FISIOPATOLOGÍA, DIAGNÓSTICO,
TRATAMIENTO Y COMPLICACIONES DEL
SÍNDROME DE FITZ-HUGH-CURTIS
PATHOPHYSIOLOGY, DIAGNOSIS,
TREATMENT AND COMPLICATIONS OF
FITZ-HUGH-CURTIS SYNDROME
Md. Ana Belén Garzon Ortega
Investigadora Independiente, Ecuador
Md. María Blanca Timbila Vélez
RosalesMed, Ecuador
Md. Katy Adriana Oyaque Zambrano
Investigadora Independiente , Ecuador
Md. Katlyn Gabrielle Acosta Mejía
PANACEA, Ecuador
Md. Erik Daniel Paredes Morales
Investigador Independiente, Ecuador
Md. Byron Patricio López Arévalo
Investigador Independiente, Ecuador
pág. 2493
DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v8i2.10687
Fisiopatología, Diagnóstico, Tratamiento y Complicaciones del Síndrome de
Fitz-Hugh-Curtis
RESUMEN
El Síndrome de Fitz-Hugh-Curtis, es una enfermedad de baja frecuencia, pero a ser considerada en el
diagnostico de dolor abdominal en hipocondrio derecho. Por lo que cobra importancia usarla en el
diferencial de la población tanto femenina y masculina. Claro está que la población femenina tiene una
mayor cantidad de casos diagnósticos y publicados a diferencia de los hombres, a pesar de esto también
se puede realizar el diferenciar en ellos mientras formen parte de la población sexualmente activa. Tiene
como bacterias predominantes la Neisseria Gonorrhoeae y Chlamydia Trachomatis. Es una patología
con repercusiones en un órgano digestivo, pero con un comienzo en el área genital; sin embargo, con o
sin manifestaciones anteriores de enfermedad inflamatoria pélvica. En nuestra búsqueda de revisión
bibliográfica se revisan artículos científicos en bases científicas importantes y actuales. El diagnóstico
y tratamiento precoz y agresivo con antibióticos adecuados son fundamentales para evitar
complicaciones graves.
Palabras clave: ndrome de fitz-hugh-curtis, chlamydia trachomatis, enfermedad inflamatoria pélvica
1
Autor principal
Correspondencia: dranagarzon@gmail.com
Md. Ana Belén Garzon Ortega1
dranagarzon@gmail.com
https://orcid.org/0009-0006-8819-7910
Investigadora Independiente
Machala, Ecuador
Md. María Blanca Timbila Vélez
marytimbila@gmail.com
https://orcid.org/0009-0006-4745-8491
Médica General
Consulta Externa en RosalesMed
Santo Domingo, Ecuador
Md. Katy Adriana Oyaque Zambrano
katyoyaque1994@gmail.com
https://orcid.org/0009-0004-8134-3909
Investigadora Independiente
Machala, Ecuador
Md. Katlyn Gabrielle Acosta Mejía
katlin_acosta@hotmail.com
https://orcid.org/0000-0002-2449-2068
Médica Cirujana en Panacea
Atención médica a domicilio
Quito, Ecuador
Md. Erik Daniel Paredes Morales
paredesmoralesed@gmail.com
https://orcid.org/0000-0003-0147-4614
Investigador Independiente
Quito, Ecuador
Md. Byron Patricio López Arévalo
bplopez96@outlook.com
https://orcid.org/0000-0003-4747-3561
Investigador Independiente
Quito, Ecuador
pág. 2494
Pathophysiology, Diagnosis, Treatment and Complications of
Fitz-Hugh-Curtis Syndrome
ABSTRACT
Fitz-Hugh-Curtis Syndrome is a low-frequency disease, but it should be considered in the diagnosis of
abdominal pain in the right upper quadrant. Therefore, it is important to use it in the differential of both
the female and male population. Of course, the female population has a greater number of diagnosed
and published cases than men, despite this, differentiation can also be made in them as long as they are
part of the sexually active population. Its predominant bacteria are Neisseria Gonorrhoeae and
Chlamydia Trachomatis. It is a pathology with repercussions on a digestive organ, but with a beginning
in the genital area; however, with or without previous manifestations of pelvic inflammatory disease.
In our bibliographic review search, scientific articles are reviewed in important and current scientific
bases. Early and aggressive diagnosis and treatment with appropriate antibiotics are essential to avoid
serious complications.
Keywords: fitz-hugh-curtis syndrome, chlamydia trachomatis, pelvic inflammatory disease
Artículo recibido 04 marzo 2024
Aceptado para publicación: 05 abril 2024
pág. 2495
INTRODUCCIÓN
El síndrome de Fitz-Hugh-Curtis, toma su nombre en el año 1934, inicialmente se asociaba solo con la
bacteria Neisseria Gonorrhoeae, más actualmente se conocen otros microorganismos capaces, y en
primer lugar se encuentra la Chlamydia Trachomatis (Cruz et al., 2022).
