LUPUS ERITEMATOSO SISTÉMICO:
MANIFESTACIONES NEUROLÓGICAS Y
NEUROPSIQUIÁTRICAS
SYSTEMIC LUPUS ERYTHEMATOSUS: NEUROLOGICAL
AND NEUROPSYCHIATRIC MANIFESTATIONS
Dra. Nathaly Andrea Stacey Bustamante
Investigador Independiente
Dra. María Belén Lituma Lituma
Investigador Independiente
Dr. Omar Antonio Rodríguez Álvarez
Investigador Independiente
Dr. Guido Mauricio Aguirre Guerrero
Investigador Independiente
Dra. Brenda de Jesús Echeverría Castro
Investigador Independiente
Dra. Johanna Elizabeth Toala Guerrero
Investigador Independiente
pág. 5630
DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v8i2.10976
Lupus eritematoso Sistémico: Manifestaciones Neurológicas y
Neuropsiquiátricas
Dra. Nathaly Andrea Stacey Bustamante1
natha_stacey@icloud.com
Investigador Independiente
Dra. María Belén Lituma Lituma
lituma_1989@hotmail.com
Investigador Independiente
Dr. Omar Antonio Rodríguez Álvarez
omanroal9@gmail.com
Investigador Independiente
Dr. Guido Mauricio Aguirre Guerrero
guido_aguirre@hotmail.com
https://orcid.org/0000-0002-8718-1814
Investigador Independiente
Dra. Brenda de Jesús Echeverría Castro
brendaecheverria1996@gmail.com
Independiente Independiente
Dra. Johanna Elizabeth Toala Guerrero
johannaelis-@hotmail.com
Investigador Independiente
RESUMEN
El lupus eritematoso sistémico (LES) se manifiesta con una amplia gama de síntomas, patrones
impredecibles y manifestaciones ocasionales específicas de órganos, lo que dificulta su diagnóstico. A
pesar de la falta de pruebas diagnósticas específicas, la evaluación clínica sigue siendo crucial, aunque
en algunos casos no se obtienen resultados serológicos positivos. Los últimos criterios diagnósticos,
como los criterios EULAR/ACR 2019, facilitan una clasificación más temprana y precisa. Existen
varios subtipos de la enfermedad, con algunos pacientes que presentan inicialmente síntomas leves que
pueden progresar a una enfermedad grave con el tiempo. Uno de los subtipos del LES son los síndromes
neuropsiquiátricos cuya nomenclatura en inglés es NPSLE, se trata sobre una manifestación menos
comprendida y posiblemente más prevalente del lupus. Su patogénesis implica varios factores,
incluyendo citocinas inflamatorias, autoanticuerpos y complejos inmunes, resultando en daño neuronal.
El manejo de LESNP es variado, incluyendo antiinflamatorios, anticoagulantes e inmunosupresores. El
tratamiento tiene como objetivo garantizar la supervivencia del paciente, prevenir brotes y daño
orgánico, y mejorar la calidad de vida. La terapia inmunosupresora de alta intensidad se utiliza a
menudo inicialmente para casos que amenazan la vida u órganos, seguida de una terapia de
mantenimiento. En esta investigación detallaremos los principales síntomas neurológicos y
neuropsiquiátricos asociados al LES.
Palabras claves: lupus eritematoso sistémico, síndromes neuropsiquíatricos, inmunosupresores,
anticuerpos
1
Autor principal
Correspondencia: natha_stacey@icloud.com
pág. 5631
Systemic lupus Erythematosus: Neurological and Neuropsychiatric
Manifestations
ABSTRACT
Systemic lupus erythematosus (SLE) manifests with a wide range of symptoms, unpredictable patterns,
and occasional organ-specific manifestations, making its diagnosis difficult. Despite the lack of specific
diagnostic tests, clinical evaluation remains crucial, although in some cases positive serological results
are not obtained. The latest diagnostic criteria, such as the EULAR/ACR 2019 criteria, facilitate an
earlier and more precise classification. There are several subtypes of the disease, with some patients
initially presenting with mild symptoms that can progress to severe disease over time. One of the
subtypes of SLE is neuropsychiatric syndromes whose English nomenclature is NPSLE, which is a less
understood and possibly more prevalent manifestation of lupus. Its pathogenesis involves several
factors, including inflammatory cytokines, autoantibodies and immune complexes, resulting in neuronal
damage. The management of NPSLE is varied, including anti-inflammatories, anticoagulants, and
immunosuppressants. Treatment aims to ensure patient survival, prevent flare-ups and organ damage,
and improve quality of life. High-intensity immunosuppressive therapy is often used initially for life-
or organ-threatening cases, followed by maintenance therapy. In this research we will detail the main
neurological and neuropsychiatric symptoms associated with SLE.
