TRAUMA CERRADO DE ABDOMEN:
UNA REVISIÓN DE LITERATURA ACTUAL
BLUNT ABDOMINAL TRAUMA:
A REVIEW OF CURRENT
Diana Carolina Soto Benavides
Universidad Hispanoamericana, Costa Rica
Dayanna Arguedas Vega
Universidad Autónoma de Centroamérica, Costa Rica
Joselyn Duarte González
Universidad Iberoamericana, Costa Rica
pág. 3943
DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v8i2.10813
Trauma Cerrado de Abdomen: Una Revisión de Literatura Actual
Diana Carolina Soto Benavides1
di2390@hotmail.com
https://orcid.org/0000-0003-4617-9432
Universidad Hispanoamericana
Costa Rica
Dayanna Arguedas Vega
day_arguedas@hotmail.com
https://orcid.org/0009-0007-1566-989X
Universidad Autónoma de Centroamérica
Costa Rica
Joselyn Duarte González
joeduarteg@gmail.com
https://orcid.org/0009-0007-5424-0340
Universidad Iberoamericana
Costa Rica
RESUMEN
El trauma cerrado de abdomen sigue siendo una de las principales fuentes de ingreso a sala de trauma
en los hospitales. Se manifiesta principalmente en personas jóvenes, especialmente del sexo masculino,
producoto de accidentes de tráfico. Su manejo desde el diagnóstico hasta el tratamiento es clave para
garantizar la supervivencia del paciente. Se realizó una revisión de literatura, de un total de 25 artículos,
publicados en español e inglés, en plataformas como PubMed, Cochrane, Springer, ELSEVIER, Virtual
de Salud (BVS) y Google Académico. El diagnóstico es fundamental para reducir la mortalidad en el
trauma cerrado de abdomen. La ecografía FAST y la tomografía computada multicorte son los
procedimientos de primer nivel para un mejor diagnóstico. El bazo, el hígado y el mesenterio son los
órganos con mayores daños. Se pueden manifestar complicaciones asociadas con trauma torácico o de
la región pélvica. El tratamiento conservador, laparoscopia exploratoria o quirúrgica y la laparotomía
tota son los principales tratamientos del trauma abdominal cerrado. Gracias a las mejoras en los
métodos diagnóstico, se ha logrado reducir la mortalidad o el riesgo intrahospitalario por laparotomía
exploratoria negativa.
Palabras clave: trauma cerrado de abdomen, tratamiento de trauma cerrado de abdomen, ecografía
FAST, laparotomia quirurgica
1
Autor principal
Correspondencia: di2390@hotmail.com
pág. 3944
Blunt Abdominal Trauma: A Review of Current
ABSTRACT
Blunt abdominal trauma continues to be one of the main sources of admission to the trauma room in
hospitals. It manifests mainly in young people, especially males, as a result of traffic accidents. Its
management from diagnosis to treatment is key to guaranteeing patient survival. A literature review
was carried out, of a total of 25 articles, published in Spanish and English, on platforms such as PubMed,
Cochrane, Springer, ELSEVIER, Virtual de Salud (BVS) and Google Scholar. Diagnosis is essential to
reduce mortality in blunt abdominal trauma. FAST ultrasound and multislice computed tomography are
the first level procedures for a better diagnosis. The spleen, liver and mesentery are the organs with the
most damage. Complications associated with trauma to the chest or pelvic region may occur.
Conservative treatment, exploratory or surgical laparoscopy and total laparotomy are the main
treatments for blunt abdominal trauma. Thanks to improvements in diagnostic methods, mortality or in-
hospital risk due to negative exploratory laparotomy has been reduced.
Keywords: blunt abdominal trauma, treatment of blunt abdominal trauma, FAST ultrasound, surgical
laparotomy
Artículo recibido 05 marzo 2024
Aceptado para publicación: 08 abril 2024
pág. 3945
INTRODUCCIÓN
El trauma abdominal cerrado es una de las causas más frecuentes de morbilidad y mortalidad en las
primeras cuatro décadas de la vida, especialmente por los accidentes de tránsito, las caídas y las
agresiones. Estas situaciones son evidentes en una sociedad cada vez más acelerada y con tendencia a
la violencia. A pesar de que los diseños de automoción ofrecen cada vez mayores garantías de seguridad,
el trauma cerrado de abdomen se ha hecho prevalente en las situaciones de accidente de tránsito
(Baldeon et al., 2019).
Se ha logrado mayor índice de supervivencia en los accidentes automovilísticos, pero se mantiene una
prevalencia del traumatismo abdominal cerrado. Por ejemplo, en Costa Rica, entre 2020 y 2021, la
principal causa de muerte entre personas con edades entre 15 y 44 años fue accidentes en motocicleta,
y en el octavo lugar se ubican los accidentes de tránsito, esto es un indicador, de riesgo del trauma
cerrado de abdomen en adultos (INEC, 2022) .
