pág. 955
IMPORTANCIA DE LAS HABILIDADES
EMOCIONALES EN EL PROCESO DE
ENSEÑANZA APRENDIZAJE EN NIÑOS Y
ADOLESCENTES
IMPORTANCE OF EMOTIONAL SKILLS IN THE TEACHING-
LEARNING PROCESS IN CHILDREN AND ADOLESCENTS
Andrea Carolina Bauz Ruano
Autor Independiente, Ecuador
Andrea Valeria Pupiales Mariño
Autor Independiente, Ecuador
Cristian Eduardo Rodríguez Pulupa
Autor Independiente, Ecuador
Lourdes del Rocío Quinata Encarnación
Autor Independiente, Ecuador
Bryan Sthevven Catagña Alquinga
Autor Independiente, Ecuador
pág. 956
DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v8i4.12338
Importancia de las Habilidades Emocionales en el Proceso de
Enseñanza Aprendizaje en Niños y Adolescentes
Andrea Carolina Bauz Ruano1
cpcsem@hotmail.com
https://orcid.org/0009-0008-2330-7976
Autor Independiente
Ecuador
Andrea Valeria Pupiales Mariño
andrea-avp@hotmail.com
https://orcid.org/0009-0007-2478-6967
Autor Independiente
Ecuador
Cristian Eduardo Rodríguez Pulupa
eduardo260387@hotmail.com
https://orcid.org/0009-0008-4678-517X
Autor Independiente
Ecuador
Lourdes del Rocío Quinata Encarnación
lourdesrocio_q@hotmail.com
https://orcid.org/0000-0002-5510-6270
Autor Independiente
Ecuador
Bryan Sthevven Catagña Alquinga
bryan021998@hotmail.com
https://orcid.org/0009-0008-4356-7716
Autor Independiente
Ecuador
RESUMEN
La importancia de las habilidades emocionales en el proceso de enseñanza-aprendizaje en niños
y adolescentes es fundamental para el desarrollo integral de los estudiantes. Este estudio tiene
como objetivo analizar el impacto del desarrollo de habilidades emocionales en el rendimiento
académico y bienestar general de los estudiantes. Para alcanzar este objetivo, se utilizó un enfoque
metodológico cualitativo y descriptivo, realizando una revisión sistemática de literatura científica
y académica siguiendo las directrices del PRISMA-SCR. Los principales hallazgos revelan que
los programas que fomentan habilidades emocionales tienen un impacto positivo significativo en
la capacidad de los estudiantes para enfrentar desafíos académicos y regular sus emociones.
Además, se destacó la importancia de un enfoque emocional en la educación para mejorar el
desempeño tanto de estudiantes como de docentes. Se concluye que desarrollar habilidades
emocionales desde una edad temprana promueve la resiliencia y mejora la capacidad para manejar
el estrés y las presiones académicas.
Palabras clave: Habilidades emocionales, enseñanza-aprendizaje, resiliencia
1
Autor principal
Correspondencia: cpcsem@hotmail.com
pág. 957
Importance of Emotional Skills in the Teaching-Learning Process in
Children and Adolescents
ABSTRACT
The importance of emotional skills in the teaching-learning process for children and adolescents
is essential for the integral development of students. This study aims to analyze the impact of
developing emotional skills on students' academic performance and overall well-being. To
achieve this objective, a qualitative and descriptive methodological approach was used,
conducting a systematic review of scientific and academic literature following PRISMA-SCR
guidelines. The main findings reveal that programs promoting emotional skills have a
significantly positive impact on students' ability to face academic challenges and regulate their
emotions. Additionally, the importance of an emotional approach in education to improve the
performance of both students and teachers was highlighted. It is concluded that developing
emotional skills from an early age promotes resilience and enhances the ability to manage stress
and academic pressures.