Keywords: systemic lupus erythematosus, neuropsychiatric syndromes, immunosuppressants,
antibodies
Artículo recibido 10 marzo 2024
Aceptado para publicación: 15 abril 2024
pág. 5632
INTRODUCCIÓN
El lupus eritematoso sistémico (LES) es una enfermedad autoinmune crónica, de origen idiopático y
compleja que puede afectar múltiples órganos y sistemas del cuerpo. El mecanismo de esta patología
se caracteriza por la producción excesiva de autoanticuerpos que atacan los tejidos sanos
desencadenando inflamación y daño tisular. Se postula como teoría de la etiología del LES la
interacción compleja entre factores genéticos, hormonales y ambientales que contribuyen a su aparición.
La sintomatología es diversa, generalmente la clínica de los pacientes se caracteriza por presentar fatiga,
artralgia, erupciones cutáneas y problemas renales siendo la complicación más frecuente de esta
enfermedad.
El LES puede tener un curso clínico impredecible, con períodos de exacerbación y remisión. Los
pacientes con esta enfermedad pueden experimentar una variedad de manifestaciones neurológicas y
neuropsiquiátricas a lo largo del curso de la enfermedad como el NPSLE, el cual engloba síndromes
neurológicos y psiquiátricos en pacientes con LES, una vez descartadas otras causas. Sus
manifestaciones clínicas son diversas, lo que dificulta su diagnóstico. Suelen presentarse al inicio del
LES, siendo más comunes en mujeres jóvenes. La patogénesis de LESNP es compleja e implica
citocinas inflamatorias, anticuerpos y complejos inmunes, que pueden causar daño neuronal
vasculopático, citotóxico y mediado por autoanticuerpos (1).
Los síntomas neuropsiquiátricos son comunes durante el primer o segundo año después de que se
diagnostica el lupus eritematoso sistémico en aproximadamente la mitad de los pacientes afectados.
Además, alrededor del 28% al 40% de las manifestaciones neuropsiquiátricas relacionadas con el lupus
son los primeros signos de la enfermedad. Estas manifestaciones pueden involucrar el sistema nervioso
central o periférico, y pueden manifestarse como dolores de cabeza, neuropatías, convulsiones,
trastornos cognitivos, cambios de humor, ansiedad y depresión. La fisiopatología exacta de estas
manifestaciones sigue siendo poco clara, pero se cree que implica procesos inflamatorios, disfunción
de la barrera hematoencefálica y la presencia de autoanticuerpos. La aparición de estas manifestaciones
puede ser temprana en el curso de la enfermedad y puede tener un impacto significativo en la calidad
de vida de los pacientes (2).
pág. 5633
MATERIALES Y MÉTODOS
Para llevar a cabo este estudio, se emprendió una búsqueda minuciosa en una variedad de fuentes, que
incluyeron artículos científicos revisados por pares, libros y otros recursos académicos. Esta búsqueda
se extendió a lo largo de un amplio rango temporal, abarcando desde los primeros registros hasta las
investigaciones más recientes. Se hizo especial hincapié en recolectar información sobre el lupus
eritematoso sistémico (LES) y sus manifestaciones neurológicas y neuropsiquiátricas, explorando una
amplia revisión bibliográfica tanto en inglés como en español para obtener una visión global y completa
del tema. El propósito principal de esta investigación fue recopilar una gran cantidad de información y
perspectivas relevantes que contribuyeran al entendimiento integral de esta patología.
DESARROLLO
Epidemiología
El lupus eritematoso sistémico (LES) constituye una enfermedad autoinmune de curso crónico que
puede producir lesión en diversos órganos. Esta patología se destaca por la generación de
autoanticuerpos y una inflamación que se propaga por todo el organismo. Tiene una mayor incidencia
en mujeres en etapa fértil, con una notable disparidad de género de 9 mujeres por cada hombre afectado.