El mayor reto para el personal médico en el manejo del trauma cerrado de abdomen se caracteriza por
la ausencia de heridas visibles en la pared abdominal. Sin embargo, se presenta posibilidad de dañar
órganos intraabdominales o retroperitoneales por mecanismos como la compresión, el aplastamiento o
el cizallamiento (Pacheco, 2011). Representan un gran desafío para el personal médico, ya que pueden
ser difíciles de detectar y requerir una intervención quirúrgica urgente. Es por ello que se pone especial
énfasis en los procedimientos diagnósticos que se aplican para realizar el diagnóstico médico lo más
específico posible para poder plantear una solución conservadora o quirúrgica precisa y así evitar la
mortalidad.
La directriz médica más importante es evitar la laparatomía exploratoria negativa la cual presenta en
muchos casos niveles de 30 a 40%, sobre todo en países en desarrollo con escaso acceso a tecnologías
de diagnóstico por imagen (Parra-Romero et al., 2019). La ecografía FASTa y el tomografía multicorte
parecen ser los mecanismos de diagnóstico de mayor éxito en la detección de daño intrabdominal
(Toledo et al., 2007).
El objetivo de este estudio es revisar los principales aspectos relacionados con el manejo de trauma
cerrado de abdomen, tales como los mecanismos de producción, los métodos diagnósticos, el
tratamiento conservador o quirúrgico y las complicaciones más frecuentes. Se planteó una revisión
pág. 3946
literaria enfocada en el estado actual (2012-2023), de la discusión sobre los mecanismos de diagnóstico
y tratamiento del trauma de abdomen cerrado.
METODOLOGÍA
Se realizó una investigación descriptiva y documental, con revisión de la literatura actual de fuentes
virtuales como los buscadores Springer, PubMed, ELSEVIER, Virtual de Salud (BVS), Cochrane,
Google Académico. Se incluyeron publicaciones en revistas académicas, principalmente revisiones
sistemáticas de literaturas, metanálisis, reportes de casos, estudios descriptivos preexperimentales y
guía técnicas. La búsqueda se realizó en idioma español e inglés. Se aplicaron los siguientes descriptores
en español trauma cerrado de abdomen”, “trauma de abdomen contuso”, “trauma abdominal cerrado”.
“trauma abdominal contuso”, “manejo de trauma de abdomen cerrado”, “abordaje de trauma abdominal
cerrado”, “diagnóstico de trauma abdominal cerrado”, “tratamiento de trauma de abdomen cerrado”. En
inglés los descriptores, blunt abdominal trauma”, blunt abdominal trauma”, blunt abdominal
trauma”. blunt abdominal trauma”, management of blunt abdominal trauma”, approach of blunt
abdominal
Para el análisis se consultó el resumen del articulo y cumplía con los criterios de inclusión se procedió
a descargar el documento completo para su lectura. La búsqueda bibliográfica arrojó 90 investigaciones
de las cuales se descartaron 65 por no cumplir los criterios de inclusión, duplicadas o sin acceso a textos
completos. Finalmente se seleccionaron 25 estudios pertinentes que fueron incluidos en el análisis del
estudio.
Luego de la selección se realizó un proceso de análisis de contenido. Para ello se tomaron los resúmenes
de los artículos y se hizo un análisis preliminar para detectar los que hicieran aportes principales a la
investigación. Luego se desarrolló la extracción de información de dichos estudios tomada tanto de los
resúmenes como del texto completo en el caso en que el documento revistiese de mayor importancia
investigativa. El proceso de análisis de desglosó en una matriz de análisis de contenido que se muestra
en la tabla 1. En la misma se evidencia una columna con la información de autor / año, luego el título
del estudio, en los casos de investigaciones en otro idioma se anexó la traducción al español, se incluye
la metodología y el aporte de categorías que entrega a la investigación cada artículo analizado.
pág. 3947
Tabla 1. Matriz de revisión de literatura
Autor (es), año
Título
Tipo de Estudio
Arámburu, (2018)
Traumatismo Abdominal
Cerrado: Evaluación Inicial y
Manejo en Adultos.
