Programaci�n nutricional en el pejelagarto (Atractosteus tropicus): efecto del almid�n de ma�z sobre la bioqu�mica sangu�nea

 

Roc�o Guerrero Z�rate

[email protected]

 

Ronald Jes�s Contreras

[email protected]

 

Carlos Alfonso �lvarez Gonz�lez

[email protected]

 

Laboratorio de Acuicultura Tropical,

Divisi�n Acad�mica de Ciencias Biol�gicas,

Universidad Ju�rez Aut�noma de Tabasco (UJAT),

Carretera Villahermosa-C�rdenas s/n, Km 0, C.P. 86039 Villahermosa,

Tabasco, M�xico.

 

RESUMEN

El pejelagarto es una especie carn�vora, en la que se ha demostrado una mejora en el crecimiento durante el larvicultivo al incluir almid�n de ma�z en su dieta, as� como una eficiencia en la ruta de la gluconeog�nesis al utilizar hasta 23% de carbohidratos en sus dietas. El objetivo de esta investigaci�n fue determinar si el uso de almid�n de ma�z en el larvicultivo puede producir un afecto de programaci�n metab�lica, determinado mediante la bioqu�mica sangu�nea durante la etapa juvenil. Los peces fueron divididos en 3 grupos, los cuales se alimentaron durante 73 d�as con las dietas experimentales, que ten�an diferente porcentaje de inclusi�n de almid�n de ma�z (13.8, 22.5 y 28.9 % de carbohidratos). Posteriormente, los peces de los 3 grupos fueron sometidos a una prueba de tolerancia a la glucosa y se midi� la concentraci�n de glucosa, triglic�ridos y colesterol a las 0, 1.5, 3 y 5 h despu�s de aplicar una descarga de dextrosa intraperitonealmente. Los resultados demuestran que la concentraci�n de carbohidratos y l�pidos suministrada mediante la dieta durante la etapa temprana de crianza puede modificar de forma permanente las concentraciones de glucosa y triglic�ridos en plasma de los pejelagartos juveniles.

Palabras clave: pejelagarto; glucosa; almid�n ma�z; programaci�n metab�lica; gluconeog�nesis

Nutritional programming in tropical gar: effect of cornstarch

on blood parameters

 

ABSTRACT

The tropical gar is a carnivorous species that has shown improvement in growth during larviculture by including cornstarch in its diet, as well as an efficiency in the gluconeogenesis pathway by using up to 23% carbohydrates in their diets. The objective of this research was to determine if the use of cornstarch in larviculture can produce a metabolic programming effect determined by blood parameters during the juvenile stage. The fish were fed 3 diets with different inclusion of corn starch (13.8, 22.5 y 28.9 % carbohydrates) for 73 days. Subsequently, the fish of the 3 groups were subjected to a glucose tolerance test and the concentration of glucose, triglycerides and cholesterol was measured at 0, 1.5, 3 and 5 h after applying a dextrose discharge intraperitoneally. The results demonstrate that the concentration of carbohydrates and lipids supplied through the diet during the early stage of rearing can permanently modify the concentrations of glucose and triglycerides in the plasma of tropical gar juvenile.

Keywords: tropical gar; glucose; corn starch; metabolic programming; gluconeogenesis

 

 

 

Art�culo recibido:� 05 octubre. 2021

Aceptado para publicaci�n: 02 noviembre 2021

Correspondencia: [email protected]

Conflictos de Inter�s: Ninguna que declarar

 

 


1. INTRODUCCI�N

El r�pido crecimiento de la acuacultura a nivel internacional, as� como la falta de estabilidad de producci�n y el incremento en los costos de la harina de pescado han orientado las investigaciones en nutrici�n acu�cola hacia la b�squeda de ingredientes alternativos, varios de estos ingredientes son de origen vegetal por lo que contienen considerables cantidades de carbohidratos (Panserat, Marandel, & Seiliez, 2019). As� mismo, el uso de carbohidratos digeribles (almid�n) aporta ventajas como ligaci�n, flotabilidad y estabilidad de las dietas y disminuci�n de descargas de nitr�geno a los efluentes, adem�s de ser de tres a cinco veces m�s baratos que las prote�nas y l�pidos (Kamalam & Panserat, 2016; Wilson, 1994). En los peces los carbohidratos son importantes debido a que sus tejidos cerebrales, renales, oculares y branquiales utilizan la glucosa como fuente preferente de energ�a (Polakof, Mommsen, & Soengas, 2011). A pesar de ello, no tienen un requerimiento espec�fico de carbohidratos debido a que tienen la capacidad de sintetizar glucosa a partir de precursores como lactato, piruvato y amino�cidos (Kamalam, Medale, & Panserat, 2017). Esta demostrado que la eficiencia en el aprovechamiento de carbohidratos es variable entre especies (Polakof, Panserat, Soengas, & Moon, 2012), de tal forma que las especies carn�voras muestran una menor tolerancia a la glucosa que las especies omn�voras y herb�voras (Enes, Panserat, Kaushik, & Oliva-Teles, 2008; Hemre, Mommsen, & Krogodahl, 2002).