A nivel global, se estima que alrededor de 5 millones de personas sufren esta condición, con incidencias
que varían dependiendo de la localización geográfica y los grupos étnicos, siendo más prevalente en
comunidades de ascendencia africana, asiática, nativa americana y en menor número en habitantes
latinoamericanos (2) (3).
Las estimaciones del mero de casos de LES en Estados Unidos varían considerablemente. La
incidencia general reportada oscila entre 3.7 por cada 100,000 personas-año y 49 por cada 100,000 en
la población de Medicare de Estados Unidos. En cuanto a la prevalencia, se sitúa en un rango de 48 a
366.6 por cada 100,000 individuos. Estas cifras reflejan la diversidad de la enfermedad en la región y
la importancia de comprender su alcance para mejorar los enfoques de diagnóstico y tratamiento (4).
Estudios de gran escala basados en registros en el Reino Unido y Hungría han reportado una incidencia
general de 4.9 por cada 100,000 personas-año. Otros estudios basados en este continente han encontrado
tasas de incidencia más bajas, como 3.3 en Francia, 2.3 en Dinamarca y entre 1.5 y 1.8 en Estonia. La
incidencia más alta, 7.4 por cada 100,000 personas-año, proviene de un estudio de recuperación de
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casos en Creta, Grecia. Las tasas de incidencia estimadas en otros estudios de cohortes han sido
similares a las reportadas por los estudios de registro: 2.8 en el sur de Suecia y 2.0 en una región limitada
del norte de Italia (5).
La epidemiología del LES sigue siendo desconocida en la mayoría de los países de Latinoamérica
debido a la limitación de recursos para llevar a cabo estudios de vigilancia de condiciones crónicas. Un
estudio en la provincia de Tucumán, Argentina, proporcionó cifras de incidencia y prevalencia de esta
patología. Durante el período 2005-2012, se identificaron 353 casos de LES en una población
aproximada de un millón y medio de habitantes, con una incidencia anual que varió de 1.4 a 4.2 por
cada 100,000 personas-año y una prevalencia ajustada por edad de 34.9 por cada 100,000 personas-año.
La relación mujer-hombre fue de 14 a 1, con una incidencia máxima en mujeres entre los 30 y 39 años.
En Argentina, también se ha examinado la incidencia del LES en individuos bajo el cuidado de un gran
sistema de salud privado en la ciudad de Buenos Aires, que atiende al 5-7% de la población(2).
Fisiopatología
La fisiopatología de los síndromes neuropsiquiátricos vinculados al LES continúa siendo un misterio
en la actualidad, pero diversas investigaciones han llegado a la conclusión que podría ser causada por
una disfunción en la barrera hematoencefálica, lo que permitiría la entrada de inmunoglobulinas y
células inmunológicas al tejido cerebral. Sin embargo, el mecanismo por el cual autoanticuerpos
autorreactivos atraviesan esta barrera y si se producen intratecalmente continúa sin una explicación
viable.
Según la revisión de los criterios del Colegio Americano de Reumatología, se han identificado 19
síndromes neuropsiquiátricos asociados con el lupus eritematoso sistémico. Estos síndromes se pueden
dividir en dos categorías: los que afectan al sistema nervioso central, aproximadamente el 93% de los
pacientes presentan lupus neuripsiquiátrico y los que afectan al sistema nervioso periférico(6).
Anticuerpos
El LES es una enfermedad autoinmune crónica y compleja que afecta a múltiples sistemas del cuerpo,
incluido el SNC. Es bastante frecuente encontrar en pacientes con LESNP autoanticuerpos, los cuales
tienen papel crucial en el desarrollo de manifestaciones clínicas. Los autoanticuerpos presentes en
pacientes con LESNP incluyen una variedad de especificidades, uno de ellos son los anticuerpos
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antirribosomales P, los anticuerpos anti-ADN de doble cadena y los anticuerpos antifosfolípidos.
Dichos autoanticuerpos pueden atravesar la BHE desencadenando procesos inflamatorios y
produciendo daño tisular en el SNC, lo que ocasiona la manifestación de los síntomas
neuropsiquiátricos distintivos del LESNP.
