pág. 3246
como mediador, quien entiende que el conocimiento puede ser adquirido tanto en el entorno
universitario como fuera de él. En este sentido, el conocimiento se construye mediante la interacción
entre el estudiante, el saber y el docente, donde este último actúa como facilitador en esta relación.
Estos principios conceptuales y pedagógicos influyen en la formación integral del individuo.
El proyecto COIL, según Kolb (1984), implementa estrategias de formación que abarcan cuatro fases:
actuar, reflexionar, teorizar y experimentar. De esta manera, Kolb distingue a los alumnos en diferentes
estilos de aprendizaje, como activos, reflexivos, teóricos y pragmáticos (Marra, 2014). Además, el
proyecto COIL (UNESCO, 2023) promueve la interculturalidad al permitir una presencia equitativa e
interacción entre diversas culturas, abriendo la posibilidad de generar expresiones culturales
compartidas a través del diálogo y el respeto mutuo.
En nuestro proyecto, el Metaverso desempeña un papel de gran relevancia, ya que se busca la
digitalización y virtualización de los entornos de aprendizaje, aspecto en el cual el Metaverso cobra
especial importancia (Dıaz, 2020; Lee, 2021; Rospigliosi, 2022). Según lo señalado por Arcila (2014),
el entorno virtual promueve la participación activa y el aprendizaje colaborativo. Además, Schaf et al.
(2012) encontraron que este tipo de entorno favorece el aprendizaje significativo, la motivación y el
desarrollo de competencias digitales. En el estudio realizado por Díaz et al. (2020), se observó que la
utilización del mundo virtual tuvo un impacto positivo en el compromiso de los estudiantes, alentó tanto
los procesos de aprendizaje como de enseñanza de manera sincrónica y asíncrona, y proporcionó un
entorno de aprendizaje flexible, diverso, escalable y dinámico. También se encontró que esta
herramienta incrementó la participación y la colaboración entre los estudiantes (Tarouco et al., 2013).
Por otra parte, según Nurhidayah et al. (2020), el uso del mundo virtual condujo a una mejora en los
resultados del aprendizaje, mientras que Reyes (2020) observó un aumento en la comprensión de la
materia.
García (2011a) pudo constatar que a medida que los estudiantes se familiarizaban y adaptaban al entorno
virtual, incrementaba su confianza, lo que a su vez mejoró sus habilidades comunicativas y facilitó la
creación de nuevas redes sociales. Además, la incorporación de elementos lúdicos y divertidos
contribuyó a potenciar la creatividad de los estudiantes, permitiendo así el descubrimiento de nuevas
posibilidades y la construcción de una nueva identidad. Por último, se evidenció la factibilidad de