Por otro lado, estudios realizados en mam�feros y humanos demuestran que est�mulos aplicados durante un periodo o ventana cr�tica de tiempo en las etapas tempranas de vida de un organismo pueden tener repercusi�n a largo plazo en sus funciones fisiol�gicas en etapas adultas, a esto se le conoce como programaci�n nutricional (Panserat et al., 2019) o programaci�n metab�lica (Hou & Fuiman, 2019). En los peces, el concepto de programaci�n nutricional ha sido recientemente estudiado, y se ha demostrado �xito en especies como el pez cebra (Danio rerio) y el esturi�n siberiano (Acipenser baerii) (Fang et al., 2014; Gong et al., 2015).

El pejelagarto Atractosteus tropicus es un pez dulceacu�cola descrito como carn�voro con capacidad para aprovechar ingredientes alternativos (Fr�as-Quintana, �lvarez-Gonz�lez, & M�rquez-Couturier, 2010; Guerrero-Z�rate et al., 2014), investigaciones recientes han mostrado que es capaz de mejorar su crecimiento durante la etapa larval al agregar almid�n de ma�z en sus dietas (Fr�as-Quintana, Dom�nguez-Lorenzo, �lvarez-Gonz�lez, Tovar-Ram�rez, & Mart�nez-Garc�a, 2016) y adem�s es capaz de regular eficientemente las rutas del metabolismo intermediario en respuesta a la ingesti�n de dietas hasta con un 23% de carbohidratos (Guerrero-Z�rate et al., 2019). Sin embargo, se desconoce si la inclusi�n de almid�n durante la etapa de larvicultivo tiene repercusiones a largo plazo en el metabolismo de carbohidratos. Por ello, el objetivo de la presente investigaci�n fue determinar si incluir almid�n de ma�z en su dieta durante la etapa de larvicultivo puede producir un efecto de programaci�n metab�lica en la bioqu�mica sangu�nea en la etapa juvenil del pejelagarto A. tropicus.

2. MATERIALES Y M�TODOS

Dietas y an�lisis proximales

Se formularon tres dietas con diferente proporci�n de almid�n de ma�z pregelatinizado utilizando el programa Mixit-Win V.5 (Agricultural Software Consultants, Inc, San Diego, CA). La dieta control (D1) se bas� en la formulaci�n con harina de pescado propuesta para pejelagartos en etapa larval (Fr�as-Quintana et al., 2010). Las otras dos dietas se dise�aron con incrementos graduales del 50% de almid�n de ma�z pregelatinizado mientras se disminu�a la cantidad de l�pidos a�adidos a la dieta (Tabla 1).

Tabla 1. Composici�n qu�mica y an�lisis proximal de las dietas experimentales

Ingredientes (g Kg-1)

D1 (100%L/ 0% CHO)

D2 (50%L/ 50% CHO)

D3(0% L/ 100 CHO)

Harina de sardina1

546

546

546

Aceite de sardina1

72

35

0

Hidrolizado de pescado1

100

100

100

Lecitina de soya2

36

18

0

Almid�n de ma�z pregelatinizado3

0

125

250

Grenetina6

20

20

20

Premezcla de vitaminas y minerales7

15

15

15

Vitamina C4

0.8

0.8

0.8

Harina de sorgo 8-10%5

210

140

68

Materia seca

975

983

976

Prote�na cruda

425

418

415

L�pidos

183

107

62.4

Carbohidratos

138

225

289

Cenizas

98

114

118

Proporci�n carbohidratos: l�pidos

0.75

2.10

4.63

1 Proteinas Marinas y Agropecuarias, S.A. de C.V., Guadalajara, Jalisco, M�xico.

2 Pronat Ultra, M�rida, Yucat�n, M�xico. 3 MSA Industrializadora de Ma�z, S.A. de C.V., Guadalajara, Jalisco, M�xico 4 DMS (Heerlen, Netherlands, active agent 35%). 5GALMEX Comercializadora de Insumos Agr�colas, Villahermosa, Tabasco, M�xico. 6 D�gari Productos alimenticios y diet�ticos Rel�mpago, Tlalpan, Edomex, M�xico. 7Consorcio S�per Sociedad An�nima de Capital Variable. (para trucha), Guadalajara, Jalisco, M�xico.

