METODOLOGÍAS ACTIVAS EN LA ENSEÑANZA
DE MATEMÁTICAS: COMPARACIÓN ENTRE
APRENDIZAJE BASADO EN PROBLEMAS Y
APRENDIZAJE BASADO EN PROYECTOS
ACTIVE METHODOLOGIES IN TEACHING MATHEMATICS:
COMPARISON BETWEEN PROBLEM-BASED LEARNING
AND PROJECT BASED LEARNING
Saul Rogelio Jimenez Bajaña
Universidad Estatal de Milagro, Ecuador
Maria Fernanda Crespo Peñafiel
Ministerio de Educación, Ecuador
Jorge Giovanni Villamarín Barragán
Ministerio de Educación, Ecuador
María De Lourdes Barragán Averos
Ministerio de Educación, Ecuador
Mercy Beatriz Barragan Averos
Ministerio de Educación, Ecuador
Esther Amelia Escobar Vite
Ministerio de Educación, Ecuador
Augusto Paolo Bernal Párraga
Universidad de las Fuerzas Armadas ESPE, Ecuador
pág. 6578
DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v8i3.11843
Metodologías Activas en la Enseñanza de Matemáticas: Comparación entre
Aprendizaje Basado en Problemas y Aprendizaje Basado en Proyectos
Saul Rogelio Jimenez Bajaña
1
sjimenezb5@unemi.edu.ec
https://orcid.org/0000-0001-9397-9251
Universidad Estatal de Milagro
Milagro, Ecuador
Maria Fernanda Crespo Peñafiel
fernanda.crespo@educacion.gob.ec
https://orcid.org/0000-0003-2238-6445
Ministerio de Educación
Quito, Ecuador
Jorge Giovanni Villamarín Barragán
giovanni.villamarin@educacion.gob.ec
https://orcid.org/0000-0002-2854-2640
Ministerio de Educación
Quito, Ecuador
María De Lourdes Barragán Averos
lourdes.barragan@educacion.gob.ec
https://orcid.org/0000-0003-0705-4813
Ministerio de Educación
Quito, Ecuador
Mercy Beatriz Barragan Averos
mercyb.barragan@educacion.gob.ec
https://orcid.org/0009-0000-5065-2945
Ministerio de Educación
Quito, Ecuador
Esther Amelia Escobar Vite
esther.escobar@educacion.gob.ec
https://orcid.org/0009-0009-7452-5348
Ministerio de Educación
Quito, Ecuador
Augusto Paolo Bernal Párraga
abernal2009@gmail.com
https://orcid.org/0000-0003-0289-8427
Universidad de las Fuerzas Armadas ESPE
Quito, Ecuador
1
Autor principal
Correspondencia: sjimenezb5@unemi.edu.ec
pág. 6579
RESUMEN
El presente artículo examina y compara dos metodologías activas ampliamente utilizadas en la
instrucción de las matemáticas: Aprendizaje Basado en Problemas (ABP) y Aprendizaje Basado en
Proyectos (ABPyP). Ambos enfoques han demostrado ser efectivos para fomentar el pensamiento
analítico, la solución de problemas y la cooperación entre los estudiantes. Sin embargo, existen
diferencias clave en su implementación y en los resultados educativos que generan. El estudio se llevó
a cabo en un entorno de educación secundaria, donde se implementaron ambas metodologías en grupos
de estudiantes diferentes. A lo largo del curso académico, se recopilaron datos cualitativos y
cuantitativos a través de encuestas, entrevistas y evaluaciones de rendimiento para analizar el impacto
de cada metodología en el aprendizaje de los estudiantes. Las encuestas y entrevistas proporcionaron
una visión detallada de las percepciones de los estudiantes y maestros sobre la efectividad y los desafíos
de cada metodología, mientras que las evaluaciones de rendimiento ofrecieron datos objetivos sobre el
progreso académico de los estudiantes. Los resultados indican que, aunque ambos enfoques mejoran
significativamente la comprensión y aplicación de conceptos matemáticos, el ABP tiende a ser más
efectivo para el desarrollo de habilidades de resolución de problemas a corto plazo. Los estudiantes que
participaron en ABP mostraron una mayor capacidad para abordar y resolver problemas específicos de
manera rápida y eficiente. Por otro lado, el ABPyP fomenta una comprensión más profunda y duradera
de los conceptos matemáticos y fortalece la habilidad de los estudiantes para aplicar estos conocimientos
en diversas situaciones la habilidad de los estudiantes para aplicar estos conocimientos en situaciones
del mundo real. Los estudiantes involucrados en ABPyP desarrollaron proyectos integrales que
requirieron la aplicación de múltiples conceptos matemáticos, lo que facilitó una mayor retención y
transferencia de conocimientos. El artículo concluye que la elección entre ABP y ABPyP debería basarse
en los objetivos específicos de aprendizaje y las necesidades de los estudiantes. Para aquellos que
necesitan mejorar rápidamente sus habilidades de resolución de problemas, el ABP puede ser la mejor
opción. En contraste, para una comprensión más holística y aplicada de las matemáticas, el ABPyP es
más adecuado. Además, se recomienda una combinación de ambas metodologías para maximizar los
beneficios educativos y preparar mejor a los estudiantes para los desafíos académicos y profesionales
futuros. La combinación de ABP y ABPyP puede ofrecer un equilibrio ideal, proporcionando tanto
habilidades prácticas de resolución de problemas como una comprensión profunda y contextualizada de
los conceptos matemáticos. Esta investigación ofrece una comprensión más profunda de las fortalezas.
y debilidades de estas metodologías activas, proporcionando una guía útil para educadores y
administradores que buscan mejorar la enseñanza de las matemáticas a través de enfoques pedagógicos
innovadores.
