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De acuerdo con estadísticas de INEGI (2020), en México la mayor parte de la población escolar se
localiza dentro de la educación primaria, con personas que van de los 6 a los 12 años. Encontrando que
94.1% de niñas y 93.5% de niños acuden a una institución educativa. Este nivel educativo representa
una parte significativa de los años de educación obligatoria y conforme avanza la edad se puede notar
la disminución paulatina en la participación dentro del sistema educativo.
En la misma tesitura, los datos emitidos por la Secretaría de Educación Pública evidencian que en el
ciclo escolar 2022-2023, 24 millones 479 mil alumnos y alumnas de escuelas públicas y privadas,
pertenecían a la educación básica, los cuales fueron atendidos por 1 millón 225 mil 580 docentes en
232 mil 966 planteles escolares en todo el país.
Las investigaciones de Domínguez, M. (2022), Gutiérrez, P. (2021), De La Mano, E. (2017) y Uruñuela,
P. (2012), revelan coincidencias significativas en cuanto a la prevalencia de problemas de conducta en
la población infantil identificando. Al destacar la prevalencia de estos problemas, se evidencia la
necesidad de asignar recursos y apoyo adecuados para su abordaje, incluyendo capacitación para
profesionales, servicios de salud mental y programas de apoyo familiar.
En la investigación titulada: “Prevalencia de trastornos mentales y uso de servicios: resultados de la
encuesta nacional de epidemiología psiquiátrica en México”, se consideran los datos reportados por
Baker & Abbott-Feinfield (2007) que mostraron que entre 4 % y 12% de la población mundial infantil
presenta problemática conductual. Tan solo en México, 6.1% de la población ha presentado problemas
de conducta alguna vez en su vida (Medina, M., Borges, G., Lara C., Benjet C., Blanco J., Fleiz C.,
Villatoro J., Rojas, E., Zambrano J., Casanova, L., Aguilar, S. (2003). En el acta de investigación
psicológica titulada “Practicas de crianza asociadas a la reducción de los problemas de conducta infantil:
una aportación a la salud pública, se consideraron datos recopilados por la American Psychiatric
Association en 2005 que informan que los problemas de disrupción más frecuentes se presentan en
niños entre los 4 y 7 años de edad, quienes han evidenciado conducta negativista desafiante,
desobediencia, conducta agresiva o hiperactividad. Se estima que el comportamiento negativista
desafiante afecta a entre un 2 % y 16 % de la población infantil del mundo; mientras que en México
1.5% de la población infantil lo padece (Morales, Romero, Rosas, López, y Nieto 2015).