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EL IMPACTO DE LA EDUCACIÓN
SOCIOEMOCIONAL Y LA PARTICIPACIÓN
DE PADRES EN EL RENDIMIENTO
ACADÉMICO DE ADOLESCENTES
THE IMPACT OF SOCIO-EMOTIONAL EDUCATION AND
PARENT INVOLVEMENT ON THE ACADEMIC
PERFORMANCE OF TEENAGERS
Oliva Alejandra Ramírez Bautista
Secretaría de Educación Pública del Estado de Campeche UNIVES
pág. 1720
DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v8i4.12412
El Impacto de la Educación Socioemocional y la Participación de Padres
en el Rendimiento Académico de Adolescentes
Oliva Alejandra Ramírez Bautista
1
alejandraramirez_bautista@hotmail.com
Directora de secundaria, en la modalidad de Telesecundaria
Secretaría de Educación Pública del Estado de Campeche
UNIVES
RESUMEN
La presente investigación, examinó la importancia de la educación socioemocional en los adolescentes
y la participación de los padres de familia o tutores en su desarrollo emocional y rendimiento
académico. Para ello, se empleó la metodología de estudio de teorías, con paradigma interpretativo, bajo
el enfoque cualitativo; con la finalidad, de describir la relación que existe entre el involucramiento de
los padres de familia y docentes en la enseñanza de la educación socioemocional en la etapa de la
adolescencia y así construir un precedente para formular estrategias y de esta manera mejorar el
rendimiento académico de los estudiantes. Entre las conclusiones, se determina que los padres de familia
y/o tutores, deben ser concientes de que la escuela les permitirá que sus hijos mejoren sus condiciones
y calidad de vida; es decir, que les va ser de utilidad en el presente, pero sobretodo en su futuro. Para
ello, deben de estar informados que el aspecto socioemocional del alumno influye de manera
determinante en su éxito académico.
Palabras clave: emoción, educación socioemocional, inteligencia emocional, rendimiento académico,
adolescentes
1
Autor principal
Correspondencia: alejandraramirez_bautista@hotmail.com
pág. 1721
The Impact of Socio-Emotional Education and Parent Involvement on the
Academic Performance of Teenagers
ABSTRACT
The present research examined the importance of social-emotional education in adolescents and
parental involvement in their emotional development and academic performance. For this, the
theoretical study methodology was used, with an interpretive paradigm, under the qualitative approach;
with the purpose of describing the relationship that exists between the involvement of parents and
teachers in the teaching of socio-emotional education in the stage of adolescence and thus build a
precedent to formulate strategies and thus improve the academic performance of students. Among the
conclusions it is determined that parents must be aware that the school will allow their children to
improve their conditions and quality of life; that is, it will be useful to them in the present, but above
all in their future. To do this, they must be informed that the student's socio-emotional aspect decisively
influences their academic success.
Keywords: emotion, socio-emotional education, emotional intelligence, academic performance,
adolescents.
Artículo recibido 28 junio 2024
Aceptado para publicación: 15 julio 2024
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INTRODUCCIÓN
Nuestro país está apostando por un nuevo Plan y Programas de estudio de la educación básica 2022;
tomando como pilar, el proyecto educativo de la Nueva Escuela Mexicana (NEM). El cual, tiene un
“enfoque crítico, humanista y comunitario para formar estudiantes con una visión integral; es decir,
con la NEM se desea formar personas capaces de conducirse como ciudadanos autónomos con sentido
humano y crítico para construir su propio futuro en sociedad(Secretaría de Educación Pública , 2023).
Ante ello, es importante indicar que la NEM, tiene como eje rector el artículo de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos; el cual, se rige bajo los siguientes principios filosóficos:
obligatoria, universal, inclusiva, pública, equitativa, laica, democrática, gratuita, nacional, intercultural,
será de excelencia, humanista e integral. Mencionado artículo, señala que la educación será integral;
ya que, “educará para la vida, con el objeto de desarrollar en las personas capacidades cognitivas,
socioemocionales y físicas que les permitan alcanzar su bienestar” (Cámara de Diputados del H.
Congreso de la Unión, 2024).
Asimismo, la Ley General de Educación; en el capítulo VII (de la educación humanista), el artículo 59,
indica: “la educación que imparta el Estado promoverá un enfoque humanista, favorecerá en el
educando sus habilidades socioemocionales que permitan adquirir y generar conocimientos, fortalecer
la capacidad para aprender a pensar, sentir, actuar y desarrollarse como persona integrante de una
comunidad” (Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión, 2024).
