REPARACIÓN DE ATRESIA ESOFÁGICA CON FÍSTULA
TRAQUEOESOFÁGICA: UN ANÁLISIS COMPARATIVO
ENTRE TORACOSCOPÍA Y TORACOTOMÍA ABIERTA
REPAIR OF ESOPHAGEAL ATRESIA WITH TRACHEOESOPHAGEAL
FISTULA: A COMPARATIVE ANALYSIS BETWEEN THORACOSCOPY AND
OPEN THORACOTOMY
Néstor Daniel Carrasco Cárdenas
Hospital para el Niño Poblano, México
Elvia Patricia Concha González
Hospital para el Niño Poblano, México
José Luis Vélez Salas
Hospital para el Niño Poblano, México
Omar Hernández Vargas
Hospital Infantil Especialidades de Chihuahua, México
Luis Ricardo García Vázquez
Hospital Infantil Especialidades de Chihuahua, México
Linda Fabiola Pérez Pérez
Hospital para el Niño Poblano, México
Leydi Guadalupe Soancatl Rodríguez
Universidad Autónoma de Puebla, México
Esteban Porras Aguilar
Universidad Autónoma de Puebla, México
Diana Guadalupe Soancatl Rodríguez
Universidad Autónoma de Puebla, México
Rubén Cholula Alarid
Universidad Autónoma de Puebla, México
Yaneth Martínez Tovilla
Universidad Autónoma de Puebla, México
pág. 5816
DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v8i2.10989
Reparación de Atresia Esofágica con Fístula Traqueoesofágica: Un Análisis
Comparativo Entre Toracoscopía y Toracotomía Abierta
Néstor Daniel Carrasco Cárdenas1
ndanielcarrascoc@gmail.com
https://orcid.org/0009-0004-7375-7722
Hospital para el Niño Poblano
México
Elvia Patricia Concha González
patyconcha@yahoo.com.mx
https://orcid.org/0009-0009-6335-8492
Hospital para el Niño Poblano
México
José Luis Vélez Salas
jolv75@hotmail.com
https://orcid.org/0009-0000-6767-3224
Hospital para el Niño Poblano
México
Omar Hernández Vargas
dromarhdezv@yahoo.com.mx
https://orcid.org/0009-0003-4082-9067
Hospital Infantil
Especialidades de Chihuahua
México
Luis Ricardo García Vázquez
lurgav@hotmail.com
https://orcid.org/0009-0004-8577-7755
Hospital Infantil
Especialidades de Chihuahua
México
Linda Fabiola Pérez Pérez
lindafperezp@gmail.com
https://orcid.org/0009-0008-7842-6163
Hospital para el Niño Poblano
México
Leydi Guadalupe Soancatl Rodríguez
leydisoancatl@hotmail.com
https://orcid.org/0009-0001-8050-0798
Facultad de Medicina de la Benemérita
Universidad Autónoma de Puebla
México
Esteban Porras Aguilar
porras.est98@hotmail.com
https://orcid.org/0009-0002-8124-2214
Facultad de Medicina de la Benemérita
Universidad Autónoma de Puebla
México
Diana Guadalupe Soancatl Rodríguez
diana.soancatl@alumno.buap.mx
https://orcid.org/0009-0005-7402-1706
Facultad de Medicina de la Benemérita
Universidad Autónoma de Puebla
México
Rubén Cholula Alarid
rubencholulaalarid@gmail.com
https://orcid.org/0009-0003-3739-0241
Facultad de Medicina de la Benemérita
Universidad Autónoma de Puebla
México
Yaneth Martínez Tovilla
yaneth_tovilla@hotmail.com
https://orcid.org/0000-0001-6840-5838
Hospital para el Niño Poblano
Facultad de Medicina de la Benemérita
Universidad Autonóma de Puebla
México
1
Autor principal
Correspondencia: yaneth_tovilla@hotmail.com
pág. 5817
RESUMEN
Introducción: la atresia esofágica (AE) consiste en la interrupción de la luz esofágica con o sin
comunicación con la vía aérea, ocurre aproximadamente en 1 de cada 4000 nacidos vivos, en la
actualidad se utiliza la Clasificación de Vogt modificada por Ladd, identificando la AE tipo III como la
más frecuente. El diagnóstico se puede realizar en la etapa prenatal o posnatal y el tratamiento definitivo
puede ser mediante toracoscopia o toracotomía abierta, las cuáles hoy en día se encuentran en estudio
para establecer la que presenta mayores ventajas. Materiales y Métodos: estudio observacional, de
cohorte retrospectiva, en pacientes operados por atresia esofágica en dos unidades hospitalarias en el
período de enero de 2019 a junio de 2023. Con el objetivo de evaluar y comparar la morbimortalidad
asociada a dos técnicas quirúrgicas, la toracoscopia (TR) y la toracotomía abierta (TA). Resultados: se
analizaron un total de 53 expedientes, en el que se dividieron en dos grupos: TA (15 pacientes) y TR
(38 pacientes). Obteniendo resultados similares entre ambos procedimientos. Discusión: los resultados
concuerdan con la literatura respecto a la edad gestacional, peso, días con ventilación mecánica, reinicio
de la alimentación, uso de opioides, complicaciones, todo esto de acuerdo con el tipo de procedimiento
al que se sometieron los pacientes. Conclusión: los resultados obtenidos en nuestro estudio son
similares a los reportados en la literatura previa, no existen diferencias significativas entre la
implementación de toracoscopia y toracotomía abierta, sin embargo, los resultados sugieren que la
toracoscopia (TR) podría ofrecer ventajas en el manejo del dolor postoperatorio en comparación con la
toracotomía abierta (TA), además de reducir el riesgo de recidiva de fístula posterior a la intervención
quirúrgica.