 

Para la elaboraci�n de las dietas experimentales, los macronutrientes fueron molidos, cribados y mezclados. A esta mezcla se a�adieron los micronutrientes (vitaminas y minerales). Posteriormente se agregaron los ingredientes l�quidos (aceite de pescado y lecitina de soya) y finalmente se a�adi� agua. Las mezclas fueron peletizadas y secadas a 50�C por 10 h. Despu�s fueron trituradas y cribadas para cubrir el rango de tama�o de part�cula requerido durante la crianza larvaria (250-1000 mm). Las dietas fueron almacenadas en refrigeraci�n a -20�C.

La composici�n proximal de las dietas fue determinada de acuerdo a la Association of Official Analytical Chemist procedures (William Horwitz, 2000). La humedad fue calculada por gravimetr�a despu�s de secar las muestras a 105�C por 24 h.� El contenido de prote�na cruda fue determinado por el m�todo Kjendahl usando un sistema de destilaci�n autom�tica VAPODEST 10s, (Gerhardt, K�nigswinter, Alemania) y un sistema de titulaci�n autom�tica TitroLine� 5000 (SI Analytics, College Station, TX).� Los l�pidos totales fueron determinados por la extracci�n con metanol-cloroformo (Folch, Lees, & Sloan Stanley, 1957). El almid�n fue determinado por el m�todo con amilasa y glucosa oxidasa (Thivend, Mercier, & Guilbot, 1972). El contenido de cenizas totales fue determinado por gravimetr�a despu�s de la combusti�n de las muestras a 550 �C por 8 h (Tabla 7).

Sistema de cultivo

El sistema experimental utilizado era parte de un sistema de recirculaci�n con temperatura controlada de 28.9 � 1. 2 �C. El sistema contaba tambi�n con filtraci�n mec�nica y biol�gica y ox�geno suplementario. Los peces fueron mantenidos bajo un fotoperiodo natural (12:12). Los par�metros de calidad de agua fueron monitoreados durante el periodo experimental: el pH fue de 8.0 � 0.4 (pH pen meter ST10, Ohaus, Parsippany, NJ), el ox�geno disuelto de 5.1 � 0.5 mg L-1 (DO instrument, YSI 55-12FT, Yellow Springs, OH) el nitrito y amonio de 0.19 � 0.13 mg L-1 (Ammonia Test Kit, Mars Fishcare, Chalfont, PA).

Crianza de organismos y procedimientos experimentales

Las larvas de pejelagarto fueron obtenidas a partir de un desove inducido en una hembra y 3 machos de A. tropicus, en el Laboratorio de Acuicultura Tropical ubicado en la Divisi�n Acad�mica de Ciencias Biol�gicas de la Universidad Ju�rez Aut�noma de Tabasco. Una vez que las larvas iniciaron el nado (4 d�as despu�s de la eclosi�n, DDE) se transfirieron a tinas con volumen de 70 L conectadas a un sistema de recirculaci�n con temperatura controlada. Las larvas fueron adaptadas a las dietas experimentales por una coalimentaci�n con nauplios de artemia (4-13 DDE) y posteriormente con biomasa congelada de artemia adulta (14-17 DDE) (M�rquez-Couturier, V�zquez-Navarrete, Contreras-S�nchez, & Alvarez-Gonz�lez, 2015), despu�s de este periodo se les suministraron �nicamente las dietas experimentales.

Al inicio del experimento un total de 360 larvas de pejelagarto, con peso inicial de 0.03 � 0.002 g y longitud de 1.76 � 0.05 cm, fueron divididas en 3 grupos, a raz�n de 120 peces por tina. A cada tina se le asign� uno de los tres tratamientos (D1, D2 o D3). Los peces fueron alimentados con sus respectivas dietas 4 veces por d�a (8:00, 11:00, 14:00 y 17:00) a saciedad aparente durante 73 d�as con las dietas experimentales (77DDE). Posteriormente, se alimentaron los peces de los 3 grupos con alimento comercial para trucha (Silver Cup, El pedregal, prote�na 52%, l�pidos 16%) durante 24 d�as m�s (97 DDE), (Figura 1).

