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PROBLEMAS DE LA ADMINISTRACIÓN
PÚBLICA DE PAÍSES EN VÍA DE
INDUSTRIALIZACIÓN EN AMÉRICA LATINA Y
GLOBALIZACIÓN: CASO ECUADOR
PROBLEMS OF PUBLIC ADMINISTRATION IN
INDUSTRIALIZING COUNTRIES IN LATIN AMERICA AND
GLOBALIZATION: THE CASE OF ECUADOR
Rina Monserrat Erazo Calvopiña
Investigador Independiente, Ecuador
Mario Javier Barrera Castro
Investigador Independiente, Ecuador
Indira Salomé Salazar Sánchez
Investigador Independiente, Ecuador
Sheyla Israela Fernández Rodríguez
Investigador Independiente, Ecuador
Anabell Stefania Montalvan Fernández
Investigador Independiente, Ecuador
pág. 3924
DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v8i3.11601
Problemas de la Administración Pública de Países en vía de
Industrialización en América Latina y Globalización: Caso Ecuador
Rina Monserrat Erazo Calvopiña1
rinaerazo@gmail.com
https://orcid.org/0000-0002-0982-6429
Investigador Independiente
Ecuador
Mario Javier Barrera Castro
jbarrera8689@gmail.com
Investigador Independiente
Ecuador
Indira Salomé Salazar Sánchez
indysalazar@yahoo.com
Investigador Independiente
Ecuador
Sheyla Israela Fernández Rodríguez
sfernandez@uea.edu.ec
https://orcid.org/0000-0002-1400-8316
Investigador Independiente
Ecuador
Anabell Stefania Montalvan Fernández
anstmofe@hotmail.com
https://orcid.org/0000-0002-6952-4158
Investigador Independiente
Ecuador
RESUMEN
Los modelos de desarrollo y de gestión pública en América Latina han marcado el camino para
que los países alcancen el desarrollo industrial deseado. En contexto de globalización, las
administraciones públicas han tomado rumbos nuevos, haciendo reformas en sus procesos y
formas de orientar la gestión y las políticas públicas. En este sentido, los países no industrializados
de América Latina, han tenido gobiernos que ha apuntado a la modernización del Estado, pero su
aparto institucional no ha estado preparado para afrontar todo lo que conlleva. Particularmente en
el caso de Ecuador, se evidencian contradicciones en los modelos de gestión pública en los
últimos años, que han limitado su crecimiento económico y su inserción óptima en la economía
global.
Palabras claves: Globalización, Administración pública, industrialización, América Latina
1
Autor principal
Correspondencia: rinaerazo@gmail.com
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Problems of Public Administration in Industrializing Countries in
Latin America and Globalization: The Case of Ecuador
ABSTRACT
The development models and public management in Latin America have marked the way for
countries to achieve the desired industrial development. In the context of globalization, public
administrations have taken new directions, making reforms in their processes and ways of guiding
management and public policies. In this sense, the non-industrialized countries of Latin America
have had governments that have aimed at modernizing the State, but their institutional apparatus
has not been prepared to face all that this entails. Particularly in Ecuador case, there are
contradictions in public management models in recent years, which have limited its economic
growth and optimal insertion in the global economy.
Keywords: Globalization, Public administration, industrialization, Latin America
Artículo recibido 16 abril 2024
Aceptado para publicación: 20 mayo 2024
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INTRODUCCIÓN
La administración pública es un instrumento que tienen los gobiernos para la planificación de sus
objetivos y alcanzar sus metas en determinado tiempo. Ésta la implementan mediante
instituciones públicas que se encargan de operativizar lo propuesto y de enfocarse en temáticas
específicas para la prestación de servicios a los ciudadanos (Secretaría de la Función Pública,
Estados Unidos Mexicanos, 2015, p. 231).
En contexto de globalización, los modelos de gestión tradicional quedan obsoletos ante la nueva
realidad de un mundo interconectado y una economía interdependiente entre países. Nacen
entonces nuevos modelos como la Nueva Gestión Pública (NGP) y como el gobierno abierto, que
hacen uso de herramientas empresariales y de TIC respectivamente, para los procesos
institucionales, apuntando a una mejora en su funcionamiento.