Keywords: Emotional skills, teaching-learning, resilience
Artículo recibido 05 junio 2024
Aceptado para publicación: 08 julio 2024
pág. 958
INTRODUCCIÓN
La importancia de las habilidades emocionales en el proceso de enseñanza aprendizaje en niños
y adolescentes es fundamental para el desarrollo integral y holístico. Estas habilidades, que
incluyen la autoconciencia, la autorregulación, la empatía y las habilidades sociales, no sólo
facilitan un ambiente de aprendizaje positivo y seguro, sino que también potencian el rendimiento
académico y el bienestar general. Al desarrollar las habilidades emocionales, los estudiantes son
capaces de manejar el estrés, resolver conflictos de manera constructiva y establecer relaciones
saludables con sus compañeros y docentes. Además, un enfoque en el desarrollo emocional
promueve la motivación intrínseca y la resiliencia, factores claves para el éxito académico y
personal a largo plazo.
Es así que el desarrollo de habilidades emocionales en niños y adolescentes es crucial en el
contexto educativo actual, ya que influye directamente en la capacidad de aprendizaje y
relacionarse de manera efectiva. Un escaso desarrollo de estas habilidades puede llevar a
problemas de comportamiento, dificultades en el manejo del estrés y un bajo rendimiento
académico. Además, la falta de competencias emocionales puede afectar negativamente la
autoestima y la motivación de los estudiantes, limitando sus destrezas y competencias.
Es por ello que, la presente investigación se justifica por el impacto positivo de estas habilidades
en el rendimiento académico y en el bienestar integral. El comprender y promover el desarrollo
de estas habilidades es fundamental para crear entornos educativos que no solo se enfoquen en el
conocimiento cognitivo, sino también en el crecimiento personal y social de los estudiantes.
Además, al abordar problemas de comportamiento y dificultades emocionales desde una
perspectiva educativa, se puede implementar estrategias más efectivas para la convivencia escolar
y prevenir situaciones de riesgo. El estudio plantea como objetivo general, analizar el impacto
del desarrollo de habilidades emocionales en el proceso de enseñanza-aprendizaje de niños y
adolescentes
Con respecto a los antecedentes investigativos, Puertas Molero et al. (2020) refiere que el 90% de
los programas de habilidades emocionales implementados han mostrado resultados positivos en
los estudiantes, mejorando sus capacidades para enfrentar dificultades académicas y regular sus
pág. 959
emociones. También indican que el sistema educativo debe proporcionar y contribuir al desarrollo
de los recursos necesarios para ayudar a los estudiantes a superar las diversas situaciones
conflictivas que se presentan durante el ciclo escolar. Esto es fundamental para que los estudiantes
sean capaces de entenderse a sí mismos y adopten una actitud flexible y abierta ante los cambios.
Por su parte, Salcedo de la Fuentea et al. (2023), en su estudio sobre las emociones en el proceso
de aprendizaje, resalta que las emociones desempeñan un papel crucial en el aprendizaje,
considerando los postulados de la neurociencia, que sugiere que las estrategias de aprendizaje
deben considerar el manejo y desarrollo de las emociones tanto de los docentes como de los
estudiantes. La autoconciencia y la autorregulación están vinculadas al lóbulo frontal, responsable
del juicio, control de impulsos, planificación y toma de decisiones. Finalmente, refieren que los
docentes tienen la responsabilidad de combinar sus enseñanzas con estrategias que consideren las
necesidades emocionales de los estudiantes.
De acuerdo con Puente Sulay et al. (2023), en su estudio concluye que las habilidades emocionales
pueden mejorar tanto el desempeño docente como el desarrollo cognitivo y emocional de los
estudiantes. Con respecto a los estudiantes que se autorregulan participan activamente en el
proceso de aprendizaje, desarrollan habilidades metacognitivas y gestionan las influencias de sus
emociones, regulando su motivación y comportamiento. Esto beneficia no solo a la comunidad
educativa, sino también a la sociedad en general. Además, estas habilidades pueden impulsar el
desarrollo del liderazgo y fomentar un ambiente laboral innovador, cooperativo y colaborativo.