Palabras clave: atresia esofágica, toracotomía, toracoscopia, comparación
Artículo recibido 15 marzo 2024
Aceptado para publicación: 10 abril 2024
pág. 5818
Repair of Esophageal Atresia with Tracheoesophageal Fistula:
A Comparative Analysis Between Thoracoscopy and Open Thoracotomy
ABSTRACT
Introduction: esophageal atresia (EA) involves the interruption of the esophageal lumen with or
without communication with the airway, occurring in approximately 1 in every 4000 live births.
Currently, the modified Vogt Classification by Ladd is used, identifying type III EA as the most frequent.
Diagnosis can be made prenatally or postnatally, and definitive treatment can be through thoracoscopy
or open thoracotomy, both of which are currently under study to establish which presents greater
advantages. Materials and Methods: this is an observational study, retrospective cohort, on patients
operated for esophageal atresia in two hospitals from January 2019 to June 2023. The aim was to
evaluate and compare the morbidity and mortality associated with two surgical techniques,
thoracoscopy (TR) and open thoracotomy (OT). Results: A total of 53 records were analyzed, which
were divided into two groups: OT (15 patients) and TR (38 patients). Obtaining similar results between
both procedures. Discussion: the results align with the literature regarding gestational age, weight, days
on mechanical ventilation, resumption of feeding, opioid use, complications, all according to the type
of procedure undergone by the patients. Conclusion: our study reported data similar to previous
literature, observing that there are no significant differences between one technique and another;
however, thoracoscopy has proven to be a safe therapeutic alternative that should be implemented in
more hospital centers for the treatment of EA.
Keywords: esophageal atresia, thoracotomy, thoracoscopy, versus
pág. 5819
INTRODUCCIÓN
La atresia esofágica (AE), consiste en la interrupción de la luz esofágica con o sin comunicación con la
vía aérea. La AE ocurre en aproximadamente 1 de cada 3,000-5,000 nacidos vivos (1:4,000), casi un
tercio de los afectados son prematuros, con una prevalencia de 2.4-2.86 por cada 10,000 nacidos. Se
encuentran anomalías cromosómicas en 6-10% de los casos, siendo las más frecuentes las trisomías 18
y 21. 1,5,6.
La AE ha tenido diversas clasificaciones a lo largo de la historia, la primera fue realizada por Vogt en
1929, la cual fue modificada tiempo después por Ladd (Tabla 1), y es esta la que prevalece actualmente,
dónde tiene mayor relevancia la AE tipo III, ya que es la que se presenta con mayor frecuencia.1
Tabla 1. Clasificación de Vogt modificada por Ladd de la atresia de esófago.
Tipo de atresia
Características
Frecuencia
I
Atresia del esófago con ambos cabos esofágicos ciegos sin fístula
traqueoesofágica
5–8%
II
Atresia del esófago con fístula traqueoesofágica superior y cabo
inferior ciego
0.5–1%
III
Atresia del esófago con fístula traqueoesofágica inferior y cabo
esofágico superior ciego
80–85%
IV
Atresia del esófago con fístula traqueoesofágica en ambos cabos del
esófago
0.5–1%
V
Fístula en H. Es una fístula traqueoesofágica sin atresia de esófago
3–5%
VI
Estenosis esofágica aislada
0.5–1%
La atresia esofágica está relacionada con diferentes malformaciones congénitas, siendo las más
comunes las cardiopatías (35%), genitourinarias (24%), esqueléticas (13%) y del sistema nervioso
central (10%). Existen dos asociaciones que se encuentran ampliamente relacionadas con la AE, las
cuales son VACTERL, caracterizadas por la presencia de al menos tres de los siguientes signos:
defectos vertebrales, atresia anal, defectos cardíacos, fístula traqueo-esofágica, anomalías renales, y
anomalías en las extremidades, se presenta con una frecuencia aproximada del 10% y CHARGE
(Colobomas, Anomalías Cardiacas [Heart], Atresia de Coanas, Retraso Mental, Hipoplasia Genital y
Alteraciones Auditivas con Sordera [Ears]).2
pág. 5820
La AE suele presentarse clínicamente, como un neonato con dificultad para la deglución de la saliva,
por lo cual muchas veces se detecta al observar un aumento en las secreciones orales (sialorrea) lo cual
requiere aspiraciones frecuentes. En caso de que se indique la alimentación, la incapacidad para poder
comer, al no pasar el alimento hacía la cámara gástrica se puede acompañar de tos, cianosis, dificultad
respiratoria, y distensión abdominal en caso de que haya fístula distal. La sospecha inicial se da al
momento de tratar de pasar una sonda orogástrica para comprobar la permeabilidad esofágica1.
