INTELIGENCIA EMOCIONAL DE LOS
ESTUDIANTES DEL BACHILLERATO TÉCNICO EN
SALUD DE LA EDUCACIÓN MEDIA DEL CENTRO
REGIONAL PILAR, AÑO 2023
EMOTIONAL INTELLIGENCE OF THE STUDENTS OF THE
TECHNICAL BACCALAUREATE IN HEALTH OF SECONDARY
EDUCATION OF THE PILAR REGIONAL CENTER, YEAR 2023
Ruth Araceli Paredes Benítez
Universidad Nacional de Pilar, Paraguay
Tatiana Abigail Domínguez Espínola
Universidad Nacional de Pilar, Paraguay
Lida Valenzuela de Brull
Universidad Nacional de Pilar, Paraguay
pág. 7978
DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v8i2.11238
Inteligencia Emocional de los Estudiantes del Bachillerato Técnico en
Salud de la Educación Media del Centro Regional Pilar, Año 2023
Ruth Araceli Paredes Benítez1
rutharaparedes67@gmail.com
https://orcid.org/0009-0008-0199-8534
Facultad de Humanidades
y Ciencias de la Educación
Universidad Nacional de Pilar
Paraguay
Tatiana Abigail Domínguez Espínola
tatiespinola99@gmail.com
https://orcid.org/0000-0002-7527-2129
Facultad de Humanidades
y Ciencias de la Educación
Universidad Nacional de Pilar
Paraguay
Lida Valenzuela de Brull
lida_valenzuela@gmail.com
https://orcid.org/0000-0001-9203-8361
Facultad de Humanidades
y Ciencias de la Educación
Universidad Nacional de Pilar
Paraguay
RESUMEN
La educación no se trata simplemente de transmitir información académica; También es fundamental
cultivar habilidades sociales y emocionales en los estudiantes. En este sentido, la inteligencia emocional
emerge como un factor crucial en el desarrollo integral de los individuos. La presente investigación
tuvo como objetivo describir la Inteligencia emocional de los estudiantes del Bachillerato Técnico en
Salud de la Educación Media del Centro Regional Pilar, año 2023. Las mismas se miden desde cuatro
variables; grado de desarrollo de inteligencia emocional, situaciones en las que el manejo de las
emociones afecta el rendimiento académico, recursos y apoyo que reciben los alumnos para el desarrollo
de la inteligencia emocional en el contexto escolar y rendimiento académico. La metodología de
investigación es de tipo descriptiva de diseño no experimental con enfoque mixto. La población
comprende 32 alumnos del bachillerato técnico en Salud distribuidos en el 1º, 2º y año). La técnica
de recolección de datos comprende el Test y la entrevista. Los resultados aportan, desde la ciencia de
la psicología educativa, con informaciones útiles que sirven como fuente de referencia para el desarrollo
de estrategias que buscan la mejora de la educación, la promoción del bienestar estudiantil, la
prevención del acoso escolar y la violencia. Esta investigación tiene un impacto significativo en la forma
en que se aborda la educación y en cómo se promueve el desarrollo integral de los estudiantes.
Palabras Clave: inteligencia emocional, manejo de las emociones, rendimiento académico, recursos y
apoyo
1
Autor principal
Correspondencia: rutharaparedes67@gmail.com
pág. 7979
Emotional Intelligence of the Students of the Technical Baccalaureate in
Health of Secondary Education of the Pilar Regional Center, year 2023
ABSTRACT
Education is not simply about transmitting academic information; It is also essential to cultivate social
and emotional skills in students. In this sense, emotional intelligence emerges as a crucial factor in the
comprehensive development of individuals. The objective of this research was to describe the emotional
intelligence of the students of the Technical Baccalaureate in Health of Secondary Education of the
Pilar Regional Center, year 2023. They are measured from four variables; degree of development of
emotional intelligence, situations in which the management of emotions affects academic performance,
resources and support that students receive for the development of emotional intelligence in the school
context and academic performance. The research methodology is descriptive with a non-experimental
design with a mixed approach. The population includes 32 students of the technical high school in
Health distributed in the 1st, 2nd and 3rd year). The data collection technique includes the Test and the
interview. The results provide, from the science of educational psychology, useful information that
serves as a reference source for the development of strategies that seek to improve education, promote
student well-being, and prevent bullying and violence. This research has a significant impact on the
way education is approached and how the holistic development of students is promoted.
Keywords: emotional intelligence, emotion management, academic performance, resources and
support
Artículo recibido 28 marzo 2024
Aceptado para publicación: 30 abril 2024
pág. 7980
INTRODUCCIÓN
La inteligencia emocional se refiere a la capacidad de reconocer, comprender y gestionar las propias
emociones, así como la capacidad de comprender y relacionarse eficazmente con las emociones de los
demás (Puertas Molero, et al. 2020). En el contexto educativo, esta habilidad se traduce en una mayor
capacidad para manejar el estrés, establecer relaciones saludables y tomar decisiones informadas. Un
estudiante con un alto nivel de inteligencia emocional está mejor equipado para enfrentar los desafíos
académicos y personales de manera adaptativa (Gajardo Montecino, Tilleria Muñoz, 2019).
