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factores como la falta de recursos, la insuficiente capacitación docente y la infraestructura de las 
instituciones educativas siguen engrosando los factores limitantes de la educación inclusiva, más 
aún en espacios marginales. 
Por otro lado, en las instituciones educativas, existe un  discurso contradictorio respecto a la 
discapacidad,  lo  que  causa  incertidumbre  y  conductas  de  intolerancia,  discriminación  y 
estigmatización. Esta barrera actitudinal refleja una resistencia al proyecto de inclusión social en 
un sistema educativo que percibe la inclusión como una obligación normativa en lugar de una 
cultura. Además, los docentes, sobrecargados con otros temas, no siempre construyen un proceso 
inclusivo, relegando la importancia de este tema a días cívicos o conmemoraciones. Esto resulta 
en una educación inclusiva laxa, sin propósitos claros y sin formas concretas de visibilizar las 
demandas de los estudiantes con discapacidad. 
En  el  caso  de  la  Institución  Educativa  Nuestra  Señora  del  Rosario,  Sede  Narciso  Viña,  en 
Cajamarca, se identificaron casos de estudiantes con discapacidad cognitiva en grado segundo 
que  han  sufrido  intolerancia  y  estigmatización.  Los  estudiantes  sin  discapacidad  a  menudo 
excluyen a los estudiantes con discapacidad de trabajos en equipo y actividades, y a veces recurren 
a  la agresión  por no  comprender  sus  formas  de  juego. Esta  situación afecta directamente el 
desarrollo escolar de los estudiantes con discapacidad. 
Por otro lado, en las instituciones educativas, aún pervive un discurso contradictorio sobre la 
discapacidad,  lo  que  genera  más  incertidumbre  al  avance  que  se  logra  y  crea  una  barrera 
actitudinal para con el  proyecto de la educación inclusiva en donde se la ve más como una 
imposición normativa a la creación de una nueva cultura de convivencia. Asimismo, los actores 
aliados del proceso, en este caso los docentes, no están siendo contributivos con la creación de 
este nuevo consenso en la escuela, y solo replican las conmemoraciones de manera aislada para 
la comunidad educativa. En suma, esto da lugar a una educación inclusiva débil, poco motivante 
y sin formas concretas de viabilizar las demandas de los estudiantes con discapacidad. 
En  el  caso  de  la  Institución  Educativa  Nuestra  Señora  del  Rosario,  Sede  Narciso  Viña,  en 
Cajamarca, no es la excepción. Desde hace buen tiempo ha ido incorporando estudiantes con 
discapacidad  dentro  de  las  aulas;  y  en  la  actualidad  se  identifican  casos  de  estudiantes  con