claudia_chimoy@usmp.pe

https://orcid.org/0009-0004-9984-7996

Facultad de Ciencias de Comunicación y

Psicología

cielo_idrogo@usmp.pe

https://orcid.org/0009-0000-2257-3270

Facultad de Ciencias de Comunicación y

Psicología

La procrastinación académica se caracteriza por la predisposición a aceptar una recompensa menor a

corto plazo que una recompensa mayor a largo plazo, algo que suele suceder porque los estudiantes se

estudios realizados en Perú y un 31.82% se publicaron en el 2022. Finalmente, se concluye que las

variables mantienen una relación que es parte de un ciclo de causas y consecuencias.

Palabras clave: ansiedad, procrastinación académica, revisión sistemática

than a larger long-term reward, something that usually happens because students are more present-

oriented than future-oriented; Regarding anxiety, a state that includes physical and cognitive symptoms

such as palpitations, tremors, fear and excessive worry that make the individual sick, both variables are

frequent problems among university students. Therefore, this article had the objective of determining

the relationship between these variables. The methodology used was a qualitative systematic review, in

which 22 investigations from the ProQuest, EBSCO and Scielo databases were analyzed. Of these,

45.45% were obtained from ProQuest, 31.82% are studies carried out in Peru and 31.82% were

published in 2022. Finally, it is concluded that the variables maintain a relationship that is part of a

cycle of causes and consequences.

La procrastinación hace referencia a la conducta de postergar una actividad que sea considerada

complicada o poco interesante, justificando este aplazamiento continuamente mediante la convicción

de que se realizará después (Estrada et al., 2022). Está presente en diversos ámbitos y se manifiesta en

distintas formas entre la que destaca la procrastinación académica, que genera graves consecuencias

cuando no se maneja de manera adecuada (Herut y Gorfu, 2024). Este tipo de procrastinación se define

como la acción que realizan los estudiantes al posponer tareas necesarias para lograr el éxito académico

a pesar de que reconocen su importancia, debido a esto, no es abordada simplemente como una dilación

o tardanza (Aspée et al., 2021).

ciertas actividades debido a una gestión del tiempo inadecuada; y la procrastinación crónica, en donde

la postergación de tareas es frecuente, ya que se realizan actividades sencillas y placenteras, en lugar de

otras más complejas (Chavez et al., 2021).

La ansiedad se define como un estado que comprende síntomas físicos y cognitivos como palpitaciones,

temblores, miedo y preocupación excesiva que colocan al individuo en alerta (Anglas, 2023). Es un

conjunto de emociones poco placenteras que se relacionan con pensamientos negativos que surgen

cuando el individuo se encuentra en una situación que, según a su percepción, es desafiante (Palacios

et al., 2022). Sin embargo, también es considerada una respuesta que permite la adaptación al entorno,

ya que aparece cuando hay un factor que amenaza la tranquilidad y se exige un mejor desempeño; sin

embargo, cabe resaltar que cuando los niveles de ansiedad son elevados, se comienza a considerar un

2023). En estos días, una gran cantidad de estudiantes universitarios reportan sentir ansiedad con

frecuencia, por lo que se considera un problema común que, si no es abordado correctamente, podría

afectar a su vida académica y personal (Amaro et al., 2024). Esto se debe a que el incremento de la

ansiedad causado por los constantes desafíos en el ámbito estudiantil impacta de manera negativa en la

salud mental del alumnado, perjudicando su bienestar y dando como resultado, un rendimiento

académico menor (Rasouli, 2024).

En la vida universitaria, será necesario el desarrollo de habilidades como la gestión de tiempo y la

organización, que permitan que el estudiante se desenvuelva de manera eficiente en distintas áreas

(Estrada y Mamani, 2020). No obstante, se debe tomar en cuenta que la exigencia de una universidad

Si se encuentra en un nivel moderado, la ansiedad podría contribuir a la realización de actividades

académicas, no obstante, si este nivel se eleva, afectará al proceso de aprendizaje (Furlan y Martínez,

2023). Esto último suele ocurrir cuando un estudiante procrastina, puesto que empiezan a preocuparse

por el poco tiempo que tiene para completar una tarea o prepararse para un examen, y la ansiedad puede

llegar al extremo de interferir en los procesos cognitivos, generando malestar en ellos (Manchado y

Hervías, 2021). Adicionalmente, es necesario resaltar que la ansiedad no solo es una consecuencia, sino

también la causa de la postergación académica, debido a que aparece cuando los estudiantes deben

enfrentarse a nuevas tareas o desafíos (López et al., 2020).