Por lo que se define a la patología como una complicación de la enfermedad pélvica inflamatoria por
lo que afecta prácticamente solo al género femenino, sin embargo, se han reportado casos en el sexo
masculino en muy baja cantidad (Sánchez et al., 2020).
La patología por describir causa una perihepatitis por lo que es una de las causas de dolor en hipocondrio
derecho, la cual se manifiesta en dos fases. Se acompaña con inflamación de la cápsula hepática, debido
al ascenso de bacterias por el movimiento del líquido abdominal, a través de las goteras parietocólicas
hacia los espacios subfrénicos, describiendo una fisiopatología muy interesante (Blanco et al., 2021).
Existen dos formas de realizar el diagnostico; de forma quirúrgica o solo por la parte clínica. En cuanto
a la parte de los exámenes de imagenología no son conclusivos.
La incidencia es incierta, en el estudio más grande con 3.564 laparoscopías, se diagnosticó este
síndrome en 14,8% de las pacientes con infertilidad tubaria; 6,7% en embarazos ectópicos y en 1,4%
por otras indicaciones ginecológicas (Hong et al., 2010). Sin embargo, aun existen pocas publicaciones
con un reducido número de caso sobre esta patología (Ricci et al., 2009).
Realizar el diagnóstico diferencial de dolor abdominal en hipocondrio derecho y tener presente este
síndrome es muy importante a pesar de que tiene una baja frecuencia (Ramírez et al., 2009). A pesar
de que la entrevista a la paciente es importante no siempre se puede encontrar o asociar con un
antecedente de inflamación pélvica (Marrero, Perdomo, Fleites, & Guerra, 2019).
Por lo que el objetivo de este articulo es realizar una revisión bibliográfica pesquisada literatura nueva
sobre el tema y dando respuesta a las principales dudas mencionadas en el tema del articulo a
desarrollar.
METODOLOGÍA
Se realizó una búsqueda en Pubmed, Web Of Science y Cochrane con los términos indexados en
español: “fisiopatología ”, “diagnostico”, “tratamiento, “complicaciones” y “ndrome de Fitz-Hugh-
Curtis”, junto a sus términos indexados en inglés: physiopathology”, diagnoses, treatment,
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“complications” y “Fitz-Hugh-Curtis síndrome”. Se seleccionan los artículos recientes relacionados con
la fisiopatología, diagnostico, tratamiento y complicaciones del síndrome de Fitz-Hugh-Curtis.
RESULTADOS
El síndrome de Fitz-Hugh-Curtis (FHCS por sus siglas en ingles), también conocido como perihepatitis,
es una manifestación crónica de la enfermedad pélvica inflamatoria (EPI). Se caracteriza por la
inflamación de la membrana que rodea el hígado, sin dañar el tejido hepático, lo que conduce a la
formación de adherencias y provoca dolor en el cuadrante superior derecho del abdomen (Shikino &
Ikusaka, 2019).
La EPI es una infección bacteriana que se propaga por el tracto genital, principalmente en mujeres
sexualmente activas de entre 15 y 30 años. En Estados Unidos, se registran aproximadamente 750,000
casos de EPI anualmente (Kwon et al., 2019). El síndrome de Fitz-Hugh-Curtis (FHCS) es una
manifestación poco común de la EPI, afectando aproximadamente al 4% de los adolescentes. Aunque
varios organismos pueden estar asociados con el FHCS, el patógeno más frecuente implicado es
Chlamydia trachomatis (Sonavane & Rathi, 2017).
Fisiopatología
El FHCS se considera una complicación de la enfermedad inflamatoria pélvica (EPI). Se postula que
los microorganismos asociados con la EPI se propagan de tres maneras diferentes:
a. Infección ascendente espontánea, en la cual los microorganismos presentes en el cuello uterino o la
vagina se desplazan hacia el endometrio, pasando por las trompas de Falopio y llegando a la cavidad
peritoneal. Esta ruta puede dar lugar a complicaciones como endometritis, salpingitis, absceso
tuboovárico, peritonitis pélvica y el FHCS (Onoh et al., 2016).
b. Diseminación linfática, que implica la infección del parametrio, como puede ocurrir en casos
relacionados con el uso de dispositivos intrauterinos y, c. Propagación hematógena, como se observa
en condiciones como la tuberculosis (Coremans & de Clerck, 2018).