Anticuerpos antifosfolípidos
Los anticuerpos antifosfolipídicos están vinculados a diversos síntomas neurológicos en el LES, como
convulsiones, accidente cerebrovascular, ataques isquémicos transitorios y mielitis transversa. Los altos
niveles de anticuerpos anticardiolipina IgG (IgG aCL) tienen una sensibilidad del 58% y una
especificidad del 81% para diagnosticar manifestaciones isquémicas en el LES-NP. La ateroesclerosis
acelerada asociada con el LES aumenta significativamente el riesgo de enfermedad coronaria y
accidente cerebrovascular. En imágenes de resonancia magnética, las hiperintensidades sugieren
vasculopatía y se atribuyen a desmielinización, gliosis y edema intersticial debido a isquemia e infartos
lacunares (7).
La presencia de hiperintensidades extensas y confluentes en la sustancia blanca indica una
hipoperfusión crónica. Se considera que alrededor del 60% de los pacientes con LES tienen anticuerpos
antifosfolipídicos, y aproximadamente el 30% de ellos desarrollarán el síndrome antifosfolipídico en el
transcurso de la enfermedad, lo que se asocia con disfunciones focales y déficits cognitivos,
especialmente con el anticoagulante lúpico.
En diversos estudios se ha observado que los anticuerpos anticardiolipina están relacionados con una
disminución en las habilidades de aprendizaje, problemas psicomotores, baja memoria verbal y una
disminución de funciones ejecutivas. Tanto el anticoagulante lúpico como los anticuerpos
anticardiolipina inhiben la proliferación de astrocitos y aumentan la despolarización de los
sinaptoneurosomas (8).
Anticuerpos ribosomales
Los autoanticuerpos anti-RibP fueron descubiertos hace más de cincuenta años en sueros de pacientes
con LES, y desde entonces se han asociado con LESNP, nefritis lúpica y el lupus con manifestaciones
hepáticas. Se ha investigado intensamente el epítopo clínicamente relevante para los autoanticuerpos
anti-RibP en las últimas dos décadas. Se ha confirmado que el péptido C-terminal de 22 aminoácidos
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(C22) es un epítopo crucial en las tres proteínas RibP (P0, P1, P2) atacadas por estos autoanticuerpos.
Por lo tanto, los inmunoensayos anti-RibP utilizan tanto el péptido C22 como los tres antígenos RibP,
ya sea individualmente o en combinaciones, los cuales se derivan de ribosomas nativos purificados,
polipéptidos sintéticos o recombinantes, de múltiples péptidos (9) .
Al estratificar la enfermedad del SNC por objetivo antigénico, los ribosomas completos siguen siendo
significativos, mientras que el péptido C22 no muestra una asociación significativa. Sin embargo, el
péptido C22 se relacionó con el anti-RibP en casos de depresión, pero se observó una heterogeneidad
significativa. En contraste, para la psicosis, la asociación entre el péptido C22 y el anti-RibP fue
consistente, sin evidencia de heterogeneidad. Aunque los biomarcadores son fundamentales en el
diagnóstico y pronóstico del LES, el anti-RibP no se ha incluido en los criterios de clasificación para el
LES hasta el momento. Estudios recientes sugieren que el anti-RibP está asociado con diversas
manifestaciones graves del LES, como la hepatitis y el LESNP (10).
Anticuerpos anti-ADN de doble cadena
Los anticuerpos anti-dsDNA, anti-Smith (anti-Sm) y los anticuerpos antifosfolípidos son importantes
marcadores serológicos en el diagnóstico y seguimiento del NPSLE. Estos anticuerpos son parte de los
anticuerpos antinucleares (ANA), que incluyen anti-ADN de cadena simple (anti-ssDNA) y anti-ADN
de doble cadena (anti-dsDNA), presentes en el 70-90% de los pacientes con LES y NPSLE. La
positividad de los ANA es un criterio de entrada para el LES según la guía del Colegio Americano de
Reumatología (ACR) de 2019.
En estudios previos sobre anti-ADN en LES y esclerosis sistémica lineal (LS), se desarrollaron
oligonucleótidos sintéticos para investigar el reconocimiento de antígenos por anticuerpos autoinmunes.