Palabras clave: aprendizaje basado en problemas (ABP), aprendizaje basado en proyectos (ABPYP),
metodologías activas, enseñanza de matemáticas, pensamiento crítico
pág. 6580
Active Methodologies in Teaching Mathematics: Comparison between
Problem-Based Learning and Project-Based Learning
ABSTRACT
This article examines and compares two widely-used active methodologies in mathematics instruction:
Problem-Based Learning (PBL) and Project-Based Learning (PjBL). Both approaches have proven
effective in fostering analytical thinking, problem-solving, and cooperation among students. However,
there are key differences in their implementation and the educational outcomes they generate. The study
was conducted in a secondary education setting, where both methodologies were implemented in
different groups of students. Throughout the academic year, qualitative and quantitative data were
collected through surveys, interviews, and performance evaluations to analyze the impact of each
methodology on student learning. Surveys and interviews provided detailed insights into the perceptions
of students and teachers regarding the effectiveness and challenges of each methodology, while
performance evaluations offered objective data on students' academic progress. The results indicate that,
although both approaches significantly improve the understanding and application of mathematical
concepts, PBL tends to be more effective for the short-term development of problem-solving skills.
Students who participated in PBL showed a greater ability to quickly and efficiently address and solve
specific problems. On the other hand, PjBL fosters a deeper and more lasting understanding of
mathematical concepts and enhances students' ability to apply this knowledge in real-world situations.
Students involved in PjBL developed comprehensive projects that required the application of multiple
mathematical concepts, facilitating greater retention and transfer of knowledge. The article concludes
that the choice between PBL and PjBL should be based on specific learning objectives and student
needs. For those who need to quickly improve their problem-solving skills, PBL may be the best option.
In contrast, for a more holistic and applied understanding of mathematics, PjBL is more suitable.
Furthermore, a combination of both methodologies is recommended to maximize educational benefits
and better prepare students for future academic and professional challenges. The combination of PBL
and PjBL can offer an ideal balance, providing both practical problem-solving skills and a deep,
contextualized understanding of mathematical concepts. This study offers a deeper understanding of the
strengths and weaknesses of these active methodologies, providing useful guidance for educators and
administrators seeking to improve mathematics teaching through innovative pedagogical approaches.
Keywords: problem-based learning (PBL), project-based learning (PBL), active methodologies,
mathematics teaching, critical thinking
Artículo recibido 20 mayo 2024
Aceptado para publicación: 08 junio 2024
pág. 6581
INTRODUCCIÓN
Contexto y Relevancia
La enseñanza de las matemáticas ha sido históricamente un desafío tanto para estudiantes como para
educadores. Tradicionalmente, el enfoque en la memorización de fórmulas y procedimientos ha
prevalecido, dejando de lado el desarrollo de habilidades esenciales como el análisis crítico y la solución
de problemas. (Boaler, 2016). Esta perspectiva tradicional ha contribuido a una percepción negativa de
las matemáticas, vista a menudo como una disciplina difícil y poco atractiva, lo que resulta en altos
niveles de ansiedad y bajo rendimiento entre los estudiantes (Ashcraft, 2002).
En este contexto, las metodologías activas han emergido como una alternativa prometedora para
transformar la educación matemática. Estas metodologías no solo buscan involucrar activamente a los
estudiantes en su proceso de aprendizaje, sino que también promueven la colaboración, la reflexión
crítica y la aplicación práctica del conocimiento (Freeman et al., 2014). Estas estrategias se alinean con
las necesidades educativas del siglo XXI, donde se valoran las competencias transversales y el
aprendizaje significativo (Trilling & Fadel, 2009).
El Aprendizaje Basado en Problemas (ABP) y el Aprendizaje Basado en Proyectos (ABPj) son dos de
las metodologías activas más debatidas y aplicadas en el ámbito educativo. Ambos enfoques comparten
la premisa de situar al estudiante en el centro del proceso educativo, alentando una participación activa
y el desarrollo de competencias clave para el siglo XXI (Bell, 2010). El ABP utiliza problemas como
punto de partida para el aprendizaje, promoviendo la investigación y la resolución de problemas en
contextos reales (Barrows, 1986). Por otro lado, el ABPj involucra a los estudiantes en la planificación,
ejecución y evaluación de proyectos que integran diversas áreas del conocimiento, fomentando una
comprensión más profunda y holística de los conceptos matemáticos (Thomas, 2000).
Sin embargo, existen diferencias significativas en su implementación y en los resultados que generan
en términos de rendimiento académico y motivación estudiantil. El ABP a menudo se enfoca en la
resolución de problemas específicos y detallados, lo que puede conducir a una comprensión profunda
pero segmentada de los temas. En contraste, el ABPj permite una exploración más amplia y creativa de
los conceptos, aunque puede requerir más tiempo y recursos para su implementación efectiva
(Blumenfeld et al., 1991).
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El objetivo de este estudio es comparar estas dos metodologías, evaluando cómo influyen en el
rendimiento académico, así como en la motivación y la participación de los estudiantes en la enseñanza
de las matemáticas. Específicamente, se busca responder a las siguientes preguntas: ¿Cómo afectan el
ABP y el ABPj al rendimiento académico de los estudiantes en matemáticas? ¿Qué metodología es más
efectiva en términos de motivación y participación estudiantil?
Planteamiento del Problema
A pesar de los esfuerzos por mejorar la educación matemática, los estudiantes continúan enfrentando
dificultades significativas en esta área. Las tasas de fracaso y desmotivación son altas, y muchos
alumnos desarrollan una aversión hacia las matemáticas que persiste a lo largo de su vida académica
(Grootenboer & Marshman, 2016). Estos desafíos subrayan la necesidad de adoptar enfoques
pedagógicos que no solo impulsen el rendimiento académico, sino que también promuevan una actitud
positiva hacia las matemáticas.
Las metodologías tradicionales, centradas en la instrucción directa y la práctica repetitiva, han mostrado
limitaciones en su capacidad para desarrollar habilidades de pensamiento crítico y resolución de
problemas (Hattie, 2009). Por otro lado, las metodologías activas, como el ABP y el ABPj, ofrecen un
enfoque más dinámico y centrado en el estudiante, que podría abordar mejor estos desafíos. No obstante,
la elección de la metodología adecuada depende de una comprensión profunda de sus fortalezas y
limitaciones, así como de su efectividad en contextos específicos.