Por otra parte, el sentido humano, implica el reconocimiento, cuidado, protección y desarrollo de la
dignidad de Niñas, Niños y Adolescentes (NNA). Es decir, que las relaciones que se construyen en la
escuela y fuera de ella con las personas, el saber, la ciencia, el medio ambiente, la sociedad, la tierra,
la tecnología, así como el mundo en general, se realizan a partir de la responsabilidad que se asuma
hacia estos ámbitos de la vida (Secretaría de Educación Pública, 2022)
En ese sentido, el Plan de Estudios de la educación básica 2022, indica que: “la escuela debe de formar
NNA felices; ciudadanos críticos del mundo que les rodea, emancipados capaces de tomar decisiones
que beneficien sus vidas y las de los demás” (Secretaría de Educación Pública, 2022). Con la finalidad
de materializar la norma vigente ya expuesta, la presente investigación tiene como objetivo examinar
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la importancia de la educación socioemocional en los adolescentes y la participación de los padres de
familia o tutores en su desarrollo emocional y rendimiento académico.
Ya que, “una buena educación emocional no sólo daría lugar a personas más felices y satisfechas sino
también aumentaría la capacidad de colaboración social” (Reynoso Angulo, 2023). Como se ha venido
analizando, la educación socioemocional se ha convertido en un componente esencial para la formación
académica de los adolescentes; debido a que, influye en su bienestar emocional, así como también en
su rendimiento académico y su desarrollo personal.
Por su parte, la participación de los padres de familia o tutores es un elemento sustancial para maximizar
los beneficios de la educación socioemocional. Sin embargo, a pesar de la creciente importancia
atribuida a estas áreas, existe una necesidad apremiante de comprender más a fondo las experiencias
de los adolescentes en relación con la educación socioemocional y la participación de los padres.
Además, es esencial identificar las barreras y facilitadores que afectan su participación en el contexto
escolar.
Es de suma importancia, resaltar lo que el Plan de Estudios de la educación básica 2022 establece; es
necesario, promover una educación que forme ciudadanos, que construyan relaciones para el bienestar
y el buen trato. Lo que implica, el reconocimiento y derecho a estar bien corporal, mental, emocional,
afectiva, sentimental y espiritualmente en todos los espacios de convivencia, ya sea que se trate de
estudiantes, docentes, familias, entre otros.
Por ello, la importancia de incluir a las familias en el proceso educativo de los estudiantes; ya que, en
ella se refuerza lo adquirido en la escuela, además de que son el vínculo para la formación emocional
de los estudiantes. No hay que olvidar, que el ser humano posee conocimientos que son aprendidos
desde el núcleo familiar y con frecuencia los padres de familia repiten patrones de conducta; los cuales,
muchas veces necesitan ser reorientados o reformados para que sus hijos posean una mejor inteligencia
emocional.
Incluso, la nueva propuesta pedagógica; tiene como referente, integrar a la comunidad y como centro
la educación integral y entre sus principios se encuentra la responsabilidad ciudadana; ¿cómo
podríamos tener una responsabilidad ciudadana, sino incluimos a las familias en este proceso? No es
ilusorio pensar, que sólo de esta manera se podrían lograr los objetivos planteados por la NEM y así
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contribuir a formar estudiantes emocionalmente inteligentes para que ejerzan una ciudadanía de manera
crítica.
Entonces, “los estudiantes emocionalmente inteligentes poseen mejores niveles de ajuste
psicológico y bienestar emocional. Tienen mejores habilidades sociales, lo que facilita las
relaciones con los profesores, compañeros y familia; asimismo, presentan un mejor
rendimiento académico y pueden enfrentar mejores las situaciones de estrés a diferencia
de aquellos que poseen escasas habilidades emocionales, quienes es probable que
presenten tensión y dificultades emocionales durante sus estudios” (Secretaría de
Educación Pública de Hidalgo, 2021)
En efecto, el bienestar socioemocional está intrínsicamente ligado al rendimiento académico y al
desarrollo general de los adolescentes. Comprender cómo estos factores interactúan permite establecer
estrategias más efectivas en la educación y el apoyo a los estudiantes. Por otra parte, el fomento y la
participación de los padres, favorece a identificar barreras y facilitadores que afectan su participación
en la educación socioemocional; así como, establecer estrategias más efectivas que las involucren en
el proceso educativo.