Diagnóstico
Usualmente, las pacientes con FHCS son mujeres en edad fértil que acuden al hospital quejándose de
dolor agudo o sensibilidad crónica en la parte superior derecha del abdomen. Se requiere una historia
clínica exhaustiva y una alta sospecha para llegar a un diagnóstico preciso (Kwon et al., 2019). El dolor
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abdominal en el cuadrante superior derecho puede ser un síntoma de diversas afecciones, como
colecistitis, pleuresía, pielonefritis derecha, absceso subfrénico o infección por herpes zoster, lo que
dificulta la evaluación del FHCS (Sonavane & Rathi, 2017).
El médico que sospecha FHCS debe enfocarse en las conductas y síntomas de alto riesgo en la población
de pacientes adecuada. Los factores de riesgo incluyen edad menor de 25 años, inicio temprano de la
actividad sexual, antecedentes de EPI, uso de dispositivos intrauterinos (DIU) o anticonceptivos orales,
inserción reciente de DIU y duchas vaginales (Al-Ghassab et al., 2018). También es crucial indagar
sobre la exposición del paciente a nuevas parejas sexuales, múltiples o sintomáticas. Obtener un
historial médico y quirúrgico completo puede ayudar a refinar aún más el diagnóstico diferencial (Faré
et al., 2018).
El dolor en el cuadrante superior derecho se debe a la inflamación perihepática y la formación de
adherencias entre el hígado y la pared abdominal anterior. Este dolor suele intensificarse con el
movimiento y la respiración, simulando otras afecciones abdominales agudas (Freiria-Eiras & Varela-
Lamas, 2018). Los pacientes pueden también presentar dolor en la parte baja del abdomen, la pelvis o
la espalda, con diversos grados de intensidad. Otros síntomas pueden incluir fiebre, escalofríos, náuseas,
vómitos, flujo vaginal, dolor durante las relaciones sexuales, dificultad para orinar, calambres y
sangrado después del coito (Sonavane & Rathi, 2017).
Durante el examen físico, pueden observarse fiebre (38,3°C), sensibilidad al tacto en el cuadrante
superior derecho, dolor al liberar la presión en la palpación, defensa abdominal o ausencia de ruidos
intestinales, dolor al movimiento cervical, sensibilidad en los anexos, dolor a la compresión uterina
durante el examen bimanual. También se buscan signos de infección del tracto genital inferior, como
mucosidad y fragilidad cervicales, durante el examen con espéculo (Faré et al., 2018).
Tratamiento
El tratamiento del FHCS coincide con el tratamiento de la EPI. Los objetivos terapéuticos son aliviar
los síntomas, erradicar la infección y minimizar los riesgos de complicaciones a largo plazo, como la
infertilidad o el embarazo ectópico. Dado que el diagnóstico de EPI puede ser desafiante y las
complicaciones pueden ser graves, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC)
recomiendan a los médicos mantener un umbral bajo para un tratamiento agresivo (Revzin et al., 2016).
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Los antibióticos son exitosos en hasta el 75% de los casos, y la mayoría de los pacientes con EPI pueden
ser tratados de forma ambulatoria. La terapia antibiótica debe dirigirse a cubrir los microorganismos
más comunes, como Chlamydia trachomatis, Neisseria gonorrhoeae, así como bacterias gramnegativas,
anaerobias y estreptococos (Kazama & Nakajima, 2013).
Dependiendo del nivel de sospecha, los regímenes antibióticos pueden adaptarse a cada paciente.
Usualmente, la ceftriaxona y la azitromicina son apropiadas para el tratamiento de las infecciones
gonocócicas y por clamidia. Las recomendaciones actuales para la enfermedad inflamatoria pélvica
complicada incluyen ceftriaxona, doxiciclina y metronidazol (Baquedano et al., 2014).
La hospitalización debe ser considerada para pacientes con condiciones como diagnóstico incierto,
embarazo, enfermedad grave, presencia de absceso pélvico en imágenes, incapacidad para tolerar la
medicación oral, inmunodeficiencia o falta de mejoría después de 72 horas de terapia. Los pacientes
con síntomas persistentes de fiebre, escalofríos o sensibilidad en el movimiento cervical después de 72
horas de tratamiento deben ser reevaluados para una posible intervención quirúrgica. La laparoscopia
diagnóstica se justifica en el contexto del FHCS para la liberación de adherencias sintomáticas y el
drenaje del absceso, con el objetivo de preservar la capacidad reproductiva. La laparotomía
generalmente se reserva para emergencias quirúrgicas, como abscesos rotos, o para pacientes que no
son candidatos para la cirugía laparoscópica (Coremans & de Clerck, 2018).
Complicaciones
No existen suficientes datos documentados sobre el pronóstico del FHCS, ya que típicamente responde
muy bien al tratamiento con antibióticos. En un ensayo que comparó la terapia triple (penicilina-
gentamicina-metronidazol) con amoxicilina+ ácido clavulánico para la salpingitis no relacionada con
clamidia, solo un paciente en cada grupo de tratamiento presentó fracaso terapéutico (Brun et al., 2019).
