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Enrique González Pedrero y la educación indígena tabasqueña.
Desde la creación del INI hasta la creación de la CDI (Comisión Nacional para el Desarrollo de los
Pueblos Indígenas) en 2003, se concretaron una gama amplia de proyectos que buscaron la integración
al desarrollo de las comunidades rurales del país, pero pocas llegaron al territorio tabasqueño. Por tal
motivo, resulta de gran importancia mencionar la relevancia que tuvo en Tabasco el gobierno
emprendido de 1983 a 1987 por Enrique González Pedrero. Durante esta época, la educación indigenista
tuvo un gran auge de la mano de Ida Englard Moskowicz, mejor conocida como Irene Majrazk, de
origen polaco, y Julieta Campos, de origen cubano y esposa del entonces gobernador. Ambas
participaron de manera activa, comprometiéndose en realizar acciones que mejoraran la calidad de vida
educativa en la población indígena, interesándose particularmente en la cultura Yokot’an y ch’ol.
La política tabasqueña de los años 1940 a 1980 estaba basada en la modernidad. En ese momento se
aplicaba una pedagogía de integración para así erradicar paulatinamente al “sector más atrasado de la
sociedad”, esto es, los pueblos indígenas que, a decir de los gobernantes de ese periodo, impedían el
crecimiento tanto económico como social de los tabasqueños.
Sin embargo, el mandato de González Pedrero logró destacar de otros gobiernos, pues hubo un gran
interés por generar acciones a favor de la mejora de los pueblos indígenas, mismos que en otros
gobiernos negaban la existencia de estos grupos étnicos. En esos años, el gobierno que lidereaba
González Pedrero, estableció vínculos con organizaciones sociales e instituciones oficiales, tanto
estatales como federales, tales como el INI (Instituto Nacional Indigenista), la SEP (Secretaría de
Educación Pública) y autoridades municipales, quienes, en sus proyectos de orden nacional y local,
habrían olvidado beneficiar a este sector minoritario de la población.
González Pedrero de la mano de su esposa Julieta Campos, presidenta del DIF estatal (Desarrollo
Integral de la Familia), priorizaron acciones que lograran el beneficio en todos los ámbitos de los
indígenas. Tales acciones incluían fuertes acciones a favor de la educación, como: proyectos de
bibliotecas rurales, becas a jóvenes indígenas, educación para adultos y talleres de oficios con enfoque
comunitario y cultural (López F. J., 2019)
La experiencia acádemica de González Pedrero, le permitió tener otra visión de la entidad que
gobernaba y sentir la necesidad de una nueva politica, en la que aplicaba un programa de