Estas afirmaciones se apoyan en numerosos estudios que demuestran la importancia de la inteligencia
emocional en el contexto educativo. Alegría Alegría y Sánchez Zúñiga (2020) demostraron que un
adecuado manejo y desarrollo emocional contribuye significativamente al crecimiento personal y al
fortalecimiento de las habilidades educativas y Navarro Saldaña, et al. (2022) encontró que no hay
diferencias de género en la percepción educativa sobre la inteligencia emocional.
En Paraguay, estudio de Delgado Ascurra (2017), demuestra la existencia de una correlación
significativa entre las relaciones interpersonales, la inteligencia emocional y diversas características del
clima escolar, como relaciones, autorrealización, estabilidad e innovación, en los estudiantes. Así
mismo, estudios de Ruíz Díaz Morales (2018), revelan que, en estudiantes, las habilidades de la
inteligencia emocional pueden desarrollarse independientemente del nivel cognitivo o la edad
cronológica.
En la ciudad de Pilar, lugar donde se ubica la presente investigación, antecedentes de estudio sobre
inteligencia emocional en el ámbito educativo como el González Rodríguez (2022), señala una
correspondencia entre los estudiantes con altos niveles de inteligencia emocional y calificaciones
elevadas, así como entre aquellos con niveles medios y calificaciones intermedias. Además, los
estudiantes muestran percepciones positivas de mismos, alta autoestima y habilidades sociales
efectivas.
Aunque existe una abundancia de información que respalda la importancia de la inteligencia emocional
a nivel internacional y nacional, a nivel local se carece de conocimientos sobre cómo el manejo de las
emociones incide en el rendimiento académico, así como en los recursos y apoyos para el desarrollo de
la inteligencia emocional en estudiantes de educación media.
pág. 7981
En este sentido, la relevancia de abordar la inteligencia emocional no solo radica en su impacto potencial
en el bienestar psicológico de los estudiantes, sino también en su conexión intrínseca con el rendimiento
académico. Sin embargo, la falta de información detallada sobre cómo se experimenta y nutre esta
competencia en la educación media impide una comprensión completa de su impacto y, por ende,
obstaculiza la implementación de estrategias educativas más efectivas.
Por tal motivo, esta investigación surge como una forma de aportar conocimientos nivel local que
permiten aportar desde la ciencia de la psicología educativa con informaciones útiles que sirvan como
fuente de referencia para el desarrollo de estrategias que buscan la mejora de la educación, la promoción
del bienestar estudiantil, la prevención del acoso escolar y la violencia. Esta investigación tiene un
impacto significativo en la forma en que se aborda la educación y en cómo se promueve el desarrollo
integral de los estudiantes.
En este sentido surgen las preguntas de investigación ¿Cuál son las características de la Inteligencia
emocional de los estudiantes del Bachillerato Técnico en Salud de la Educación Media del Centro
Regional Pilar, año 2023? Esto desencadena preguntas especificas ¿Cuál es el grado de inteligencia
emocional que desarrollan los alumnos de la educación media? ¿Cuáles son las situaciones en las que
el manejo de las emociones afecta el rendimiento académico de los alumnos de la educación media?
¿Qué recursos y apoyo reciben los alumnos de la educación media para el desarrollo de la inteligencia
emocional? ¿Cómo perciben los alumnos su rendimiento académico en el contexto escolar?
La investigación posee una relevancia social, teórica y práctica significativa. Desde el punto de vista
social, abordar la inteligencia emocional en estudiantes de bachillerato técnico en salud contribuye a
cultivar individuos emocionalmente competentes, fundamentales en el ámbito de la salud y en sus
interacciones sociales. Desde una perspectiva teórica, la investigación agrega conocimientos valiosos
al campo de la inteligencia emocional en contextos educativos locales en la comunidad académica a
través de la difusión de los conocimientos en una revista científica. Al centrarse en el bachillerato
técnico en salud, se ofrece una comprensión más profunda de cómo estas habilidades se desarrollan y
manifiestan en un entorno educativo especializado.
La relevancia práctica se manifiesta en la identificación y comprensión de variables clave. Al medir el
grado de desarrollo de la inteligencia emocional, las situaciones que impactan el rendimiento académico
pág. 7982
y los recursos disponibles, se proporciona conocimientos prácticos para mejorar la calidad de la
educación. Estos resultados sirven para orientar la implementación de programas específicos que
fomentan habilidades emocionales y mejoren el apoyo a los estudiantes, beneficiando tanto su bienestar
personal como su éxito académico.
En este sentido la investigación se planteó como objetivo general; describir la inteligencia emocional
de los estudiantes del Bachillerato Técnico en Salud de la Educación Media del Centro Regional Pilar,
año 2023. Derivando en objetivos específicos tales como: determinar el grado de inteligencia emocional
que desarrollan los alumnos de la educación media; identificar las situaciones en las que el manejo de
las emociones afecta el rendimiento académico de los alumnos de la educación media y conocer los
recursos y apoyo que reciben los alumnos de la educación media para el desarrollo de la inteligencia
emocional.