Analizando la información expuesta, es posible observar que la procrastinación académica y la ansiedad

mantienen un relación estrecha. Es por ello, que la investigación de esta conducta ha tomado relevancia

se necesita atención en estos casos (López, 2021; Altamirano y Rodriguez, 2021; Rivera et al., 2022).

No obstante, a pesar de esta problemática e interés, no existen muchas investigaciones en Perú que

involucren que ambas variables y, sobre todo, a la procrastinación académica (Pichen y Turpo, 2022).

En España, la investigación de Martín et al. (2022) en universitarios concluyó que el 84.6% tiende a

procrastinar con regularidad y que al 49.6% le parece un comportamiento problemático, además se

menciona que la razón más frecuente es la ansiedad por evaluaciones. Manchado y Hervías (2021)

confirman este último resultado, ya que un estudio en el mismo país reveló que el 28.9% presenta un

nivel alto de ansiedad ante exámenes y el 45.3%, un nivel medio, asimismo, la procrastinación resultó

ser una conducta frecuente, dado que puntuación media fue de 30.3 puntos cuando el mínimo es 14

concluye que el 48,2% de los estudiantes presentan niveles altos de procrastinación académica, el 39,1%

tiene niveles moderados de ansiedad y que una mayor postergación de actividades conllevará a que el

nivel de ansiedad aumente y afecte al desempeño académico. Del mismo modo, Estrada et al. (2022),

en un estudio realizado en el mismo departamento, determinaron que el 42.9% de los estudiantes tienen

un nivel medio de procrastinación académica y un 22.2%, un nivel alto, además, se encontró relación

con el estrés académico. Por otra parte, en el departamento de Arequipa, la investigación realizada por

Calizaya et al. (2024) precisó que el 62% de universitarios mantiene una alta procrastinación académica

mientras que el 74% porsterga otras actividades, e incluso destaca que la tendencia a esta conducta se

pesenta en estudiantes de los primeros ciclos académicos. En Lambayeque no se encontraron

investigaciones que involucren a las variables.

universitarios. Este artículo de revisión se desarrolla porque el desempeño académico es escencial en la

educación superior, dado que determina en gran parte la calidad del profesional egresado, por lo que

debe existir un mayor conocimiento y abordaje acerca de factores que afecten al funcionamiento del

estudiante, tales como la procrastinación académica y la ansiedad. Además, esta investigación tiene la

finalidad de exponer los estudios elaborados teniendo en cuenta a las variables presentadas para mostrar

el avance en los últimos años, explicar su relación y visibilizar la problemática presentada.

El presente artículo utilizó la revisión sistemática del tipo cualitativa como metodología y se enfocó en

analizar la procrastinación académica y ansiedad en estudiantes universitarios, así como determinar su

considerando el avance en los estudios, el acceso masivo a fuentes de datos y la gran cantidad de

información que puede encontrarse en la actualidad, se vuelve necesario emplear métodos sistemáticos

para diferenciar los artículos que pueden aportar a la respuesta de una pregunta de investigación,

dejando de lado los que no proporcionan contenido importante (García, 2022).

En la muestra, se utilizaron un total de 22 artículos que fueron investigaciones acerca de la

procrastinación académica y ansiedad, así como su posible relación con otros factores que intervienen.

Para obtenerlos, se realizó una búsqueda en las bases de datos: EBSCO, ProQuest y Scielo, las cuales

demostraron tener los resultados necesarios para esta revisión sistemática que fue llevada a cabo

teniendo en cuenta la declaración PRISMA. Del mismo modo, se consideraron artículos que fueron

publicados desde el 2020 hasta el 2023, que estén en los idiomas español e inglés y se emplearon las

combinaron de distintas maneras para obtener una mayor cantidad de resultados, se aplicaron filtros con

la finalidad de conseguir una mayor precisión en la búsqueda y, de acuerdo con la lectura del título y

resumen, se verificó que los artículos sean aptos para el objetivo de esta revisión. Asimismo, se

consideraron los criterios de inclusión: a) Estudios relacionados a la psicología, b) Investigaciones que

tuvieran como enfoque principal a la procrastinación académica y/o la ansiedad, c) Estudios que

contengan información necesaria para analizar las variables; mientras que los de exclusión fueron: a)

Investigaciones enfocadas en estudiantes de secundaria o docentes, b) Estudios no realizados en el

contexto académico, c) Investigaciones para validar cuestionarios o escalas de las variables.

gestión de tiempo y pocas habilidades sociales, así como externos, que comprenden los tipos de

evaluaciones, modo de enseñanza de profesores y trabajos grupales. Por otro lado, Araya et al. (2023)

los dividen en dimensiones, señalando que las de mayor influencia son la psicológica, que incluye la

motivación e inteligencia emocional; la social, donde aparecen el género y edad; y la académica, que

implica el rendimiento académico y los hábitos de estudio.

