pág. 4588
INTRODUCCIÓN
Un aditivo alimentario es una sustancia, ya sea sintética o natural, que se añade a los alimentos con
diversos propósitos tecnológicos, como modificar propiedades organolépticas, estabilizar
características físicas, prevenir alteraciones microbiológicas o modificar su valor nutricional. Esto
incluye colorantes, aromatizantes, potenciadores del sabor, edulcorantes, abrillantadores, entre otros.
Estos aditivos están regulados y deben ser obligatoriamente declarados en las etiquetas de los alimentos
(Velázquez-Sámano et al., 2019).
Los colorantes alimentarios, naturales o artificiales, son compuestos orgánicos que otorgan color a un
producto. Su color distintivo proviene de características de su estructura molecular, como la capacidad
de absorber luz en el espectro visible (400-700 nm), la presencia de grupos cromóforos, un sistema
conjugado de enlaces dobles y simples, y la resonancia de electrones. La falta de estas características
puede resultar en la pérdida de color. La Tabla 1 presenta las relaciones entre la longitud de onda visible
y el color absorbido y observado en colorantes que absorben luz en el espectro visible (Sunday N.
Okafor et al., 2016). Este proceso se conoce como absorción selectiva. Por lo tanto, el color observado,
ya sea reflejado o transmitido, es el complementario del color que ha sido absorbido. Cuando la
absorción del espectro visible es total, el objeto aparece de color negro; mientras que si rechaza todas
las radiaciones y las refleja, el objeto se percibe de color blanco (Serrano Pérez, 2019).
Los colorantes alimentarios se emplean con diversos propósitos, como realzar el atractivo visual de los
alimentos saludables o nutritivos, corregir variaciones naturales en el color, restaurar pérdidas ocurridas
durante el procesamiento o corregir la decoloración provocada por la exposición al aire, la humedad y
la luz durante el almacenamiento (Jácome Pilco et al., 2023; Solymosi et al., 2015). Los colorantes
alimentarios se clasifican según su origen y propiedades químicas. Pueden ser naturales, extraídos de
fuentes vegetales, animales o minerales, o sintéticos, producidos químicamente y generalmente
compuestos orgánicos con propiedades colorantes (Jácome Pilco et al., 2023).
Los colorantes naturales ofrecen beneficios para la salud humana debido a sus propiedades
nutracéuticas, lo que impulsa la búsqueda de fuentes alternativas. Sin embargo, se enfrentan a desafíos
en su obtención, estabilidad y sostenibilidad, lo que requiere un estudio más profundo para su aplicación
en la industria alimentaria (Albuquerque et al., 2021). La transición hacia el uso de colorantes naturales