Fundamento teórico
La inteligencia emocional es un constructo dinámico que se puede modificar y desarrollar. Se refiere a
la capacidad de reconocer, comprender y regular las emociones propias y ajenas, y utilizar esta
información para guiar el pensamiento y el comportamiento (Vílchez, 2002). La definición de
inteligencia ha sido tema de debates y discusiones desde su origen. Las neurociencias clásicas la
sostuvieron por décadas, pero Howard Gardner introdujo la inteligencia emocional, dividiendo el
concepto clásico y generando conflictos académicos persistentes (como se citó en Gallego et al., 2021).
Según Gallego-Tavera, et al. (2021):
Para entender el concepto general, es de vital importancia la división de cada una de sus
partes, y definir a través de la historia su incidencia en la sociedad actual. Thurstone y
Thorndike crearon un concepto de “inteligencia multifactorial”, la cual conecta un sin
número de capacidades, pero cada una de ellas con tareas independientes; en cambio,
Guilford desarrollo un modelo tridimensional, en la cual la inteligencia debe ser tomada
en consideración por sus operaciones, contenidos y productos, esto en cualquier actividad
en la cual se requiera de la misma. (p. 115)
El concepto de inteligencia ha evolucionado desde su definición original basada en el rendimiento
académico y el Cociente Intelectual hasta una perspectiva más actualizada que destaca la importancia
pág. 7983
de la inteligencia emocional (Niño-González, et al. 2019). Según Fernández-Berrocal y Extremera
(2003), la mera inteligencia académica no garantiza el éxito profesional, ya que el reconocimiento y la
gestión efectiva de las emociones propias y ajenas son elementos cruciales para el logro profesional y
el bienestar emocional. En este sentido Gallego-Tavera, et al. (2021) sostiene de que la inteligencia
emocional se puede conceptualizar como una capacidad psicológica asociada a la inteligencia y como
una tendencia conductual respaldada por la personalidad, según se expone en el documento.
Hasta recientemente, la inteligencia se percibía como innata e inmutable. La creencia de que la
educación no podía modificar la inteligencia era prevalente. En el pasado, las personas con discapacidad
intelectual no eran educadas, ya que se consideraba un esfuerzo inútil. Se pensaba que la inteligencia
era genética y que la educación solo impactaba en la forma en que se presentaban las cosas (Luna,
2019).
En la última década del siglo XX, ha ocurrido una proliferación de las "inteligencias", renovando el
debate sobre este tema. Los primeros estudios sobre inteligencia se remontan a Broca (1824-1880),
quien se dedicó a medir el cráneo humano y descubrió la ubicación del área del lenguaje en el cerebro
(citado en Leal, 2011).
Adicionalmente, llevó a cabo extensas investigaciones sobre la región límbica, la cual está asociada con
las emociones. Además, hizo el notable descubrimiento del área de Broca, que controla la emisión
articulada del lenguaje y fue pionera en señalar la separación de funciones entre los hemisferios
cerebrales (Pis, 2021). Concurrentemente, Galton (1822-1911), influenciado por Darwin, investigó
sobre genios, aplicando la campana de Gauss en sus estudios (citado en Leal, 2011). A pesar de realizar
pruebas objetivas para medir la inteligencia, estas se consideraban simples (Pis, 2021). En la misma
época, Wundt (1832-1920) exploraba los procesos mentales mediante la introspección. En 1905, Binet
(1857-1911) creó el primer test de inteligencia para diferenciar a quienes necesitaban educación
especial de aquellos aptos para una educación regular. Stern introdujo el término "Coeficiente
Intelectual" (CI) en 1912, popularizado por la versión de 1916 llamada Stanford-Binet. En 1939,
Wechsler diseñó la escala Wechsler-Bellevue y, una década después, adaptó la Escala de Inteligencia
para Niños (WISC-IV). Spearman y Thurstone aplicaron el análisis factorial al estudio de la
inteligencia, destacándose Thurstone al identificar siete habilidades mentales primarias.
pág. 7984
Estos planteamientos, junto con los trabajos de Guilford en 1950 sobre la estructura de la inteligencia,
sentaron las bases para explorar la creatividad y el pensamiento divergente. Estudios más recientes
adoptan el concepto de "mente modulada", reemplazando la idea de "mente inmodular". En 1983,
Gardner propuso la teoría de las "inteligencias múltiples", que destaca nueve tipos de inteligencia:
Lógico-matemática, Musical, Corporal Cinética, Lingüística, Espacial, Naturalista, Intrapersonal e
Interpersonal, considerando factores biológicos, personales y culturales (citado en Gallego et al., 2017).
En 1993, Howard Gardner propuso ocho tipos de inteligencia, cada uno vinculado a estructuras
cerebrales específicas y moldeado por el entorno cultural. El entorno cultural establece parámetros sobre
las habilidades valiosas en una sociedad dada. Según Marques et al. (2016), cada persona puede
experimentar niveles de competencia distintos para cada tipo de inteligencia, destacando la naturaleza
dinámica y personalizada de estas capacidades cognitivas.