El diagnóstico se puede realizar de forma prenatal o postnatal, en la etapa prenatal se realiza mediante
ultrasonografía a partir de la semana 18, siendo el hallazgo más frecuente polihidramnios, el cual es
originado por la incapacidad del feto para deglutir y absorber el líquido amniótico a través del intestino,
esto se observa en aproximadamente en el 80% de los niños con fístula y en el 20% de los que tienen
fístula distal. En la etapa postnatal el diagnóstico al momento de realizar las maniobras iniciales de
reanimación neonatal, luego de la adaptación neonatal inmediata se aspiran las secreciones orales
suavemente con una sonda que se debe avanzar hasta el estómago; si la sonda no avanza entonces se
sospecha la presencia de atresia de esófago. El diagnóstico se corrobora con una radiografía AP y lateral,
tanto de tórax como de cuello, así como una radiografía toracoabdominal la cual nos podría indicar el
tipo de atresia que presente el paciente (Figura 1). 1,4
Figura 1
Esofagograma prequirúrgico, donde se observa sonda orogástrica y paso de material de contraste demostrando cabo ciego a
nivel de T4. Así mismo se observa a nivel de abdomen la presencia de gas en cámara gástrica, lo cual sugiere la presencia de
atresia esofágica tipo III (Radiografía facilitada por el servicio de Imagenologia del Hospital Infantil de Especialidades de
Chihuahua (HIECH) 2021).
pág. 5821
El tratamiento de la AE se puede dividir en prequirúrgico, quirúrgico y postquirúrgico, inicialmente se
debe enfocar en el estado general del paciente, la búsqueda de otras malformaciones congénitas que
pueden condicionar problemas futuros o durante la cirugía, así como un posible compromiso infeccioso.
El manejo prequirúrgico de la AE se debe enfocar en mantener al paciente en las mejores condiciones
previo al procedimiento quirúrgico, existen clasificaciones pronósticas, como la de Waterston (Tabla 2)
la cual toma como variables el peso al nacimiento, la presencia de neumonía y la presencia de
malformaciones, y la clasificación de Spitz (Tabla 3), la cual toma en cuenta la presencia de cardiopatías
congénitas y el peso, por lo que es de suma importancia la valoración cardiológica, para descartar o
confirmar la presencia de las cardiopatías y determinar la localización del arco aórtico.1
Tabla 2. Clasificación de Waterston
Peso al nacimiento >2,500 gr y ausencia de neumonía u otra malformación
Peso al nacimiento entre 2,500–1,800 gr sin neumonía o malformación asociada
Peso al nacimiento >2,500 gr que se asocia a neumonía u otra malformación
Peso al nacimiento <1,800 gr
Peso al nacimiento >1,800 gr que se asocia a neumonía grave o malformación
congénita compleja
Tabla 3. Clasificación de Spitz
Peso al nacimiento >1,500 gr sin malformación cardiaca grave
Peso al nacimiento <1,500 gr o malformación cardiaca grave
Peso al nacimiento <1,500 gr y malformación cardiaca grave
El tratamiento quirúrgico no se considera una emergencia, por lo que se debe llevar a cabo una vez el
paciente se encuentre estable, a excepción de casos especiales en los que el retraso de la cirugía
predisponga mayores complicaciones, como el caso de los pacientes con dificultad respiratoria bajo
ventilación mecánica, con necesidad de presiones incrementadas que condicionan distensión
abdominal; en estos casos graves se podrá efectuar un primer tiempo quirúrgico para el cierre de la
fístula traqueoesofágica distal y posteriormente la corrección definitiva. Los abordajes quirúrgicos
empleados con mayor frecuencia para la corrección de AE son la toracoscopia y la toracotomía abierta.