Finalmente, Alonso Jiménez (2024) refiere que la educación emocional se posiciona como una
opción relevante para el desarrollo integral de las nuevas generaciones, transformando la escuela
en un espacio de aprendizajes múltiples, donde aprender sobre uno mismo y la convivencia con
los demás es igualmente importante. Para su implementación en la práctica educativa, es necesario
superar varios desafíos relacionados con el modelo educativo históricamente dominante, así como
las limitaciones teóricas y metodológicas de experiencias previas en educación.
En primera instancia, el fundamento teórico considera el Currículo Nacional Ecuatoriano (2023),
que pone énfasis en el desarrollo de competencias comunicaciones, matemáticas, digitales y
socioemocionales, reflejando un enfoque integral y continuo en la educación que busca equiparar
pág. 960
a los estudiantes con las habilidades pertinentes para el mundo moderno.
Según Fernández Berrocal et al. (2022), las habilidades emocionales se conceptualizan como el
conjunto de competencias que permiten a las personas reconocer, comprender y gestionar sus
propias emociones, así como las emociones de los demás. Estas habilidades incluyen la
autoconciencia, la autorregulación, la empatía y las habilidades sociales. Por su parte Silva,
Andrade et al. (2022), las habilidades emociones se refieren a la capacidad de percibir, valorar y
expresar las emociones de manera precisa; comprender las emociones y el conocimiento
emocional; acceder y generar sentimientos que faciliten el pensamiento; y regular las emociones
para fomentar el crecimiento emocional e intelectual. Este conjunto de habilidades permite a las
personas manejar sus propias emociones y las de los demás de manera efectiva, mejorando así su
interacción social y bienestar general. Estas competencias son esenciales para establecer
relaciones saludables, resolver conflictos y tomar decisiones informadas.
Teniendo en cuenta a Calderón Sánchez y Granda Orellana, 2023), el cerebro está genéticamente
predispuesto para aprender, procesar, consolidar y recordar el aprendizaje de maneras diversas,
ya sean reflexivas, impulsivas, analíticas, globales, conceptuales, perceptuales, motrices o
emocionales. Las necesidades individuales, manifestadas en los contextos social y escolar,
determinan la búsqueda de soluciones a diversas situaciones teóricas o metodológicas presentes
en la educación. En este marco, la neuroeducación desempeña un papel crucial como un enfoque
multidisciplinar que estudia el aprendizaje a través de la conducta educativa, considerando no
solo aspectos del sistema nervioso, sino también la creación de un aula motivadora,
emocionalmente positiva y que favorezca la memoria.
Citando a Ruiz Ferrando et al. (2019), plantea cuatro categorías de habilidades emocionales que
se organizan en dos áreas, las experimentales y estratégicas. Correal Gutiérrez y Vega Granda
(2024) refiere que la percepción emocional es la habilidad de identificar, relacionar, expresar tanto
las propias emociones como las ajenas, así como diferenciar entre diversos estados emocionales.
Esto implica la capacidad de reconocer con precisión las emociones y su contenido en situaciones
específicas, permitiendo la expresión clara de sentimientos y necesidades en la vida cotidiana, lo
que facilita la identificación de distintas emociones.
pág. 961
En relación a las habilidades de facilitación emocional, está asociada con el uso creativo de la
información emocional del entorno para dirigir la atención hacia aspectos relevantes y priorizar
el procesamiento de información para la toma de decisiones. Esta capacidad permite manejar las
emociones y adaptarlas a las demandas del contexto. Ambas habilidades pertenecen al área
experimental, que implica la capacidad de integrar emociones en el pensamiento y relacionarlas
con los sentimientos.