Salovey y Mayer (1990), según García et al. (2009), definen la inteligencia emocional como parte de la
inteligencia social, involucrando el control y discriminación de las emociones propias y ajenas para
guiar pensamientos y comportamientos. Desarrollaron cinco capacidades clave de competencia
emocional: reconocer y gestionar las propias emociones, aprovechar el potencial emocional, empatizar
y construir relaciones sociales. Gallego et al. (2017) indican que estas habilidades se cultivan mediante
la conciencia emocional propia y ajena, destacando la importancia de la autorreflexión y la empatía en
el desarrollo de la inteligencia emocional.
El término también fue abordado por Goleman, quien enfatizó la necesidad de una nueva perspectiva
en el entendimiento humano, resaltando avances en la cognición y subrayando la importancia del ámbito
social y emocional en la vida humana (Colichón Chiscul, 2020). La inteligencia emocional se
fundamenta en el concepto de inteligencia social, inicialmente identificado por Thorndike quien la
definió como la capacidad de comprender, gestionar y actuar con sensatez en las relaciones humanas
(Hernández-Vargas y Dickinson-Bannack, 2014). Investigaciones realizadas por diversos autores
indican que la inteligencia emocional en el ámbito educativo puede ser muy beneficiosa para los
estudiantes, puesto que aquellos que la desarrollan tienden a tener un mejor rendimiento académico
(Molero, et al. 2020). La habilidad para manejar el estrés, regular las emociones y establecer relaciones
sociales positivas son factores que influyen en el éxito en la educación secundaria (Medina, 2020).
pág. 7985
Diversos estudios han demostrado la estrecha relación entre la inteligencia emocional y el rendimiento
académico de los estudiantes. Las personas con una alta inteligencia emocional son capaces de gestionar
el estrés y la ansiedad de manera más efectiva (Suira, 2021), lo que permitiría a los estudiantes
concentrarse en sus estudios de manera más productiva. La autorregulación emocional está asociada
con una mayor perseverancia, resistencia en la realización de tareas académicas y tolerar las
frustraciones propias de la vida académica (Valiente, et al. 2020). Además, el desarrollo de una buena
inteligencia emocional, propicia el desarrollo de relaciones sociales positivas, mediante las
competencias propias de la misma, como la autorregulación, la empatía, la motivación, y las habilidades
sociales (Reina y De la Torre Sierra, 2018), las cuales facilitan la colaboración y la resolución de
conflictos, lo que mejora el ambiente en el aula y por ende fomenta un mejor aprendizaje (Alzate, et al.,
2020).
Gallegos y López (2020), indican que existe una conexión entre la motivación y la inteligencia
emocional, destacando la importancia de la automotivación en la regulación de las emociones.
Atendiendo a lo indicado en el párrafo anterior, la habilidad para automotivarse es una característica
fundamental de la inteligencia emocional, y dentro del ámbito de la educación, se ha observado que la
motivación intrínseca se correlaciona positivamente con la capacidad de comprender y aprender sobre
las propias emociones y las de los demás, además de la capacidad para experimentar emociones nuevas
o poco comunes, y expresar las propias emociones (Rodríguez, et al. 2021).
La motivación es un factor que determina cómo comienza, se dirige y se mantiene una conducta en
busca de una meta académica específica, relacionada con aspectos inherentes al proceso de aprendizaje,
como el desempeño académico, el reconocimiento social e incluso la evitación del trabajo. Por lo tanto,
para lograr los objetivos académicos de los estudiantes, es esencial contar no solo con habilidades y
conocimientos específicos en una materia, sino también con la disposición y la motivación necesaria
(Usán y Salavera, 2018). La inteligencia emocional y la motivación intrínseca de los estudiantes están
relacionadas, ya que las habilidades emocionales pueden estimular la motivación de los alumnos hacia
sus tareas académicas. Esta conexión sugiere que la inteligencia emocional puede tener una influencia
significativa en el rendimiento estudiantil (Rodríguez, et al. 2021).
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METODOLOGÍA
La investigación es de tipo descriptiva, lo que implicó la recopilación y análisis de datos para describir
las características o fenómenos presentes en la población estudiada (Hernández-Sampieri y Mendoza
2020). Se adoptó un enfoque no experimental, lo que significa que no se manipularon variables
independientes, sino que se observaron y describieron fenómenos tal como ocurren de manera natural.
La investigación es de naturaleza transversal, lo que implicó que los datos se recopilan en un solo punto
en el tiempo, proporcionando una instantánea de la situación en el año 2023. Este enfoque es eficaz
para obtener una visión general de la inteligencia emocional de los estudiantes en un momento
específico (Hernández-Sampieri y Mendoza, 2020).
La investigación también incorporó un enfoque mixto, que combina métodos cualitativos y
cuantitativos. Los métodos cualitativos permitieron una comprensión más profunda y contextualizada
de las experiencias emocionales de los estudiantes, mientras que los métodos cuantitativos
proporcionaron datos numéricos que facilitaron el análisis estadístico y la identificación de patrones
cuantificables (Hernández-Sampieri y Mendoza, 2020).
