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La infinidad de recursos como animaciones, audio, imágenes, textos, videos y ejercicios interactivos
permiten la comprensión de los multimedia, aumentando inmediatamente el interés de los estudiantes
y complementando la entrega de contenidos; por tanto, se promueve la generación de nuevas propuestas
metodológicas creativas, estimulando la curiosidad y el interés cognitivo, la búsqueda de información,
el enriquecimiento del acervo de sus conocimientos, desarrollando con ello el currículo de una manera
más atractiva e interesante (González, 2017).
Aunado a los ordenadores, los dispositivos móviles como tabletas y teléfonos móviles inteligentes
también forman parte de estos innovadores recursos tecnológicos que ayudan a los estudiantes, de modo
que los conocimientos puedan ser repasados en cualquier momento y lugar, independientemente de si
son públicos pues los tiene durante el tiempo libre entre clases o cualquier ocasión, de allí que se
promueve el aprendizaje interactivo continuo fuera del horario de clase (López-Moreno, 2015).
Esto permite a los estudiantes comunicar e intercambiar conocimientos, ideas, pensamientos y
experiencias con otros compañeros en el aula, institución educativa u otro entorno educativo, incluso
desde cualquier parte del mundo. La interacción entre grupos de colegiales facilita un proceso de
aprendizaje más activo, motivador y didáctico. Las actitudes de los estudiantes hacia la interacción
promueven la reflexión y conducen a una mayor actividad cognitiva entre los participantes durante el
intercambio de información, creando así un espacio colaborativo donde el aprendizaje es más fácil e
innovador (López-Moreno, 2015; Velásquez, 2014).
Las TIC en el ámbito educativo ofrecen inclusión en el proceso educativo; por una parte, ofrecen a los
docentes nuevos métodos y procedimientos de enseñanza, los prepara para adaptarse a los estilos y
necesidades de aprendizaje individuales de los estudiantes centrándose en las diferencias individuales
de los estudiantes, para servir como motivadores y estimular el interés de los estudiantes. En cuanto al
estudiante directamente, brinda oportunidades de interacción, fortalece el trabajo colaborativo,
apoyando al desarrollo de habilidades de aprendizaje autónomo y continuo, así como un sinfín de
formas de autoevaluación, evaluación y control del aprendizaje. Sin embargo, los académicos
identifican en la formación técnica y las actitudes de los docentes como una de las principales barreras
para su plena integración en el aula (Velásquez, 2014).