Vocaci�n docente e influencia en el aprendizaje en escolares

en tiempo de pandemia

 

 

Johanna Raquel Aguilar Insfr�n

[email protected]

Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educaci�n,

Universidad Nacional de Pilar.

 

 

RESUMEN

La investigaci�n tiene como objetico determinar la vocaci�n docente, su influencia en el aprendizaje en tiempo de pandemia de ni�os/as de la Escuela B�sica N� 578 �Defensores del Chaco�, San Lorenzo - Pilar, a�o 2020-2021. En relaci�n al tipo de investigaci�n, se aplic� la investigaci�n descriptiva, con enfoque cualitativo y cuantitativo. La muestra es de 231 alumnos de la Educaci�n Escolar, 22 docentes, 1 evaluadora 1 director, a trav�s de los m�todos cualitativo y cuantitativo. Las t�cnicas de recolecci�n de datos que se implement� el cuestionario dicot�mico. Llegando a la conclusi�n de la gran influencia que tiene la vocaci�n docente en el aprendizaje de los alumnos, en la que interviene la aptitud, la voluntad del docente, el desempe�o que pueda poner en el aprendizaje de los alumnos, dando seguimiento a los alumnos y evitar la deserci�n escolar, en colaboraci�n con directivos, colegas y padres de familia, como as� tambi�n en caso necesario solicitar la intervenci�n de organismos del estado.� De esta manera se ha llegado a confirmar la hip�tesis que plantea: La vocaci�n docente, el acompa�amiento coordinado de padres o tutores con los docentes y organismos del estado influyen de manera positiva en el aprendizaje de ni�os/as de la Escuela B�sica N� 578 �Defensores del Chaco�, San Lorenzo Pilar, a�o 2020-2021, en tiempo de pandemia.

 

Palabras claves: vocaci�n docente; desempe�o docente; ense�anza-aprendizaje; aprendizaje en tiempo de pandemia.

 

 

Teaching vocation and influence on learning in schools

�in time of pandemic

 

ABSTRACT

The objective of the research is to determine the teaching vocation and, its influence on learning in times of pandemic of children from Basic School No. 578 "Defensores del Chaco", San Lorenzo - Pilar, year 2020-2021. In relation to the type of research, descriptive research was applied, with a qualitative and quantitative approach. The sample is 231 students of School Education, 22 teachers, 1 evaluator 1 director, through qualitative and quantitative methods. The data collection techniques that the dichotomous questionnaire was implemented. Coming to the conclusion of the great influence that the teaching vocation has on the students 'learning, in which the aptitude, the will of the teacher intervenes, the performance that can be put in the students' learning, monitoring the students and avoid school dropout, in collaboration with managers, colleagues and parents, as well as, if necessary, request the intervention of state agencies. In this way, the hypothesis that it raises has been confirmed: The teaching vocation, the coordinated accompaniment of parents or tutors with teachers and state agencies have a positive influence on the learning of children of Basic School No. 578 "Defensores del Chaco�, San Lorenzo Pilar, year 2020-2021, in times of pandemic.

 

Keywords: teaching vocation; teaching performance; teaching-learning; learning in times of pandemic.

 

 

Art�culo recibido:� 15 octubre. 2021

Aceptado para publicaci�n: 18 noviembre 2021

Correspondencia: [email protected]

Conflictos de Inter�s: Ninguna que declarar

 

 

 

 

 

INTRODUCCI�N

Seg�n Larrosa Mart�nez, (2010). Tradicionalmente la vocaci�n ha estado indisolublemente unida al maestro y el ense�ar se ha considerado un arte. Estas dos ideas, que gozaron de unanimidad durante mucho tiempo y que permanecen todav�a en la mente de muchas personas, han evolucionado obligatoriamente con los cambios sociales. En el estudio de la vocaci�n docente versus profesi�n se entremezclan dial�cticamente elementos que han influido y est�n influyendo en el quehacer profesional del profesorado: la tradici�n, las transformaciones sociales, los avances de la investigaci�n y las necesidades del profesorado.

Son muchos los que subrayan la importancia de la vocaci�n en cualquier actividad profesional, tanto por razones de un mayor rendimiento en el trabajo como para evitar fracasos personales en el desempe�o. Creen que la vocaci�n determina las personas m�s adecuadas para una profesi�n y que existe la profesi�n m�s conveniente para cada persona.

Del mismo modo, para acceder a una profesi�n se deben poseer unas cualidades o aptitudes previas y en la elecci�n de un trabajo hay que tener en cuenta la vocaci�n. S�lo se es un verdadero profesional cuando se tiene vocaci�n (Gichure, 1995, p. 210, mencionado por Larrosa Mart�nez, 2010).

En el caso de la ense�anza es evidente que se necesitan determinadas competencias para desempe�arla con correcci�n y que no todas las personas est�n capacitadas para ejercer estas funciones (Garc�a Garrido, 1999: p.436) resalta que �no todo el mundo sirve para esta profesi�n, en contra de lo que tan a menudo se cree; hace falta tener el perfil personal adecuado�. Aunque, ciertamente, tendr�amos que a�adir que el perfil docente demandado est� al alcance de todos los que deseen dedicarse al magisterio con voluntad, conocimiento y desempe�o �tico.