Las variables que intervienen en la investigación se operacionalizan de la siguiente manera:
Tabla 1 Operacionalización de las variables
Variables
Indicadores
Grado de Inteligencia Emocional
Percepción emocional
Manejo de las emociones
Empatía
Situaciones emocionales que afecta el
rendimiento académico
Ansiedad ante los exámenes
Depresión
Problemas de relación interpersonal
Falta de motivación
Problemas familiares
Recurso y apoyo
Programas de Educación Emocional
Consejería Escolar (orientación)
Actividades Extracurriculares
Talleres y Charlas
Participación de Padres
pág. 7987
Rendimiento Académico
Satisfacción con el entorno educativo
Promedio de calificaciones
Asistencia a clases
Participación en actividades extracurriculares
Fuente: elaboración propia
El universo de estudio estuvo conformado por estudiantes del bachillerato Técnico en Salud del Centro
Regional Pilar. La Población se define por la cantidad de alumnos matriculados en el año 2023 que
suman un total de 39 personas distribuidas entre el 1º a 3º año de la Educación Media. Se tomó al total
de la población por ser poco numerosa por ende no se requirió de técnicas de muestras o muestreos.
También la población comprende 3 docentes de aula este bachillerato elegido de manera intencional.
La investigación se limitó a incluir únicamente a los estudiantes y docentes del bachillerato técnico en
salud del Centro Regional Pilar. En este enfoque, se excluyó intencionalmente los alumnos del nivel
medio de otros bachilleratos dentro del mismo centro. Esta decisión de exclusión se tomó para enfocar
la investigación de manera específica en la población de interés, garantizando que los resultados sean
aplicables y relevantes al contexto particular del bachillerato técnico en salud en el Centro Regional
Pilar, proporcionando así una comprensión más profunda y específica de la inteligencia emocional en
este grupo específico.
Como técnica de recolección de datos se empleó dos técnicas específicas; el Test y la entrevista. El Test
utilizado es el Inventario de Inteligencia Emocional de Schutte et al. (1998). Se empleó la versión
española validada por García-Coll, et al. (2013). La evaluación se realizó en una escala tipo Likert de 5
puntos, donde 1 representa "Totalmente en desacuerdo" y 5 "Totalmente de acuerdo". Esta técnica se
aplicó a los estudiantes objeto de estudio. A esto se sumó preguntas relacionada con las variables
situaciones emocionales que afecta el rendimiento académico, recurso y apoyo y rendimiento
académico.
Por otro lado, como técnica cualitativa se aplicó la técnica de la entrevista, la misma se llevó a cabo
utilizando una guía de entrevista abierta con los docentes del bachillerato que constituyeron el objeto
de estudio. En este enfoque, se proporcionaron a los docentes un conjunto de preguntas abiertas que
permitieron obtener respuestas detalladas y reflexivas.
pág. 7988
En cuanto a los métodos de análisis de datos, para analizar los datos recopilados a través del test, se
utilizó un enfoque cuantitativo. Inicialmente, se realizó una entrada de datos precisa y se llevó a cabo
una verificación de la calidad de los datos. Luego, se realizó un análisis estadístico descriptivo para
examinar la distribución de las respuestas de los estudiantes, mientras que, para analizar los datos
cualitativos obtenidos de las entrevistas con los docentes. Primero, se transcribió las entrevistas de
manera rigurosa para garantizar una representación fiel de las respuestas. Luego, se utilizó un análisis
temático para identificar patrones y temas recurrentes en las respuestas de los docentes.
La integración de ambos métodos, cuantitativo y cualitativo, ofrece una comprensión enriquecedora de
la inteligencia emocional en el contexto estudiado, permitiendo una triangulación de los datos para una
interpretación más robusta y equilibrada.
En lo que respecta a los programas informáticos utilizados, se empleó Microsoft Excel para el análisis
de los datos cuantitativos obtenidos del Test, utilizando herramientas de estadística descriptiva, mientras
que, para el análisis de los datos cualitativos se utilizó la técnica del resumen e interpretación deductiva
de las respuestas obtenidas.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Resultados cuantitativos
Figura 1 Grado de inteligencia emocional
54%
46%
0%
Grado de Inteligencia Emocional
Alto
Moderado
Bajo
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Se aplicó el Inventario de Inteligencia Emocional de Schutte a una muestra de estudiantes de
bachillerato técnico en salud del Centro Regional Pilar. Este inventario mide la inteligencia emocional
a través de 3 factores: percepción emocional, manejo de emociones y empatía.
Los resultados generales indican que: el 46% de los estudiantes obtuvieron un nivel moderado de
inteligencia emocional, el 54% de los estudiantes obtuvieron un nivel alto de inteligencia emocional y
ningún estudiante obtuvo un nivel bajo de inteligencia emocional.
Los resultados son positivos ya que la mayoría de los estudiantes (100%) presentan un nivel moderado
o alto de inteligencia emocional según la medición del inventario utilizado. Esto quiere decir que tienen
capacidades adecuadas o muy buenas en cuanto a percepción, comprensión y regulación de emociones
propias y de otros.