Una de las complicaciones más frecuentes observadas en pacientes con síndrome de Fitz-Hugh-Curtis
es la infertilidad. Otra complicación, aunque menos común, es la obstrucción intestinal debido a la
formación de adherencias en la cavidad peritoneal (Al-Ghassab et al., 2018). Al igual que un riesgo
incrementado de un embarazo ectópico (Marrero et al., 2019). Puede que un trauma abdominal
provoque un sangrado de la superficie hepática al desgarrar la cápsula (Rouhard, Maldague, &
Ramboux, 2014).
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DISCUSIÓN
El ndrome de Fitz-Hugh-Curtis (FHCS) es una complicación crónica de la enfermedad lvica
inflamatoria (EPI) que afecta principalmente a mujeres en edad fértil. Se caracteriza por la inflamación
de la membrana que rodea el hígado, lo que puede provocar dolor agudo o crónico en el cuadrante
superior derecho del abdomen. Este síndrome, aunque poco común, puede tener consecuencias
significativas para la salud reproductiva y el bienestar general de los pacientes. La EPI, a su vez, es una
infección microbiana ascendente que afecta el tracto genital y puede ser causada por diversos patógenos,
siendo Chlamydia trachomatis uno de los más comunes (Shikino & Ikusaka, 2019) (Kwon et al., 2019).
El diagnóstico del FHCS puede ser un desafío debido a la variedad de síntomas que pueden imitar otras
afecciones abdominales agudas. El dolor abdominal en el cuadrante superior derecho puede confundirse
con condiciones como colecistitis, pleuresía o pielonefritis derecha. Por lo tanto, es crucial mantener un
alto índice de sospecha en pacientes con factores de riesgo conocidos, como antecedentes de EPI, edad
menor de 25 años o inicio temprano de la actividad sexual (Freiria-Eiras & Varela-Lamas, 2018).
Además, el tratamiento de la EPI y el FHCS requiere una combinación de terapia antibiótica y, en
algunos casos, intervenciones quirúrgicas para manejar las complicaciones (Kwon et al., 2019).
El tratamiento agresivo de la EPI es fundamental para prevenir complicaciones a largo plazo, como la
infertilidad o el embarazo ectópico. Los antibióticos son la piedra angular del tratamiento, y se dirigen
a cubrir los microorganismos más comunes asociados con la EPI, incluyendo Chlamydia trachomatis y
Neisseria gonorrhoeae. Aunque la mayoría de los pacientes pueden ser tratados de forma ambulatoria,
aquellos con condiciones complicadas o diagnóstico incierto pueden requerir hospitalización para una
gestión más intensiva (Revzin et al., 2016).
Una de las preocupaciones más significativas asociadas con el FHCS es la posibilidad de infertilidad.
La inflamación crónica en la cavidad peritoneal puede provocar la formación de adherencias que pueden
obstruir las trompas de Falopio, lo que dificulta el paso del óvulo fertilizado hacia el útero. Esta
complicación puede tener un impacto profundo en la calidad de vida de los pacientes y puede requerir
intervenciones quirúrgicas para su manejo. Además, la formación de adherencias también puede llevar
a la obstrucción intestinal, aunque esta complicación es menos común (Brun et al., 2019).
pág. 2500
Aunque el pronóstico del FHCS generalmente es favorable con el tratamiento adecuado, la falta de
datos documentados sobre su curso a largo plazo puede plantear desafíos en la gestión de la enfermedad.
Se necesitan más estudios para comprender completamente la evolución y las posibles complicaciones
a largo plazo asociadas con esta condición. Sin embargo, con un diagnóstico y tratamiento oportunos,
la mayoría de los pacientes pueden experimentar una mejoría significativa en sus síntomas y evitar
complicaciones graves (Brun et al., 2019).
CONCLUSIONES
Para mejorar la gestión del síndrome de Fitz-Hugh-Curtis y prevenir complicaciones, se deben tomar
varias medidas. En primer lugar, se debe promover la educación sobre la enfermedad pélvica
inflamatoria sus factores de riesgo, especialmente entre las mujeres jóvenes y sexualmente activas. Esto
incluye la importancia de practicar sexo seguro y buscar atención médica temprana ante cualquier
síntoma de EPI, como dolor pélvico o flujo vaginal anormal. Además, los profesionales de la salud
deben mantener un alto índice de sospecha para el FHCS en pacientes con antecedentes de EPI y dolor
abdominal en el cuadrante superior derecho. El diagnóstico precoz y el tratamiento agresivo con
antibióticos adecuados son fundamentales para evitar complicaciones graves y mejorar el pronóstico a
largo plazo de los pacientes con FHCS. Finalmente, se necesitan más investigaciones para comprender
mejor la evolución y las mejores prácticas de manejo de esta condición poco común pero potencialmente
grave.
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