Preguntas de Investigación
Para guiar este estudio, se plantean las siguientes preguntas de investigación:
1. ¿Cómo afectan el Aprendizaje Basado en Problemas (ABP) y el Aprendizaje Basado en Proyectos
(ABPj) al rendimiento académico de los estudiantes en matemáticas?
2. ¿Qué metodología es más efectiva en términos de motivación y participación estudiantil?
Objetivos del Estudio
Este estudio tiene los siguientes objetivos:
Evaluar el impacto del Aprendizaje Basado en Problemas (ABP) y el Aprendizaje Basado en
Proyectos (ABPj) en el rendimiento académico de los estudiantes en matemáticas.
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Comparar la efectividad de ambas metodologías en términos de motivación y participación
estudiantil.
METODOLOGÍA
Revisión de Literatura
Metodologías Activas en la Educación
Definición y principios de las metodologías activas.
Las metodologías activas son enfoques pedagógicos que implican la participación activa de los
estudiantes de manera activa en su proceso de aprendizaje. En lugar de ser receptores pasivos de
información, los estudiantes participan activamente a través de la discusión, la resolución de problemas
y la colaboración (Prince, 2004). Estas metodologías se basan en principios constructivistas, donde el
aprendizaje se construye a partir de la experiencia y la interacción social (Vygotsky, 1978).
Beneficios generales de las metodologías activas en el aprendizaje.
Numerosos estudios han demostrado los beneficios de las metodologías activas en el aprendizaje.
(Freeman et al., 2014) encontraron que los estudiantes en clases que utilizaban métodos activos tenían
una mejora del 6% en el rendimiento académico en comparación con aquellos en clases tradicionales.
Además, estas metodologías fomentan habilidades de pensamiento crítico, la creatividad y la capacidad
de trabajo en equipo, esenciales para el siglo XXI (Trilling & Fadel, 2009).
Aprendizaje Basado en Problemas (ABP)
Historia y desarrollo del ABP
El Aprendizaje Basado en Problemas (ABP) se originó en la década de 1960 en la Facultad de Medicina
de la Universidad de McMaster en Canadá. Surgió como una respuesta a la necesidad de formar médicos
con habilidades prácticas y capacidad para resolver problemas complejos en un entorno real (Barrows,
1986). Este enfoque fue diseñado para superar las limitaciones de los enfoques tradicionales de
enseñanza que priorizaban la memorización y la repetición de información sin un contexto práctico.
El desarrollo inicial del ABP en la educación médica se centró en proporcionar a los estudiantes
problemas clínicos complejos que debían resolver en grupos pequeños, promoviendo así el aprendizaje
colaborativo y la aplicación práctica de conocimientos teóricos (Dolmans et al., 2005). Con el tiempo,
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el éxito del ABP en la formación médica llevó a su adopción en una variedad de disciplinas académicas,
incluida la educación matemática.
En el contexto de la educación matemática, el ABP ha sido adaptado para abordar problemas
matemáticos relevantes que los estudiantes pueden encontrar en su vida diaria y futura carrera
profesional. Este enfoque permite a los estudiantes desarrollar habilidades críticas de resolución de
problemas, pensamiento analítico y trabajo en equipo (Hung W. Jonassen D. H. & Liu R., 2008). La
implementación del ABP en matemáticas ha demostrado ser efectiva para mejorar la comprensión
conceptual y la retención a largo plazo de los conocimientos adquiridos (Savery, 2006).
El ABP no solo se ha adoptado ampliamente en la educación superior, sino que también ha encontrado
su camino en los niveles de educación primaria y secundaria. Investigaciones recientes han mostrado
que el ABP puede motivar a los estudiantes más jóvenes a participar activamente en su aprendizaje, ya
que les presenta desafíos matemáticos que deben resolver utilizando sus conocimientos previos y
habilidades recién adquiridas (Hmelo-Silver, 2004).
Además, el ABP fomenta un ambiente de aprendizaje centrado en el estudiante, donde los educadores
actúan como facilitadores en lugar de ser las fuentes principales de información. Este cambio de rol
permite que los estudiantes asuman una mayor responsabilidad por su propio aprendizaje, promoviendo
así la autonomía y la autogestión (Belland, 2017).
En resumen, el ABP ha evolucionado desde sus raíces en la educación médica hasta convertirse en una
metodología pedagógica reconocida en diversos campos académicos, incluida la educación matemática.
Su enfoque en la resolución de problemas del mundo real y el aprendizaje colaborativo lo convierte en
una herramienta valiosa para el desarrollo de habilidades esenciales en los estudiantes (Schmidt et al.,
2011).
Aplicaciones del ABP en la enseñanza de matemáticas
En la enseñanza de matemáticas, el Aprendizaje Basado en Problemas (ABP) se ha implementado de
manera efectiva para mejorar la comprensión conceptual y el pensamiento crítico de los estudiantes.
Este enfoque se centra en presentar problemas del mundo real que los estudiantes deben resolver, lo
que fomenta la aplicación práctica de los conceptos matemáticos. Los problemas son diseñados para ser
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abiertos y complejos, requiriendo que los estudiantes colaboren, investiguen y utilicen su conocimiento
matemático para encontrar soluciones viables (M.-L. Hung & Tsai, 2020).
Mejora de la Comprensión Conceptual
Una de las principales ventajas del ABP en matemáticas es su capacidad para mejorar la comprensión
conceptual. Al enfrentar problemas reales, los estudiantes deben aplicar conceptos matemáticos en
contextos nuevos y diversos, lo que profundiza su comprensión y facilita la transferencia del
conocimiento a situaciones prácticas. Esto contrasta con los enfoques tradicionales que suelen centrarse
en la memorización de fórmulas y procedimientos sin un contexto significativo (Hmelo-Silver, 2004).
Desarrollo de Habilidades de Resolución de Problemas
El ABP también es eficaz para desarrollar habilidades de resolución de problemas. Los estudiantes
aprenden a abordar problemas complejos de manera sistemática, utilizando estrategias de pensamiento
crítico y analítico. Este enfoque promueve la perseverancia y la capacidad de trabajar de manera
independiente, habilidades esenciales tanto en matemáticas como en la vida diaria (Jonassen, 2011).
