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relevantes en este estudio, especialmente en relación con la evaluación de recursos didácticos y la
efectividad de diferentes enfoques metodológicos en la enseñanza de la materia.
Además, es fundamental mencionar a Seligman (2011), que considera que las emociones positivas,
como el optimismo y la gratitud, pueden mejorar el rendimiento académico y la motivación por
aprender. Maneja un enfoque en el concepto de “aprendizaje a través del fracaso”, donde enfatiza la
importancia de la resiliencia y el manejo efectivo de las emociones antes los desafíos académicos.
Dweck (2006) aporta a lo anterior, indicando que los estudiantes que adoptan una mentalidad de
crecimiento, es decir, aquellos que creen que su inteligencia y habilidades pueden desarrollarse a través
del esfuerzo y la práctica, tendrán un mejor desempeño académico y una mayor resiliencia frente a los
desafíos. Con ello, la mentalidad de crecimiento podrá fomentar la perseverancia y la disposición para
enfrentar obstáculos y aprender de los errores.
Resumiendo lo anterior, se define que las categorías de análisis que se consideran dentro de la
investigación son: Aprendizaje Significativo de la Química, Metodología de Enseñanza, Desempeño
Docente y Estado Socioemocional.
De acuerdo con las categorías antes mencionadas, se encontró la investigación de Rimm-Kaufman y
Hulleman (2015) en la cual se habla acerca del impacto del bienestar socioemocional en el rendimiento
académico y la motivación por aprender, dentro de este estudio, se revisan diferentes mecanismos que
pueden influir en la relación entre el bienestar emocional y el éxito académico, como el apoyo social,
la regulación emocional, así como la autoeficacia.
Se analiza también la investigación de Blackwell, et.al, (2007), que consideraron como es que la
mentalidad de crecimiento, definida como la creencia de que las habilidades y la inteligencia pueden
desarrollarse a través del esfuerzo y la práctica, influye en el desempeño académico y la perseverancia
en el estudio de las ciencias.
Otra investigación que puede aportar en esta investigación es la realizada por Zee y Koomen (2016), en
la cual desarrollan una síntesis de 40 años de estudio sobre la autoeficacia del profesor y sus efectos en
los procesos del aula, la adaptación académica de los estudiantes y el bienestar del profesor. Dejan en
claro que la autoeficacia del profesor está relacionada positivamente con un clima emocional positivo
en el aula, resaltan también que un clima emocional positivo, caracterizado por relaciones cálidas y de