De modo que, el rendimiento académico:
permite evaluar la eficacia y calidad de los procesos educativos de los estudiantes, mismos
que son el resultado de los esfuerzos de las instituciones educativas, y específicamente de
los docentes, convirtiéndolo así en un indicador y guía de procesos y productos de un
sistema educativo y un rol docente, así como la toma de decisiones a partir de la
cualificación (Basto Ramayo, 2017).
Así mismo el rendimiento académico:
“es el resultado de la integración y asimilación del proceso de estudio y se expresa a través
de los resultados académicos o calificaciones obtenidas esto implica medir el aprendizaje
en función de los resultados y no necesariamente del esfuerzo académico, lo que a veces
puede llevar a una significativa frustración, especialmente entre los estudiantes que
enfrentan dificultades emocionales y/o conductuales que afectan negativamente su
rendimiento” (Instituto Superior de Estudios Psicológicos, 2024)
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Cabe destacar que un aspecto crucial que influye en el rendimiento escolar de los alumnos; es el
ambiente familiar. En el que, se difunden el interés en diversos aspectos tales como culturales,
académicos, deportivos; motivando de esta manera a sus hijos para que adquieran compromisos en las
actividades académicas, debido a que son pilar para atender el aspecto emocional y apoyarlos en las
actividades escolares. Por ello, se puede deducir que en el “rendimiento académico de los alumnos
influyen aspectos multifactoriales: personales, familiares y sociales” (Ramirez Bautista, 2022).
Como se puede observar, en el rendimiento académico, están asociados los factores personales; por
ello, resulta imprescindible destacar que la adolescencia, es una etapa en la vida en la que se requiere
orientación, apoyo y acompañamiento constante de las personas adultas. Con la finalidad de que tomen
decisiones que les beneficien en una vida futura. Ya que, en esta etapa viven cambios emocionales,
físicos, psicológicos, entre otros. Sin embargo, actualmente se observa que las familias presentan
diversos problemas y que la mayoría de las veces afectan directamente a los hijos.
Cabe señalar que la literatura indica, datos sobre los adolescentes en el que señala que es un periodo
que comprende de:
“10-14 años. Es esencialmente una época de cambios. Lo acompañan enormes
variaciones físicas y emocionales, en el proceso de transformación del niño o la niña en
adulto, que es preciso enfrentar. Se adquieren nuevas capacidades, tienen necesidades
objetivas y subjetivas específicas determinadas por su edad” (Borrás Santisteban, 2014).
Como bien se sabe, la adolescencia es una etapa en el que el ser humano enfrenta vulnerabilidad, por
los diversos cambios tanto físicos como psicológicos que presentan; es por ello, que en ella se viven
situaciones de riesgo y pueden repercutir gravemente en el proyecto de vida. Por tal motivo, los
profesores son agentes indispensables para formar ciudadanos responsables. Ya que, la adolescencia es
una etapa de “oportunidad, es el tiempo en que es posible contribuir a su desarrollo, a ayudara a
enfrentar los riesgos y vulnerabilidades, así como prepararlos para que sean capaces de desarrollar sus
potencialidades” (Borrás Santisteban, 2014).
Por ello, surge la inquietud de investigar la presente problemática; resultante, de las situaciones que se
viven de manera cotidiana en los planteles escolares; muchas veces, ocasionado por las diversas
situaciones que viven los estudiantes en sus familias, tales como el divorcio de los padres, el
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alcoholismo, o la falta de atención de sus progenitores, delegación de responsabilidades a familiares,
permisividad, falta de reglas en casa, entre otras.
Ante esta situación, en las aulas se observa bajo rendimiento escolar, carencia de control de
emociones, poco compromiso con las actividades educativas, falta de motivación por las actividades
académicas, conductas desafiantes, dificultades para respetar reglas. Por tal motivo, se deduce que es
urgente que los adolescentes, cuenten con bases de inteligencia emocional; con la finalidad, de manejar
de manera asertiva las situaciones que viven de manera cotidiana, así como también para empezar a
tener una visión más amplia y responsable y de esta manera se forme a ciudadanos de manera integral.