Específicamente, más de la mitad de los estudiantes (54%) demostraron un nivel alto de inteligencia
emocional, lo que es muy beneficioso para su desempeño y relaciones interpersonales tanto en el ámbito
educativo como futuro laboral en el campo de la salud. La empatía y el manejo de las emociones son
fundamentales para una atención de calidad a los pacientes. Incluso en los que obtuvieron un nivel
moderado, las capacidades de inteligencia emocional son adecuadas. Por ello, se podría seguir
reforzando el desarrollo emocional en los estudiantes a través de actividades formativas en el contexto
educativo (Delgado Ascurra, 2017). Según García-Coll, et al (2013), interpretando el el grado del Test,
quienes muestran un nivel moderado, aunque con algunas limitaciones en entornos sociales muy
exigentes o cambiantes, están relativamente bien equipados en habilidades emocionales. En cambio,
aquellos con nivel alto tienen plena competencia socioemocional para desenvolverse exitosamente en
todo tipo de contextos. En conjunto, este perfil que privilegia las altas competencias resulta beneficiosa
de cara al futuro desempeño profesional en el campo de la salud, donde la empatía y el manejo de las
emociones son cruciales para brindar una atención de calidad centrada en el paciente.
Estos hallazgos encuentran cincidencia con el estudio de González Rodríguez (2022), con los alumnos
de educación escolar básica en la ciudad de Pilar, donde tambien hallo, que los estudiantes exhibieron
habilidades emocionales adecuadas al reconocer los momentos cruciales y comprender cómo estos
pueden incidir en sus elecciones finales. Igualmente, coincide con los hallazgos de Servín, et al (2016),
donde se reveló que los estudiantes en una institución académica en Paraguay, se encuentran
pág. 7990
emocionalmente preparados, tienen un buen entendimiento de sus emociones y las regulan de manera
efectiva. Además, poseen hábitos mentales que favorecen su productividad. Asimismo, se constató que
el rendimiento académico no solo está vinculado a la capacidad intelectual, sino también a ciertas
habilidades emocionales.
Figura 2 Situaciones emocionales que afecta el rendimiento académico
La grafica 2 muestra los resultados de las situaciones emocionales que afecta el rendimiento académico
de los estudiantes. En cuanto a la ansiedad ante los exámenes, se observa que es la dificultad
experimentada con mayor frecuencia por los estudiantes. Un 61% indica que le sucede con mucha
frecuencia, mientras que un 36% dijo que le ocurre con poca frecuencia. Solo un 3% señaló no tener
ansiedad ante exámenes.
Sobre las relaciones interpersonales, aproximadamente la mitad de los estudiantes (49%) dijo tener
problemas de relación interpersonal con poca frecuencia. Un 36% manifestó experimentar estos
problemas con mucha frecuencia, mientras que solo un 15% indicó no tener este tipo de dificultades.
En relación a la falta de motivación, poco más de la mitad de los estudiantes (51%) señaló tener bastante
frecuencia este problema. Un 41% indicó que le sucede con poca frecuencia y un 8% dijo no tener
problemas de motivación.
pág. 7991
Finalmente, respecto a problemas familiares, las respuestas están más divididas. Un 46% tuvo este
problema con alta frecuencia, mientras que un 28% lo experimentó con baja frecuencia. Un 26% no
presenta este tipo de dificultades.
En términos generales, la ansiedad ante exámenes y la falta de motivación son los principales problemas
mencionados por los estudiantes. Las relaciones interpersonales y familiares resultan más manejables,
aunque igualmente significativas para al menos un tercio de los encuestados. Al respecto Suira (2021)
señala que las personas con mayor inteligencia emocional son capaces de gestionar el estrés y la
ansiedad de manera más efectiva, lo que permitiría a los estudiantes concentrarse en sus estudios de
manera más productiva. Así coincide Valiente, et al. (2020), respecto a que la autorregulación
emocional está asociada con una mayor perseverancia, resistencia en la realización de tareas académicas
y tolerar las frustraciones propias de la vida académica.
Figura 3 Recurso y Apoyo
La grafica 3 presenta los resultados de una encuesta realizada a estudiantes sobre distintas estrategias
que la institución educativa está implementando actualmente para apoyar su desarrollo en términos de
inteligencia emocional.
13% 16% 13% 13%
21%
50% 53%
46%
55%
34%
37%
31%
41%
32%
45%
0%
10%
20%
30%
40%
50%
60%
Programas de
Educación
Emocional
Consejería Escolar
(orientación) Actividades
Extracurriculares Talleres y Charlas Participación de
Padres
Recurso y apoyo
Mucho Poco Nada
pág. 7992
En cuanto a los programas de educación emocional, sólo un 13% indicó que la institución educativa los
está llevando a cabo con mucha frecuencia e intensidad. La mayoría (50%) señaló que la escuela tiene
estos programas con una frecuencia moderada o intensidad media y un alto porcentaje (37%) manifestó
que la institución educativa no está implementando programas de educación emocional.
Respecto al acceso a consejería u orientación escolar, sólo un 16% dijo que el colegio lo está facilitando
con alta frecuencia, versus un 53% que indicó una frecuencia moderada y un 31% que señaló que no
tiene acceso a este tipo de apoyo en la institución educativa.
En actividades extracurriculares para desarrollar la inteligencia emocional, la institución educativa tiene
baja implementación: 13% reporta alta frecuencia, 46% frecuencia moderada y 41% nula
implementación según los estudiantes.