Figura 1. Esquema de alimentaci�n aplicado a los organismos experimentales previo a ser sometidos a la prueba de tolerancia a la glucosa (GTT)

cualquier lugar de la p�gina, solo tiene que arrastrarlo.]

 

Prueba de tolerancia a la glucosa (GTT)

Transcurrido este tiempo, los peces de los 3 grupos que recibieron las dietas experimentales fueron pesados y se verific� su estado de salud. De cada grupo se seleccionaron 36 peces, con peso homog�neo (22 � 4.6 g) y con caracter�sticas de salud adecuadas (sin heridas, aletas rotas, indicios de agresi�n) y fueron asignados al azar en 12 unidades experimentales, a raz�n de 3 peces por tina. Cada uno de los tratamientos (0, 1.5, 3 y 5 h despu�s de la inyecci�n de glucosa) fueron asignados al azar a las unidades experimentales, por triplicado. Finalmente se tuvo un dise�o bifactorial (3 x 4), con los factores dieta (D1, D2 y D3) y tiempo despu�s de la aplicaci�n de glucosa (0, 1.5, 3 y 5 h), cada uno evaluado por triplicado. Los peces fueron sometidos a 24 h de ayuno. Posteriormente se realiz� la GTT, para ello los peces fueron anestesiados con aceite de clavo (0.1 ml/L), cada pez fue inyectado con jeringas de insulina intraperitonealmente con dextrosa (1.2 g / kg de peso) y devuelto al contenedor que le correspond�a. De acuerdo con cada tiempo establecido por el tratamiento asignado. �Transcurrido este tiempo, se tom� una muestra individual de 200�l de sangre mediante punci�n de la vena caudal con jeringas de insulina. La sangre fue preservada en microtubos con EDTA e inmediatamente centrifugada a 10 000 � g por 1 min, las muestras individuales de plasma fueron analizadas (el mismo d�a de la extracci�n) para determinar la concentraci�n de glucosa, triglic�ridos y colesterol en plasma.

An�lisis de qu�mica sangu�nea

Los metabolitos en plasma fueron analizados utilizando kits comerciales de Pointe scientific (Michigan, USA) adaptados a microplacas (xMark� Microplate Absorbance Spectrophotometer, Bio-Rad, California, USA). La glucosa en plasma fue determinada por el m�todo de glucosa oxidase (G7521), los triglic�ridos por reacci�n enzim�tica usando glicerol fosfato oxidasa (T7532), y el colesterol fue determinado usando las enzimas colesterol esterasa y colesterol oxidasa (C7510).

An�lisis estad�sticos

Los datos fueron analizados estad�sticamente mediante un ANOVA de 2 v�as, previa verificaci�n de los supuestos de normalidad y homocedasticidad. Donde se encontraron diferencias significativas se realiz� la prueba a posteriori de Tukey para determinar las medias estad�sticamente diferentes. Los an�lisis fueron realizados con el software Statistica TM v.8.0 (Statsoft) utilizando un valor de significancia de 0.05.

3. RESULTADOS Y DISCUSI�N

Los resultados muestran que la concentraci�n de glucosa en plasma se ve significativamente afectada tanto por la dieta suministrada al inicio de la alimentaci�n (P=0.005) como por el tiempo transcurrido despu�s de aplicar una carga de dextrosa (P= 0.004). La concentraci�n de glucosa en plasma tiende a ser menor en los peces alimentados con la dieta 2 (22% de carbohidratos), mientras las mayores concentraciones de glucosa se observan en los peces alimentados con la D3 (29% de carbohidratos) (Figura 2). En cuanto al tiempo despu�s del tratamiento, la menor concentraci�n de glucosa se observa en el tiempo 0 y la mayor concentraci�n se observ� 1.5 h despu�s del tratamiento. Los tiempos 3 y 5 h posteriores al tratamiento son estad�sticamente semejantes a los tiempos 0 y 1.5 h.

