó el
diagnóstico de vasculitis del SNC.
Con base en los hallazgos, se decidió iniciar tratamiento con inmunosupresión mediante bolos de
metilprednisolona a dosis de 1g/día durante 3 días, seguidos de prednisona a 1mg/kg/día. La
ciclofosfamida no se administró debido a un retorno del recuento de linfocitos tCD4 + por debajo de
200 células/mm3. (20)
Finalmente, estudiar la incidencia de la vasculitis del sistema nervioso central (SNC) en América Latina
radica en la necesidad de comprender la carga de esta enfermedad en una región con características
demográficas, socioeconómicas y epidemiológicas particulares. La recopilación de datos de incidencia