Debido a que es de suma importancia, “Proporcionar a los jóvenes las herramientas que necesitan para
mejorar sus vidas, y motivarlos a participar en las iniciativas que buscan mejores condiciones para sus
comunidades, equivale a fortalecer sus sociedades” (Borrás Santiesteban, Reynaldo Borrás, y López
Domínguez, 2017); esto, con la finalidad de formar mejores ciudadanos y así tengan una mejor calidad
de vida, en una sociedad que tanto lo necesita.
Por ello, la presente investigación busca analizar la relación entre la educación socioemocional, y el
bajo rendimiento académico y cómo la participación de los padres puede contribuir a mejorar los
resultados escolares; esto con la finalidad, de establecerlo como antecedente para formular estrategias
que las involucren en el proceso educativo y de este modo contribuir de manera efectiva con los
propósitos educativos establecidos en la legislación mexicana.
Ante ello, es preciso indicar que los alumnos carecen de control emocional lo cual está repercutiendo
en su desempeño escolar. Ya que, se observan conductas tales como llanto repentino, cambios de humor,
señalizaciones de problemáticas familiares, inestabilidad al participar en actividades académicas; es
decir, existen días en que están completamente comprometidos y al día siguiente ya no quieren nada y
cuándo se ha solicitado la presencia de los padres de familia; estos por lo general, en lugar de alentar
al estudiante la respuesta principal es: “lo voy a sacar de la escuela”; evidenciando claramente, la falta
de compromiso de sus hijos hacia las actividades académicas.
Cabe señalar, que la presente investigación empleó la metodología de estudio de teorías, con paradigma
interpretativo, bajo el enfoque cualitativo; con la finalidad, de describir la relación que existe entre el
involucramiento de los padres de familia y docentes en la enseñanza de la educación socioemocional en
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la etapa de la adolescencia y así construir un precedente para formular estrategias y de esta manera
mejorar el rendimiento académico de los estudiantes. La forma, en que se realizó la investigación
consistió en analizar distintos autores que han estudiado respecto al ámbito; con ello, atender al
adolescente de manera integral como lo estipula la legislación mexicana y el avance de los
descubrimientos científicos.
MARCO TEÓRICO
En la actualidad, se observan y se viven a diario diferentes problemas sociales; los cuales, la mayoría
de las veces repercuten directamente en la escuela, en el que se ve afectado el rendimiento escolar de
los alumnos; debido a que, los estudiantes presentan problemas para comprender, socializar, controlar
sus impulsos, realizar un proyecto de vida, entre otros. Porque, la mayoría de las personas no estamos
preparadas para enfrentar las diversas situaciones que se nos presentan. Por ello, la importancia de
aprender a controlar nuestras emociones y la escuela es un espacio propicio para trabajar con esta
temática.
Por emoción se entiende, “alteración del ánimo intensa y pasajera, agradable o penosa, que va
acompañada de cierta conmoción somática” (Real Academia Española, 2014). De igual forma, “es un
estado complejo del organismo caracterizado por una excitación o perturbación que predispone a una
respuesta organizada. Las emociones se generan habitualmente como una respuesta a un
acontecimiento externo o interna” (Alzina, 2015).
Por otra parte:
una emoción es una respuesta compleja del organismo, que incluye un aspecto
neurofisiológico (taquicardia, hipertensión, secreción de hormonas y neurotransmisores,
etc.), una dimensión comportamental (expresión de la emoción experimentada a través de
la cara y el lenguaje corporal) y Una dimensión cognitiva que permite tomar conciencia
de las emociones que estamos experimentando. Esto último hace posible gestionar
nuestras emociones de forma apropiada. Pero para que esto sea así, se requiere formación
(Bisquerra, 2018).
Por tal motivo, la importancia de esta temática; ya que, como señala Rafael Bisquerra la educación
emocional es una innovación educativa que se justifica en las necesidades sociales. La finalidad es el
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desarrollo de competencias emocionales que contribuyan a un mejor bienestar personal y social”
(Bisquerra Alzina, 2003). No hay que olvidar, que la educación no es estática; además, de que debemos
responder a las necesidades sociales, esto con la finalidad de formar ciudadanos integrales; ya que,
como docentes se tiene el deber de atender a los estudiantes de manera integral.