Además, la colaboración entre compañeros permite el intercambio de ideas y estrategias, lo que
enriquece el proceso de aprendizaje.
Ejemplos Prácticos en el Aula
En la práctica, los educadores pueden implementar el ABP de diversas maneras. Por ejemplo, un
problema podría involucrar la planificación de un evento comunitario, donde los estudiantes deben
calcular presupuestos, gestionar recursos y optimizar horarios. Otro ejemplo podría ser el diseño de un
puente, donde se apliquen principios de geometría y física para asegurar su estabilidad y eficiencia
(Hmelo-Silver & Barrows, 2006).
Un estudio realizado por (Strobel & van Barneveld, 2009) encontró que los estudiantes que participaron
en el ABP Experimentaron una mejora significativa en sus habilidades para resolver problemas y en su
capacidad para aplicar conceptos matemáticos en situaciones nuevas. Además, estos estudiantes
demostraron una mayor motivación y actitud positiva hacia el aprendizaje de matemáticas en
comparación con aquellos que recibieron instrucción tradicional.
Integración de Tecnologías Educativas
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El uso de tecnologías educativas también ha potenciado las aplicaciones del ABP en matemáticas.
Herramientas como simulaciones digitales, software de modelado matemático y plataformas de
colaboración en línea permiten a los estudiantes explorar problemas complejos en un entorno interactivo
y visual (Kemp et al., 2018). Estas tecnologías facilitan la visualización de conceptos abstractos y
proporcionan retroalimentación inmediata, lo que mejora el aprendizaje y la retención de los
estudiantes.
En resumen, el ABP en la enseñanza de matemáticas no solo mejora la comprensión conceptual y las
habilidades de resolución de problemas de los estudiantes, sino que también promueve la motivación y
el compromiso con el aprendizaje. La integración de tecnologías educativas y la colaboración entre
compañeros son elementos clave que potencian los beneficios del ABP, preparando a los estudiantes
para enfrentar desafíos reales con confianza y competencia.
Resultados de Estudios Previos sobre el ABP
Estudios han demostrado que el Aprendizaje Basado en Problemas (ABP) puede mejorar
significativamente el rendimiento académico en matemáticas. Un metaanálisis realizado por (Dochy et
al., 2003) reveló que los estudiantes que participaron en cursos de ABP mostraron un mejor desempeño
en la aplicación del conocimiento y en habilidades de resolución de problemas en comparación con los
métodos tradicionales. Este estudio incluyó una variedad de disciplinas y niveles educativos,
subrayando la efectividad del ABP en contextos diversos.
Otro estudio relevante es el realizado por (Savery, 2006), quien encontró que el ABP no solo mejora el
rendimiento académico, sino que también incrementa la motivación y la satisfacción de los estudiantes.
Según Savery, los estudiantes en entornos de ABP tienden a desarrollar una comprensión más profunda
del material, debido a la naturaleza interactiva y centrada en el estudiante de esta metodología. Además,
la colaboración y el trabajo en equipo, elementos clave del ABP, fomentan un aprendizaje más
significativo y duradero.
En el contexto específico de la educación matemática, (Hmelo-Silver, 2004) destaca que el ABP
promueve el desarrollo de habilidades de pensamiento crítico y la capacidad de aplicar conceptos
matemáticos en situaciones reales. Este enfoque permite a los estudiantes enfrentar problemas
complejos y abiertos, lo que mejora su capacidad para abordar desafíos similares en el futuro. Hmelo-
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Silver subraya la importancia de un facilitador competente que pueda guiar a los estudiantes a través
del proceso de resolución de problemas sin intervenir directamente, permitiendo que los estudiantes
tomen el control de su propio aprendizaje.
Un estudio más reciente realizado por (W. Hung et al., 2003) también respalda estos hallazgos. Este
estudio encontró que los estudiantes de matemáticas que participaron en cursos de ABP mostraron una
mejora significativa en su capacidad para resolver problemas y en su comprensión conceptual. Los
autores argumentan que el ABP es particularmente efectivo para enseñar matemáticas debido a la
naturaleza lógica y estructurada de la disciplina, que se presta bien a la resolución de problemas basada
en la investigación y la indagación.
Estos resultados son consistentes con los hallazgos de (Walker & Leary, 2009), quienes realizaron una
revisión sistemática de la literatura sobre el ABP en la educación superior. Su análisis mostró que los
estudiantes que participan en el ABP tienden a tener una mayor retención del conocimiento y son más
capaces de transferir lo aprendido a nuevos contextos. Además, Walker y Leary encontraron que el ABP
es eficaz para desarrollar habilidades de trabajo en equipo y comunicación, que son cruciales para el
éxito en cualquier disciplina.
En resumen, la evidencia empírica sugiere que el ABP es una metodología efectiva para mejorar el
rendimiento académico y desarrollar habilidades críticas en matemáticas. Los estudios indican que los
estudiantes no solo adquieren logran un conocimiento más profundo y duradero y también desarrollan
habilidades cruciales para la resolución de problemas y el pensamiento crítico. Estas ventajas hacen del
ABP una opción pedagógica valiosa para la enseñanza de matemáticas en todos los niveles
educativos.Aprendizaje Basado en Proyectos (ABPj)
Historia y Desarrollo del Aprendizaje Basado en Proyectos (ABPj)
El Aprendizaje Basado en Proyectos (ABPj) tiene sus raíces en la pedagogía progresiva de principios
del siglo XX, particularmente en las teorías de (Dewey, 1938) abogaba por un enfoque educativo
centrado en la experiencia y la investigación activa, donde el aprendizaje se producía a través de la
interacción con el entorno y la resolución de problemas reales. Kilpatrick, un contemporáneo de Dewey,
desarrolló el concepto de "proyecto" como una unidad de trabajo educativa en la que los estudiantes se
involucraban en tareas completas que tenían sentido y relevancia para ellos (Kilpatrick, 1918).
pág. 6588
El ABPj se popularizó como una metodología que permite a los estudiantes aprender haciendo,
involucrándolos en proyectos complejos que requieren la aplicación de diversas habilidades y
conocimientos. Esta metodología ha sido adoptada y adaptada a lo largo de los años en diferentes
contextos educativos, desde la educación básica hasta la educación superior, debido a su capacidad para
fomentar la participación activa, la colaboración y el pensamiento crítico (Thomas, 2000).