Según Caruso et al (2015), la comprensión emocional consiste en la capacidad de expresar
emociones verbalmente y percibir las conexiones entre distintos estados emocionales. Esto
incluye entender las relaciones entre emociones, identificar causas y efectos emocionales,
interpretar sentimientos complejos y reconocer transiciones emocionales. Estas habilidades
ayudan a los estudiantes a describir y comprender su estado emocional y el de los demás con
mayor claridad.
Por su parte Mayer (2016) la regulación o gestión emocional es la habilidad para adaptarse
adecuadamente a los estados emocionales positivos y negativos, regulando sin suprimirlos ni
exagerarlos. Esta capacidad es esencial para integrar el conocimiento emocional e intelectual,
promoviendo el desarrollo integral del individuo. Estas habilidades forman parte del área
estratégica, que consiste en evaluar y dirigir acciones basadas en la información emocional,
buscando respuestas adaptadas al contexto.
Con respecto a la importancia de las habilidades emocionales en el proceso de enseñanza
aprendizaje en niños y adolescentes, Lara et al. (2024), da a conocer que el proceso de enseñanza
aprendizaje no es solo un proceso cognitivo, sino que las emociones y las interacciones sociales
son fundamentales en el proceso de la información. Este postulado se basa en que los estudiantes
son unidades biopsicosociales. Se identifica que las habilidades emocionales impactan
significativamente en la educación, es decir los estudiantes al procesar y priorizar la información.
También utilizan estas habilidades, lo que facilita la creación de importantes redes conceptuales.
Además, un cerebro en estado de calma y estabilidad emocional es capaz de generar pensamientos
complejos, como analogías, integrando información de manera efectiva. Es así que un cerebro
emocionalmente equilibrado puede generar conceptos, crear relaciones y formar redes semánticas
pág. 962
que ayudan a organizar la información de manera más eficiente.
Desde el punto de vista Sanmartín Ureña y Tapia Peralta (2023) refiere que mediante el desarrollo
de estas habilidades, los estudiantes adquieren estrategias y técnicas para gestionar y regular sus
emociones de manera eficaz, Aprenden a enfrentar el estrés, la ansiedad y la frustración de manera
saludable, lo que resulta en un mayor equilibrio emocional y una disminución de problemas de
salud mental. Además, promueve la empatía y la comprensión hacia los demás. Los estudiantes
desarrollan la capacidad de ponerse en el lugar de los otros, comprender sus emociones y
establecer relaciones saludables y respetuosas. Esto fomenta la empatía, la comunicación efectiva
y la resolución constructiva de conflictos, contribuyendo a un ambiente escolar positivo y al
bienestar de todos los estudiantes.
A juicio de Chávez Martínez y Salazar Jiménez (2024, factores como el autoconcepto y la empatía
están asociadas con la capacidad del estudiante para reconocerse a mismo y comprender las
emociones de los demás. Este proceso es esencial para el desarrollo formativo y la convivencia,
impulsando el autocontrol, fomentando el respeto y desarrollando habilidades para la toma de
decisiones. Además, promueve el apoyo social. En el ámbito académico, la motivación y el
compromiso son cruciales. Estas habilidades permiten a los estudiantes mantenerse enfocados en
sus objetivos académicos.
Como señala Bateca (2024), el desarrollo de competencias emocionales en el ámbito educativo
está estrechamente vinculado con mejoras significativas en el rendimiento académico,
permitiendo a los estudiantes completar su proceso de aprendizaje de manera adaptada a sus
capacidades individuales. Estas competencias facilitan el manejo adecuado de las emociones, lo
cual contribuye a la creación de un ambiente de aprendizaje positivo. En este entorno, los
estudiantes se sienten seguros y motivados para aprender, lo que fomenta su participación activa
y reduce el estrés. Además, un clima emocional favorable promueve relaciones interpersonales
saludables, mejorando la comunicación y la resolución de conflictos, aspectos esenciales para el
desarrollo integral y el éxito académico.
