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enfrentarse a las constantes innovaciones presentadas por la tecnología.
Por otro lado, los estudiantes califican con un 40% como prioridad moderada. Según la perspectiva de
Ortega (2017), las empresas contemporáneas valoran considerablemente a los jóvenes con la capacidad
de adaptarse a desafíos y cambios constantes. En este contexto, la baja priorización de la flexibilidad
por parte de algunos estudiantes podría indicar una brecha de percepción en relación con las
expectativas del mundo laboral actual. Esta discrepancia entre la importancia atribuida por los
estudiantes y las demandas del mercado laboral refuerza la necesidad de promover la conciencia sobre
la relevancia de habilidades como la flexibilidad desde temprano en la educación. Además, resalta la
importancia de alinear las expectativas y prioridades de los estudiantes con las habilidades requeridas
en un entorno profesional caracterizado por su dinamismo y cambio constante.
En general, según los profesionales, la habilidad de trabajo en equipo, liderazgo y negociación ocupan
una posición de máxima prioridad. Además, habilidades como: empatía, comunicación, resolución de
problemas y adaptabilidad son consideradas de alta prioridad. Este hallazgo respalda la afirmación de
Routon y Berry (2020) sobre la importancia crítica del trabajo en equipo para los contadores, quienes,
ya sea en el ámbito público comprometidos con clientes o internamente como auditores internos, operan
con frecuencia en entornos colaborativos para alcanzar objetivos establecidos. En este sentido, las
habilidades sociales vinculadas al trabajo en equipo, como la cooperación efectiva, la habilidad para
relacionarse positivamente con individuos diversos, fuertes habilidades interpersonales, liderazgo
efectivo y una profunda comprensión de cuestiones culturales y raciales, se revelan como esenciales
para los profesionales contables.
En coherencia con esta línea de pensamiento, el estudio de Castillo (2023) respalda la premisa de que
las habilidades más demandadas en el ámbito laboral, incluyen el trabajo en equipo, la comunicación,
la gestión del tiempo, la resolución de problemas, la creatividad, el liderazgo, la organización, la
inteligencia emocional, la toma de decisiones y el manejo del estrés.
En cuanto a la percepción de los estudiantes, queda evidente que atribuyen una alta prioridad
exclusivamente al trabajo en equipo, casi alineándose con los resultados obtenidos entre los
profesionales. Sin embargo, consideran las demás habilidades como de prioridad moderada. Este
hallazgo respalda las conclusiones de la investigación de Dewi (2012) quien señaló la falta de apoyo al