Los talleres y charlas tienen mayor presencia: 55% indica frecuencia moderada, 32% nula
implementación y 13% alta frecuencia de estos talleres por parte de la institución educativa.
Finalmente, un 45% de los estudiantes no percibe participación de padres promovida desde la escuela
para apoyar su educación emocional. El 34% nota una moderada promoción de la escuela en este
aspecto, y sólo el 21% mucho involucramiento de padres incentivado por la institución educativa.
En síntesis, según la percepción de los estudiantes, la institución educativa tiene moderada
implementación de estrategias para la educación emocional, con mayor presencia de talleres y charlas
puntuales, pero poca sistematicidad en programas integrales o seguimiento personalizado.
Estos hallazgos coinciden con estudios de Alegría Alegría y Sánchez Zúñiga (2020) y Navarro Saldaña,
et al. (2022) donde respaldan la importancia del manejo y desarrollo emocional para el crecimiento
personal y fortalecimiento de habilidades educativas. Así mismo, Delgado Ascurra (2017) demuestra
una correlación significativa entre relaciones interpersonales, inteligencia emocional y clima escolar en
estudiantes y Ruíz Díaz Morales (2018) indica que las habilidades de la inteligencia emocional pueden
desarrollarse independientemente del nivel cognitivo o edad cronológica.
pág. 7993
Figura 3 Rendimiento Académico
De acuerdo a los datos proporcionados, la mayoría de los alumnos perciben tener un buen rendimiento
académico en relación con su inteligencia emocional. El 87% se encuentra satisfecho con el entorno
educativo, el 69% tiene calificaciones promedio altas, el 100% asiste regularmente a clases y el 85%
participa en actividades extracurriculares. Estos resultados sugieren que los alumnos sienten que su
inteligencia emocional les permite tener un buen desempeño en el contexto escolar, lo cual podría estar
relacionado con habilidades como la autogestión, la empatía y las relaciones interpersonales. Estos
datos respaldan la teoría de Goleman, respecto a que la inteligencia emocional se compone habilidades
como la autoconciencia emocional, autorregulación emocional, motivación emocional, empatía y
habilidades sociales (como se citó en Bisquerra, 2012).
Resultado del enfoque cualitativo
En la evaluación del nivel de inteligencia emocional, los docentes mencionan el uso de observación
conductual, pruebas psicológicas y evaluación de desempeño académico. Coinciden en que este
componente socioemocional es fundamental para el éxito educativo.
Sobre las estrategias para fomentarla, destacan la motivación, la construcción de autoestima, la
socialización con lecturas reflexivas y el encauzamiento emocional para la toma de decisiones. Buscan
impactar capacidades blandas y resiliencia. Según manifiestan, esto mejora el ambiente de aprendizaje.
13% 20%
49% 44%
74%
49% 51%
41%
8%
18%
0%
15%
5%
13%
0% 0%0% 0% 0% 0%
0%
10%
20%
30%
40%
50%
60%
70%
80%
Satisfacción con el
entorno educativo Promedio de
calificaciones Asistencia a clases Participación en
actividades
extracurriculares
Totalmente de acuerdo De acuerdo Neutro Desacuerdo Totalmente en desacuerdo
pág. 7994
Los profesores han observado indicadores preocupantes que conectan estados emocionales con bajo
rendimiento, como aumento de reacciones impulsivas y agresiones entre pares tras la pandemia.
También mencionan estrés, desinterés en el estudio y conductas autodestructivas.
Ante estas situaciones, su enfoque es brindar apoyo emocional, acompañamiento personalizado,
derivación a orientación educativa y contacto con familias. Sin embargo, considere muy limitados los
recursos disponibles en la escuela para abordar problemáticas psicoemocionales, contando sólo con una
orientadora.
Por ello, entre sus propuestas de mejora se incluyen más psicólogos y docentes de apoyo, mejor acceso
a tecnologías para la enseñanza, atención psiquiátrica y mayor involucramiento de los padres.
En conclusión, a pesar de los esfuerzos docentes por desarrollar la inteligencia emocional, observan
serias dificultades que están impactando el bienestar y aprendizaje de los estudiantes. Por ello ven
necesario mejorar los recursos de la escuela para dar una respuesta sistémica ante esta problemática.
Esta situación resalta la brecha entre la teoría respaldada por autores como Alegría Alegría y Sánchez
Zúñiga (2020), Navarro Saldaña et al. (2022), y Delgado Ascurra (2017), quienes demuestran la
importancia de la inteligencia emocional en el crecimiento personal, las habilidades educativas y la
correlación con aspectos como el clima escolar.
Triangulación de datos
Comparando las teorías y conocimientos previos con los resultados del Inventario de Inteligencia
Emocional de Schutte aplicado a estudiantes y con las opiniones de los docentes entrevistados, se
aprecian algunas coincidencias, pero también ciertas discrepancias:
En cuanto a las coincidencias, los estudiantes mostraron en su mayoría (100%) un nivel moderado o
alto de inteligencia emocional según la prueba. Esto concuerda con la visión de los profesores sobre la
importancia de esta competencia para el éxito académico, respaldando la importancia de esta
Cuestionario
Entrevista
Revisión de la Literatura
(Stasiejko, et al. 2009).
pág. 7995
competencia para el éxito académico según la visión de los profesores y autores como Alegría Alegría
y Sánchez Zúñiga (2020).