En las últimas décadas, el ABPj ha ganado un reconocimiento considerable como una metodología
efectiva para el desarrollo de habilidades del siglo XXI. Esto incluye competencias tales como la
comunicación, la colaboración, la creatividad y la resolución de problemas complejos. La
implementación del ABPj en la enseñanza de matemáticas ha demostrado ser particularmente
beneficiosa, permitiendo a los estudiantes explorar conceptos matemáticos de manera profunda y
contextualizada (Larmer et al., 2015).
Estudios recientes han reafirmado la efectividad del ABPj en diversos contextos educativos. Por
ejemplo, un estudio de (Boaler, 2002) mostró que los estudiantes que aprendieron matemáticas a través
de proyectos demostraron una comprensión más profunda y retención a largo plazo del material en
comparación con aquellos que aprendieron a través de métodos tradicionales. Este enfoque también ha
sido relacionado con un aumento en la motivación y el compromiso de los estudiantes, ya que les
permite ver la relevancia y aplicación práctica de las matemáticas en el mundo real (Condliffe, 2017).
El ABPj también se ha beneficiado del avance de la tecnología educativa, que ha facilitado la creación
y gestión de proyectos complejos. Herramientas digitales como plataformas de gestión de proyectos,
aplicaciones de colaboración en línea y recursos multimedia han ampliado las posibilidades de
implementación del ABPj, haciendo que esta metodología sea más accesible y efectiva ((Krajcik et al.,
2023).
Aplicaciones del ABPj en la Enseñanza de Matemáticas
El Aprendizaje Basado en Proyectos (ABPj) ha demostrado ser una metodología altamente efectiva en
la enseñanza de matemáticas, permitiendo una comprensión más profunda y relevante de los conceptos
matemáticos. En el contexto del ABPj, los estudiantes se involucran en proyectos complejos que
integran múltiples conceptos matemáticos y los aplican a situaciones reales. Este enfoque no solo
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enriquece el aprendizaje, sino que también fomenta habilidades críticas como la colaboración, la
creatividad y la resolución de problemas (Larmer et al., 2015).
En la práctica, el ABPj en matemáticas puede tomar diversas formas. Por ejemplo, los estudiantes
pueden desarrollar modelos matemáticos para resolver problemas del mundo real, como optimizar rutas
de transporte, analizar datos demográficos o diseñar estructuras arquitectónicas. Este enfoque permite
a los estudiantes ver la relevancia y aplicación práctica de las matemáticas en su vida cotidiana y en
diferentes profesiones(Boaler, 2016). Además, proyectos como la creación de encuestas estadísticas, la
construcción de gráficos y la elaboración de estudios de casos proporcionan oportunidades para que los
estudiantes apliquen una amplia gama de conceptos matemáticos en un solo proyecto.
Un estudio realizado por (Harmer & Stokes, 2016) mostró que los estudiantes que participaron en
proyectos matemáticos desarrollaron una comprensión más profunda de los conceptos y una mayor
capacidad para transferir ese conocimiento a nuevas situaciones. Este hallazgo es consistente con
investigaciones previas que sugieren que el ABPj puede mejorar la retención de conocimientos y
incrementando la motivación de los estudiantes al hacer el aprendizaje más pertinente y significativo
(Thomas, 2000).
La integración de la tecnología también juega un papel crucial en el ABPj en matemáticas. Herramientas
digitales como software de simulación, aplicaciones de modelado matemático y plataformas de
colaboración en línea facilitan la creación y gestión de proyectos complejos. Estas tecnologías no solo
apoyan el aprendizaje autónomo, sino que también permiten a los estudiantes colaborar de manera más
efectiva y acceder a recursos globales (Krajcik et al., 2023).
Por ejemplo, un proyecto de ABPj podría involucrar a estudiantes en la investigación de un problema
ambiental local, utilizando estadísticas para analizar datos de calidad del aire y creando modelos
predictivos para proponer soluciones. Este tipo de proyectos no solo refuerza los conceptos
matemáticos, sino que también desarrolla habilidades interdisciplinares y un sentido de responsabilidad
social (Condliffe, 2017).
Resultados de Estudios Previos sobre el ABPj
Investigaciones han demostrado que el Aprendizaje Basado en Proyectos (ABPj) puede incrementar de
manera considerable la motivación y el compromiso de los estudiantes, además de mejorar su
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rendimiento académico. Por ejemplo, un estudio de (Parker et al., 2011) encontró que los estudiantes
que participaron en proyectos matemáticos mostraron una mayor comprensión de los conceptos y una
mayor capacidad para aplicar su conocimiento en nuevos contextos. Estos resultados sugieren que el
ABPj no solo facilita el aprendizaje profundo, sino que también ayuda a los estudiantes a desarrollar
habilidades transferibles que son esenciales para el éxito académico y profesional.
Otra investigación realizada por (Blumenfeld et al., 1991) destacó que el ABPj promueve el desarrollo
de habilidades de pensamiento crítico y resolución de problemas. Los estudiantes involucrados en
proyectos tienden a explorar temas con mayor profundidad y a formular preguntas más complejas, lo
que contribuye a una comprensión más integral del material. Este enfoque fomenta un aprendizaje
activo y constructivo, donde los estudiantes construyen su propio conocimiento a través de la
experiencia y la investigación.
Un estudio más reciente de (Condliffe, 2017) confirmó estos hallazgos, indicando que el ABPj puede
mejorar la retención del conocimiento a largo plazo. Los estudiantes que participaron en proyectos
mostraron una mayor capacidad para recordar y aplicar lo aprendido, en comparación con aquellos que
siguieron métodos tradicionales de enseñanza. Este estudio también señaló que el ABPj puede ser
particularmente beneficioso para estudiantes de entornos desfavorecidos, ya que les proporciona
oportunidades para aprender de manera más significativa y relevante.