La ansiedad también se presenta de manera frecuente entre los estudiantes, como lo señalan Vinaccia y

Ortega (2020), quienes encontraron que una gran parte de ellos la manifiesta e incluso algunos muestran

síntomas de depresión en conjunto, asimismo, destacan que el género más propenso a tenerla es el

femenino. Respecto a los factores asociados, Chui et al. (2023) demuestran en su estudio que el uso

estudiaron una carrera previa, han sido diagnosticados con enfermedades crónicas y trabajan y estudian

a la vez. De la misma manera, Jaen et al. (2020) hallaron como factores relacionados al consumo de

tabaco y alcohol, inactividad física e inadecuados hábitos de sueño. Gimenez (2021) reitera la

prevalencia de la ansiedad en la vida académica y la vincula con la mala gestión de tiempo y presión

académica, mientras que Escolar et al. (2021) indica que esta incrementa en periodos de exámenes y

que afecta la adquisición de competencias, resultando en un bajo rendimiento académico.

El área de Ciencias de la Salud es una población que ha sido continuamente investigada. Tal es el caso

de Coura et al. (2021), que demostraron que estos estudiantes mantienen altos niveles de ansiedad,

además, su tendencia aumenta en quienes presentan casos graves de situaciones que afectan a su salud

mental y los que se sienten insatisfechos con alguna asignatura o se encuentran en periodo de exámenes.

ansiedad, indica que la carrera de Nutrición y Dietética es en donde se encuentran la mayoría de los

casos. Armas et al. (2021) investigan en estudiantes de la carrera de Medicina y encuentra que la

ansiedad suele manifestarse en los más jóvenes y que se asocia con el insomnio.

Los artículos incluidos se sistematizaron según la base de datos, país de origen y año de publicación.

En el primero, se encontró que el 45.45% provienen de ProQuest, seguido del 31.82% que se obtuvieron

de Scielo y el restante 22.73% fue extraído de EBSCO. En cuento al país, el 31.82% proceden de Perú,

mientras que Ecuador y Brasil coinciden con el 13.63% cada uno, lo mismo pasa con Chile, Colombia

y Argentina que representan 9.09% de los estudios, también España, México y China, con el 4.55%.

Finalmente, de acuerdo con el año de publicación, la mayor cantidad con el 31.82% pertenece al 2022,

rendimiento académico menor. No obstante, esta conducta puede controlarse mediante el desarrollo de

autoeficacia y la metacognición, que han demostrado ser capaces de reducir sus niveles, así como de la

motivación e inteligencia emocional, que representan a los factores psicológicos de mayor influencia.

La ansiedad, por su parte, presenta causas como el padecimiento de enfermedades crónicas, inactividad

física, consumo de tabaco y alcohol, uso excesivo del internet, mala gestión de tiempo, presión

académica, insatisfacción con las asignaturas y los periodos de exámenes. Debe tomarse en cuenta que

es común que los estudiantes presenten ansiedad a niveles moderados, debido a la exigencia de las

universidades, pero ocurren consecuencias graves cuando sus síntomas incrementan. En estas

situaciones, es posible observar una disminución en la calidad de vida, dificultad para la adquisición de

competencias e inadecuados hábitos de sueño, entre los que destaca el insomnio. Es así, que genera el

entre ambas. Esto, considerando a su relación como un proceso que podría desencadenar graves

problemas. Esta secuencia comienza con la falta de gestión de tiempo, un factor común entre ellas, que

genera preocupación en el estudiante, llevándolo a procrastinar sus actividades continuamente porque

no es capaz de organizarse de manera adecuada. Por supuesto, es normal que esta situación produzca

malestar, sin embargo, considerando la frecuencia de las evaluaciones y la presión académica dentro de

la institución, también se vuelve común la presencia de ansiedad. Finalmente, esto afecta negativamente

al rendimiento académico, así como a otras áreas en la vida del estudiante.

El desarrollo de este artículo presentó limitaciones, de las cuales la más destacada es la escasa cantidad

de investigaciones que pudieran demostrar directamente la relación entre las variables. Por otro lado, la