Figura 2. Niveles de glucosa en plasma a diferentes tiempos despu�s de la administraci�n de 1.2 g de dextrosa/kg de peso. Media � EE, n=9

 

Estos resultados sugieren una posible programaci�n temprana para una mejora para la utilizaci�n de carbohidratos en la etapa adulta evidenciada por una disminuci�n de la concentraci�n de los niveles de glucosa en plasma en los peces alimentados con la D2 (22% CHO) en comparaci�n a los peces alimentados con la D1 y D3 y sometidos posteriormente a la prueba de tolerancia a la glucosa.

Resultados similares fueron descritos en el esturi�n siberiano. Gong et al. (2015) se�alan que en A.baerii la glicemia posprandial en adultos puede ser mejorada por un est�mulo con carbohidratos aplicado durante la etapa larval. Los peces que recibieron dietas ricas en carbohidratos en la etapa larval mostraron niveles m�s altos de glucosa en plasma a las 3 y 6 horas despu�s de la �ltima alimentaci�n cuando eran adultos. Pero, a las 12 y 24 h despu�s de la �ltima alimentaci�n, el grupo de peces que recibi� el est�mulo nutricional tuvo niveles de glucosa en plasma menores que los peces alimentados con dietas libres de carbohidratos.

As� mismo, Liang et al. (2017), quienes realizaron un experimento en el que alimentaron un grupo de esturiones (A. baerii) durante su primera etapa de desarrollo con una dieta rica en carbohidratos (57% de glucosa) y tuvieron otro grupo como control al que alimentaron con una dieta baja en carbohidratos (3.6 % CHO).� Posteriormente, dividieron estos grupos y los sometieron a dietas con un alto (35%) y bajo contenido (3.6%) de carbohidratos, seguido de un periodo de inanici�n y realimentaci�n. Sus resultados muestran que tanto un est�mulo en etapas tempranas con glucosa, como el nivel de carbohidratos presente en la dieta posterior al est�mulo nutricional, afecto la respuesta de la gluconeog�nesis en los periodos de inanici�n y realimentaci�n. Los peces que recibieron el est�mulo temprano de una dieta alta en carbohidratos mostraron menor capacidad para regular la gluconeog�nesis (baja actividad de las enzimas PEPCK y FBPasa durante la inanici�n). Tambi�n encontraron que los esturiones siberianos pueden controlar el nivel de glucosa en plasma durante los periodos de inanici�n y realimentaci�n con dietas altas o bajas en carbohidratos.

Un factor com�n en las especies de peces intolerantes a la glucosa es la falta de regulaci�n de la gluconeog�nesis cuando se les suministran carbohidratos, se ha demostrado en diversas especies que la administraci�n de carbohidratos (de forma oral o intraperitoneal) no disminuye la actividad de enzimas o la expresi�n de genes clave de la gluconeog�nesis, entre ellas la fosfoenolpiruvato carboxiquinasa (PEPCK) y la glucosa 6 fosfatasa (G6Pasa) �(Enes, Panserat, Kaushik, & Oliva-Teles, 2006; Enes et al., 2008; Panserat, M�dale, Blin, et al., 2000; Panserat, M�dale, Br�que, Plagnes-Juan, & Kaushik, 2000; Polakof et al., 2011; Polakof, Skiba-Cassy, & Panserat, 2009).

Un estudio realizado en el pez cebra (D. rerio) revel� que dietas ricas en carbohidratos administradas en la etapa larval pueden disminuir la concentraci�n de glucosa en plasma en los organismos adultos, as� como la expresi�n del gen que codifica para la enzima gluconeog�nica PEPCK, de tal forma que los autores sugieren que la ruta de la gluconeog�nesis puede ser controlada mediante la programaci�n nutricional con carbohidratos. Adem�s, concluyen que la ventana critica se sit�a entre la apertura de la boca y la alimentaci�n ex�gena exclusiva (sin aporte de vitelo), lo que permite modificar permanentemente el metabolismo de los peces cebra adultos por una programaci�n nutricional temprana (Fang et al., 2014).