En América Latina, muchos países adoptaron las nuevas formas de administración pública, sin
embargo, cada una desde perspectivas políticas distintas, unas neoliberales, otras más populistas
y socialistas, lo que ha tenido repercusiones en el nivel de industrialización y crecimiento
económico que tienen los países.
La industrialización en Ecuador fue lenta, teniendo una economía basada en alimentos y
artesanías principalmente en los inicios del siglo pasado (Banco Central del Ecuador, 2018, p. 3).
Siendo la industrialización un indicador de desarrollo, los gobiernos ecuatorianos apuntaron a
incrementarla, teniendo en cuenta elementos como el incremento de plazas de trabajo, aumento
del ingreso de trabajadores, aumento de la productividad, entre otros.
Así, el modelo de gestión pública tuvo una visión de desarrollo modernizador, con la integración
de políticas proteccionistas enfocadas a la protección de la economía nacional mediante la
sustitución de importaciones (Banco Central del Ecuador, 2018, p. 6).
Bajo este panorama, la presente investigación tiene como objetivo, estudiar las problemáticas de
la administración pública en los países no industrializados en contexto de globalización,
enfatizando en el caso ecuatoriano.
En el artículo se exponen primeramente la metodología usada para la investigación,
seguidamente, se encuentran los resultados, detallando conceptos como la globalización, la Nueva
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Gestión Pública, cómo nace y en qué consiste el nuevo paradigma, se aborda la implementación
de ésta en los países de América Latina, especificando su impacto en los países no
industrializados, finalmente se expone el caso de Ecuador. Posteriormente, se hace un análisis de
los resultados, identificando las críticas de la gestión pública y las consecuencias de integrar
valores empresariales en instituciones públicas, finalmente se presentan las conclusiones
generales de la investigación.
MATERIALES Y MÉTODOS
Para desarrollar el presente estudio, se implementó una metodología no experimental, en la
medida que no se tiene contacto directo con los objetos de estudio, en este caso, documentos de
investigación.
La investigación tendrá un fin descriptivo, proponiendo conocer las problemáticas de la
administración pública en América Latina, mediante el relato del impacto de la globalización en
la gestión pública y el nacimiento de nuevos modelos y paradigmas, así como su implementación
en los países de Suramérica, específicamente en Ecuador.
De esta manera, se busca la narración de un fenómeno político, describiendo las características
que lo componen en los diferentes escenarios estudiados.
El método utilizado para el análisis de la información es hermenéutico cualitativo, teniendo en
cuenta que se hará una interpretación y comprensión de la información cualitativa recopilada,
partiendo de una perspectiva fenomenológica.
La muestra fue seleccionada de manera intencional, con características de homogeneidad de tipo
documental, dado que las unidades de recolección tienen características similares, estas fueron
fuentes de información secundaria bibliográfica como artículos científicos, tesis académicas,
artículos periodísticos, entre otros.
En cuanto al tiempo en que se realiza, la investigación es trasversal, se examinará una sola vez el
fenómeno y no se continuarán realizando investigaciones de las unidades de recolección.
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RESULTADOS
La globalización política
Si bien el concepto de globalización tiene un abordaje amplio, en el presente artículo se asumirá
como un proceso económico y político que tiene como base las ideas del neoliberalismo de
expansión económica mundial. Se materializa en políticas o ideas como apertura de mercados
nacionales, desregularización, eliminación de barreras financieras, privatización de servicios
estatales, entre otros (Ospina Bozzi, 2001, p. 2).
Como parte de la dimensión de realidad que tiene la globalización, se perciben elementos
diferenciadores como la revolución de la información, con el desarrollo de tecnologías
informáticas y la aceleración de flujos de capitales y comercio internacional. Esta realidad se
evidencia en los entornos políticos internacionales y nacionales y determinan las dinámicas y
estructuras institucionales de los gobiernos.
En los estudios actuales, se ha evidenciado que la globalización ha generado impactos no
solamente económicos como inicialmente se planteaba, sino también políticos, sociales y
culturales, que incluyen cambios en la forma de administración pública tradicional, dando lugar
a una esfera de la globalización, la política.