La vocaci�n influye en el rendimiento escolar como tambi�n en la retenci�n escolar, siendo que los docentes pueden influir en gran manera no solo en el aprendizaje sino tambi�n evitar el fracaso escolar, por lo tanto, en la retenci�n del alumno en este tiempo de pandemia; por lo que la investigaci�n estudia la vocaci�n docente y su influencia en el aprendizaje de ni�os/as de la Escuela B�sica N� 578 �Defensores del Chaco�, San Lorenzo - Pilar, a�o 2020-2021, en tiempo de pandemia.

La vocaci�n tiene dimensiones tales como las caracter�sticas de la personalidad eficaz, como son la autoestima, asertividad, capacidad de trabajo, confianza en s� mismo, estabilidad emocional, estilo de pensamiento, extraversi�n, flexibilidad, independencia, iniciativa, locus de control, motivaci�n de logro, optimismo, perseverancia, tolerancia a la incertidumbre, toma de riesgos y valores personales (Mart�n, Mart�n, Dapelo, Pizarro, Gusto & otros, 2015).

La vocaci�n est� estrechamente relacionada con la motivaci�n, est� �ltima se fomenta desde las primeras etapas de la vida. En la motivaci�n confluyen factores personales, psicol�gicos y sociales como: las experiencias familiares, el entorno en que se desenvuelve el individuo y la formaci�n educativa (Fern�ndez, Gonz�lez, Pompa Garc�s, Figueredo, 2016); (P�rez, Rodr�guez, 2016).

En la actualidad, cada vez se hace m�s dif�cil la retenci�n del alumno en el sistema educativo, sobre todo en los sectores m�s vulnerables como son las instituciones educativas de las periferias de la ciudad, donde acuden alumnos con posibilidades econ�micas y sociales menos favorecidas y en la que se requieren docentes con vocaci�n y el acampamiento de padres o tutores como tambi�n de organismos del estado como la Consejer�a de la Ni�ez y la Adolescencia y en caso necesario de la Fiscal�a para que con un trabajo mancomunada se pueda lograr la retenci�n y el �xito acad�mico de los alumnos.

REVISI�N BIBLIOGR�FICA

1.    La orientaci�n vocacional

La orientaci�n profesional constituye una actividad vital en la preparaci�n de los j�venes de cara a su inserci�n laboral, lo afirma (�vila, 2016). La orientaci�n vocacional y profesional es una actividad esencial del proceso educativo, que interes�ndose por el desarrollo integral del alumno, individual y socialmente considerado, le ayuda en la mejora de su conocimiento y direcci�n personal, para lograr su desarrollo equilibrado y para que con sus caracter�sticas propias tome su decisi�n vocacional, defina su carrera profesional, se comprometa a luchar para tener un mejor futuro y participe de una manera eficaz en la vida comunitaria (Vel�squez, Puentes, Sarabia, 2014).

En concordancia con lo expuesto (�lvarez, 1995), al referirse a la Orientaci�n Vocacional tambi�n como un proceso de desarrollo de la carrera a lo largo de la vida de las personas afirma a que est� presente en los diferentes contextos en que se encuentren �stas, a saber

�  El Educativo: que abarca el per�odo formativo, es decir la preparaci�n para la vida laboral y que se desarrolla fundamentalmente en el contexto escolar y comunal.

�  Dentro de este contexto la Orientaci�n Vocacional desarrolla diferentes acciones con el estudiantado, padres, madres, personas encargadas y docentes con el fin de favorecer el desarrollo integral del estudiantado y dentro de �ste el vocacional.

�  El Organizacional: incluye el per�odo de desempe�o laboral que tiene lugar en el centro de trabajo y en el cual se dan gran parte de las experiencias de las personas relacionadas precisamente con el trabajo, el cual cumple una doble funci�n, tanto a nivel individual como social, de ah� su importancia.

Uno de los principales problemas que se plantean los estudiantes de nivel secundario al concluir sus estudios consiste en escoger correctamente la profesi�n a seguir (Medina, Watanabe, Angulo, 2018).� La orientaci�n vocacional surge por la necesidad de facilitar una informaci�n que oriente al individuo para lograr las competencias que requiere para insertarse en un contexto social laboral (Gonz�lez, Cardentey, 2015).

2.      La vocaci�n

Existen varios factores que contribuyen a caracterizan la presencia de la vocaci�n del ser humano en la profesi�n que de desempe�a, uno de los factores de relevancia es el conjunto de atributos de la personalidad en el desarrollo acad�mico, vocacional y social de los estudiantes (Mart�n, Mart�n, Dapelo, Pizarro, Gusto & otros, 2015). Tambi�n la autoestima, la pasi�n con que se realiza el trabajo y la calidad del servicio prestado es determinante en el desarrollo profesional, la visi�n que tendr� el resto del equipo de salud y la sociedad. Por tanto, no habr� mejor demostraci�n de val�a que la competencia y desempe�o (Fern�ndez, Gonz�lez, Pompa Garc�s, Figueredo, 2016).