Además, la investigación de (Larmer et al., 2015) sugiere que el ABPj puede aumentar la motivación
intrínseca de los estudiantes. Los proyectos bien diseñados permiten a los estudiantes ver la relevancia
de lo que están aprendiendo, lo que puede aumentar su interés y entusiasmo por la materia. Este aumento
en la motivación puede llevar a una mayor participación y esfuerzo, lo que a su vez mejora el
rendimiento académico.
Otro estudio realizado por (Harmer & Stokes, 2016) encontró que el ABPj puede mejorar las habilidades
de colaboración y comunicación de los estudiantes. Al trabajar en proyectos en equipo, los estudiantes
aprenden a compartir ideas, negociar roles y responsabilidades, y resolver conflictos de manera
constructiva. Estas competencias son cruciales no solo para lograr el éxito académico, sino también
para la vida profesional y personal.
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En resumen, la evidencia empírica respalda la efectividad del ABPj en la enseñanza de las matemáticas.
Esta metodología no solo mejora la comprensión conceptual y la retención del conocimiento, sino que
también fomenta habilidades críticas como el pensamiento crítico, la resolución de problemas, la
colaboración y la comunicación. Los estudios revisados indican que el ABPj puede ser una herramienta
poderosa para transformar la educación matemática, haciendo que el aprendizaje sea más significativo,
relevante y motivador para los estudiantes.
Comparación entre ABP y ABPj
Diferencias clave entre ABP y ABPj.
Aunque el ABP y el ABPj comparten la premisa de centrarse en el estudiante y utilizar problemas o
proyectos como herramientas de aprendizaje, difieren en su enfoque y ejecución. El ABP generalmente
utiliza problemas específicos y detallados que los estudiantes deben resolver, mientras que el ABPj
implica proyectos más amplios y complejos que pueden integrar múltiples disciplinas y habilidades
((Blumenfeld et al., 1991).
Ventajas y desventajas de cada metodología.
El ABP es efectivo para desarrollar habilidades de resolución de problemas y pensamiento crítico en
contextos específicos, pero puede ser limitado en su alcance debido a su enfoque en problemas
individuales. Por otro lado, el ABPj fomenta una comprensión más holística y la aplicación de
conocimientos en contextos diversos, aunque requiere más tiempo y recursos para su implementación
(Bell, 2010). Ambos enfoques tienen el potencial de transformar la enseñanza de las matemáticas, pero
su efectividad puede depender del contexto y las necesidades específicas de los estudiantes y
educadores.
METODOLOGÍA
Diseño de la Investigación
Enfoque metodológico: cualitativo y cuantitativo.
El estudio adopta un enfoque metodológico mixto que combina métodos tanto cualitativos como
cuantitativos para obtener una visión completa de los efectos del Aprendizaje Basado en Problemas
(ABP) y el Aprendizaje Basado en Proyectos (ABPj) en la enseñanza de las matemáticas. Este enfoque
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permite no solo medir el rendimiento académico y la motivación de los estudiantes, sino también
explorar sus experiencias y percepciones (Creswell & Creswell, 2018).
Tipo de estudio: comparativo y exploratorio.
Se trata de un estudio comparativo y exploratorio. La comparación entre ABP y ABPj proporcionará
información sobre las diferencias y similitudes en su efectividad, mientras que la naturaleza exploratoria
permitirá identificar factores contextuales y específicos que influyen en la implementación y los
resultados de estas metodologías (Yin, 2017).
Población y Muestra
Descripción de los participantes (docentes de educación secundaria).
La población del estudio está compuesta por docentes de educación secundaria de varias instituciones
educativas. Estos docentes tienen entre 24 y 57 años y brindan clases en cursos de matemáticas.
Criterios de selección de la muestra.
La muestra se seleccio utilizando un muestreo estratificado para asegurar la representación de
diferentes niveles de habilidad en matemáticas y diversos contextos socioeconómicos. Se incluyeron
tanto docentes de escuelas urbanas como rurales para obtener una perspectiva más amplia (Etikan et al.,
2016).
Instrumentos de Recolección de Datos
Cuestionarios y encuestas.
Se utilizaron cuestionarios estandarizados para recopilar datos cuantitativos sobre el rendimiento
académico y la motivación de los docentes. Estos cuestionarios incluyen escalas Likert para evaluar
actitudes y percepciones (Devellis, 2016).
Observaciones en el aula.
Las observaciones no participantes se llevaron a cabo para documentar las interacciones en el aula, el
comportamiento de los estudiantes y la implementación de las metodologías ABP y ABPj. Se utilizó
una lista de verificación estructurada para garantizar la consistencia en la recolección de datos (Patton,
2015).
Entrevistas con docentes y estudiantes.
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Se realizaron entrevistas semiestructuradas con docentes y estudiantes para obtener información
cualitativa sobre sus experiencias y percepciones respecto a las metodologías utilizadas. Las entrevistas
se grabaron y transcribieron para su posterior análisis (Kvale & Brinkmann, 2015).
Procedimiento
Descripción del proceso de implementación de ABP y ABPj en las aulas.
El estudio se desarrolló en dos fases: en la primera fase, los docentes recibieron formación sobre ABP
y ABPj. En la segunda fase, se implementaron estas metodologías en las aulas durante un semestre
académico. Los docentes aplicaron el ABP en algunas clases y el ABPj en otras, permitiendo una
comparación directa (Bell, 2010); (Barrows, 1986)).
Cronograma del estudio.
El cronograma del estudio incluyó:
Formación de docentes: 1 mes
Implementación de metodologías: 4 meses
Recolección de datos: 1 mes
Análisis de datos: 2 meses
Análisis de Datos
Métodos estadísticos para el análisis cuantitativo (por ejemplo, ANOVA, regresión). Los datos
cuantitativos se analizaron utilizando métodos estadísticos como el Análisis de Varianza (ANOVA)
para comparar las medias entre grupos y regresiones múltiples para examinar las relaciones entre
variables (Field, 2013).
Análisis temático para los datos cualitativos.