Desde la posición de Calderón Sánchez et al (2023) las habilidades emocionales tienen un impacto
significativo en el rendimiento académico de los estudiantes al fomentar relaciones positivas y
pág. 963
respetuosas entre los docentes y educandos. La resolución de problemas, la autorregulación, la
motivación, la participación y el desarrollo de competencias son el resultado de la intervención
en las habilidades emocionales, competencias claves para el éxito académico. Asimismo el
implementar estrategias para desarrollar las habilidades emocionales en el aula permite a los
maestros ayudar a los estudiantes a desarrollar habilidades valiosas que les servirán no solo en su
vida académica, sino también en su vida personal y profesional futura.
Al respecto, la enseñanza de habilidades emocionales desde una edad temprana permite a los
estudiantes desarrollar una mayor resiliencia frente a los desafíos académicos y personales. Un
estudio realizado por Pérez y Sánchez (2022) reveló que los niños que participan en programas
de educación emocional presentan niveles más altos de autoconciencia y control emocional, lo
que les permite enfrentar situaciones de estrés y presión de manera más efectiva. Asimismo, la
investigación de Fernández et al. (2020) destaca que los adolescentes que reciben formación en
habilidades emocionales muestran una mayor capacidad para establecer relaciones
interpersonales saludables y para trabajar de manera colaborativa, habilidades fundamentales para
el éxito en el entorno escolar y más allá.
Finalmente, es fundamental considerar la formación y el apoyo continuo a los docentes en el área
de habilidades emocionales. López et al. (2019) subrayan la importancia de proporcionar a los
maestros las herramientas y recursos necesarios para integrar la educación emocional en sus
prácticas pedagógicas. Este enfoque no solo beneficia a los estudiantes, sino que también
contribuye al bienestar profesional de los docentes, reduciendo el agotamiento y mejorando su
satisfacción laboral. Por lo tanto, promover un enfoque integral que combine el desarrollo
emocional y académico puede resultar en una educación más holística y efectiva.
pág. 964
METODOLOGÍA
Este estudio utilizó un enfoque metodológico cualitativo y descriptivo. Se realizó una revisión
sistemática exhaustiva de tesis de maestría y doctorado, así como de repositorios de revistas
científicas, siguiendo las directrices del PRISMA-SCR. Los términos de búsqueda incluyeron
"habilidades emocionales", "proceso de enseñanza aprendizaje", "niños" y “adolescentes". Las
fuentes consultadas incluyen repositorios como Ciencia Latina, Recie Revista Caribeña de
investigación educativa, escritos de psicología, Revista de Psicología, entre otros, abarcando un
periodo de los últimos diez años.
Se emplearon los criterios PICO y la lista de verificación PRISMA como herramientas
fundamentales en el proceso de investigación. Los criterios PICO ayudaron a formular cuatro
preguntas clave de investigación, mientras que la lista de verificación PRISMA aseguró la calidad
y claridad del análisis sistemático. Este proceso incluyó una revisión minuciosa de la literatura
disponible, la selección de estudios pertinentes, la recopilación detallada de datos, la síntesis de
la información obtenida y la presentación de los resultados. Estas herramientas metodológicas
proporcionaron un enfoque riguroso y objetivo, facilitando una evaluación precisa y
fundamentada de los datos analizados.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
A criterio de Puertas Molero et al. (2020) indican que un 90% de los programas implementados
han tenido un impacto positivo, mejorando la capacidad de los estudiantes para enfrentar
dificultades académicas y regular sus emociones. Este hallazgo resuena con las conclusiones de
Salcedo de la Fuentea et al. (2023), quienes destacan el papel crucial de las emociones en el
aprendizaje, apoyados en la neurociencia que sugiere que el manejo emocional de docentes y
estudiantes es esencial para una enseñanza efectiva.