La motivaci�n, es tambi�n uno de los factores que determinan la profesi�n del estudiante y ayuda a conocer la vocaci�n para la misma, se trata de un conjunto de procesos implicados en la activaci�n, direcci�n y persistencia de la conducta. Algunos autores asumen que la motivaci�n es la compleja integraci�n de procesos ps�quicos que efect�a la regulaci�n inductora del comportamiento, pues determina la direcci�n (hacia el objeto-meta buscado o el objeto evitado), la intensidad y el sentido (de aproximaci�n-evitaci�n) del comportamiento (P�rez, Rodr�guez, 2016).

2.1  La educaci�n y vocaci�n

Mendoza, Machado, Montes, (2016), plantean que la educaci�n debe abordarse en el conocimiento considerando el contexto, lo global, lo multidimensional y lo complejo. Estos principios son pertinentes a la elaboraci�n de los proyectos personales de vida y la elecci�n de la profesi�n.

El conocimiento de s� mismo y la elecci�n vocacional se van estructurando mutuamente.

El concepto de s� mismo se desarrolla durante la vida del sujeto a trav�s de fases y, una vez reconocida internamente, el sujeto opta por escoger lo que m�s le gusta hacer. En el presente estudio, este factor es el que ha dado resultados m�s ajustados con la realidad, los que son reflejados en la relaci�n entre autoconfianza y rendimiento acad�mico (Medina, Watanabe, Angulo, 2018).

La adecuada formaci�n vocacional, orientaci�n profesional y reafirmaci�n de la vocaci�n en los ni�os, adolescentes y j�venes, asegura en gran medida el ingreso con calidad tanto al centro de formaci�n profesional como laboral (Gonz�lez, Cardentey, 2015).

2.1.1 Vocaci�n y condiciones de trabajo

Las condiciones laborales de los docentes es un tema muy escasamente abordado por la comunidad educativa, porque siempre se ha considerado que el docente se conforma con lo m�nimo que el Estado ofrece para mejorar las condiciones educativas, esto no solo en Paraguay, pues es similar en los otros pa�ses latinoamericanos, tales como Chile, Argentina, Per� y otros que a continuaci�n se muestran algunos resultados.

En relaci�n a las jornadas laborales que desarrollan los docentes fuera del horario pagado, manifestaron, seg�n una encuesta realizada en Chile: �las principales tareas que se realizan fuera del horario de trabajo son: preparaci�n de material did�ctico (87.1%); cursos de perfeccionamiento (85.5%); preparaci�n de clases (83.2%).

Frente a esta carga de trabajo y los tiempos destinados a ella, destaca como factor de riesgo para la salud la ausencia de tiempos de descanso adecuados: casi un 45% de los profesores destina menos de 15 minutos al descanso durante la jornada laboral. Asumiendo como normal una jornada de trabajo de 44horas semanales, el tiempo libre disponible para los profesores (sumados el trabajo docente realizado en la escuela y en el hogar) deber�a ser de 124 horas, las que ser�an de libre disposici�n para dormir, realizar actividades distintas a la docencia, trabajo dom�stico, vida familiar. En esa condici�n ideal te�rica se encontrar�a el 52% de los profesores. Sin embargo, al considerar en el c�lculo de horas de tiempo libre las horas destinadas a trabajo dom�stico y a desplazamiento entre trabajo y hogar, seobtiene la siguiente situaci�n (UNESCO 2008).

Estos resultados evidencian la extensa jornada laboral del docente y el tiempo libre disponible para los profesores para el hogar que es muy escaso.

Las condiciones de trabajo de cualquier empleado p�blico o privado son primordiales, y con m�s raz�n del docente que constantemente se halla trabajando con personas, ya sean, padres, alumnos, colegas. Por ello, el trabajo de investigaci�n, se estar�n abordando las condiciones de trabajo como el amplio escenario de convergencia entre la salud, el tiempo laboral, a la luz de las estad�sticas presentadas por otros pa�ses latinoamericanos, tales como Chile, Ecuador, Argentina, entre otros.

As� se plantea que las condiciones de trabajo es un escenario donde convergen un conjunto de dimensiones sociales, personales y f�sicas en las cuales laboran los docentes y la salud como un concepto integral que depende de un equilibrio social, psicol�gico, fisiol�gico y biol�gico que influye, fuertemente, en la manera como los docentes acuden a trabajar. Los pocos estudios latinoamericanos disponibles sobre el tema, entre otros los realizados en Argentina, Chile, Ecuador, M�xico, representan una voz de alarma para el sistema educativo y la sociedad en su conjunto debido a que ofrecen hallazgos m�ltiples, en particular relacionados con la afecci�n de la salud mental expresada en enfermedades como estr�s, depresi�n, neurosis y una variedad de enfermedades psicosom�ticas diagnosticadas y percibidas (gastritis, �lceras, colon irritable, entre otras) (UNESCO 2010).