Nace entonces, el concepto de globalización política. Se refiere a los cambios en la forma de
concebir el rol del estado y su papel en la política global. Propone la reducción del poder y papel
del estado-nación y la creación de un nuevo sistema supranacional que toma decisiones
globalmente. Esta esfera la componen organismos como la ONU, OTAN, OPEC, UE, Banco
Mundial (Ospina Bozzi, 2001, p. 4).
En este sentido, el territorio nacional va perdiendo importancia, igual que la identidad nacional
se convierte en una global y se concentra la acción en las ciudades o zonas urbanas, se cuestiona
sobre las culturas locales y regionales. Se crean presiones desde arriba en cuanto a políticas
sociales, laborales, ambientales y regulatorias que las naciones deben adoptar para hacer parte de
las fuerzas globales (Ospina Bozzi, 2001, p. 4).
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Bajo este panorama, se desarrolla el gerencialismo o Nueva Gestión Pública como parte de la
filosofía administrativa para el sector público, tomando como base elementos de la globalización
y el mercado para hacer más eficientes las instituciones.
La Nueva Gestión Pública
El concepto de administración pública hace referencia a la estructura y funcionamiento
administrativo del gobierno, esto implica procesos, instrumentos y acciones que ejecutan las
instituciones del ámbito pública para lograr sus objetivos (Martínez, 2022, p. 6).
La NGP tiene múltiples expositores que se enfocan en diferentes elementos, sin embargo podrían
resaltarse la desregulación, gerencialización, privatización, externalización (servicios públicos
gestionados por organizaciones privadas con y sin ánimo de lucro), la participación
ciudadana.(Ramió Matas, 2001, p. 2).
Esta nueva perspectiva nace como crítica al modelo de gestión administrativa tradicional
weberiano por su apego a la norma, rigidez y el enfoque en los procedimientos más que en los
resultados. Por el contrario, bajo este nuevo modelo, las instituciones son espacios para impulsar
y premiar el saber técnico y la actitud innovadora de funcionarios, mediante el enfoque al logro y
el desempeño, creando también sistemas de evaluación y supervisión (Cao & Rey, 2015, p. 7).
En el contexto globalizado y de nueva gestión administrativa, adquieren mucha importancia las
ciudades más que el campo o la zona rural, porque es en este espacio donde interactúan diversos
actores de poder como agentes económicos, administradores públicos, ONG, medios de
comunicación, en el que se pone en juego los temas de la agenda pública (Ospina Bozzi, 2001, p.
10). En las ciudades o urbes, estará la concentración del Estado, así como de prestación de
servicios y las pugnas de poder.
Así mismo, se genera una competencia global por ser más eficientes y eficaces en el gobierno, no
solo en la prestación de servicios a ciudadanos, sino en sus políticas económicos y sociales, para
entrar en una competencia global en la que están inmersos los países (Ospina Bozzi, 2001, p. 10)
Las corrientes teóricas de la NGP se dividen en dos grupos, aquellos que tienen un enfoque
neoempresarial, y los del enfoque neopúblico. El primero, se centra en la economía, la eficacia y
eficiencia de las entidades públicas, proponen la clientización de los ciudadanos, favoreciendo la
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privatización o externalización de los servicios públicos. El segundo en cambio, se enfocan en la
repolitización, en crear nuevas regulaciones, reforzar la participación ciudadana. El enfoque
neoempresarial constituye una mayoría tanto en los gobiernos que la han aplicado como en el
abordaje académico (Ramió Matas, 2001, p. 4).
La NGP neoempresarial, concibe a los ciudadanos como clientes y a las instituciones públicas
como empresas prestadoras de servicio, esta dinámica hace medibles y controlables los servicios
que presta y al mismo tiempo, hace de la relación con la ciudadanía un vínculo meramente
clientelar.
Además de las nuevas formas de planificación y de concepciones mercantiles, la NGP también
impacta las relaciones al interior de las instituciones, esto es, una cultura organizativa.
La cultura organizacional es entendida como las suposiciones y creencias que comparten los
integrantes de una organización y son sumamente importantes para dar respuesta a situaciones
problemáticas que existen diariamente (Ramió Matas, 2001, p. 17).