En la misma línea, Puente Sulay et al. (2023) subrayan que las habilidades emocionales no solo
benefician a los estudiantes, sino que también mejoran el desempeño docente, destacando la
importancia de la autorregulación y la participación activa en el aprendizaje. Este punto es
complementado por Alonso Jiménez (2024), quien resalta la necesidad de transformar la
educación para incluir un enfoque emocional que prepare mejor a las nuevas generaciones.
pág. 965
La relevancia de las habilidades emocionales también se refleja en el estudio de Fernández
Berrocal et al. (2022), donde se conceptualizan estas habilidades como competencias que
permiten reconocer, comprender y gestionar tanto las propias emociones como las de los demás.
Silva Andrade et al. (2022) amplían esta idea, señalando que estas competencias facilitan el
pensamiento y promueven el crecimiento emocional e intelectual.
Lara et al. (2024) identifican que un entorno emocionalmente equilibrado permite la creación de
redes conceptuales complejas y la generación de pensamientos avanzados, lo que contribuye
significativamente al proceso de enseñanza-aprendizaje. De manera similar, Sanmartín Ureña y
Tapia Peralta (2023) destacan que el desarrollo de estas habilidades mejora la empatía y la
comprensión, elementos clave para un ambiente escolar positivo y el bienestar general de los
estudiantes.
Chávez Martínez y Salazar Jiménez (2024) enfatizan que el autoconcepto y la empatía están
profundamente vinculados con el reconocimiento de uno mismo y la comprensión de las
emociones ajenas, lo cual es esencial para la convivencia y el desarrollo formativo. Esta idea se
ve reforzada por Bateca (2024), quien menciona que las competencias emocionales mejoran el
rendimiento académico al crear un ambiente de aprendizaje seguro y motivador.
Calderón Sánchez et al. (2023) y Pérez y Sánchez (2022) coinciden en que las estrategias para
desarrollar habilidades emocionales desde una edad temprana fomentan la resiliencia y mejoran
la capacidad para manejar el estrés y las presiones académicas. López et al. (2019) añaden que el
apoyo continuo a los docentes en este ámbito es crucial para integrar la educación emocional de
manera efectiva en las prácticas pedagógicas, beneficiando tanto a estudiantes como a maestros.
Finalmente se puede mencionar que, estas habilidades no solo facilitan un ambiente de
aprendizaje positivo y seguro, sino que también potencian el rendimiento académico y el bienestar
general de los estudiantes. Promover y desarrollar estas habilidades desde una perspectiva
educativa integral es esencial para preparar a los estudiantes para los desafíos académicos y
personales que enfrentarán a lo largo de su vida.
pág. 966
ILUSTRACIONES, TABLAS, FIGURAS
Ilustración 1. Registro identificado mediante la búsqueda en base de datos
Nota: Elaboración propia (2024)
Tabla 1. Lista de verificación de evaluación de calidad del documento.
QA1
¿El documento aborda la influencia de las habilidades
emocionales en el rendimiento académico de los
estudiantes?
QA2
¿Se discuten estrategias para la integración de la
educación emocional en las prácticas pedagógicas de
los docentes?
QA3
¿El documento incluye evidencia empírica sobre los
efectos de los programas de habilidades emocionales
en los estudiantes?
QA4
¿Se menciona la relevancia de la autoconciencia y la
autorregulación en el desarrollo emocional de los
estudiantes?
Nota: Elaboración propia (2024)
pág. 967
CONCLUSIONES
Del estudio se puede concluir
Los programas que fomentan habilidades emocionales mejoran significativamente el rendimiento
académico y bienestar emocional de los estudiantes.
Un enfoque emocional en la educación beneficia tanto a estudiantes como a docentes, facilitando
la autorregulación y una enseñanza más efectiva.
Las competencias emocionales son esenciales para un ambiente escolar positivo y un aprendizaje
profundo.
Desarrollar habilidades emocionales desde temprana edad promueve la resiliencia y la capacidad
para manejar el estrés académico.
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