2.1.2 Condiciones materiales

La seguridad y salud en el trabajo es un �rea interdisciplinaria relacionada con la seguridad, la salud y la calidad de vida en el empleo, al respecto:

Un rubro a considerar tiene que ver con las condiciones materiales, en especial lo que se refiere al estado de la infraestructura y al mantenimiento de las aulas, patios y sanitarios, que conjuntamente con el n�mero de alumnos por clase y los vol�menes de trabajo de los profesores, seg�n la opini�n internacional, pueden representar condiciones poco favorables para la ense�anza y el aprendizaje. En torno al mismo asunto, desde hace varias d�cadas la Recomendaci�n OITUNESCO, relativa a la situaci�n del personal docente, ha insistido en que �los edificios escolares deber�an reunir las garant�as de seguridad necesarias, resultara gradables... y ser de uso funcional... estar construidos con materiales duraderos y seg�n las normas higi�nicas�

Lo anterior no se cumple, en tanto se observan escuelas con aulas en peligro de derrumbe y planteles que carecen de sanitarios exclusivos para los maestros. La dotaci�n de recursos pedag�gicos es otro rubro a considerar. En las escuelas guanajuatenses, la mayor parte del material que se utiliza en el trabajo pedag�gico provisto por los mismos profesores. Adem�s, la mayor�a de los docentes (72%), comentan que dicho recurso es insuficiente (UNESCO 2010).

Uno de los factores menos estudiados, pero de gran relevancia por las implicaciones en el profesorado, se refieren a las exigencias inherentes al trabajo en el aula. Desde la perspectiva de los profesores, las actividades que realizan los expone de manera cotidiana a forzar la voz (99%), estar de pie durante toda la jornada (96%), trabajar en ambientes ruidosos (72%), con temperatura inadecuada (79%), y en ocasiones tambi�n con iluminaci�n deficiente (58%) (Di�logos Educativos, 2012).

De acuerdo la Constituci�n Nacional del Paraguay, la Salud del trabajador es un derecho de toda persona.

2.1.3 Condiciones fisiol�gicas

Existe una amplia literatura que demuestra, por una parte, la influencia de las condiciones de trabajo y la salud en el rendimiento laboral. En el campo de la educaci�n estos estudios son recientes y escasos, entre otras razones porque hist�ricamente la docencia se ha configurado como un apostolado, como un �servicio social� m�s que como un trabajo para el cual se requer�a de calificaciones, est�ndares de desempe�o y procesos de evaluaci�n. El concepto de profesionalidad del trabajo docente surge, relativamente, hace poco tiempo, en medio de los debates acerca de la calidad de la educaci�n y su relaci�n con el desarrollo. Esta interpretaci�n de la docencia como apostolado lleva, impl�citamente, un sentido intr�nseco de sacrificio y renuncia. Trabajar en condiciones inadecuadas, recorrer enormes distancias hasta su escuela, contar con recursos did�cticos rudimentarios, padecer enfermedades derivadas del ejercicio, etc. era parte de lo que estaba (o a�n est�) dispuesto a aceptar aquel o aquella que decid�a optar por la docencia. Disfon�a, v�rices, dolores lumbares, fatiga, han sido y son asumidas como las inevitables �marcas� de la profesi�n contra las cuales no hay nada que hacer. Pero, simult�neamente, ha significado que durante largo tiempo se considere que para ejercer la docencia la vocaci�n bastaba; que era una profesi�n que no demandaba conocimientos demasiado complejos ni aprendizaje permanente, tampoco uso de recursos tecnol�gicos y que, adem�s, era un trabajo de �medio tiempo�, lo cual explica en mucho la composici�n de g�nero del profesorado (Di�logos Educativos, 2012).

Las condiciones de trabajo de los docentes son consideradas una problem�tica social, al escuchar el discurso de los propios profesores, puesto que es de mucha importancia como ellos viven el d�a a d�a en sus escuelas. Por esta raz�n la incorporaci�n de los profesores resulta clave en esta investigaci�n, siendo el centro en el proceso del trabajo docente. Las principales transformaciones que ha experimentado la profesi�n docente en los �ltimos tiempos, permiten efectuar una discusi�n sobre el papel del docente en su trabajo diario.

Tiempo disponible para desarrollar actividades acad�micas

La labor docente requiere de gran responsabilidad y de toda una planificaci�n para desarrollar las actividades acad�micas, al respeto, para los pa�ses latinoamericanos, plantea la UNESCO, lo siguiente:

El Proyecto Regional de Educaci�n para Am�rica Latina y el Caribe (PRELAC), la carta de navegaci�n para los sistemas educativos, aprobada y firmada por los ministros de educaci�n de la regi�n en el 2002, destaca el papel de los docentes al definir como segundo foco estrat�gico �el fortalecimiento del protagonismo docente para que respondan a las necesidades de aprendizaje de los estudiantes� (UNESCO, 2010).