El concepto de cultura organizativa toma importancia al estudiar las consecuencias que puede
tener cuando se implementa la NGP en los gobiernos. En países latinoamericanos, generalmente
esta cultura no está unificada ni cohesionada, pues la institución es multicultural con diversidad
de ideologías que nacen de la pluralidad de partidos políticos, como se caracteriza en los sistemas
políticos latinos.
Al implementar valores neoempresariales en una cultura organizativa casi ausente, se genera una
sin matices, sin diversidad de opiniones, pues se lleva las pocas ideas articuladas que existían y
todos se unifican en una cultura empresarial. Se ve entonces, políticos que adoptan
comportamiento de empresarios, equipos técnicos como gerentes y directivos, y en general,
personas que buscan un máximo beneficio económico al vincularse a la organización pública.
América latina y los países no industrializados
Los países de América Latina se han caracterizado por guiarse con base en modelos desarrollo
anglosajones con enfoque neoemprensarial. Las estrategias modernizadoras y homogeneizadoras
de la NGP, tiene origen en países como Estados Unidos, Gran Bretaña y Australia, por lo que la
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propuesta, está directamente relacionada con el diseño institucional que poseen estos países
anglosajones y en general, todos los países globalizados e industrializados.
Los países anglosajones han sido referencia para Latinoamérica principalmente después de la
segunda guerra mundial, por lo que estos modelos se consideran la mejor opción para seguir como
ejemplo y obtener los mismos resultados. Pese a que han sido modelos de utilidad para ellos,
cuando estos se llevan a la aplicación en países latinoamericanos, pueden perder la mayoría de
sus potencialidades generando disfunciones en las instituciones públicas, debido a que el diseño
institucional y la dinámica política es totalmente diferente.
De acuerdo con Ramió (2001), los países latinoamericanos adoptan fórmulas institucionales que
aplican sus países de referencia, creando procesos de isomorfismo institucional, que puede ser
coercitivo o mimético. El primero, se genera por las presiones que ejercen otras organizaciones
para que se reproduzcan dichas estructuras, mientras que el segundo se adopta voluntariamente
por imitación de países que se consideran como referentes o líderes (14).
Bajo estas dos formas de isomorfismo, podría decirse que los países latinoamericanos mezclan
ambas, siendo coercitivo por la presión de organismos económicos, así como mimético teniendo
como foco los países anglosajones, principalmente los de américa del norte, en donde la élite
política de los países latinoamericanos se forma académicamente y vive la experiencia de su
calidad de vida (Ramió Matas, 2001, p. 14).
La mezcla de ambos modelos, responde a las exigencias de la globalización y la nueva concepción
de desarrollo, en el que los proyectos tradicionales de desarrollo son reemplazados por un
proyecto globalizado que resalta la importancia de las ventajas competitivas en las actividades
económicas de las naciones (Cao & Rey, 2015, p. 8), en Latinoamérica, la ventaja competitiva
será enfocada en la especialización de la tierra (Hernández, 2002, p. 25).
Los países latinoamericanos han avanzado lentamente a la aplicación de esta NPG implementando
también herramientas del Gobierno Electrónico (e-Goverment) como instrumento para enfrentar
la nueva realidad.
Ahora bien, los países de América Latina no registran altos de grados de industrialización en
comparación con los países desarrollos. Pese a ello, de acuerdo con el Banco Mundial (2019),
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países como Brasil, México, Argentina y Chile tienen una alta proyección de la actividad
industrial, siendo los países con mayor grado de industrialización de la región, seguido de
Colombia y Perú.
De acuerdo con Vargas (2002) las reformas estatales y gestión pública en América Latina se dan
en tres fases:
El de ajuste de balanza de pagos y macro económico, la reestructuración de los incentivos
y los precios relativos, el segundo periodo involucra la privatización y la contratación de
un gran número de actividades del Estado que se consideran particularmente comerciables
en un mercado y el tercer periodo que comprende los ajustes institucionales a largo plazo
necesarios para consolidar y mantener las reformas anteriores. (22)
En la primera fase, en la década de los ochenta y noventa, Latinoamérica se encontraba en crisis,
por lo que Brasil y México adoptaron reformas de desregulación, reestructuración de incentivos,
y otros para superar la crisis, así mismo Chile, haciendo reformas para apoyar el gobierno militar,
en una primera (Hernández, 2002, p. 26).