Por tal motivo, como profesionales de la educación se tiene la responsabilidad de cumplir con la
normativa vigente; para que, los estudiantes alcancen el perfil de egreso de la educación básica; por
ello, un aspecto crucial del trabajo educativo del personal docente es “reconocer los principales
procesos del desarrollo y aprendizaje infantil o adolescente (físico, cognitivo, lingüístico y
socioemocional), como base de una intervención pedagógica centrada en las posibilidades de
aprendizaje de las alumnas y los alumnos” (Secretaría de Educación Pública, 2022).
Es por ello, que se debe de formar a los estudiantes en esta área de su vida; es decir, para que aprendan
a controlar sus emociones; ya que, a diario se enfrentan a diversas situaciones y las deben de resolver
de manera asertiva; para ello, se puede inferir que se debe de actuar de manera inteligente. Ya que, la
inteligencia es la habilidad para resolver problemas o la habilidad para hacer cosas valoradas por lo
menos en una cultura (Gardner, 1983, como se citó Ernst Slavit, 2001).
Porque, “todas las emociones tienen alguna función que les confiere utilidad y permite que el sujeto
ejecute con eficacia las reacciones conductuales apropiadas. Incluso las emociones más desagradables
tienen funciones importantes en la adaptación social y el ajuste personal” (Chóliz, 2005). Es por ello,
que resulta imprescindible que los estudiantes aprendan a conocer sus emociones para tener una vida
más plena y de esta manera formar ciudadanos con una visión crítica e integral.
Para ello, conviene subrayar que aún no hay una clasificación concluyente de las emociones; sin
embargo, el psicólogo Paul Ekman citado en Secretaría de Educación Pública , 2021, “…llegó a la
conclusión…las personas experimentamos 6 emociones universales… las cuales son: felicidad, enojo,
asco, sorpresa, tristeza y miedo. También se les ha denominado como emociones básicas o primarias,
y constituyen los elementos fundamentales de la vida emocional".
La educación socioemocional se ha convertido en un área de interés creciente en el campo de la
educación, especialmente en lo que concierne al desarrollo emocional y académico de los adolescentes.
En ese sentido, la participación de los padres o tutores juega un papel crucial en el apoyo y la
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facilitación del crecimiento socio emocional de sus hijos. Por tal motivo, el presente marco teórico
proporciona una revisión de la literatura sobre los aspectos de la educación socioemocional en la
adolescencia y el impacto de la participación de los padres en dicho proceso.
Además, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud,
“la salud mental es un estado de bienestar mental que permite a las personas hacer frente
a los momentos de estrés de la vida desarrollar todas sus habilidades, poder aprender y
trabajar adecuadamente y contribuir a la mejora de su comunidad. Es parte fundamental
de la salud y el bienestar que sustenta nuestras capacidades individuales y colectivas
para tomar decisiones, establecer relaciones y dar forma al mundo en el que vivimos.
La salud mental es, además, un derecho humano fundamental. Y un elemento esencial
para el desarrollo personal, comunitario y socioeconómico” (Organización Mundial de
la Salud, 2022).
Por otra parte, el artículo 4º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, asegura que
quienes viven y transitan en la república mexicana tienen derecho a proteger su salud. Esta debe
abordarse desde una perspectiva holística, pues implica un estado completo de bienestar que
comprende dimensiones física, cognitiva, emocional, espiritual y social de las personas; la falta de
alguna de estas impacta de manera negativa en la actitud y la interacción de sus responsabilidades y
actividades cotidianas (como se citó en Secretaría de Educación Pública, 2024).
Cabe señalar, que “las habililidades sociales y emocionales hacen parte del constructo de inteligencia
emocional” (Goleman,1995; como se citó en Gutiérrez Torres y Buitrago Velandia, 2019). Existen
algunos conceptos clásicos de la inteligencia, los cuales son los siguientes:
“1.- Existe una inteligencia con varios factores; no varias inteligencias.
2.- La inteligencia es estable a lo largo de la vida; no se puede cambiar.
3.- La inteligencia se puede medir con pruebas objetivas (test de inteligencia)” (Bisquerra Alzina,
2015). Sin embargo, se puede señalar que esa definición ha sido criticada y existen diversas
investigaciones que contraponen la idea anterior.
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En definitiva, el tema de inteligencia emocional ha sido de gran interés; en 1997 Mayer y Salove,
indicaron:
“La inteligencia emocional implica la habilidad de percibir, valorar y expresar las
emociones con exactitud; la habilidad para acceder y/o generar sentimientos que faciliten
el pensamiento; la habilidad para comprender la emoción y el conocimiento emocional y
la habilidad para regular las emociones que promueven el crecimiento emocional e
intelectual” (como se citó, en Fernández Berrocal, 2020).