3.    Vocaci�n docente y apoyo de la familia en el logro educativo de los alumnos

Entre estos nuevos desaf�os, se puede afirmar que, s�lo como consecuencia de la p�rdida de ciertas funciones (econ�micas y pol�ticas, entre otras), la familia ha podido encontrar su funci�n o funciones propias y que justamente por ello ha tambi�n aumentado su importancia social (Tyrell, 2017).

Seg�n Pizarro; Santana y Vial (2013) para dar cuenta de la relevancia de la familia en los procesos de aprendizaje es necesario detenerse en la relaci�n familia-escuela esta vinculaci�n ha sido cambiando conforme ha cambiado la sociedad en su conjunto:

�Las primeras escuelas manten�an una estrecha uni�n con la comunidad, a partir del siglo XX comenzaron a distanciarse. La labor pedag�gica se fue especializando y haciendo cada vez m�s compleja, y los maestros ense�aban materias y utilizaban m�todos alejados de la experiencia de los padres y madres, que poco ten�an que decir acerca de lo que ocurr�a en las aulas� (Maestre, 2009, p. 6).

Este alejamiento se mantuvo, incluso argumentando que familia y escuela buscaban objetivos divergentes. Hoy se plantea que tienen influencias superpuestas responsabilidades compartidas y por tanto se debe definir la relaci�n bajo condiciones de colaboraci�n (Pizarro; Santana y Vial 2013).

De acuerdo a Ospina Botero y Montoya Pavas (2017) explica que:

De esta manera, pensar en las pr�cticas educativas es pensar en m�ltiples dimensiones: los actores primarios del hecho educativo (los docentes facilitadores, padres-madres de familia, actores comunitarios, otros), es pensar en los contenidos a comunicar o compartir, en los objetivos que se propone la acci�n educativa, en las formas organizativas que adquiere la tarea de ense�ar y aprender, en los contextos donde se desarrolla; es pensar tambi�n en los recursos utilizados para comunicar el conocimiento. Pero fundamentalmente, es considerar la dimensi�n significativa de esta pr�ctica, es decir, en la potencialidad de una construcci�n intersubjetiva de sentidos que para el caso particular de la investigaci�n de donde surge este art�culo, est� vinculada con los prop�sitos que definen las pr�cticas educativas en la promoci�n del desarrollo familiar.

Esta consideraci�n por las pr�cticas educativas implementadas con las familias pone al descubierto experiencias exitosas y con un valioso impacto que, en una tarea sencilla y comprometida por parte de las instituciones, no ha sido suficientemente valorada y dimensionada en sus riquezas pedag�gicas y que en �ltimas se pueden convertir en puntos de referencia para las instituciones pertinentes en el tema (p.9).

De esta forma, se comprende que la familia es aquel escenario que introduce a los miembros m�s peque�os en el mundo de la socializaci�n, por lo que para lograr que los individuos interioricen normas, pautas de convivencia y se comuniquen de manera asertiva, es importante primero que estas se vivan y sean fomentadas al interior de la familia, por lo que es importante que las familias compartan diferentes espacios de interacci�n donde se repliquen estos elementos (Ospina Botero y Montoya Pavas 2017).

METODOLOG�A

La investigaci�n se enmarca en un estudio de tipo descriptivo correlacional, con la finalidad de describir caracter�sticas propias de las variables en estudio.

Seg�n Arias (2004) el estudio descriptivo identifica caracter�sticas del universo de investigaci�n, se�ala formas de conducta y actitudes del universo investigado, descubre y comprueba la asociaci�n entre variables de investigaci�n (p.133).

Mendoza, Machado, Montes, (2016), abordan el tema de las necesidades de un plan de vida para la orientaci�n profesional, para ello hacen una revisi�n de varias literaturas y logran caracterizar el plan de vida y desarrollar la hip�tesis.

La presente investigaci�n adopta un dise�o no experimental, siendo que se observ� situaciones existentes, no manipuladas por el investigador, tal y como se da en su contexto natural para luego analizarlas (Sampieri y otro, 2003).

Este dise�o permite visualizar los obst�culos evidenciados entre los docente, alumnos y padres para permitir un aprendizaje efectivo de los alumnos y los medios que posee y busca el docente para logar el aprendizaje efectivo de los alumnos.

En cuanto a la cronolog�a en el tiempo, esta investigaci�n es de corte trasversal o transaccional, ya que se estudiar� en un periodo de 2020-2021

� Al respecto Sampieri y otros (2014) se�ala que este dise�o tiene como objetivo indagar la incidencia y los valores en que se manifiesta una o m�s variables en un momento determinado.

La presente investigaci�n abordar� una metodolog�a de enfoque mixto; el cualitativo y el cuantitativo, de manera a describir, desde diferentes perspectivas la problem�tica enunciada.

Esta investigaci�n es cualitativa, as� como (G�mez, Flores, Gim�nez, 1996) y (Hern�ndez, 2005) detallan que la metodolog�a de la investigaci�n cualitativa, en resultados, se analizan de manera cualitativa, categoriz�ndose las respuestas en funci�n de los indicadores de las dimensiones estudiadas. As� los datos cuantitativos representan los datos num�ricos y estad�sticos que requiere la investigaci�n.

