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ambiente escolar seguro, respetuoso, inclusivo y democrático, donde se promuevan el diálogo, la
tolerancia, la empatía y la resolución pacífica de conflictos. (Rodríguez, 2018)
La convivencia escolar no se limita únicamente a la gestión de conflictos, sino que implica la
promoción de relaciones saludables y el fortalecimiento de habilidades sociales y emocionales en
todos los miembros de la comunidad educativa, dicho de otra manera, la convivencia requiere
para su desarrollo, de un ambiente escolar positivo en el cual las personas puedan intercambiar
ideas, pensamientos, perspectivas, valores educativos, argumentos, entre otros (Smith, 2023).
Dicho de otra manera, es aquí donde la disertación filosófica asume el rol fundamental en el
fomento del diálogo constructivo, la indagación y la formación integral de los estudiantes.
La disertación filosófica no solo asume la indagación como un elemento enriquecedor de quien
la práctica, sino que, a su vez, cumple se convierte una herramienta para el aprendizaje. Quienes
tienen la oportunidad de participar en los debates en donde se hace uso de ella, comienzan a
desarrollar habilidades para ser agentes promotores de nuevo conocimiento, tener mayores bases
de pensamiento e incluso para la participación en procesos democráticos dentro de las
organizaciones. Pensar en la disertación más allá del campo académico y del hacer filosofía
(Pérez, 2007), implica ver esta como un catalizador que ayuda en el discurso crítico y en la
reflexión profunda, la cual puede desarrollarse en los estudiantes mediante ejercicios de análisis
y cuestionamientos rigurosos en temas como los principios morales, éticos, sociales, las acciones
hacían el otro, que en sí, son expresiones de las relaciones entre los seres humanos que se
consolidan siempre en el dialogo. (Silva & Diaz, 2021; Gómez, 2005).
De esta manera, la disertación filosófica trasciende los límites del aula y se convierte en una
herramienta transformadora que fomenta el pensamiento crítico, la autonomía intelectual y la
capacidad para tomar decisiones fundamentadas. Al involucrar a los estudiantes en discusiones
profundas sobre temas relevantes para la convivencia escolar, se les empodera para asumir un
papel activo en la construcción de un entorno más armónico, respetuoso e inclusivo dentro de sus
comunidades educativas.
Al generar espacios de diálogo relacionadas con situaciones de convivencia escolar que están
presentes en toda la cotidianidad humana, los estudiantes pueden desarrollar una mayor empatía,