Por su parte, Goleman señala que los componentes de la inteligencia emocional son: autoconocimiento,
autocontrol, automotivación, empatía y habilidades sociales y los elementos fundamentales de la
inteligencia emocional son: aprender a reconocer, canalizar y dominar sus propios sentimientos y
empatizar y manejar los sentimientos que aparecen en sus relaciones con los demás(Goleman, 1995).
Es importante indicar, que esas habilidades emocionales pueden forjarse.
Por otro lado, resulta indispensable señalar la teoría propuesta por Howard Gardner, en el que se
reconoce las inteligencias múltiples; derivado del reconocimiento de la diversidad de habilidades y
capacidades de los seres humanos. Para este autor, existen doce tipos de inteligencias bien definidas;
cada una de ellas, se distingue por habilidades y capacidades particulares, en el que se puede apreciar
y desarrollar la diversidad de capacidades humanas en el aprendizaje de los distintos aspectos de la vida.
Los cuales son: inteligencia lingüística- verbal, inteligencia musical, inteligencia lógico- matemática,
inteligencia corporal cinestésica, inteligencia espacial, inteligencia naturalista, creativa, colaborativa,
inteligencia intrapersonal e interpersonal(La Universidad en Internet, 2024).
Cabe señalar, que estas dos últimas hacen referencia a la inteligencia emocional. Para ello, es importante
indicar, que la inteligencia intrapersonal según Howard Gardner, hace referencia a la “capacidad para
desarrollar un conocimiento profundo de uno mismo y la inteligencia interpersonal, es la capacidad para
relacionarse con los demás, tomando como base la empatía y la interacción social” (La Universidad en
Internet, 2024). Según, Howard Gardner, la unión de estás inteligencias da como resultado la
inteligencia emocional. Por otra parte, es preciso indicar, que la inteligencia interpersonal está
estrechamente vinculada con las relaciones sociales, el cual es elemento crucial para las instituciones
educativas, por eso la importancia de fortalecerla.
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Por otra parte, para la Real Academia Española, la inteligencia emocional “es la capacidad de percibir
y controlar los propios sentimientos y saber interpretar los de los demás”. Cabe señalar, que no existe
definición precisa para definir la inteligencia emocional. Ya que, los autores difieren respecto al
concepto; para algunos, es la capacidad de adaptación; para otros, es la capacidad de resolver
problemas, etc.
Sin embargo, a pesar de la controversia respecto a mencionado concepto; se concluye que, la
inteligencia emocional, es puente fundamental para una vida exitosa, porque el ser humano a diario se
enfrenta a diversas situaciones, éstas pueden ser positivas o negativas; directas, (que afectan a su
persona) o indirectas (que afectan a sus seres queridos); por ello, se puede deducir que lo más
importante es que las personas aprenda a canalizar sus emociones de manera proactiva y esto los va a
conducir a ser victoriosos. Por lo que, resulta fundamental señalar que: todas las personas pueden
aprender inteligencia emocional. Por tanto, todos pueden ser emocionalmente inteligentes” (Bisquerra
Alzina, 2015).
Por ello, la relevancia social de este tema, sobre todo durante la etapa de la adolescencia; ya que, es un
periodo crucial en el desarrollo humano, se caracteriza por cambios físicos, cognitivos, emocionales.
“Con frecuencia produce cambios en su autoimagen, en la seguridad en mismo, en las relaciones
sociales, en el estado de ánimo, etc. El estado de ánimo fluctúa al cambiar el ambiente social. Hay
conflictos entre los adultos, pero desaparecen a medida que renegocian los papeles, las reglas y las
expectativas” (Meece, 2001).
Según la teoría de Erik Erikson sobre las crisis de identidad, los adolescentes enfrentan la tarea de
desarrollar una identidad personal coherente y estable, lo que implica explorar y comprender sus
propias emociones y relaciones con los demás. Por tal motivo, las instituciones de las ideologías
culturales, políticas y religiosas, tienen la función importante de inspirar a los adolescentes en la
formación de su proyecto de vida, profesional e institucional (Bordignon, 2005). La adolescencia es el
período durante el cual ha de establecerse una identidad positiva dominante del yo (Sureda García,
1998).