Revisión
sistemática de
Literatura
Bertelli et al., (2021)
Transcatheter arterial
embolization in abdominal
blunt trauma with active
mesenteric bleeding: case
series and review of literature /
Embolización arterial
transcatéter en traumatismo
cerrado abdominal con
sangrado mesentérico activo:
serie de casos y revisión de la
literatura
Descripción de
casos
Carrascosa-Mirón
et al., (2021)
Lesión pancreática aislada tras
traumatismo abdominal
cerrado: a propósito de un caso
Reporte de un caso
Baldeon et al.,( 2019)
Abordaje en trauma cerrado de
abdomen
Revisión de
literatura
Coccolini et al.,
(2017)
Splenic trauma: WSES
classification and guidelines
for adult and pediatric
patients/ Traumatismo
esplénico: clasificación WSES
y directrices para pacientes
adultos y pediátricos
Revision de
literatura
Hurtado et al., (2021)
Enfoque terapeútico actual en
el traumatismo abdominal
Artículo de revisión
Escalona Cartaya
et al., (2012)
Videolaparoscopia en el
trauma abdominal
estudio
observacional
descriptivo de 18
pacientes
ingresados por
trauma abdominal
en el servicio de
Cirugía General del
Hospital
Universitario
"Saturnino Lora",
de Santiago de
Cuba, durante los
años 2006-2007, a
los que se les realizó
videolaparoscopia
de urgencia.
pág. 3948
Rodríguez-García
et al., (2019)
Lesión duodenal en el
traumatismo contuso de
abdomen. Informe de caso y
revisión de la bibliografía
Revisión de
literatura y
descripción de un
caso
Irarrázaval
Mainguyague et al.,
(2020)
Blunt abdominal trauma;
bicycle; children/ Blunt
abdominal trauma due to
handlebar injury
Estudio descriptivo
de 3 casos
Kim & Han, (2022)
Delayed diagnosis of thoracic
esophageal rupture due to blunt
abdominal trauma without
chest trauma: A case report
/Diagnóstico tardío de rotura
esofágica torácica por
traumatismo abdominal
cerrado sin traumatismo
torácico: reporte de un caso
Estudio de un caso
Leenellett & Rieves,
(2021)
Occult Abdominal Trauma/
Trauma Abdominal Oculto /
Informe descriptivo
Meira nior et al.,
(2021)
Non-operative management of
blunt splenic trauma:
evolution, results and
controversies
Informe descriptivo
Nájera, (2023)
Manejo de trauma cerrado de
abdomen en pacientes
hemodinámicamente estables
Revisión
sistemática
(Herrera et al., 2023)
Cirugía de control de daños en
traumatismo abdominal
Artículo de revisión
Parra, (2012)
Trauma abdominal:
experiencia de 4961 casos en el
occidente de México
Descripción de
4961 casos
Pegoraro et al., (2022)
Contrast-enhanced ultrasound
in pediatric blunt abdominal
trauma: a systematic review
Revisión
sistemática
Daniel Ejarque &
Arruej Gracia, (2023)
Estudios de abdomen en
radiología convencional
Revisión
sistemática
pág. 3949
Ruezga et al., (2013)
Trauma abdominal contuso,
trauma abdominal penetrante,
lesión de órganos.
Estudio descriptivo
de 53 casos
Sánchez Arteaga
et al., (2019)
Rol de la laparoscopia en
pacientes con traumatismo
abdominal
Estudio descriptivo
de 13 casos
Sánchez-Hernández
et al., (2021)
Traumatismo abdominal
contuso manejado con
embolización mesentérica:
reporte de caso
Reporte de un caso
Stengel et al., (2018)
Point-of-care ultrasonography
for diagnosing
thoracoabdominal injuries in
patients with blunt trauma
Revisión
bibliométrica
Stengel et al., (2015)
Emergency ultrasound-based
algorithms for diagnosing
blunt abdominal trauma
Revisión
bibliométrica
Thomas &
(Bruns, 2023)
Stumpfes Bauchtrauma/
Traumatismo abdominal
cerrado
Artículo descriptivo
Vargas et al., (2020)
Utilidad del lavado peritoneal
en el trauma abdominal
Artículo de revisión
Vugt et al., (2013)
Selective computed
tomography (CT) versus
routine Toracoabdominal CT
for high-energy blunt-trauma
patients/ Tomografía
computarizada (TC) selectiva
versus TC toracoabdominal de
rutina para pacientes con
traumatismo cerrado de alta
energía
Revisión de
literatura
Fuente: elaboración propia.
RESULTADO Y DISCUSIÓN
En este apartado se presentan los resultados del análisis de la literatura abordada. Se describen los
conceptos principales de interés investigativo. En primer lugar, una definición general manifiesta en la
comunidad médica acerca del trauma cerrado de abdomen. Luego se plantea el abordaje de dicha
patología desde su diagnóstico hasta las diversas propuestas de tratamiento.
pág. 3950
Trauma Cerrado de Abdomen
Un trauma cerrado de abdomen es una lesión que afecta a la cavidad abdominal pero que no compromete
la integridad de la piel, es decir, no presenta una herida abierta (Arámburu, 2018). Puede ser causado
por golpes, accidentes de tránsito, caídas u otras situaciones de violencia (Pacheco, 2011). Este tipo de
trauma puede dañar órganos como el hígado, el bazo, el intestino o el páncreas, y puede provocar
sangrado interno, infección o shock.