Poblaci�n y Muestra: Conforman 231 alumnos de la Educaci�n Escolar B�sica, 22 docentes, 1 evaluadora 1 director, y 60 padres de la Escuela B�sica N� 578 �Defensores del Chaco�, San Lorenzo � Pilar.�

Para la selecci�n de la muestra se opt� por un muestreo aleatorio siempre tomando el 30% de la poblaci�n estudiantil, la que corresponde a 60 padres, 69 alumnos/as y el muestreo no probabil�stico intencional, en el caso de docentes (22), evaluadora (1), director (1).

Seg�n (Cuesta, 2009) El muestreo no probabil�stico es una t�cnica de muestreo donde las muestras se recogen en un proceso que no brinda a todos los individuos de la poblaci�n iguales oportunidades de ser seleccionados.

RESULTADOS Y DISCUSI�N

Cap�tulo IV- An�lisis y presentaci�n de resultados

Luego del an�lisis de los instrumentos de recolecci�n de datos aplicado a los diferentes estamentos de la instituci�n en estudio, a continuaci�n, se presenta los resultados de la investigaci�n conforme a las variables estudiadas:

Los resultados de las puntuaciones resultan de la siguiente sumatoria: Puntuaci�n General: 17 preguntas por 153 sujetos encuestados y 3 niveles de opci�n respuesta. Totalizando as�: 7.803 puntos posibles, si es que todos optan por el nivel m�ximo 3, en su respuesta.

Los an�lisis se efect�an primeramente por dimensi�n en tablas y luego en gr�ficos de manera a establecer e interpretar sus principales relaciones. En ese sentido, se ha aplicado el an�lisis estad�stico en su perspectiva descriptiva, como instrumento t�cnico especializado para caracterizar las dimensiones de cada variable. Por �ltimo, se realiza un an�lisis general, con miras a una armonizaci�n global de los resultados de las dimensiones investigadas de la variable principal.

Las puntuaciones se agrupan por dimensi�n, subdimensi�n e indicador, seg�n la opci�n, d�nde: 1: Nunca 2: A veces; 3: Siempre.

�  Respecto a la variable: Influencia de la vocaci�n docente en el aprendizaje de los alumnos.

Figura 1. Distribuci�n de los puntajes en porcentajes, relacionados a la Dimensi�n1: �Influencia de la vocaci�n docente en el aprendizaje de los alumnos�, agrupadas por subdimensiones seg�n opciones de respuestas.

Al efectuar un an�lisis enfocado a la subdimensi�n:� proceso de articulaci�n y� sus indicadores: Vocaci�n, Aptitudes, Voluntad, Conocimiento, Desempe�o y Rendimiento en el trabajo; seg�n la escala de valoraci�n, se observa un rango de afirmativo de tres niveles en primer lugar la opci�n siempre el porcentaje m�s relevante que corresponde� a la estructura de cada nivel y los dem�s indicadores en porcentajes positivos interiores, evidenci�ndose un nivel alto de la escasa respecto a la variable influencia de la vocaci�n docente en el aprendizaje de los alumnos.

En concordancia con lo expuesto (�lvarez, 1995), al referirse a la Orientaci�n Vocacional tambi�n como un proceso de desarrollo de la carrera a lo largo de la vida de las personas afirma a que est� presente en los diferentes contextos en que se encuentren �stas, a saber

�  El Educativo: que abarca el per�odo formativo, es decir la preparaci�n para la vida laboral y que se desarrolla fundamentalmente en el contexto escolar y comunal.

�  Dentro de este contexto la Orientaci�n Vocacional desarrolla diferentes acciones con el estudiantado, padres, madres, personas encargadas y docentes con el fin de favorecer el desarrollo integral del estudiantado y dentro de �ste el vocacional.

El Organizacional: incluye el per�odo de desempe�o laboral que tiene lugar en el centro de trabajo y en el cual se dan gran parte de las experiencias de las personas relacionadas precisamente con el trabajo, el cual cumple una doble funci�n, tanto a nivel individual como social, de ah� su importancia.

�  Respecto a la variable: Acompa�amiento de padres o tutores con los docentes para el logro del aprendizaje

Figura 2. Distribuci�n de los puntajes en porcentajes, relacionados a la Dimensi�n 2: �Acompa�amiento de padres o tutores con los docentes para el logro del aprendizaje�, agrupadas por subdimensiones seg�n opciones de respuestas.