Ambos enfoques presentan notables ventajas y desventajas, suscitando así una controversia respecto a
cuál deberá ser considerado como procedimiento de elección.1
pág. 5822
Por otra parte, el tratamiento postquirúrgico, el cual suele ser similar en ambos tipos de abordaje, en
donde se involucran diferentes aspectos como el uso de ventilación mecánica para prevenir la
dehiscencia quirúrgica el cuál se procura sea el menor tiempo posible para evitar otras complicaciones,
el inicio de la vía enteral es dependiente de la comprobación del estado de la anastomosis mediante un
esofagograma entre el quinto y séptimo día, la cual se inicia con leche materna o fórmula, el drenaje
pleural se retirará en caso de no existir fuga anastomótica.7
El uso de antibióticos solo contempla el evento quirúrgico, por lo que solo se suelen cubrir
microorganismos de la piel, sin embargo, suele continuarse hasta comprobar la integridad de la
anastomosis o cuando se retire el drenaje extrapleural.3
Finalmente, si se demuestra la integridad de la anastomosis, la vía oral progresa adecuadamente hasta
su totalidad, el paciente muestra un adecuado crecimiento y desarrollo, y si no existe alguna anomalía
que prolongue la recuperación postoperatoria, el paciente puede ser egresado del hospital.1
La complicación más grave es la fuga o dehiscencia de la anastomosis, la cual dependiendo del tamaño
se debe contemplar reoperación temprana, o en caso de que la fuga sea pequeña, manejo conservador,
otras complicaciones son la disfagia, reflujo gastroesofágico, estrechez de la anastomosis, la cual
usualmente se resuelve posterior a una única dilatación esofágica con balón, fístula traqueoesofágica
recurrente, con una incidencia del 5-10%. 8
MATERIALES Y MÉTODOS
Estudio observacional, de cohorte retrospectiva, en pacientes operados por atresia esofágica. El objetivo
fue evaluar y comparar la morbimortalidad asociada a dos técnicas quirúrgicas, la toracoscopia y la
toracotomía abierta. Los datos se recopilaron de expedientes de recién nacidos diagnosticados con
atresia esofágica con fístula traqueoesofágica durante el periodo de enero de 2019 a junio de 2023 en
dos hospitales regionales de tercer nivel en México. La población del estudio consistió en recién nacidos
diagnosticados y operados de plastia esofágica por atresia esofágica con fístula traqueoesofágica
mediante toracoscopia o toracotomía abierta. Se excluyeron expedientes de pacientes con
comorbilidades asociadas a otras patologías significativas y se eliminaron los expedientes de pacientes
que no contaban con al menos el 80% de la información solicitada para el estudio, así como pacientes
que fueron trasladados a otras unidades hospitalarias antes de su egreso.
pág. 5823
Análisis estadístico: se recopiló una base de datos retrospectiva utilizando la información de los
expedientes clínicos. Se designó como variable independiente el método de reparación quirúrgica
(toracoscopia y toracotomía abierta). Las variables dependientes se identificaron como los días de
estancia hospitalaria, tiempo de ventilación mecánica, inicio de la alimentación enteral, duración de la
analgesia con opioides, duración de la sonda pleural y la aparición de complicaciones postquirúrgicas,
que incluyen infecciones, dehiscencia de la anastomosis, estenosis anastomótica y fístula recidivante.
Además, se consideraron variables demográficas y clínicas, tales como la edad gestacional, el peso al
nacer y en el momento de la cirugía, los días de vida al momento de la cirugía, la presencia de otras
malformaciones o anomalías cromosómicas y la clasificación de Waterston. El análisis de datos se
realizó utilizando el software SPSS versión 2. Se efectuó un análisis exploratorio de variables, aplicando
distribución de frecuencias, proporciones, y medidas de tendencia central y dispersión. Para la
comparación de variables cualitativas, se utilizó la prueba de chi-cuadrada o la exacta de Fisher, y para
las variables cuantitativas, la prueba t de Student o la U de Mann Whitney, según correspondiera. Se
consideró significativa una p < 0.05.