De igual manera, la teoría del apego sugiere que las experiencias emocionales y las relaciones con los
cuidadores pueden influir en la forma en que los adolescentes manejan sus emociones y establecen
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relaciones en la vida adulta. La teoría del apego constituye una de las construcciones teóricas más
sólidas dentro del campo del desarrollo socioemocional (Oliva Delgado , 1995) y proporciona un marco
para comprender cómo estas experiencias influyen en la formación de la personalidad y las relaciones
interpersonales a lo largo de la vida.
Por ello, el papel que desempeñan los padres en el desarrollo socioemocional de los adolescentes
resulta crucial. Tal como lo señala, el modelo de Diana Baumrind sobre los estilos parentales, para
comprender cómo las diferentes formas de participación de los padres pueden influir en el bienestar
emocional y en el rendimiento académico de los adolescentes. “Baumrid sostiene que el proceso de
socialización llevado dentro de la familia influye en el desarrollo de competencias de los niños y
adolescentes” (García Zabala y Peraltilla Romero, 2019).
Por tal motivo, en este apartado se señalan algunos aspectos respecto al impacto de la educación
socioemocional y la participación de los padres en el rendimiento académico de los adolescentes.
Debido a que “las emociones, son una parte crucial e inevitable del proceso de aprendizaje” (Smith,
2019) y los procesos de socialización se producen fundamentalmente durante la infancia en el cleo
familiar y, por ende, “se considera que los modelos parentales influyen en el comportamiento de los
jóvenes determinando que el carácter integrativo o disruptivo se consolide en el desarrollo de sus
formas de interacción” (González Tarazona, López González, y Salazar Gómez, 2020). Ya que, “la
infancia y la adolescencia constituyen una auténtica aportunidad para asimilar los hábitos
fundamentales que gobernarán el resto de nuestas vidas” (Goleman, 1995).
Por tal motivo, se puede deducir que la educación socioemocional y la participación de los padres son
factores condicionantes para mejorar los resultados académicos de los estudiantes; como lo
demuestran, diversas intervenciones que han tenido resultados positivos. Por ello, se puede indicar que
existen organizaciones “dedicadas a la generación de conocimiento sobre el aprendizaje
socioemocional, confiable, de alta calidad y basada en evidencia” (Jorquera, 2022); tal es el caso de
CASEL (Collaborative for Academic, Social and Emotional Learning).
En el modelo de aprendizaje socioemocional que propone CASEL, se incluyen conocimientos,
habilidades y actitudes a través de cinco áreas de competencias en distintos escenarios. El aprendizaje
socioemocional y emocional (SEL) es una parte integral de la educación y el desarrollo humano; para
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ello, SEL promueve la equidad y la excelencia educativa a través de asociaciones auténticas entre la
escuela la familia y la comunidad, debido a que son parte de sistemas más amplios que dan forma al
aprendizaje, el desarrollo de experiencias; ya que, las diversas desigualdades que se dan entre los
estudiantes, afectan el aprendizaje social, emocional y académico de los jóvenes.
Por otra parte, se puede indicar los resultados positivos que tuvo el Programa de Aprendizajes en
Familia (PAF) en México, una experiencia piloto implementado en 11 escuelas de cinco Estados de la
República Chiapas, Durango, Nayarít y Veracruz; en escuelas ubicadas en comunidades con un común
denominador, todas con alto índice de marginación. El cual, buscaba “mejorar la calidad de la
educación y el logro educativo en las escuelas involucrando a las familias en la educación de sus hijos
(Centro Regional de Educación de Adultos y Alfabetización Funcional para América Latina, 2012); así
como también, el PAF “no sólo buscaba mejorar las habilidades de lectura y escritura de los
participantes, sino también promover el desarrollo de otras habilidades que sean necesarias para
acrecentar su logro educativo”.
Entre los avances y logros en el primer ciclo escolar del PAF, se observó que la mayoría de las escuelas
reportó un aumento en el puntaje de la prueba Evaluación Nacional del Logro Académico en Centros
Escolares (ENLACE); del mismo modo se observó, que él PAF ayudó a responder a las características
propias de cada comunidad escolar. Viéndose reflejada directamente en el fomento de la lectura, la
formación de comunidades de aprendizaje para tutorarse mutuamente y la creación de comunidades
letradas.