La segunda fase es aquella enfocada en crear reformas institucionales para dar más libertad a las
entidades bancarias, Chile, Argentina, Colombia y Venezuela lo hicieron a inicios de los noventa
(Hernández, 2002, p. 26).
Finalmente, la tercera fase de reforma del estado y gobernabilidad, que se centra en procesos de
liberalización económica para facilitar procesos políticos que mejoren la eficacia y eficiencia del
control burocrático. Ante ello, Argentina, Brasil, Chile, Colombia y México han creado
herramientas con base en resultados, con la idea de modernización institucional. Países como Perú
y Costa Rica también avanzaron en el sistema contractual y administración fiscal (Hernández,
2002, p. 26).
Estas reformas han marcado diferencias en los niveles de desarrollo económico que han tenido
los países en comparación con aquellos que no las tuvieron.
Ante esto, los autores Mao y Rey (2015), proponen una clasificación para los países de América
Latina, un primer grupo que integra la Alianza del Pacífico compuesta por Colombia, México,
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Perú y Chile, y un segundo grupo que tiene políticas heterodoxas que conforman Argentina,
Bolivia, Brasil, Ecuador y Venezuela.
Los autores ubican al primer grupo en un modelo de administración enmarcado en La Nueva
Administración Pública, con un deseo de reformar el estado dirigido a ser más eficiente y
profesional, con discursos aceptados por los organismos multilaterales. Mientras que el segundo
grupo, se mantienen una idea que el Estado no puede reducirse únicamente a proveer servicios,
sino ser una propuesta integral de país, críticos de las recomendaciones de los organismos
multilaterales de crédito y fomentan de la participación popular (Cao & Rey, 2015, p. 9).
Esta clasificación se basa en las ideologías política de los gobiernos y en las políticas
administrativas de gestión que han generado, sin embargo, aunque Argentina y Brasil se
encuentran en el segundo grupo, siguen siendo industrializados, por loque podría responder más
a las reformas de estatales realizadas que la preferencia política de sus gobiernos.
Caso Ecuador
En el presente siglo, Ecuador viene de 10 años de un largo gobierno protagonizado por el ex
presidente Rafael Correa, que apuntó en su planificación a la idea de una reforma del Estado en
pro del bienestar colectivo, resaltando características como eficiencia, eficacia, calidad y
descentralización (Briones, 2019, p. 150).
En su Plan de Desarrollo planteó una serie de ajustes para implementar la visión de enfoque a
resultados y logro de objetivos en los programas y proyectos de la administración (Acuña &
Naranjo, 2017, p. 8).
Sin embargo, su modelo de gestión en cuanto a políticas económicas y sociales no han estado
dirigidas al crecimiento económico y hacer parte de la globalización e industrialización, sino en
un modelo de Estado compensador que mantiene los precios de materias primas altos en beneficio
de sus productores. Fue un modelo político con discurso socialista que se instauró en varios países
latinoamericanos, pero que, como sostiene Stefanoni (2012), algunas de sus políticas estuvieron
enfocadas al capitalismo.
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Inicialmente, su gobierno de Revolución Ciudadana tuvo un tinte anti neoliberal en el que se
incrementó el precio del petróleo, cambio en la matriz productiva primario – exportadora y
extractivista (Correa Quezada, 2016, p. 161).
En la década de los cincuenta, al igual que otros países del mundo, Ecuador adoptó un modelo de
desarrollo de modernización y de dependencia, basados en el crecimiento económico y sustitución
de importaciones, apoyada en la revolución bananera. En esta época, el Estado intervino más en
la planificación y promoción de inversiones (Mota Vargas, 2015, p. 37).
Sin embargo, de acuerdo con Vargas (2015), Ecuador no estaba preparado para el impacto de la
intervención económica, dada su débil estructura institucional y su tradición agroexportadora.
A finales de los noventa hasta el 2006, el país vivió una ralentización del crecimiento económico,
deteriorando el nivel de vida de la población, acentuado por la crisis económica y financiera
vivida con la caída del sucre (Mota Vargas, 2015, p. 18).
Después de este periodo, Ecuador volvió a tener un crecimiento económico positivo, no a niveles
del resto de los países de la región, pero superior al de años anteriores.