Al efectuar un an�lisis enfocado a la variable: �Acompa�amiento de padres o tutores con los docentes para el logro del aprendizaje� y sus indicadores:� Actitud de confianza entre docentes-padres -alumnos, relaci�n comunicativa docente-alumno, relaci�n comunicativa padres de familia -profesores/as, estrategias de ense�anza, necesidades del profesorado , tales como necesidades tecnol�gicas y conectividad de los alumnos,� seguido del indicador apoyo de padres y experiencias familiares, seg�n la escala de valoraci�n, se observa un rango de afirmativo superior al 60%, lo que contrastando con la teor�a, entre otros autores, se puede afirmar que, s�lo como consecuencia de la p�rdida de ciertas funciones (econ�micas y pol�ticas, entre otras), la familia ha podido encontrar su funci�n o funciones propias y que justamente por ello ha tambi�n aumentado su importancia social (Tyrell, 2017).

De esta manera, pensar en las pr�cticas educativas es pensar en m�ltiples dimensiones: los actores primarios del hecho educativo (los docentes facilitadores, padres-madres de familia, actores comunitarios, otros), es pensar en los contenidos a comunicar o compartir, en los objetivos que se propone la acci�n educativa, en las formas organizativas que adquiere la tarea de ense�ar y aprender, en los contextos donde se desarrolla; es pensar tambi�n en los recursos utilizados para comunicar el conocimiento. Pero fundamentalmente, es considerar la dimensi�n significativa de esta pr�ctica, es decir, en la potencialidad de una construcci�n intersubjetiva de sentidos que para el caso particular de la investigaci�n de donde surge este art�culo, est� vinculada con los prop�sitos que definen las pr�cticas educativas en la promoci�n del desarrollo familiar (Ospina Botero y Montoya Pavas, 2017).

Esta consideraci�n, expuesta por el mismo autor, por las pr�cticas educativas implementadas con las familias pone al descubierto experiencias exitosas y con un valioso impacto que, en una tarea sencilla y comprometida por parte de las instituciones, no ha sido suficientemente valorada y dimensionada en sus riquezas pedag�gicas y que en �ltimas se pueden convertir en puntos de referencia para las instituciones pertinentes en el tema.

De esta forma, se comprende que la familia es aquel escenario que introduce a los miembros m�s peque�os en el mundo de la socializaci�n, por lo que para lograr que los individuos interioricen normas, pautas de convivencia y se comuniquen de manera asertiva, es importante primero que estas se vivan y sean fomentadas al interior de la familia, por lo que es importante que las familias compartan diferentes espacios de interacci�n donde se repliquen estos elementos (Ospina Botero y Montoya Pavas 2017).

�  Respecto a la variable: Sentido de la vocaci�n y la profesi�n del docente en el marco de la retenci�n del alumno.

 

 

 

Figura 3. Distribuci�n de los puntajes en porcentajes, relacionados a la Dimensi�n 3: �Sentido de la vocaci�n y la profesi�n del docente en el marco de la retenci�n del alumno�, agrupadas por subdimensiones seg�n opciones de respuestas

 

Al efectuar un an�lisis enfocado a la subdimensi�n Sentido de la vocaci�n y la profesi�n del docente en el marco de la retenci�n del alumno�, con sus indicadores: Estrategias de ense�anza, fracaso escolar, motivaci�n, intervenci�n de organismo del estado, �xito escolar y condici�n econ�mica no se ha alcanzado un nivel adecuado del 60% del estamento estudiantil

de los indicadores mencionados lo que evidencia la existencia de la necesidad de mayor sentido de la vocaci�n y la profesi�n del docente en el marco de la retenci�n del alumno de la instituci�n en estudio.

Es indiscutible que la calidad educativa, y particularmente los resultados educativos de los estudiantes, son aspectos complejos donde intervienen variedad de factores provenientes del propio estudiante, del profesor, del curr�culo y de las pol�ticas educativas, entre otros (Mart�nez, 2004; Vald�s, Ur�as, Carlos y Tapia, 2009, mencionado por (Vald�s Cuervo y Ur�as Murrieta, 2011); as� mismo, se reconoce la influencia de los factores contextuales de los estudiantes, en especial los referidos al nivel socioecon�mico y el capital cultural de la familia.

En las �ltimas d�cadas, la investigaci�n educativa ha aportado un n�mero creciente de evidencias sobre la importancia que la cooperaci�n entre familia y centro escolar tiene para el logro de buenos resultados educativos. En los a�os 80, los estudios enmarcados en el movimiento de eficacia escolar otorgaron protagonismo a esta cuesti�n, al determinar que uno de los rasgos que caracteriza a las escuelas de �xito es que cuentan con familias que muestran una fuerte implicaci�n en la vida escolar de sus hijos e hijas y que tienden a participar activamente en los centros educativos (Mortimore et al., 1988, mencionado por G�lvez y Bertran, 2017).

CONSIDERACIONES FINALES

Por tanto, respecto a la influencia de la vocaci�n docente en el aprendizaje de los alumnos, en lo que se ha determinado establecer los indicadores de vocaci�n, aptitudes, voluntad, conocimiento y desempe�o del docente, rendimiento en el trabajo, se ha observo un nivel recurrente de la opci�n siempre con 59%, 61%, en igual porcentaje del estamento docente y padres el 61% y el 73% de evaluador y director, los dem�s indicadores en porcentajes positivos interiores a estos porcentajes, evidenci�ndose un nivel alto respecto a la variable influencia de la vocaci�n docente en el aprendizaje de los alumnos, indicando la gran influencia la vocaci�n del docente, que a trav�s de su desempe�o laboral en el trabajo puede incluir en los estudiantes, permitiendo su retenci�n, cumpliendo su labor social y permitir la graduaci�n del escolar.