Estos nuevos antígenos demostraron una sensibilidad analítica hasta 10 veces mayor que el ADN de
timo de ternero de control y el kit comercial de anti-ssDNA. Se encontró una asociación significativa
entre características clínicas específicas y anticuerpos antinucleares, y se confirmó una asociación entre
un anticuerpo anti-dsDNA particular, D5, y el índice de actividad de la enfermedad del LES (SLEDAI)
(11).
Manifestaciones clínicas
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De acuerdo a los estudios realizados por el Colegio Americano de Reumatología, describen que el LES
tiene cinco manifestaciones psiquiátricas, entre ellas: trastorno de ansiedad, disfunción cognitiva,
psicosis, trastorno del estado de ánimo y estado confusional agudo. La disfunción cognitiva es la
manifestación psiquiátrica más común en pacientes con esta patología, con una prevalencia entre el
20% y el 80%. Las manifestaciones de LESNP suelen ocurrir temprano en el curso de LES, con una
mayor incidencia en mujeres jóvenes, representando una prevalencia de hasta el 45% de los pacientes
y es una causa importante de morbilidad. La patogénesis de NPSLE es multifactorial e involucra
diversas citocinas inflamatorias, anticuerpos y complejos inmunes, provocando daño neuronal
vasculopático, citotóxico y mediado por autoanticuerpos (12).
Actualmente no existen biomarcadores de laboratorio o radiológicos para establecer un diagnóstico y
guiar las decisiones terapéuticas en el contexto de LESNP. Sin embargo, se estima que el desarrollo de
las manifestaciones psiquiátricas está asociado con el curso de la misma enfermedad, los efectos
secundarios de los medicamentos y el estrés psicosocial debido a los síntomas del lupus (13).
Un estudio realizado por el neuropsicólogo Jorge Ríos en el 2018, planteó un diseño comparativo
correlacional en la que participaron 34 pacientes con diagnóstico de LES, dicho estudio analizó la
presencia de síntomas de ansiedad y depresión en un grupo clínico y un grupo control. Se encontró que
el 52% de los pacientes presentaban síntomas de ansiedad en niveles muy bajos, el 36% en niveles
moderados y el 12% en niveles severos, el l 9% de pacientes no presentaba síntomas de depresión,
mientras que el 35% presentaba niveles mínimos, el 32% manifestó niveles leves, el 15% niveles
moderados y el 9% niveles severos. En el grupo control, la presencia de síntomas ansiosos fue muy baja
para el 100% de las personas, y para la depresión, se observaron niveles ausentes 38%, mínimos 47%
y síntomas el leves 15% (14).
Lesiones cerebrovasculares
A pesar que la patogénesis de LESNP sigue siendo limitada, sean encontrado hallazgos de autopsias en
pacientes que sugieren que el daño en su SNC está relacionado con lesiones cerebrovasculares. Entre
las manifestaciones clínicas comunes se encuentran: lesiones no inflamatorias en vasos pequeños,
microhemorragias, isquemia y trombosis microvascular cerebral y oclusión vascular focal. El proceso
de trombosis de los vasos intracraneales grandes y pequeños es causado por la coagulación de leucocitos
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y la aterosclerosis acelerada. Estudios consideran que la deposición de complejos inmunes, la activación
del complemento y la lesión vascular mediada por ltiples autoanticuerpos también contribuyen de
manera crucial a la etiología de LESNP (15).
Estudios actuales han demostrado que existen reorganizaciones locales y globales más extensas en la
red estructural del cerebro de pacientes con LESNP en comparación con aquellos con LES típico.
Científicos consideran que dichos cambios son el resultado de los intentos de la red para compensar los
síntomas neuropsiquiátricos comúnmente observados en los pacientes que cursan con LESNP (1).
En cuanto a la red estructural, también ha cursado con cambios debido a la reorganización de la red
cerebral funcional en regiones cerebrales operativamente similares.
Por ejemplo, los pacientes con LESNP presentaban mayores activaciones de la RMN durante tareas de
memoria de trabajo en comparación con los controles. También se demostró que los pacientes tenían
una activación cortical alterada durante tareas motoras simples. Existe un mayor reclutamiento de
regiones corticales adicionales para realizar la función ejecutiva en estos pacientes (16).