En adelante, los gobiernos ecuatorianos han optado por hacer trasferencias de renta para distribuir
los recursos. Su política social ha sido la implementación del programa para dar Bono de
Desarrollo Humano dirigido a hogares pobres y en extrema pobreza, así como facilidades para
acceder a créditos de vivienda, emprendimientos y educación. En cuanto a salud, se han eliminado
costos por ejemplo de consultas médicas, atenciones médicas básicas, y aumento en la inversión
social del presupuesto general del Estado (Stefanoni, 2012, p. 63).
A pesar de los avances en temas sociales y territoriales, el Estado ecuatoriano creció
exponencialmente en los años de Correa, generando burocracia el aumento del empleo
exclusivamente del Estado (Correa Quezada, 2016, p. 162).
En un contexto actual, el gobierno ecuatoriano ha apelado a las TIC como estrategia principal
para la modernización del Estado, apuntando a una administración electrónica, sobre todo después
de la Pandemia Mundial (Martínez, 2022).
De acuerdo con Cao y Rey (2015), en el tipo de gobiernos como el ecuatoriano quienes tienen el
rol dominante en la sociedad, son actores como sindicatos, asociaciones empresariales,
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organismos multilaterales, medios de comunicación, por lo que se necesita un Estado fuerte que
contrapese estos poderes y exprese los intereses populares (4).
En cuanto a la perspectiva de Nueva Gestión Pública, los gobiernos como el ecuatoriano, acuden
a las diferencias sociales, culturales desarrollo histórico específica de sus países para argumentar
que no es apropiada su implementación (Cao & Rey, 2015, p. 9).
Estas características, priman en los países no industrializados, teniendo niveles débiles de
institucionalidad, incongruencias en la asignación de recursos, alto nivel de estatismo y
centralización en los procesos, ausencia de reglas y transparencia.
En Ecuador el modelo de modernización no logra instaurarse y fracasa la reforma administrativa
basada en relacione contractuales (Hernández, 2002, p. 27), por lo que se centró más bien en
reinvertir en recursos de la renta petrolera o de gas en sectores productivos de la economía
(Stefanoni, 2012, p. 53) ,siendo esta la base de su nacionalismo.
Al igual países no industrializados, Ecuador depende económicamente de materias primas para
vivir, y día a día sus políticas están dirigidas a salir de ese modelo primario exportador (Stefanoni,
2012, p. 54). Lo que lo ubica en una posición de vulnerabilidad frente a la variación de precios
de insumos y materias primas.
DISCUSIÓN
Existen numerosas críticas al enfoque neoempresarial, entre ello, el problema que genera vincular
el Estado relacional con el Estado de bienestar, pues la prestación de servicios públicos por
entidades privadas puede generar consecuencias no siempre positivas. Así mismo, se genera
confusión con los objetivos de la gestión pública, lo que dificulta el seguimiento y veeduría de la
ciudadanía (Ramió Matas, 2001, p. 5).
Adicionalmente, reducir la condición de ciudadano a cliente se percibe también como un error,
pues son más bien accionistas políticos y económicos de la administración pública, por lo que
tienen muchos más derechos que los clientes. En ocasiones, también se incrementan las exigencias
para la utilización de servicios públicos que generan exclusiones con el objetivo de dar
cumplimiento a indicadores financieros (Ramió Matas, 2001, p. 5).
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Finalmente, las crisis de corrupción toman protagonismo debido a la fragmentación y
empresarialización en nombre de los intereses particulares de los privados (Ramió Matas, 2001,
p. 5).
Estas nuevas formas de gestión pueden llegar a ser problemáticas por estar conectadas con el
mundo globalizado en el que prima la agenda pública sobre la social y humana, a costa de la
calidad de vida de la ciudadanía (Ospina Bozzi, 2001, p. 9).
Con base en lo anterior, Ramió (2001) afirma que no es posible pensar que es positivo introducir
valores empresariales, por el hecho de no tener sólidos valores públicos institucionalizados, que
llevará a que usen los medios públicos como fines y pierdan de vista el sentido de lo público en
sí mismo (p.19).