En la presente investigaci�n no se midieron los niveles de actividad de enzimas clave en la regulaci�n del metabolismo intermediario (rutas de la gluc�lisis, gluconeog�nesis), pero una investigaci�n previa realizada en pejelagartos muestra que en los peces alimentados con dietas con hasta 22% de carbohidratos disminuye la actividad de las enzimas PEPCK y fructosa-1,6-bifosfatasa, que son clave en la ruta de la gluconeog�nesis. Sin embargo, una dieta con 28% de carbohidratos tiende a incrementar la actividad de estas enzimas metab�licas, sugiriendo una falla en la regulaci�n de las rutas metab�licas (Guerrero-Z�rate et al., 2019). Esto probablemente se deba a un da�o hep�tico causado por una acumulaci�n excesiva de l�pidos en los hepatocitos como fue evidenciado a trav�s de an�lisis histol�gicos (datos no publicados). Lo mismo puede haber causado que los peces que recibieron la dieta 3 tuvieran los niveles de glucosa m�s altos durante la prueba de tolerancia a la glucosa.

Tambi�n, es sabido que los experimentos de programaci�n nutricional, la dosis y el periodo durante el cual se aplica el est�mulo son relevantes, adem�s de ser espec�ficos para cada especie (Kamalam et al., 2017). En la presente investigaci�n se puede observar que el suministrar una dieta con niveles elevados de carbohidratos (28%) por un periodo prolongado de tiempo (73 d�as) puede causar un afecto permanente, semejante al de resistencia a la insulina en el pejelagarto. Demostrado por la hiperglicemia en los peces que recibieron la D3, aun despu�s de que los organismos experimentales ya estaban consumiendo una dieta comercial y hab�a sido sometidos a 24 h de ayuno previo a la prueba de GTT. Por lo que proponemos que existe un nivel de CHO y un tiempo de exposici�n umbral que no deben ser traspasados durante el periodo de programaci�n nutricional a fin de no causar un da�o permanente a los peces.

Por otro lado, la concentraci�n de triglic�ridos en plasma mostr� diferencias altamente significativas (P< 0.0001) debidas al tipo de dieta recibida, sin embargo, no se observaron diferencias estad�sticas debidas al tiempo despu�s de la aplicaci�n de la dextrosa (P= 0.3510). La concentraci�n de triglic�ridos en plasma fue mayor en los peces alimentados con la D1, seguidos de los alimentados con la D2, observ�ndose la menor concentraci�n en los peces alimentados con la D3 (Figura 3).

Figura 3. Niveles de triglic�ridos en plasma despu�s de la administraci�n de 1.2 g de dextrosa/kg de peso. Media � EE, n=9

 

La concentraci�n del colesterol en plasma no se vio significativamente afectada ni por la dieta suministrada (P= 0.2375) ni por el tiempo transcurrido despu�s de la aplicaci�n del tratamiento (P= 0.1260) (Figura 4).

Figura 4. Niveles de colesterol en plasma despu�s de la administraci�n de 1.2 g de dextrosa/kg de peso. Media � EE, n=9

Lo que sugiere que la diferencia en la concentraci�n en plasma obtenida despu�s de la prueba de GTT se debe a la dieta que recibieron durante la etapa de crianza, mientras que la prueba de tolerancia a la glucosa no tuvo ning�n efecto sobre estos par�metros. Una investigaci�n anterior en pejelagarto pone en evidencia estas diferencias mientras los peces eran alimentados con diferentes proporciones de CHO/l�pidos (L), donde la concentraci�n de triglic�ridos se incrementa mientras disminuye de proporci�n CHO/L, es decir, cundo hay m�s l�pidos en la dieta. Los resultados de la presente investigaci�n demuestran que el efecto de dietas ricas en l�pidos administradas en etapas de larvicultivo permanece hasta la etapa juvenil, a pesar de que los peces de los tres grupos reciban la misma dieta posteriormente (dieta comercial). En el caso del colesterol, sus concentraciones no se vieron afectadas por la dieta suministrada durante la etapa de crianza ni por la prueba de tolerancia a la glucosa.

4. CONCLUSI�N

En conclusi�n, la concentraci�n de carbohidratos y l�pidos suministrada durante la etapa temprana de crianza puede modificar de forma permanente las concentraciones de glucosa y triglic�ridos en plasma, as� como la tolerancia a la glucosa de los pejelagartos juveniles. Lo que sugiere que puede existir un afecto de programaci�n metab�lica.

5. AGRADECIMIENTOS

Los autores agradecen al Programa para el Desarrollo Profesional Docente (PRODEP) por el apoyo brindado para el desarrollo de esta investigaci�n a trav�s del financiamiento del proyecto �programaci�n nutricional en el pejelagarto (Atractosteus tropicus) y su impacto en el metabolismo intermediario� UJAT-EXB-243

6. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

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