RESULTADOS
Se recabaron un total de 57 expedientes, de los cuales se eliminaron 4 por no estar completos, analizando
los datos de 53 pacientes. Se dividieron en 2 grupos: El grupo uno operados por toracoscopia (TR) en
el cual fueron incluidos 15 pacientes, de los cuales 2 fueron reconvertidas por inestabilidad
hemodinámica; en el grupo dos operados por toracotomía abierta (TA) se realizaron 38 plastias, los
pacientes del grupo de TR fueron operados en la ciudad de Chihuahua, mientras que de los pacientes
del segundo grupo 7 procedimientos se realizaron en Chihuahua y el resto en Puebla. En el estudio, se
realizó plastia por TR en 7 pacientes masculinos y 8 femeninos, con edades gestacionales comprendidas
entre las 34 y 40 semanas de gestación (media: 37.4 semanas), el peso promedio al momento de la
cirugía fue de 2.790 kg (mínimo 1.880 kg, máximo 4.500 kg), y la media de edad al momento de la
cirugía fue de 9 días (mínimo 2 días, máximo 78 días). Uno de los pacientes presentó neumonía previa
al procedimiento (6.66%), 9 se diagnosticaron con alguna clase de cardiopatía (60%), entre las cuales
se observaron 7 con persistencia del conducto arterioso (PCA), 2 con comunicación interventricular
(CIV), 4 pacientes con comunicación interauricular (CIA), 2 con hipertensión arterial pulmonar (HAP),
pág. 5824
1 con Dextrocardia y 1 con Pentalogía de Fallot, entre ellos 6 tuvieron alguna combinación de uno o
más defectos cardiacos; 8 de ellos cursaron con alguna patología agregada (53.33%), como labio y
paladar hendido en uno de los pacientes, 4 con sepsis neonatal temprana, 2 con malformación de la vía
aérea, 2 con malformación renal y/o de vías urinarias, 1 con malformación cerebral, 1 con fetopatía
diabética y 1 con alguna malformación en las extremidades. Tres pacientes presentaron 2 o más
condiciones asociadas, pero ninguno fue clasificado como un síndrome específico. Los pacientes de TR
se clasificaron según la escala de Waterston de la siguiente manera: 6 en "Clase A" (40%), 8 en "Clase
B" (53.33%) y 1 en "Clase C" (6.66%). Respecto a los pacientes operados por TR, 14 fueron
diagnosticados con AE tipo III (93.33%) y uno con tipo V (6.66%) Gráfica1
Gráfica 1.
Distribución de las características cualitativas de los
pacientes operados por toracoscopia: sexo, tipo de atresia esofágica, neumonía al ingreso, cardiopatía asociada, otra patología
asociada, clasificación de Waterson.
Sexo
Masculino
Femenino
Tipo de atresia esofágica
Tipo III
Tipo V
Neumonía al ingreso
No
Si
Cardiopatía
Si
No
Patología agregada
Si
No
Clasificación de Waterson
Clase A
Clase B
Clase C
pág. 5825
De las 38 plastias realizadas por TA, se registraron 16 pacientes femeninos y 22 masculinos.
El rango de edad gestacional varió entre 32.4 y 40 semanas de gestación (media: 37 semanas), el peso
promedio al momento de la cirugía fue de 2.288 kg (mínimo 1.560 kg, máximo 3.170 kg), así mismo la
media de edad al momento de la cirugía fue de 7 días (mínimo 1 día, máximo 24 días).
Se diagnosticó neumonía previa al procedimiento en 7 pacientes (18.4%), y 19 pacientes presentaron
algún tipo de cardiopatía (50%). Entre las cardiopatías documentadas se incluyeron: 11 pacientes con
PCA, 5 con CIV, 9 con CIA, 2 con HAP, 1 con divertículo de Komerell y 1 con Pentalogía de Fallot, 8
pacientes presentaron dos o más cardiopatías.
Se observaron otras patologías en 30 pacientes (78.94%), incluyendo 3 pacientes con malformación
anorrectal, 3 con alguna clase de atresia intestinal, 9 cursaron con sepsis neonatal temprana, a 17 se les
diagnosticó algún grado de traqueomalacia, 1 cursó con endobronquitis, en 4 pacientes se les encontró
alguna clase de malformación renal y/o de vías urinarias, 3 se diagnosticaron con algún grado de
encefalopatía hipóxico isquémica (EHI), 4 cursaron con crisis convulsivas, 2 se les detectó alguna clase
de patología tiroidea, 1 paciente presentó bandas de Ladd, 1 presentó malformaciones de la columna
vertebral, 1 paciente tuvo paro cardiorrespiratorio previo a la plastia esofágica, 2 pacientes se
diagnosticaron con alguna anomalía laríngea, 2 pacientes tuvieron hemorragia intraventricular (HIV)
previo a su procedimiento, 1 paciente resulto con tamizaje positivo para hiperplasia suprarrenal
congénita, 1 paciente se diagnosticó con craneosinostosis y alguna malformación de extremidades.
De los 38 pacientes, 14 presentaron dos o más enfermedades asociadas, de los cuales 6 se asociaron con
algún síndrome. Según la escala de Waterston, los pacientes de TA se clasificaron de la siguiente
manera: 10 en "Clase A" (26.31%), 25 en "Clase B" (65.78%) y 3 en "Clase C" (7.89%). Todos los
pacientes operados por TA se diagnosticaron con AE tipo III (Gráfica 2).
pág. 5826
Gráfica 2.