Se manifiesta con dolor abdominal, palidez, sangre en la orina o vómito con sangre después de un
trauma cerrado de abdomen. El tratamiento dependerá de la gravedad y el tipo de lesión, y puede incluir
cirugía, transfusión de sangre o antibióticos. El trauma cerrado de abdomen es una lesión que afecta a
los órganos y estructuras dentro de la cavidad abdominal, producida por una fuerza externa que no
penetra la piel (Arámburu, 2018).
El trauma cerrado de abdomen debe diferenciarse del trauma penetrante de abdomen. Este último se
refiere a los casos en los cuales una persona recibe un traumatismo por alguna acción física que penetra
la piel, la desgarra o destruye en la región abdominal, exponiendo los órganos internos. En los casos del
trauma abierto, el diagnóstico suele ser más expedito pues se tiene una idea inicial clara de la zona o
áreas afectadas en el abdomen. Mientras que en el caso del trauma cerrado el principal reto para el
personal médico es la detección del daño. Es por ello que la fase de diagnóstico es fundamental (Parra-
Romero et al., 2019).
En la literatura se reportan situaciones principales causantes de trauma cerrado de abdomen. A nivel
mundial los accidentes de tránsito, como colisiones de vehículos, atropellamientos o caídas de
motocicletas. De igual forma, los golpes o impactos sobre el abdomen, como agresiones, deportes de
contacto o abuso infantil. Las caídas de altura, como desde escaleras, balcones o edificios. Los
aplastamientos, como por objetos pesados, maquinaria o derrumbes. Estas causas pueden generar un
aumento de la presión intraabdominal, una compresión de las vísceras contra la pared posterior o la
columna vertebral, o unas fuerzas de cizallamiento que laceran o rompen los órganos (Thomas & Bruns,
2023).
Los órganos más afectados suelen ser el bazo y el hígado, seguidos del páncreas, el intestino, el
mesenterio, la vejiga y el diafragma. De igual forma puede ocurrir asociación con traumatismo torácico
pág. 3951
o de otras partes conexas con el abdomen. Se han reportado casos de daño esofágico, pulmonar, aórtico,
rotura de vejiga, entre otros, asociados al trauma de abdomen extendido a otras partes del cuerpo (Pinela
Baldeon et al., 2019).
Antes de reconocer si el paciente tiene un trauma abdominal se debe aplicar los principios básicos en
un politraumatizado detectando y tratando las lesiones que ponen en riesgo la vida. Por tanto, el primer
procedimiento a seguir es realizar la estabilización del paciente y ejecutar el diagnóstico. Se aconseja
aplicar en esta etapa el protocolo A-B-C-D-E del American College Surgeon una vez que se ha
determinado la situación del paciente se puede prosigue con la evaluación (Herrera et al., 2023).
Diagnóstico de Trauma Cerrado de Abdomen
El diagnóstico de un trauma cerrado de abdomen se basa en la evaluación clínica y los exámenes
complementarios. La evaluación clínica incluye la inspección, la palpación, la auscultación y la
percusión del abdomen, así como la revisión de signos vitales y el estado neurológico del paciente
(Baldeon et al., 2019). Los exámenes complementarios confirmatorios comprenden un conjunto de
opciones de técnicas de diagnóstico médico cuya aplicación dependerá de la decisión del médico
tratante, así como, del acceso a las herramientas técnica presentes en el centro de salud.
Radiografía de Tórax y Abdomen
La radiografía de tórax y abdomen es una prueba de diagnóstico por imagen que utiliza rayos X para
obtener imágenes de las estructuras internas del cuerpo. Se suele realizar en posición de pie o acostado,
y puede mostrar los huesos, los órganos y el aire dentro de la cavidad torácica y abdominal. La utilidad
de esta prueba en el diagnóstico de trauma cerrado de abdomen es limitada, ya que tiene una baja
sensibilidad y especificidad para detectar lesiones en los órganos abdominales (Roca et al., 2023). Sin
embargo, puede servir como un método de cribado inicial para descartar otras causas de dolor
abdominal, como neumotórax, hemotórax, fracturas costales o lesiones diafragmáticas3. También puede
ayudar a identificar signos indirectos de trauma abdominal, como neumoperitoneo, líquido libre
intraperitoneal, desplazamiento de las asas intestinales o aumento de la densidad del hígado o el bazo
(Mogollón Guzmán, 2016). No es una prueba definitiva para el diagnóstico de trauma cerrado de
abdomen, pero puede ser útil para orientar el manejo clínico del paciente y decidir si se requieren otras
pruebas más precisas.
pág. 3952
Ecografía Abdominal en Trauma Cerrado de Abdomen
La ecografía es una prueba de diagnóstico por imagen que utiliza ondas sonoras de alta frecuencia para
obtener imágenes de los órganos y estructuras internas del abdomen. Es una prueba rápida, segura, no
invasiva y de bajo costo, que puede realizarse en el mismo lugar donde se atiende al paciente con trauma
cerrado de abdomen( Pacheco, 2011).