Las estrategias mencionadas por los docentes para desarrollar esta inteligencia (motivación, manejo de
emociones, empatía) se alinean con los factores evaluados por el test. Esto respalda la importancia de
estas estrategias según autores como Salovey y Mayer (1990) y Goleman (1995).
Respecto a las discrepancias, mientras la gran mayoría de los estudiantes obtuvieron puntajes positivos
en la prueba, los profesores identifican en su observación situaciones preocupantes de manejo
emocional tras la pandemia, como aumento de conductas impulsivas y agresivas. Esto coincide con la
literatura que destaca la importancia de la inteligencia emocional en momentos de estrés (Medina,
2020). Esto sugiere la posibilidad de que el test estandarizado pueda no captar completamente las
complejidades de las experiencias emocionales post-pandemia.
La discrepancia entre los puntajes positivos de inteligencia emocional y la identificación por parte de
los docentes de indicadores como estrés, desinterés en el estudio y conductas autodestructivas coincide
con la literatura que vincula la inteligencia emocional con la autorregulación emocional y el rendimiento
académico (Valiente et al., 2020). Esto sugiere que los resultados positivos del test podrían no reflejar
completamente las experiencias emocionales y su impacto en el rendimiento académico.
La concordancia entre la percepción de los docentes sobre la limitación de recursos escolares para
apoyar el desarrollo socioemocional y la posible influencia de esta limitación en las discrepancias
encontradas se alinea con la literatura que destaca la importancia de programas integrales y seguimiento
personalizado (Delgado Ascurra, 2017).
En base a la triangulación se puede deducir que, la literatura respalda la importancia de la inteligencia
emocional en el rendimiento académico y bienestar, pero las discrepancias sugieren la necesidad de
enfoques más integrales y evaluaciones más completas, así como mejoras en los recursos y en la
intervención escolar, como sugieren los docentes y autores revisados.
CONCLUSION
En base al análisis de los resultados del test estandarizado aplicado a los estudiantes y la entrevista
realizada a los docentes, se pueden extraer las siguientes conclusiones:
pág. 7996
Sobre el grado de inteligencia emocional de los alumnos de educación media, los resultados del test
indican puntajes mayoritariamente moderados o altos. No obstante, según la observación de los
profesores, existen importantes problemas emocionales y conductuales que contradicen esos puntajes e
impactan al aprendizaje.
Respecto a situaciones que afectan el rendimiento académico, los docentes identifican dificultades en
el manejo de emociones como estrés frente a evaluaciones, conflictos interpersonales, desmotivación,
ansiedad, comportamientos impulsivos y agresiones entre pares tras la pandemia. También señalan
situaciones familiares complejas y conductas autodestructivas.
En cuanto al apoyo que los estudiantes reciben para su educación emocional, tanto los puntajes positivos
como los docentes coinciden en la implementación de algunas estrategias individuales en las aulas,
como motivación y guía en la toma de decisiones. No obstante, los profesores evalúan como muy
insuficientes los recursos sistemáticos de la escuela para abordar esta necesidad, contando solo con
orientación psicopedagógica.
En conclusión, si bien existen ciertas fortalezas socioemocionales en los estudiantes de educación
media, también se evidencian importantes dificultades, con situaciones que están perjudicando su
bienestar y aprendizaje académico. Por ello aumentar, los recursos escolares dirigidos específicamente
al apoyo psicoemocional resultan clave en la visión de los docentes.
En base al análisis realizado, algunas recomendaciones claves que se podrían brindar son:
Implementar evaluaciones integrales de inteligencia emocional en los estudiantes, que combinan
pruebas estandarizadas con observación conductual desde distintos actores (docentes, orientadores,
familias) para obtener una visión más completa.
Fortalecer los programas escolares de educación emocional, enfocados en el desarrollo de habilidades
socioafectivas, automotivación, manejo de estrés y ansiedad, resolución de conflictos, etc.
Aumentar los recursos profesionales disponibles en las escuelas para la orientación y apoyo
psicoemocional de los estudiantes, con la incorporación de más psicólogos educativos, trabajadores
sociales, orientadores.
Establecer protocolos para la detección temprana y abordaje pertinente de situaciones que afectan la
estabilidad emocional y el desempeño académico de los estudiantes.
pág. 7997
Promover la participación y compromiso de los padres de familia en el desarrollo emocional de los
estudiantes, con programas de escuela para padres e integración de recomendaciones desde
profesionales.
Proveer de formación continua a los docentes sobre estrategias para fomentar la inteligencia emocional
y contención socioafectiva desde el aula, identificando situaciones de riesgo.
Reflexiones finales
El desarrollo de la inteligencia emocional debe abordarse de manera sistémica en las escuelas mediante
programas integrales, para lo cual se requiere mayor preparación de los docentes e inversión sostenida
en recursos profesionales de apoyo a la comunidad educativa.
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