Distribución de las características cualitativas de los pacientes operados por toracotomía abierta: sexo, tipo de atresia esofágica,
neumonía al ingreso, cardiopatía asociada, otra patología asociada, clasificación de Waterson.
En el grupo sometido a TR, al 100% de los pacientes se les colocó una sonda pleural después de la
plastia esofágica, siendo parte del protocolo de manejo en la unidad donde se realizó la misma; mientras
que en el grupo de TA a 27 pacientes (71%) se les colocó sonda pleural, el resto salió de quirófano sin
la misma. El tiempo promedio de duración de la sonda pleural fue de 13.6 días en el grupo de TR y de
15.6 días en el grupo de TA, sin diferencias significativas entre ambos grupos (p = 0.625).
En cuanto a la duración de la ventilación mecánica se observó que en el grupo de TR se mantuvieron
intubados 14 de los 15 pacientes posterior al procedimiento (93.33%), mientras que del grupo de TA 30
Sexo
Masculino
Femenino
Tipo de atresia esofágica
Tipo III
Tipo V
Cardiopatía
Si
No
Neumonía al ingreso
No
Si
Patología agregada
Si
No
Clasificación de Waterson
Clase A
Clase B
Clase C
pág. 5827
de los pacientes se mantuvieron intubados (78.94%). La duración promedio de la ventilación mecánica
fue de 3.9 días en el grupo de TR y de 7.4 días en el grupo de TA, sin encontrar diferencias significativas
entre ellos (p = 0.088).
En cuanto al uso de opioides como analgesia, se encontró una media de duración de 2.7 días en el grupo
de TR y de 7.4 días en el grupo de TA, con una necesidad menor en el grupo de TR (p = 0.015).
Dentro de las complicaciones observadas, en el grupo de TR, 8 de los pacientes (53.33%) cursaron con
infecciones asociadas al procedimiento quirúrgico, 1 (6.66%) tuvo dehiscencia de la anastomosis, en 5
se documentó estenosis de la plastia (33.33%) y en 1 de los pacientes se observó presencia de fístula
recidivante (6.66%). En el grupo de TA en 24 pacientes (63.15%) se documentó algún tipo de infección,
en 7 se observó dehiscencia de la anastomosis (18.42%) y 4 tuvieron estenosis del sitio quirúrgico
(10.52%), mientras que no se documentó recidiva de la fístula en este grupo. De estas variables sólo se
observó diferencia significativa en la presencia de estenosis entre ambos grupos, observándose una
mayor incidencia de estas en el grupo de TR (p 0.046) (Gráfica 3 y 4.).
Gráfica 3. Complicaciones descritas en el grupo de toracoscopia.
Si
No
0
2
4
6
8
10
12
14
Infección Dehiscencia Estenosis Fístula
Si 8 1 5 1
No 714 10 14
Número de Pacientes
Toracoscopia
pág. 5828
Gráfica 4. Complicaciones descritas en el grupo de toracotomía abierta.
En cuanto al resto de complicaciones no se analizaron de forma estadística, sin embargo, se observaron
las siguientes: en el grupo de toracoscopia, se observó la presencia de neumotórax en 6 de los pacientes,
neumomediastino, endocarditis, estenosis subglótica, traqueobronquitis y perforación gástrica en una
ocasión, a 2 pacientes se les tuvo que realizar gastrostomía, uno de los pacientes requirió la realización
de varios procedimientos para lograr la plastia esofágica por “long gap”, 2 de los pacientes desarrollaron
hipertensión arterial pulmonar secundaria, mientras en otros 2 se diagnosticó displasia broncopulmonar,
finalmente 2 de los pacientes operados por toracoscopia fallecieron, uno de ellos posterior a falla
multiorgánica luego de presentar 3 eventos de paro cardiorrespiratorio secundarios a problemas
respiratorios, el segundo a causa de hipertensión arterial pulmonar secundaria a evento de paro
cardiorrespiratorio en el momento de la cirugía. En el grupo de toracotomía abierta 5 pacientes
desarrollaron neumotórax, se documentaron alteraciones del ritmo cardiaco, derrame pleural,
hemorragia pulmonar, hidrocefalia, broncoaspiración y choque cardiogénico en un caso cada uno. Un
paciente requirió gastrostomía y otro necesitó múltiples procedimientos para completar la plastia
esofágica por "long gap". Dos pacientes sufrieron una lesión accidental en la tráquea durante el
procedimiento. Tres pacientes fueron diagnosticados con displasia broncopulmonar, y tres con
encefalopatía hipóxico-isquémica y crisis convulsivas. Se reportaron seis defunciones, tres debido a
Si
No
0
5
10
15
20
25
30
35
40
Infección Dehiscencia Estenosis Fístula
Si 24 7 4 0
No 14 31 34 38
Número de Pacientes
Toracotomía Abierta
pág. 5829
complicaciones infecciosas, dos relacionadas con problemas respiratorios y una debido a choque
cardiogénico refractario.