La ecografía tiene una gran importancia para el diagnóstico de trauma cerrado de abdomen, ya que
permite detectar la presencia de líquido libre intraperitoneal, que suele ser indicativo de hemorragia
interna por lesión de algún órgano abdominal (Roca et al., 2023). La ecografía también puede identificar
algunas lesiones específicas, como la ruptura esplénica, hepática o renal, la laceración pancreática o la
perforación intestinal. Puede ayudar a decidir el manejo clínico del paciente con trauma cerrado de
abdomen, ya que puede indicar si se requiere una cirugía urgente, una observación o un tratamiento
conservador(Toledo et al., 2007). Además, la ecografía puede servir como un método de seguimiento
para evaluar la evolución de las lesiones y la respuesta al tratamiento.
Un protocolo específico de ecografía para el trauma cerrado de abdomen es el FAST (Focused
Assessment with Sonography for Trauma), que consiste en examinar cuatro regiones del abdomen: el
espacio hepatorenal (área de Morrison), el espacio esplenorrenal, la pelvis y el espacio pericárdico
(Ruezga et al., 2013). El objetivo del FAST es detectar la presencia o ausencia de líquido libre en estas
regiones, lo que puede orientar el diagnóstico y el pronóstico del paciente(Stengel et al., 2015). Las
limitaciones de la ecografía FAST están relacionados más con casos de trauma abdominal penetrante
que en el caso de abdomen cerrado o contuso, por ello se considera el método de primera línea de mayor
seguridad, no obstante, de haber alguna sospecha de falso negativo se recomienda la aplicación de un
método más específico. La ecografía FAST presenta una alta sensibilidad y especificidad para la
detección de hemoperitoneo por lo que constituye un valioso método en nuestro medio para la
evaluación y el manejo del paciente con traumatismo abdominal cerrado (Ruezga et al., 2013).
Tomografía Computarizada Abdominal
Es una prueba de diagnóstico por imagen que utiliza rayos X para obtener imágenes tridimensionales
de las estructuras internas del abdomen. Es una herramienta muy útil para el diagnóstico de trauma
cerrado abdominal, ya que permite identificar y localizar con precisión las lesiones en los órganos
pág. 3953
abdominales, así como evaluar la extensión y la gravedad de las mismas (Pacheco, 2011). Es el método
más preciso y completo para el diagnóstico de trauma abdominal cerrado. Permite visualizar las lesiones
de los órganos sólidos y huecos, así como las estructuras vasculares y retroperitoneales. También puede
cuantificar el volumen de sangrado y guiar el tratamiento (Ruezga et al., 2013).
La tomografía de abdomen tiene varias ventajas sobre otras pruebas de imagen, como la radiografía o
la ecografía, ya que ofrece una mayor resolución espacial y de contraste, una mejor visualización de las
estructuras retroperitoneales y una menor dependencia del operador (Baldeon et al., 2019). Además, la
tomografía de abdomen puede realizarse en pocos minutos y con una baja dosis de radiación, lo que la
hace adecuada para pacientes inestables o politraumatizados⁴. Dentro de sus limitaciones está detectar
lesiones en víscera hueca y mesenterio. Especialmente para el diagnóstico de lesiones en el mesenterio,
que es el tejido que conecta y sostiene al intestino delgado. Algunas de estas limitaciones la no detección
de lesiones pequeñas o sutiles, como desgarros, hematomas o isquemia. Confusión de lesiones
mesentéricas con otras patologías, como tumores, infecciones o inflamaciones. Puede requerir el uso de
contraste intravenoso, que puede causar reacciones alérgicas o daño renal en algunos pacientes.
Exposición del paciente a una dosis de radiación alta, que puede tener efectos nocivos a largo plazo
(Roca et al., 2023).
La tomografía de abdomen puede ayudar a determinar el manejo clínico del paciente con trauma cerrado
abdominal, ya que puede indicar si se requiere una cirugía urgente, una observación o un tratamiento
conservador⁵. También puede orientar la planificación quirúrgica, el pronóstico y el seguimiento del
paciente(Arámburu, 2018).
El Lavado Peritoneal Diagnóstico (LPD)
El lavado peritoneal diagnóstico (LPD) es un procedimiento que se usa para detectar la presencia de
sangre o líquido en la cavidad abdominal, lo que puede indicar una lesión grave en los órganos internos.
Se realiza en casos de trauma abdominal cerrado o penetrante, cuando no se dispone de otras pruebas
de imagen más precisas, como la ecografía o la tomografía(Vargas et al., 2020).