Además de la realidad política y social diferenciada, es importante considerar que, al copiar el
modelo anglosajón de NGP, se dejan por fuera aspectos ocultos y más finos del modelo que
podrían ser clave para su funcionamiento, como el diseño institucional, protocolos o condiciones
iniciales.
Ahora bien, en los países latinoamericanos, la forma organizativa de gobierno es multinivel,
generalmente con los tres niveles de gobierno: nacional, regional y local. Fue en la década de los
noventa, donde esta forma tomó fuerza con procesos como democratización, descentralización y
modernización.
Esta forma dio origen a nuevos actores en cada nivel, principalmente económicos, que requerían
de los gobiernos locales para generar políticas que les favorecieran, así como la posibilidad de ser
contratados para la prestación de servicios externalizados.
Al implementar el nuevo proceso de gestión administrativa, se inicia con la externalización de
los servicios, con la premisa de aumentar la eficacia y eficiencia. Sin embargo, como ya se
mencionó, se generan problemas en la implementación. La externalización de servicios requiere
un alto nivel de control y evaluación constante de los servicios que presta el tercero, esto exige
un alto compromiso y costo por parte de las instituciones públicas, que generalmente no logran
hacer en los tres niveles (Ramió Matas, 2001, p. 21).
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En este sentido, algunos servicios requerirán mayor control y evaluación que otros, por lo que no
todos los servicios podrán externalizarse, y esto requeriría una evaluación para clasificarlos de
acuerdo a la capacidad de cada gobierno y nivel, requisito que no se cumple en Latinoamérica.
En este sentido, finalmente se externalizan los servicios que más pueden y los dejan sin ningún
tipo de supervisión, y, como consecuencia, la administración no logra garantizar los mínimos
requisitos que calidad ni el cumplimiento de los principios de la gestión pública, que no son
necesariamente la generación de plusvalía.
Esta situación beneficia principalmente a las organizaciones privadas y no a la ciudadanía,
encareciendo los servicios y excluyendo a grupos poblacionales sin lograr una mejor eficacia y
eficiencia en la prestación.
La idea de externalizar para ser mejores en su oficio, se convierte en una meta que todos los
gobiernos locales, regionales y nacionales tendrán como objetivos, partiendo de la idea que las
administraciones están en una competencia por el que lo logre más rápido, es decir, se encuentran
en una competencia global.
Los países latinoamericanos evidentemente han sido sorprendidos por los impactos de la
globalización, dado que sus economías y estructuras institucionales no están preparadas para
asimilar rápidamente sus efectos tanto como los países industrializados (Hernández, 2002, p. 30).
En este sentido, el proceso de modernización gubernamental debe ser un proceso democrático
que responde a las necesidades y realidad histórica de cada sociedad. Por tal motivo, cada
gobierno debe construir su propia planificación con escenarios prospectivos, proponer objetivos
y diseñar estrategias para lograr lo que desea (Secretaría de la Función Pública, Estados Unidos
Mexicanos, 2015, p. 268).
No existe una fórmula mágica para lograr la transformación y el crecimiento económico, por lo
que siempre será importante considerar las características propias de cada región para crear
estrategias diferenciadas que respondan a las necesidades de la población (Secretaría de la
Función Pública, Estados Unidos Mexicanos, 2015, p. 268).
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Otra crítica que se hace a este modelo, es la visión reducida, con un indicador de medición basado
en la participación de los Estados en los mercados globales, pudiéndose hacer una mirada más
integral y multidimensional.
Aunque la NGP ha sido de gran utilidad para países desarrollados e industrializados, tanto en
otros continentes como en Latinoamérica, es importante resaltar las particularidades que tiene la
región, así como los avances en materia de estudios académicos que proponen medir el desarrollo
mediante otros indicadores como bienestar y desarrollo humano, tomándolas como prioridades
por encima de la productividad y la competitividad (Ospina Bozzi, 2001, p. 12).
Cada país debe considerar sus realidades, así como el entorno en el que se encuentra, las
necesidades internas, pero también las externas y encontrar un balance en seleccionar las
herramientas y mecanismos que mejor se ajusten a ello.
En el caso de Ecuador, como se mostró en los resultados, se generó una administración hibrida,
que integró políticas socialistas proteccionistas, pero al mismo tiempo, se planteó la
modernización del Estado.