Otros estudios revelaron que son comunes las activaciones diferenciales de la RMN funcional para la
habilidad visuoconstructiva, la memoria de trabajo y la atención en niños con LES de inicio en la
infancia. Estas reorganizaciones de la red funcional respaldan aún más la idea de un reclutamiento
aumentado de vías corticales adicionales para compensar los déficits cognitivos o conductuales de estos
pacientes.
Las lesiones en la sustancia blanca son comunes en pacientes con LESNP, tienen una incidencia que
oscila entre el 30% y el 75% de los casos. Dichas lesiones tienden a localizarse en los lóbulos frontal y
parietal, y se les ha relacionado con la actividad neuropsiquiátrica del LES, así como con la inflamación
y el daño tisular. Se ha observado una mayor prevalencia de estas lesiones en pacientes que tienen
anticuerpos antifosfolípidos.
Además, las calcificaciones intracraneales, particularmente en los ganglios basales, son una
característica asociada con esta patología y pueden ser detectadas en TAC hasta el 30% de los casos
(17).
Otros estudios realizados en las auptosias revelan diversos hallazgos, entre ellos, indican que en
histología cerebral de los pacientes con LESNP también se presentó microinfartos, edema cerebral,
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cambios isquémicos difusos, proliferación de microglía y astrocitosis reactiva, remodelación vascular
y calcificación de la pared, pérdida neuronal y axonal mielinizado, lo que también indicó que la
activación de la microglía puede contribuir al desarrollo de la patología al afectar la estructura y función
neuronal y sináptica. Estos cambios patológicos eventualmente conducen a edema cerebral focal o
difuso o lesión endotelial difusa, lo que a su vez conduce a la alteración de la barrera hematoencefálica
(18).
Lesiones de la barrera hematoencefálica
Los autoanticuerpos son comunes en pacientes con LES, y se ha implicado que los complejos inmunes
circulantes están relacionados con la patogénesis de los síntomas no neuropsiquiátricos, actualmente se
han demostrado dos autoanticuerpos involucrados: los anticuerpos anti-ribosomales P y los anticuerpos
anti-ADN de doble cadena/cruzados reactivos con los receptores de N-metil-D-aspartato (DNRAb).
Ambos tienen efectos neurotóxicos que están mediados por diferentes mecanismos que involucran la
activación de los receptores N-metil-D-aspartato (NMDAR), lo que conduce a un aumento del flujo
intracelular de calcio y disfunción o muerte neuronal (19).
Los DNRAb, tienen como objetivo preferencial las células del lugar en la región CA1 del hipocampo y
se asocian con déficits selectivos de memoria espacial en el modelo murino.
Varios estudios han examinado el líquido cefalorraquídeo (LCR) de pacientes con LESNP, presentan
niveles altos de anticuerpos séricos en el LCR, también se encontraron anticuerpos anti-NMDAR y
subunidades NR2 de NMDAR. A pesar de la evidencia convincente de la disfunción del sistema
nervioso central mediada por autoanticuerpos, la interrupción de la barrera hematoencefálica (BHE)
permite el acceso de los anticuerpos al tejido cerebral con alteraciones neuronales y pérdida cognitiva
subsiguientes(20).
Existe un gran interés en la evaluación cuantitativa de la permeabilidad de la BHE, por esto para realizar
estudios se ha utilizado imágenes de resonancia magnética (RM) dinámica con contraste mejorado
(DCE). La DCE-RM es una técnica en la que se obtienen múltiples imágenes de T1WI antes, durante y
después de la administración de contraste para proporcionar realce de señal en función del tiempo.
Utiliza un modelo de dos compartimentos, específicamente el espacio intravascular y el espacio
extravascular extracelular, para evaluar el flujo sanguíneo y la permeabilidad (21).
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Se derivan varios parámetros de la permeabilidad de la BHE de los análisis cuantitativos basados en
modelos de DCE-RM, como la constante de transferencia de volumen (K-trans) y el volumen en el
espacio extravascular extracelular por unidad de volumen tisular (Ve). Ktrans es un parámetro de flujo
que mide la constante de transferencia de volumen del plasma sanguíneo en el espacio intravascular al
espacio extravascular extracelular. Un aumento cuantitativo en los valores de Ktrans y Ve indica una
fuga de líquido a través de la BHE hacia el tejido cerebral (22).