A partir de ese momento, muchos trabajos han se�alado que la colaboraci�n tiene efectos beneficiosos no solo para los estudiantes, sino tambi�n para las familias y para las propias escuelas, como muestran diversas revisiones de investigaci�n realizadas al respecto (Halgunseth et al., 2009, mencionado por G�lvez y Bertran, 2017).

En cuanto al acompa�amiento de padres o tutores con los docentes para el logro del aprendizaje, con sus indicadores: actitud de confianza entre docentes-padres -alumnos, relaci�n comunicativa docente-alumno, relaci�n comunicativa padres de familia -profesores/as, estrategias de ense�anza, necesidades del profesorado , tales como necesidades tecnol�gicas y conectividad de los alumnos,� seguido del indicador apoyo de padres y experiencias familiares, seg�n la escala de valoraci�n, se observa que el Nivel 3 de la Escala: (Siempre) es la opci�n m�s recurrente de los encuestados; ubic�ndose as� en primer lugar, lo que existe un alto nivel de estrategias de ense�anza implementada por los docentes para evitar el fracaso escolar, as� tambi�n se ha observado la intenci�n de padres, a trav�s de la motivaci�n a sus hijos para proseguir con sus estudios, en ning�n caso se ha observado o no ha existido necesidades de la intervenci�n de organismos del estado como la� o Fiscal�a para recurar al alumnos, siendo que hasta la fecha no existe abondo escolar, en cuanto a la situaci�n socioecon�mica de los mismos es mantiene en un rango medio.

De esta manera se ajusta a lo expuesto por los autores como (Ospina Botero y Montoya Pavas, 2017), donde exponen que pensar en las pr�cticas educativas es pensar en m�ltiples dimensiones: los actores primarios del hecho educativo (los docentes facilitadores, padres-madres de familia, actores comunitarios, otros), es pensar en los contenidos a comunicar o compartir, en los objetivos que se propone la acci�n educativa, en las formas organizativas que adquiere la tarea de ense�ar y aprender, en los contextos donde se desarrolla; es pensar tambi�n en los recursos utilizados para comunicar el conocimiento. Pero fundamentalmente, es considerar la dimensi�n significativa de esta pr�ctica, es decir, en la potencialidad de una construcci�n intersubjetiva de sentidos que para el caso particular de la investigaci�n de donde surge este art�culo, est� vinculada con los prop�sitos que definen las pr�cticas educativas en la promoci�n del desarrollo familiar.

Respecto al sentido de la vocaci�n y la profesi�n del docente en el marco de la retenci�n del alumno, estudiando los indicadores como estrategias de ense�anza, fracaso escolar, motivaci�n, intervenci�n de organismo del estado, �xito escolar y condici�n econ�mica, seg�n la escala de valoraci�n, se ha observado que el nivel 3 de la Escala: (Siempre) es la opci�n m�s recurrente de los encuestados; ubic�ndose as� en primer lugar. Sin embargo, no se ha alcanzado un nivel adecuado del 60% del estamento estudiantil de los indicadores mencionados lo que evidencia la existencia de la necesidad de mayor sentido de la vocaci�n y la profesi�n del docente en el marco de la retenci�n del alumno de la instituci�n en estudio.

De esta manera se ha llegado a la conclusi�n confirmando la hip�tesis que plantea: La vocaci�n docente, el acompa�amiento coordinado de padres o tutores con los docentes y organismos del estado influyen de manera positiva en el aprendizaje de ni�os/as de la Escuela B�sica N� 578 �Defensores del Chaco�, San Lorenzo Pilar, a�o 2020-2021, en tiempo de pandemia.

�As� como se�ala (Marqu�s, 2004), explicando� que el docente es una persona que recurre en sus funciones con buenas pr�cticas que le permiten lograr buenos resultados, proyectados a una formaci�n de calidad; es una persona activa, con habilidades sociales que promueve la participaci�n de los estudiantes en procesos de ense�anza aprendizaje; es capaz de transmitir una disciplina de superaci�n ante las dificultades, y es persistentes en el logro de soluciones; es creativo, reflexivo, cr�tico y promueve este pensamiento; es capaz de crear situaciones y contextos que se aproximen a la realidad que viven los estudiantes y tambi�n a la de los contextos laborales; utiliza una gran variedad de estrategias did�cticas, implicando diversidad de recursos que faciliten los procesos de ense�anza-aprendizaje, por lo tanto,� debe ser� un profesional capaz de reflexionar cr�ticamente su propia pr�ctica pedag�gica, en busca de guiar a sus estudiantes al logro de competencias necesarias para la inserci�n en la sociedad en permanente evoluci�n, que demanda competencias docentes que se configuran desde lo humano y lo profesional.

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