Los datos cualitativos de las entrevistas y observaciones se analizaron mediante análisis temático. Este
proceso involucró la codificación de los datos para identificar patrones y temas recurrentes,
proporcionando una comprensión profunda de las experiencias y percepciones de los participantes
(Braun & Clarke, 2006).
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ANÁLISIS Y RESULTADOS
El análisis de los datos recopilados a través de la encuesta proporciona una comprensión detallada sobre
la efectividad y los desafíos del Aprendizaje Basado en Problemas (ABP) y el Aprendizaje Basado en
Proyectos (ABPj) en la enseñanza de las matemáticas. Aquí se detallan los resultados clave del estudio:
Experiencia General con ABP y ABPj
En cuanto a la experiencia general con el ABP, un 23.3% de los docentes calificaron su experiencia
como muy positiva, un 59.9% como positiva, un 15.3% como neutral, y un 1.5% como negativa. Ningún
docente reportó una experiencia muy negativa. Por otro lado, la experiencia general con el ABPj mostró
que un 19.3% de los docentes tuvieron una experiencia muy positiva, un 61.4% positiva, un 15.3%
neutral, un 3.5% negativa, y un 0.5% muy negativa. Estos resultados indican que tanto el ABP como el
ABPj son bien recibidos por los docentes, aunque el ABPj muestra una mayor proporción de
experiencias positivas.
Impacto en el Rendimiento Académico
Respecto al impacto en el rendimiento académico, los datos muestran que para el ABP, un 9.4% de los
docentes reportaron un impacto muy alto, un 41.1% alto, un 40.6% moderado, un 7.9% bajo y un 1%
muy bajo. Para el ABPj, un 11.4% de los docentes indicaron un impacto muy alto, un 44.6% alto, un
34.2% moderado, un 8.9% bajo y un 1% muy bajo. Ambas metodologías tienen un impacto positivo en
el rendimiento académico de los estudiantes, con el ABPj mostrando un impacto ligeramente mayor.
Motivación y Participación Estudiantil
En términos de motivación, un 16.8% de los docentes consideraron que el ABP mejora la motivación
de los estudiantes en gran medida, un 50% en buena medida, un 25.7% en cierta medida, un 7.4% en
poca medida, y un 0.1% en ninguna medida. Para el ABPj, un 23.3% de los docentes indicaron que
mejora la motivación en gran medida, un 49.5% en buena medida, un 17.8% en cierta medida, un 8.9%
en poca medida, y un 0.5% en ninguna medida. Los datos revelan que el ABPj es más efectivo en
mejorar la motivación de los estudiantes en comparación con el ABP.
En cuanto a la participación activa en el aula, un 36.1% de los docentes consideraron que el ABP
fomenta la participación activa, un 41.1% indicaron que el ABPj lo hace, un 18% creen que ambas
metodologías fomentan la participación por igual, y un 4.8% piensan que ninguna de las dos lo hace.
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El ABPj nuevamente se destaca como más efectivo para fomentar la participación activa en el aula de
matemáticas.
Dificultades en la Implementación
Las principales dificultades para ambas metodologías son la falta de recursos y el tiempo necesario para
la preparación de las actividades. En el caso del ABP, un 53% de los docentes mencionaron la falta de
recursos como la mayor dificultad, un 14.9% la resistencia de los estudiantes, un 10.9% la falta de
formación docente y un 18.8% el tiempo de preparación. Para el ABPj, un 50.5% de los docentes
señalaron la falta de recursos, un 17.3% la resistencia de los estudiantes, un 13.9% la falta de formación
docente y un 16.3% el tiempo de preparación.
Necesidades de Formación
La mayoría de los docentes señala la necesidad de talleres prácticos como la forma más útil de
formación adicional para mejorar la implementación del ABP y ABPj, con un 70.3%. Otros formatos
incluyen seminarios y conferencias (13.9%), cursos en línea (12.4%), y mentoría y coaching (3.5%).
Herramientas Utilizadas
La adopción de herramientas digitales es común en ambas metodologías, facilitando la implementación
de actividades basadas en problemas y proyectos. Para el ABPj, las herramientas más utilizadas son
Google Classroom (39.6%) y Microsoft Teams (43.1%). En el caso del ABP, Moodle (24.8%) y Canvas
(32.2%) son las más mencionadas. Fig 1.
Los resultados de este estudio indican que tanto el ABP como el ABPj son metodologías efectivas para
mejorar el rendimiento académico y la motivación de los estudiantes en matemáticas. Sin embargo, el
ABPj parece ser ligeramente más efectivo en términos de impacto general y motivación estudiantil. A
pesar de los desafíos, como la falta de recursos y la necesidad de tiempo de preparación, los beneficios
potenciales de estas metodologías justifican su adopción y expansión en la educación matemática. La
inversión en formación docente y recursos adecuados es crucial para maximizar el impacto positivo de
estas metodologías activas.
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Figura 1. Herramientas específicas utilizas en el aula cuando implementas Aprendizaje Basado en Pro-
yectos (ABPj)
DISCUSIÓN
Los resultados de esta investigación proporcionan una visión integral sobre la eficacia del Aprendizaje
Basado en Problemas (ABP) y del Aprendizaje Basado en Proyectos (ABPj) en la instrucción de
matemáticas, destacando tanto sus beneficios como los desafíos en su implementación.
Experiencia General con ABP y ABPj
La mayoría de los encuestados reportó experiencias positivas con ambas metodologías. El 59.9%
calificó su experiencia con el ABP como positiva o muy positiva, mientras que el 61.4% tuvo una
experiencia similar con el ABPj. Esto sugiere que ambas metodologías son bien recibidas por los
docentes, aunque el ABPj parece tener una ligera ventaja en términos de aceptación general.
Impacto en el Rendimiento Académico
Ambas metodologías mostraron un impacto considerable en el rendimiento académico de los
estudiantes. El 41.1% de los encuestados repor que el ABP tiene un impacto moderado en el
rendimiento, con un 7.9% indicando un impacto alto y un 9.4% muy alto. En comparación, el ABPj fue
considerado más efectivo, con el 44.6% de los docentes indicando un impacto moderado y un 20.3%
reportando un impacto alto o muy alto. Estos resultados sugieren que el ABPj puede ser ligeramente
más efectivo para mejorar el rendimiento académico en matemáticas.