Vasculitis
La vasculitis y la vasculopatía en el lupus eritematoso sistémico (LES) principalmente impactan las
arteriolas y capilares, generando una complejidad vascular caracterizada por la tortuosidad de los vasos,
la hialinización vascular, la proliferación endotelial y la inflamación perivascular o gliosis. La vasculitis
cerebral verdadera generalmente es poco frecuente, pero un estudio actual revela que el 31% de los
pacientes con LESNP tenían vasculitis cerebral, lo que sugiere que la vasculitis aún puede ser un factor
subyacente en un número sustancial de casos. El mismo estudio mostró que la vasculitis se
correlacionaba con hemorragias grandes, las cuales pueden provocar una morbilidad significativa. La
vasculitis y la vasculopatía relacionadas con el LESNP también pueden afectar a los vasos de tamaño
mediano y pequeño y, en consecuencia, resultar en cambios isquémicos microvasculares crónicos,
microhemorragias, grandes infartos, infartos lacunares, atrofia cerebral, hemorragias intracraneales, o
hemorragias subaracnoideas (23).
pág. 5641
Figura 1.
Autores: Yoshiaki Ota, Ashok Srinivasan, Aristides A. Capizzano, Jayapalli R. Bapuraj, MDJohn Kim, Ryo Kurokawa,
PhDAkira Baba, Toshio Moritani,
Lesiones de sustancia blanca de una paciente de 32 años con LESNP y cefalea. (A) La imagen de RM
axial con recuperación de inversión atenuada por líquido (FLAIR) muestra lesiones hiperintensas
(flechas) en el lóbulo parietal derecho y la corona radiada izquierda. (B) El mapa de anisotropía
fraccional coloreado muestra una anisotropía fraccional baja (flecha) en las mismas regiones, lo que
sugiere lesión axonal. (C, D) Las imágenes de RM de perfusión potenciadas por susceptibilidad con
contraste dinámico muestran una disminución del volumen sanguíneo cerebral (flecha en C) y del flujo
sanguíneo cerebral (flecha en D), lo que sugiere hipoperfusión.
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Figura 2
Autores: Gaurav Gulati, Jordan T. Jones, Gregory Lee, Mekibib Altaye, Dean W. Beebe, Jamie Meyers-Eaton, Kasha Wiley,
Hermine I. Brunner & Mark W. Difrancesco
Cortes selectivos para el estudio de diferencias en la permeabilidad de la barrera hematoencefálica entre
pacientes con lupus eritematoso sistémico juvenil (LES) y controles sanos emparejados. En dichos
cortes se encuentran en los giros parahipocampales/inferiores temporales/fusiformes (marcados en azul;
áreas de Brodmann 28, 36, 37 y 20), la región occipital inferior (marcada en verde; área de Brodmann
19), y el núcleo caudado (marcada en amarillo). Las letras L (izquierda) y R (derecha) indican la
orientación del eje, y la imagen sagital (izquierda) revela la ubicación de los cortes.
Manifestaciones psiquiátricas
La calidad de vida relacionada con la salud en pacientes con LES que presentan síntomas
neuropsiquiátricos está extremadamente reducida tanto en los ámbitos físicos como mentales,
independientemente de la etiología. Estudios revelan que las subescalas de salud general y limitaciones
en el rol debido a problemas físicos y emocionales son las más afectadas.
La fatiga es común en pacientes con LESNP, y su prevalencia se estima entre el 67-90%. En la práctica
clínica, se utilizan muchas herramientas diferentes para evaluar la fatiga, y se utilizan diferentes
definiciones de fatiga en los estudios en pacientes con LES, lo que complica la comparación directa
Parahipocampo izquierdo,
temporal inferior y giro
fusiforme (áreas derechas de
Brodmann 28, 36,37 y 20
Región occipital inferior
derecha (Área 19 de
Brodmann)
Núcleo caudado
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entre los estudios. Una herramienta utilizada para definir la fatiga severa es el SF-36 VT, que mostró
una prevalencia del 52% en pacientes con LES. En la actualidad no se puede relacionar la inflamación
y la fatiga, pero los síntomas de ansiedad y depresión se asociaron fuertemente con la fatiga (24).
