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El SD: más allá de los genes
El SD es una alteración de origen genético que se debe a la existencia de tres copias del
cromosoma 21, lo cual afectan el cerebro y se expresa, en la mayoría de las ocasiones, en la
presencia de discapacidad intelectual (Pérez, 2011). A diferencia de otras condiciones, el SD tiene
rasgos fenotípicos definidos, como braquicefalia, fisuras palpebrales con inclinación superior,
pliegues epicánticos, base nasal aplanada, hipoplasia del área media del rostro, cuello corto,
lengua sobresaliente e hipotónica, clinodactilia del quinto dedo y una distancia mayor entre el
primer y el segundo dedo del pie (Pereira & Dessen, 2002). Aunque el habla funcional no se
encuentra afectada, en el SD se presentan dificultades en la producción del lenguaje verbal, una
estructura léxica reducida y una morfosintaxis limitada (Tristão & Guimarães, 1998).
A pesar de que la discapacidad intelectual es uno de los aspectos más comunes en el SD y el
coeficiente intelectual (CI) se clasifica por debajo del promedio, las personas con SD han
demostrado ser funcionales y realizar de manera autónoma actividades de la vida cotidiana, como
vestirse y comer, al igual que otras tareas de mayor complejidad, como aprender a leer, en lo cual
se refleja el compromiso de la familia (Pereira & Dessen, 2002). De hecho, las personas con SD
pueden ser autónomas, ir a la escuela regular, formarse como profesionales y desempeñarse con
efectividad en el contexto laboral (Pineda, 2016).
Para los niños y niñas con SD, la clave consiste en ajustar el ritmo de aprendizaje y el método de
enseñanza. Cuando un niño o una niña con SD llega a la familia, los padres deben centrarse en su
hijo como ser humano, no en su discapacidad, reconociendo que es un ser educable y que la
diferencia respecto a una persona neurotípica es el tiempo que requiere para aprender (Pineda,
2016). El 31% de las personas con discapacidad intelectual se desempeña en el merado laboral,
por lo que aquello que hace faltan son escenarios, lugares y espacios inclusivos para ellas, en los
que se reconozcan sus capacidades, habilidades y potencialidades (Armstrong, 2012).
La importancia de los dispositivos básicos del aprendizaje
Los dispositivos básicos del aprendizaje (DBA) son procesos psicológicos esenciales que facilitan
la adquisición de nuevos saberes, los cuales son la sensopercepción, la motricidad, la atención y
la memoria (Jáuregui et al. 2016). En el aula, es muy común el uso de la atención y la