Motivación y Participación Estudiantil
La motivación es un factor crucial en la educación, y aquí el ABPj nuevamente muestra resultados
favorables. El 49.5% de los docentes señaló que el ABPj mejora la motivación de los estudiantes en
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gran medida, comparado con el 16.8% que reportó el mismo impacto para el ABP. Además, el ABPj
fue considerado más efectivo en fomentar la participación activa de los estudiantes, con el 41.1% de los
encuestados prefiriendo esta metodología frente al 36.1% que indicó que ambas metodologías fomentan
la participación por igual.
Dificultades en la Implementación
A pesar de sus beneficios, ambas metodologías enfrentan desafíos significativos. La falta de recursos
fue la principal dificultad reportada para ambas metodologías (53% para ABP y 50.5% para ABPj).
Además, el tiempo de preparación necesario para implementar estas metodologías fue una barrera
importante (18.8% para ABP y 16.3% para ABPj). También se destacó la necesidad de formación
docente adecuada, con el 10.9% de los docentes indicando esta carencia para el ABP y el 13.9% para
el ABPj.
Necesidades de Formación
Para mejorar la implementación de estas metodologías, la mayoría de los encuestados (70.3%) expresó
la necesidad de talleres prácticos, seguidos por seminarios y conferencias (13.9%). Estos datos subrayan
la importancia de proporcionar oportunidades de desarrollo profesional continuo y específico para los
docentes.
Herramientas Utilizadas en el Aula
En cuanto a las herramientas específicas utilizadas, los docentes reportaron un uso variado de
tecnologías para implementar ambas metodologías. Para el ABPj, las herramientas más comunes fueron
Google Classroom (39.6%) y Microsoft Teams (43.1%). Para el ABP, Moodle (24.8%) y Canvas
(32.2%) fueron las más utilizadas. Esto refleja una integración creciente de herramientas digitales en la
educación matemática, facilitando la implementación de metodologías activas.
Los hallazgos de este estudio indican que tanto el ABP como el ABPj son metodologías efectivas para
mejorar el rendimiento académico y la motivación de los estudiantes en matemáticas. Sin embargo, el
ABPj parece ofrecer una ligera ventaja en rminos de impacto general. A pesar de los desafíos
significativos, como la falta de recursos y la necesidad de formación docente, los beneficios potenciales
de estas metodologías justifican su adopción y expansión en la educación matemática. Es crucial que
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las instituciones educativas inviertan en la formación continua de los docentes y en el suministro de
recursos adecuados para maximizar el impacto positivo de estas metodologías activas.
CONCLUSIONES
El estudio sobre las metodologías activas en la enseñanza de matemáticas, específicamente la
comparación entre el Aprendizaje Basado en Problemas (ABP) y el Aprendizaje Basado en Proyectos
(ABPj), revela importantes hallazgos sobre su efectividad y los desafíos asociados. Los datos
recopilados indican que ambas metodologías son bien recibidas por los docentes y tienen un impacto
positivo en el rendimiento académico y la motivación de los estudiantes. Sin embargo, el ABPj muestra
una ligera ventaja en términos de motivación y participación activa en el aula. La experiencia general
de los docentes con el ABP y el ABPj es mayoritariamente positiva, aunque el ABPj presenta una mayor
proporción de experiencias muy positivas. En cuanto al impacto en el rendimiento académico, ambos
enfoques muestran resultados similares, con una ligera superioridad del ABPj. Los docentes reportan
que el ABPj mejora la motivación de los estudiantes en mayor medida que el ABP, lo que sugiere que
la naturaleza de los proyectos puede ser más atractiva para los estudiantes. A pesar de estos beneficios,
la implementación de ambas metodologías presenta desafíos significativos. La falta de recursos y el
tiempo necesario para la preparación de las actividades son los principales obstáculos mencionados por
los docentes. Además, la falta de formación específica también es un problema recurrente, subrayando
la necesidad de programas de desarrollo profesional enfocados en estas metodologías. El uso de
herramientas digitales es común en la implementación de ambas metodologías, lo que facilita la gestión
y ejecución de las actividades de aprendizaje. No obstante, la eficacia de estas herramientas está
altamente condicionada por la infraestructura tecnológica disponible y por el nivel de competencia
técnica digital de los docentes. Para avanzar en la comprensión y mejora de las metodologías activas en
la enseñanza de matemáticas, se proponen varias áreas para futuros estudios. Investigaciones
longitudinales que sigan a los estudiantes durante varios años podrían proporcionar una visión más
completa del impacto de las metodologías activas en el desarrollo académico y personal. Ampliar la
investigación a diferentes contextos educativos y culturales evaluaría la aplicabilidad y efectividad del
ABP y el ABPj en diversas realidades. Es crucial investigar el impacto de diferentes tipos de formación
docente en la efectividad de la implementación de ABP y ABPj, explorando qué enfoques de desarrollo
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profesional son más efectivos. Evaluar el papel de la tecnología y los recursos educativos en la
implementación exitosa de estas metodologías, incluyendo estudios sobre la integración de nuevas
herramientas digitales, es fundamental. También es necesario desarrollar y validar instrumentos de
evaluación que capten de manera más precisa los aprendizajes logrados a través de ABP y ABPj,
incluyendo habilidades blandas como la colaboración y el pensamiento crítico. Finalmente, incluir de
manera más prominente la voz de los estudiantes en la investigación, explorando sus percepciones y
experiencias con estas metodologías, puede ayudar a ajustar y mejorar su implementación. En
conclusión, mientras que tanto el ABP como el ABPj muestran un gran potencial para mejorar la
enseñanza de las matemáticas, la superación de los desafíos identificados y la profundización en la
investigación pueden conducir a una aplicación más efectiva y generalizada de estas metodologías
activas. La inversión en formación docente y recursos adecuados será clave para maximizar sus
beneficios en el entorno educativo.
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