Por un lado, las políticas proteccionistas tenían principio de fortalecimiento de lo regional y
aumento de los derechos de los trabajadores que obedecía a la aparición de nuevos sectores
manufactureros (Mota Vargas, 2015, p. 20).
Esta fue la base del nacionalismo que inició en 2007, restringiendo la inversión extranjera,
protegiendo a los productores y ampliando la capacidad del Estado con secretarías e instituciones
nuevas.
Es importante resaltar que, en un mundo globalizado, los países son parte de una economía global
que crea interdependencia lo que dificulta el aislamiento económico y político, por lo que dichas
políticas proteccionistas y restrictivas, en efecto, logran afectar el desarrollo económico del país,
como en el caso ecuatoriano.
Por otro lado, en la planificación y funcionamiento de las instituciones, aplico un modelo
modernizador, instaurando la NGP como metodología estatal. Los instrumentos están aún,
enfocados a resultados, cumpliendo con indicadores de eficacia y eficiencia, y orientados al logro.
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CONCLUSIÓN
El fenómeno de la globalización cambió la forma de concebir a los Estados, siendo entidades de
segundo nivel en el ámbito político y económico principalmente.
Este desplazamiento, generó la creación de nuevos organismos internacionales que comenzaron
a regular la economía, y a dar directrices políticas y sociales, que las naciones debían seguir.
Esta nueva realidad interconectó a todos los países, generando interdependencia, en la compra y
venta de productos alimenticios, comerciales, y de recursos, dinámica que también impacto a
nivel político las relaciones geopolíticas por la ubicación de países en zonas estratégicas y a nivel
social por la facilidad para comparar la calidad de vida entre países en materia de accesos y
derechos.
La globalización fortaleció principios mercantiles, como en gerencialismo y dio cabida a una
nueva forma de gestión pública que integraba dinámicas empresariales a la administración
pública. La eficiencia, la eficacia, la responsabilidad y el enfoque al logro, se convirtieron en las
nuevas metas de los gobiernos para alcanzar mediante sus políticas públicas, para ser competitivos
también con el resto de países.
La NGP es la forma de administración pública que comprende la economía global basa sus
principios en las premisas de la teoría neoliberal. Tiene como objetivo, hacer del Estado un ente
eficiente y eficaz en la prestación de sus servicios, volviendo al ciudadano, un cliente. Este nuevo
paradigma también genera una concentración de poder en las urbes y hace de las ciudades,
espacios muy importantes para la pugna de poderes e intereses para influir en la agenda pública.
Se genera también las nuevas políticas de desconcentración y descentralización, que, en América
Latina, se estructura en tres niveles de gobierno, cada nivel tendrá sus respectivas competencias,
apuntando al objetivo de la eficiencia, tomando como referencia, el modelo federal de EE.UU.
En América Latina, la implementación de la NGP trajo consigo consecuencias tanto positivas
como negativas de acuerdo a lo que exponen algunos autores.
Entre las consecuencias positivas, se encuentra la industrialización de países que siguieron las
tres fases de reformas estatales apuntando a la modernización del Estado, así como la mayor
eficiencia tercerizando servicios sociales como salud, energía y agua. Así mismo, una mayor
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apertura económica y social a otros países, facilitando las importaciones y exportaciones mediante
tratados de libre comercio. Países como Brasil, México, Chile y Argentina, lograron instaurar
estas políticas, siendo ahora, los únicos países con mayor potencial de industrialización.
Por otro lado, también se exponen las consecuencias negativas, como la introducción de una
cultura organizacional empresarial, que afecta negativamente al ambiente de las instituciones
públicas, en la medida que solo buscan beneficios económicos de las entidades públicas, dando
lugar a la corrupción.
De igual forma, la relación clientelar con los ciudadanos, que da paso al clientelismo y al olvido
de los derechos que el ciudadano tiene en el acceso a sus servicios, pues más que un cliente, es
un asociado con acciones en la entidad pública.
Finalmente, en el caso ecuatoriano, se identificó un modelo hibrido que adoptó políticas
restriccioncitas en su política exterior, pero herramientas modernizadoras al interior del Estado,
dirigiendo sus instrumentos al logro de objetivos y ampliando de manera exponencial, el aparto
estatal.
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