El LPD consiste en introducir una aguja y un catéter en el abdomen, a través de una pequeña incisión
cerca del ombligo. Luego, se inyecta una solución salina y se aspira el contenido peritoneal. Si el líquido
aspirado contiene sangre, bilis, heces u otros signos de lesión, se considera positivo y se indica una
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cirugía urgente. Si el líquido es claro y no hay evidencia de daño, se considera negativo y se puede optar
por un tratamiento conservador (Arámburu, 2018).
Es un método rápido, sencillo y seguro, pero tiene algunas limitaciones y riesgos. No puede identificar
el órgano lesionado ni la extensión de la lesión. Tampoco puede detectar lesiones retroperitoneales o
diafragmáticas. Además, puede causar complicaciones como infección, perforación de órganos,
hemorragia o reacción alérgica (Pacheco, 2011).
La Sigmoidoscopia Rígida
El procedimiento conocido como sigmoidoscopia rígida tiene como objetivo examinar el interior del
recto y el colon sigmoide, que son las partes más bajas del intestino grueso1. El sigmoidoscopio, que
se introduce por ano (Ruezga et al., 2013), es un tubo firme con una luz y una cámara en el extremo.
La sigmoidoscopia rígida puede ser útil para el diagnóstico de trauma cerrado de abdomen, Con este
procedimiento, se puede detectar la presencia de sangre, líquido, inflamación, pólipos o tumores en el
recto y el colon sigmoide (Arámburu, 2018). También se puede tomar muestras de tejido para biopsia
o extraer pólipos con electrocauterio.
Presenta algunas limitaciones y riesgos. No puede visualizar las partes superiores del colon ni las
estructuras retroperitoneales, donde también puede haber lesiones por trauma abdominal (Ruezga et al.,
2013). Además, puede causar complicaciones como infección, perforación de órganos, hemorragia o
reacción alérgica. Por estas razones, la sigmoidoscopia rígida no es el método más recomendado para
el diagnóstico de trauma cerrado de abdomen. Se recomienda aplicar otra técnicas más precisas y menos
riesgosas (Pacheco, 2011). Sin embargo, cuando se considere seguro aplicar esta prueba diagnóstica es
aconsejable si se sospecha que el trauma ha afectado zonas sensibles de diagnóstico con esta técnica.
Laparatomía Diagnóstica de Abdomen
La laparotomía diagnóstica es un procedimiento quirúrgico que consiste en abrir el abdomen para
explorar los órganos internos y buscar la causa de un dolor o una alteración abdominal (Sánchez Arteaga
et al., 2019). Se realiza cuando otras pruebas de imagen, como la ecografía o la tomografía, no son
suficientes o no están disponibles . Con este procedimiento, se puede identificar y localizar con
precisión las lesiones en los órganos abdominales, así como evaluar la extensión y la gravedad de las
mismas (Arámburu, 2018).
pág. 3955
La laparotomía diagnóstica también puede servir para realizar el tratamiento quirúrgico de las lesiones,
si es necesario, o para tomar muestras de tejido para biopsia. Además, puede ayudar a prevenir
complicaciones como la infección, la hemorragia o la peritonitis (Sánchez Arteaga et al., 2019). Sin
embargo, existe una serie de restricciones en su uso, incluyendo la imposibilidad de explorar el
intestino, el diagnóstico de lesiones retroperitoneales, la exposición de los órganos en planos profundos
y la determinación precisa de la calidad del hemoperitoneo. Es más recomendable en el trauma
toracoabdominal izquierdo que es la única razón evidente por la que se requiere una laparoscopia
diagnóstica (Ruezga et al., 2013).
Otros riesgos y limitaciones de la laparatomía incluyen que es un procedimiento invasivo que requiere
anestesia general y una incisión importante en el abdomen. Puede causar dolor, cicatrices, adherencias
o hernias. También se puede dañar accidentalmente algún órgano o vaso sanguíneo (Pacheco, 2011).
Tratamientos del Trauma Cerrado de Abdomen
Las opciones de tratamiento para el paciente con trauma de abdomen cerrado varían a la gravedad de la
lesión y al tipo de lesión interna que se presente. La literatura describe principalmente tres tendencias
de manejo para el trauma de abdomen cerrado. Se insiste en la importancia del proceso de estabilización
y diagnóstico como paso primordial para la toma de decisión ante el tratamiento a seguir en cada caso.
Según sea la gravedad, el manejo a seguir podrá ir desde un enfoque conservador no invasivo, pasando
por tratamiento mínimamente invasivos o la ejecución de procedimientos totalmente invasivos.