Un grupo interdisciplinario de médicos en 1999 propuso definiciones de caso para una amplia gama de
19 síndromes neuropsiquiátricos que pueden manifestarse en el LES. Estas definiciones no se basaron
necesariamente en el conocimiento de que fueran manifestaciones directas del LES, sino más bien para
establecer un marco de clasificación estandarizado que facilitara la investigación posterior. En el caso
de los trastornos del estado de ánimo y ansiedad, se utilizaron los términos definidos en la cuarta edición
del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM) (25).
La mayoría de los estudios sobre el LESNP han utilizado herramientas basadas en cuestionarios para
definir los trastornos del estado de ánimo y ansiedad, estableciendo umbrales de puntuación que pueden
ser algo arbitrarios. Estas herramientas incluyen la Escala de Ansiedad y Depresión Hospitalaria
(HADS), los Inventarios de Depresión y Ansiedad de Beck (BDI, BAI), las Escalas de Depresión del
Centro para Estudios Epidemiológicos (CES-D) y medidas generales de salud como el Cuestionario de
Salud del Paciente (PHQ). También se han aplicado recientemente las Escalas de Medición de
Resultados Informados por el Paciente (PROMIS), diseñadas para ser una medida estandarizada y
accesible (26).
En cuanto a la prevalencia de los trastornos del estado de ánimo en pacientes con LESNP, varía de
acuerdo a la población estudiada y los métodos de evaluación utilizados, pero se ha observado que son
comunes, con una prevalencia de trastorno depresivo mayor que oscila entre el 12% y el 60%. Se ha
estimado que la incidencia anual de depresión en mujeres estadounidenses con LES es del 8.8%,
mientras que la incidencia acumulativa a los 10 años después del diagnóstico de LES es del 18% según
el DSM-IV en una cohorte internacional de pacientes con LES (27).
La esquizofrenia se entiende como una enfermedad cerebral parcialmente hereditaria, con hallazgos
recientes interesantes que muestran que los alelos de los genes del componente C4 del complemento
desempeñan un papel tanto en el sistema nervioso central como en el sistema inmunológico. Las
enfermedades autoinmunes y las infecciones graves están asociadas con un mayor riesgo posterior de
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esquizofrenia y otros trastornos psiquiátricos. La esquizofrenia se asocia con una prevalencia vitalicia
casi un 50% mayor de enfermedades autoinmunes (28).
CONCLUSIONES
Los pacientes con lupus eritematoso sistémico (LES) a menudo experimentan síntomas
neuropsiquiátricos, como disfunción cognitiva y trastornos del estado de ánimo, que afectan su calidad
de vida. La presencia de autoanticuerpos neurotóxicos, como los anticuerpos anti-ribosomales P y los
anticuerpos anti-ADN de doble cadena/receptores de N-metil-D-aspartato (DNRAb), se relaciona con
estas alteraciones.
Los anticuerpos antifosfolípidos están vinculados a diversos ntomas neurológicos, como convulsiones
y accidentes cerebrovasculares. Aunque estos autoanticuerpos son importantes en el LESNP, el anti-
RibP aún no se ha incluido en los criterios de clasificación para el LES. Sin embargo, investigaciones
recientes sugieren su asociación con manifestaciones graves del LES, como hepatitis y LESNP.
El LESNP se caracteriza por lesiones en la sustancia blanca asociadas con actividad neuropsiquiátrica
y anticuerpos antifosfolípidos. La histología cerebral revela microinfartos, edema y cambios
isquémicos, relacionados con la coagulación de leucocitos, la aterosclerosis y la activación de
autoanticuerpos.
Además, se observan reorganizaciones en la red cerebral de pacientes con LESNP, posiblemente como
mecanismo de compensación para los síntomas neuropsiquiátricos. Estudios recientes sugieren una
posible relación entre la permeabilidad de la barrera hematoencefálica (BHE) y el flujo sanguíneo
cerebral en pacientes con LES, lo que podría tener implicaciones en el tratamiento de los síntomas
neuropsiquiátricos. Se necesitan más investigaciones para confirmar estos hallazgos y comprender
mejor su significado clínico.
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