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De manera que se puede definir al pensamiento como la capacidad para procesar información y
construir conocimientos, mediante la combinación de representaciones, operaciones y actitudes
mentales. Esta combinación puede ocurrir en forma automática, sistemática (reflexiva), creativa
y critica, de acuerdo con los propósitos que persiga el pensamiento. Aunado a ello, el pensamiento
humano posee una serie de características resaltantes que dan correspondencia con su estructura
psicológica y organización cerebral: es de naturaleza histórico-social; tiene un carácter activo,
dinámico, tiende a evolucionar; es también de naturaleza procesar, avanza por etapas; y
finalmente se apoya en operaciones o estrategias cognitivas.
Considerando que las formas de pensamiento, son imprescindibles para un óptimo desempeño, y
susceptibles de ser aprendidas y mejoradas a través de una práctica que muchas veces debe ser
guiada en un primer tiempo (mediatizada) hasta llegar a ser auto dirigida.
Desde esta perspectiva y desde la que a diario vivimos los docentes en el aula al constatar una
gran mayoría de alumnos con serias limitaciones de aprendizaje, en muchos de ellos a pesar de
su esfuerzo, y desinterés por sus tareas, estamos convencidos de que la permanencia en el instituto
y las posibilidades de éxito deben procurarse.
Los docentes del Instituto Tecnológico de Tlalnepantla, estamos conscientes que para lograr el
desarrollo del pensamiento existen una serie de estrategias de aprendizaje donde el estudiante es
un sujeto activo, situado; y el docente, un mediado o ayudador, entre el conocimiento y la
construcción interna del mismo (pro el propio alumno). Entre estas estrategias de encuentran: el
análisis de textos y elaboración de fichas sintéticas, los esquemas, mapas conceptuales, la
elaboración de ideas, la formulación de preguntas, las propuestas de solución, el aprendizaje
basado en problemas, y el desarrollo de competencias.
Estas estrategias favorecen el desarrollo de las características que de acuerdo con Bunge, en
(Bracqbien , Brito , Leue , & Castillo , 2008), son inherentes al pensamiento científico: objetivo,
analítico, reflexivo, crítico, predictivo, transcendente, claro, preciso, simbólico, verificable y
comunicable. Teniendo como finalidad propiciar el desarrollo del pensamiento crítico, el
pensamiento creativo, la autogestión, la autoestima, el sentido de logro, la inclinación al estudio,
y el aprendizaje significativo a partir de la interacción social. Estamos convencidos en el IPN, que