De los pacientes operados por toracoscopia solo en uno no se logró iniciar la alimentación (defunción),
mientras que al resto se logró el inicio con una media a los 11.7 días (mínimo 2 días, máximo 49 días),
mientras que, en el grupo de la TA, 4 de los pacientes no iniciaron alimentación, en el resto se reporta
una media de 13 días (mínimo 5, máximo 57 días). El egreso hospitalario ocurrió a los 38.8 días en
promedio para el primer de TR (mínimo 8, máximo 92 días), mientras que se dio a los 29 días para el
grupo de TA (mínimo 8, máximo 83 días), no encontrando diferencias significativas entre ambos grupos
para ambas variables (Inicio de alimentación p 0.725, egreso hospitalario p 0.165).
DISCUSIÓN
En este estudio se analizaron 53 pacientes con el diagnóstico de atresia esofágica con fístula
traqueoesofágica, los cuáles fueron intervenidos por toracoscopia (15 pacientes) y toracotomía abierta
(38 pacientes), realizando una comparación de los resultados durante 5 años (enero 2019 a junio 2023)
que duro el estudio. A nivel mundial se han hecho diversas investigaciones acerca de las características,
manejo, evolución, complicaciones y seguimiento de los pacientes intervenidos con atresia esofágica
con fístula traqueoesofágica.
La muestra estudiada es similar respecto a la observada en la literatura a nivel mundial, nuestra muestra
a comparación de las observadas en la literatura mundial es similar, sin embargo el tiempo de estudio
es menor al que se ha reportado en otros estudios como lo reportado por Koga et al.9 en el 2014, se
estudiaron a 65 pacientes, de los cuales 25 fueron operados por toracoscopía y 40 por toracotomía
abierta en un período de 10 años, en otro estudio realizado en Arabia Saudita entre dos nosocomios
similares a los nuestros se evaluaron a 45 pacientes, 23 por toracoscopia y el resto por toracotomía
abierta, en un periodo de 16 años, cabe resaltar que los datos de los pacientes a los que se les realizó
toracoscopia fue en un período de 6 años (2002-2006).10
En la mayoría de las investigaciones acerca de la reparación de AE con fístula traqueoesofágica (FTE)
la edad gestacional y el peso son aspectos de suma de importancia a considerar para su evolución, en
nuestro estudio la edad y el peso promedio de los pacientes que fueron sometidos a TR fue de 37.3 SDG
y 2.8 kg y a los que se les realizó TA fue de 37 SDG y 2.3 kg, haciendo la comparación con otros
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estudios a nivel mundial no hay una diferencia significativa respecto a estas variables, de acuerdo con
Koga H. et al9 los pacientes de TR tenían una edad promedio de 38,10 SDG y los de TA de 38,60 SDG,
en ambos con un peso promedio de 2.6 kg, Woo S. et al.11 en el 2015 reporto en su estudio que los
pacientes sometidos a TR tenían una edad promedio de 38.3 SDG y un peso de 2.843 kg y a los que se
les realizó TA tenían un peso de 2.079 kg y una edad promedio de 35.2 SDG.
Dentro de la evolución de los pacientes postoperados se evaluaron diversas variables como la necesidad
de ventilación mecánica posterior a la cirugía, la cuan en nuestro estudio los pacientes pertenecientes
al grupo de TA se mantuvieron con ventilación mecánica durante 7.4 días promedio y para los de TR
de 3.9 días promedio, a comparación de los mencionado por Yamoto et al.12 en su trabajo los pacientes
sometidos a TR fue de 3.5 días y a los que se les practicó TA fue de 5.6 días en promedio y por Koga
H. et al.9 quienes refieren que la media para retiro de la ventilación mecánica para los pacientes operados
por TR fue de 2.8 días y para TA 5.6 días, teniendo un diferencia de 2 días en los pacientes a los que se
les práctico TA, otra variable importante es el inicio de la alimentación en dónde observamos que al
igual que en la mayoría de los estudios en el nuestro se inició primero en los pacientes de toracoscopia
a los 11.7 días, mientras que a los que se sometieron a TA fue de 13 días, únicamente en la literatura se
encontró un estudio elaborado por Chun-Hui L. et al. 13 en el que se inició primero la alimentación en
los pacientes a los que se les realizó toracotomía abierta y posteriormente a los de toracoscopia (7 días
y 12 días respectivamente).