Manejo Conservador
El tratamiento conservador del paciente con trauma abdominal cerrado consiste en evitar la cirugía y
manejar la lesión de manera no invasiva. Este tipo de tratamiento depende de la gravedad de la lesión y
de los órganos afectados. En algunos casos, se puede manejar de manera conservadora con observación
cuidadosa, analgésicos y reposo (Arámburu, 2018). Se basa en el diagnóstico precoz y preciso de la
lesión, así como en el seguimiento estrecho del paciente. El objetivo es detectar posibles
complicaciones, como el sangrado, la infección o la perforación de una víscera, que podrían requerir
una intervención quirúrgica urgente (Ortega-Deballon et al., 2003). De no presentarse tales
complicaciones puede optarse por el tratamiento farmacológico y mitigación del dolor.
pág. 3956
El enfoque conservador presenta algunas ventajas, como menor morbilidad y mortalidad, menor
estancia hospitalaria y menor costo². Sin embargo, también tiene algunos riesgos, como el fracaso del
tratamiento, el retraso en el diagnóstico de una lesión oculta o la aparición de secuelas a largo plazo².
Por eso, es importante seleccionar bien a los candidatos para este tipo de tratamiento y monitorizarlos
adecuadamente. En los últimos años se ha incrementado la aplicación de este enfoque gracias a los
avances en los métodos de diagnóstico por imágenes. Se ha logrado reducir de forma importante hasta
un 55% la aplicación de técnicas invasivas sobre todo en traumatismos leves del hígado y el bazo
(Ortega-Deballon et al., 2003).
Abordaje Mínimamente Invasivo
El abordaje mínimamente invasivo del paciente con trauma de abdomen cerrado es una alternativa a la
cirugía abierta que busca reducir las complicaciones y mejorar la recuperación del paciente. Este tipo
de abordaje se realiza mediante la introducción de una cámara y e instrumentos quirúrgicos a través de
pequeñas incisiones en el abdomen, lo que permite visualizar y tratar las lesiones internas sin necesidad
de abrir la cavidad abdominal (Balén et al., 2005).
El abordaje mínimamente invasivo tiene varias ventajas, como menor sangrado, menor riesgo de
infección, menor dolor postoperatorio, menor tiempo de hospitalización y mejor resultado estético. Sin
embargo, también tiene algunas limitaciones, como la necesidad de contar con un equipo especializado
y entrenado, la posibilidad de convertir a cirugía abierta si se encuentra una lesión grave o inaccesible,
y el mayor costo del material y los equipos (Escalona Cartaya et al., 2012).
El abordaje mínimamente invasivo se puede utilizar tanto para fines diagnósticos como terapéuticos,
dependiendo del tipo y la gravedad de la lesión. Se ha reportado su utilidad en casos de trauma
penetrante por arma blanca, trauma contuso por accidentes de tránsito o caídas, y trauma iatrogénico
por procedimientos endoscópicos o laparoscópicos previos1. Algunas de las lesiones que se pueden
manejar con este método son las laceraciones o hematomas de órganos sólidos (hígado, bazo, riñón),
las contusiones (Ruezga et al., 2013).
La literatura reporta tres modalidades aplicación de la videolaparascopia en el manejo de trauma cerrado
de abdomen. En primer lugar, se trata de la videolaparascopia diagnóstica pura, esta se aplica cuando
no se tiene un diagnóstico preciso y tiene como objetivo resolver la incertidumbre diagnóstica (Escalona
pág. 3957
Cartaya et al., 2012). Para realizar la videolaparoscopia diagnóstica, el paciente debe estar bajo
anestesia general y seguir las indicaciones del médico antes y después del procedimiento. El médico
hace un pequeño corte debajo del ombligo e introduce una aguja o una sonda hueca llamada trócar. Por
esta vía se inyecta gas de dióxido de carbono para crear espacio entre los órganos y facilitar la visión.
Luego se introduce el laparoscopio, que es un tubo delgado con una cámara y una luz en su extremo. El
laparoscopio se conecta a un monitor donde se pueden ver las imágenes en tiempo real. El médico
mueve el laparoscopio para explorar los diferentes órganos y detectar cualquier anomalía (Castillo &
Huerta, 2003). Si es necesario, se pueden hacer otras incisiones pequeñas para introducir otros
instrumentos quirúrgicos y tomar muestras de tejido (biopsias) o realizar algún tratamiento (Escalona
Cartaya et al., 2012).
En otro nivel se encuentra la cirugía videolaparoscopica pura. Para poder ejecutar un procedimiento
laparoscópico quirúrgico, el paciente debe presentar estabilidad hemodinámica. Este término se aplica
para describir un flujo sanguíneo estable (Escalona Cartaya et al., 2012). Si una persona es
hemodinámicamente estable, significa que tiene un corazón de bombeo estable y una buena circulación
de la sangre. El paciente con trauma en abdomen puede presentar una inestabilidad hemodinámica
debido a la pérdida de sangre, el daño a los órganos internos, la inflamación o la infección. Estas
condiciones pueden comprometer la función del corazón y los vasos sanguíneos, y alterar el equilibrio
de líquidos y electrolitos en el organismo. No se aconseja la laparoscopia quirúrgica si hay inestabilidad
hemodinámica (Nájera, 2023).