El retiro de la sonda pleural está estrechamente relacionado con el inicio de la alimentación en nuestro
estudio a los pacientes que se les realizó TR al 100% se les colocó sonda pleural los cuáles permanecían
con ella en promedio 13.6 días, mientras que el grupo de TA únicamente al 70% se les colocó sonda
endopleural pero el tiempo promedio con esta fue mayor por dos días (15.6 días), mientras que en el
estudio realizado por Koga et al.9 se reporta una variación entre ambos grupos de 1 días (9.1 días TR y
10.4 días TA).
Respecto a la necesidad de uso de opioides en la literatura analizada hay grandes diferencias, Allal H et
al.14 reportó una media de duración de 5.3 días para TR y 6.6 días para TA, Koga H. et al.9 reporto una
duración de 1.6 días y 3.1 días respectivamente, mostrando una diferencia similar de aproximadamente
2 días, sin embargo en otro estudio realizado por Lugo et al.15 mostró una diferencia mayor ya que en
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el grupo de TR únicamente requerían opioides durante 5 días en promedio, sin embargo, en el grupo de
TA fue de 23.1 días en promedio una diferente de 18 días, a comparación de lo encontrado en nuestra
unidad donde la diferencia es de aproximadamente 5 días (2.7 días para TR y 7.4 días para TA) siendo
esta significativa.
Respecto a las complicaciones postquirúrgicas, en nuestro estudio se observó un número elevado de
infecciones asociadas al evento quirúrgico, 8 pacientes del grupo de TR la presentaron y 24 pacientes a
los que se les realizó TA, comprando con el estudio realizado por Al Tokhais T. et al.10, se reportó
únicamente 1 paciente con infección asociada al evento quirúrgico por TR y 2 para el grupo de TA.
En cuanto a la recidiva nuestro estudio presento resultados similares a los demás, Yamoto M. et al.12
reportó únicamente recidiva en los pacientes a los que se les práctico TA (3 pacientes) y Chun-Hui L.
et al.13 sólo en los pacientes pertenecientes al grupo de TR (1 paciente).
La estancia hospitalaria fue similar en la mayoría de los estudios con un rango entre los 25 35 días,
solo el realizado por Yamoto M. et al.12 mostró una mayor estancia con un promedio de 57 días para el
grupo de toracoscopia y 68 días para el de toracotomía, a comparación de nuestra investigación dónde
los pacientes sometidos a TR fue de 39 días promedio y 29 días promedio para los del grupo de TA, sin
embargo, con una diferencia de aproximada de 10 días en casi todos los estudios, con mayor estancia
para el grupo de toracotomía, a diferencia de lo observado por nosotros, donde la mayor estancia fue
para el grupo de toracoscopia.
CONCLUSIÓN
Ciertamente el tratamiento de la atresia de esófago, a través de los años, ha representado un reto para la
cirugía pediátrica, destacando la necesidad de la delimitación de la técnica quirúrgica más efectiva que
permita reducir la morbimortalidad en los pacientes que presenten esta patología.
Los resultados de nuestro estudio revelaron datos similares a la literatura descrita previamente. Si bien
ambas técnicas quirúrgicas son opciones viables, los resultados obtenidos indican que, en términos de
duración de ventilación mecánica y tiempo de introducción a la alimentación enteral en el periodo
postoperatorio, no existen diferencias significativas. No obstante, se registró una menor necesidad en
la duración de administración de opioides en los pacientes sometidos a toracoscopia a comparación con
los pacientes sometidos a toracotomía abierta. Sugiriendo así una potencial ventaja de la toracoscopia
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en términos del manejo del dolor posterior a la intervención, a su vez mejorando la calidad de vida del
paciente.
No se encontraron diferencias significativas en las complicaciones quirúrgicas, pues ambos
procedimientos mostraron tasas de infección similares, el grupo sometido a toracoscopia mostró mayor
incidencia de estenosis del sitio quirúrgico. Solo se encontró recidiva de la fístula en el grupo de
toracotomía abierta.
Los avances continuos en el tratamiento de la AE han permitido brindar a los pacientes diferentes
alternativas para que se logre mejorar el pronóstico a corto, mediano y largo; así como un impacto
considerable en la calidad de vida tanto de los pacientes como de los familiares.
Se necesitan estudios prospectivos de mayor tamaño y duración para confirmar estos hallazgos y definir
las estrategias óptimas para la elección del procedimiento quirúrgico de estos pacientes, que condicione
el menor número de complicaciones postquirúrgicas posible. Sin embargo, el presente estudio
proporciona información valiosa que puede guiar la toma de decisiones clínicas respecto a la selección
del abordaje quirúrgico en pacientes con AE con fístula traqueoesofágica, haciendo hincapié en que esta
debe de basarse en una evaluación individualizada en la que se consideren factores como la presencia
de comorbilidades, estado clínico preoperatorio y experiencia del equipo quirúrgico.
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