Para evaluar la estabilidad hemodinámica del paciente con trauma en abdomen, se deben medir algunos
parámetros como la presión arterial, la frecuencia cardíaca, el gasto cardíaco, la presión venosa central,
la saturación de oxígeno y el lactato. Estos parámetros reflejan el estado de la perfusión tisular, es decir,
el aporte de oxígeno y nutrientes a los tejidos (Nájera, 2023).El abordaje mínimamente invasivo tiene
varias ventajas, como menor sangrado, menor riesgo de infección, menor dolor postoperatorio, menor
tiempo de hospitalización y mejor resultado estético. Sin embargo, también tiene algunas limitaciones,
como la necesidad de contar con un equipo especializado y entrenado, la posibilidad de convertir a
cirugía abierta si se encuentra una lesión grave o inaccesible, y el mayor costo del material y los equipos
(Castillo & Huerta, 2003).
pág. 3958
Otro concepto integrado al manejo quirúrgico es la asistencia laparoscópica en la cirugía de abdomen.
La misma permite planificar una laparotomía en el sitio y tamaño más adecuado, así como lavar o
explorar el resto de la cavidad abdominal y evitar una laparotomía mayor. El procedimiento busca
minimizar los efectos de una laparatomía completa. La detección de las lesiones intrabdominales agudas
causadas por la contusión puede proveer suficiente información para realizar una laparatomía parcial.
Este enfoque se deriva de los importantes avances que la imagenología ha aportado en los procesos de
diagnóstico de trauma de abdomen (Balén et al., 2005).
Laparatomía
La laparotomía total es una cirugía que consiste en abrir todo el abdomen para explorar y tratar los
órganos que se encuentran dentro de él. Se realiza bajo anestesia general y requiere una incisión grande
que va desde el esternón hasta el pubis (Baldeon et al., 2019). Se indica cuando hay una lesión grave o
extensa que afecta a varios órganos abdominales, como por ejemplo en casos de trauma abdominal.
También se puede realizar cuando no se puede acceder a la zona afectada por otros métodos menos
invasivos, como la laparoscopia (Pacheco, 2011).
La laparotomía se puede utilizar en el trauma cerrado de abdomen para controlar la hemorragia y
prevenir la pérdida de contenido visceral, reparar o resecar órganos como el bazo, el hígado, el intestino,
el páncreas, el riñón, el mesenterio y otros que han sufrido daños. También se aplica en control de
daños, que consiste en realizar solo las intervenciones necesarias para estabilizar al paciente y
programar una segunda cirugía de cierre para un momento posterior (Sánchez Arteaga et al., 2019).
También se indica laparatomía para casos de lesiones ocultas o inaccesibles utilizando técnicas
alternativas, como lesiones en el diafragma, la aorta abdominal, el duodeno o el páncreas, no hayan sido
exitosas. Esto suele suceder en paciente con comorbilidades como obesidad, condición en la cual se
hace difícil la ejecución de procedimientos diagnósticos por imágenes (Baldeon et al., 2019).
La laparotomía presenta riesgos y complicaciones como el sangrado, la infección, el daño a los órganos
o vasos sanguíneos, la formación de adherencias o tejido cicatricial, los problemas de coagulación, las
reacciones a la anestesia o el gas y los problemas para cerrar la herida. Además, es más doloroso y lleva
más tiempo que otras opciones quirúrgicas (Arámburu, 2018).
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CONCLUSIONES
El trauma cerrado de abdomen presenta una prevalencia importante en las causas de muertes por
traumatismos en personas jóvenes tanto en países de renta alta como aquellos de renta baja. Suele
presentarse principalmente en victimas de accidentes de tránsito. La rotura del bazo, el gado y el
mesenterio se representan los casos más graves y de mayor mortalidad en el trauma cerrado de abdomen.
También se identifican las afecciones de órganos huecos, vísceras, páncreas, sistema renal, esófago,
entre otros. Puede haber asociación con trauma torácico.
Los métodos de diagnóstico más aceptados actualmente son la tomografía computarizada multi corte y
la ecografía abdominal (FAST). El avance de las cnicas imagenológicas ha permitido reducir la
mortalidad asociada a la laparatomía total. Se ha incrementado la aplicación de técnicas menos invasivas
para la resolución de casos de daño específico. Es muy importante el control hemodinámico y
neurológico del paciente. El trauma cerrado de abdomen sigue siendo una importante causa de muerte
en personas jóvenes y en muchos casos conlleva consecuencias catastróficas de difícil manejo
terapéutico que elevan la mortalidad.
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