Otro de los programas que se puede mencionar, que ha tenido resultados positivos respecto a la
educación socioemocional y la participación de los padres; es el Programa Nacional de Convivencia
Escolar (PNCE); el cual, cuadyuva a que la educación que “imparte el Estado se promuevan con un
enfoque humanista, favorecerá en el educando sus habilidades socioemocionales que le permitan
adquirir y generar conocimientos, fortalecer la capacidad para aprender a pensar, sentir actuar y como
persona integrante de una comunidad” (Secretaría de Educación Pública , 2020).
Esto se puede evidenciar, en el Informe Nacional de Resultados, obtenido mediante el levantamiento
de información instrumentado por el PNCE, durante el ciclo escolar 2018- 2019; el cual, entre uno de
sus resultados menciona que es necesario “continuar tejiendo encuentros respetuosos entre la escuela
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y las familias del alumnado; de esta forma, se garantiza que el trabajo preventivo pueda respetarse al
interior de los hogares y ayuden a la escuela a reforzarlo y practicarlo más” (Secretaría de Educación
Pública, 2018- 2019).
De la misma manera, se puede indicar que otra de las fortalezas que se han obtenido del PNCE; es que
después de la implementación de los talleres y actividades, dirigidas a padres de familia, se ha
observado un impacto positivo, “puesto que se ha mejorado la calidad de las relaciones interpersonales
con los hijos; pero también entre los mismos padres, lo cual permite el establecimiento de redes de
colaboración las instituciones educativas” (Universidad Pedagógica de Durango, 2017).
En definitiva, el rol que juegan los padres respecto a la educación socioemocional y el impacto que
tienen para mejorar los resultados académicos en los estudiantes es crucial; tal como lo señala, el
informe emitido por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), titulado
equidad y calidad de la educación: ¿cómo apoyar a estudiantes y escuelas en desventaja?, en el cual
recomienda establecer “vinculación de las familias en los centros educativos”.
De ahí, la importancia de incluir a los tres actores principales de la educación: maestros, alumnos y
padres de familia; debido, a que muchas personas no saben identificar sus emociones; por ende, mucho
menos saben valorarlas o controlarlas. Aunado, a que no se está acostumbrado a hablar de ellas. Un
ejemplo, sencillo para comprobar lo expuesto anteriormente; el cliché de la respuesta, respecto a la
pregunta: ¿cómo te sientes? - Es bien.
Eso es sólo un ejemplo básico, pero ¿cuántas situaciones podemos cambiar en nuestras vidas, al
aprender a valorar nuestras emociones? Ya que, en la “valoración está presente el grado en que se
percibe el acontecimiento como positivo o negativo lo cual producirá emociones distintas. Las
emociones positivas, se valoran como un progreso hacia los objetivos. Cuando un acontecimiento, se
valora negativamente genera emociones negativas(Alzina, 2015).
“El proceso de evaluación entraña un conjunto de elementos relacionados con la toma de decisiones
que crean patrones de evaluación diferentes para cada una de las emociones. Cada emoción individual
se distingue por tener su propio patrón de componentes evaluativos” (Lazarus 1991, p. 39, como se citó
en Nussbaum, 2016). Es inevitable, pasar por momentos de angustia, enojo o estrés; lo importante, es
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como tomar ese momento, para que no nos afecte de manera severa y esto se puede lograr “a través de
la educación emocional, se puede cambiar el estilo valorativo” (Alzina, 2015).
Y por educación socioemocional, se entiende como “proceso educativo, continuo y permanente, que
pretende desarrollar el conocimiento sobre las propias emociones y las de los demás con el objeto de
capacitar al individuo para que adopte comportamientos que tengan presente los principios de
prevención y desarrollo humano(Bisquerra , Educación emocional y bienestar , 2000). Porque, “su
objetivo es el desarrollo de competencias emocionales, consideradas competencias básicas para la vida.
Es por tanto, una educación para la vida” (Alzina, 2015).
CONCLUSIONES
De esta manera, se puede determinar lo siguiente: para que los adolescentes tengan oportunidades
respecto a las experiencias con relación a la educación socioemocional; tal como lo establece la norma
vigente, específicamente el artículo 3º, el cual señala que la educación será integral. Es imprescindible,
que los docentes desarrollen estrategias que atiendan el aspecto socioemocional de los alumnos; para
ello, se recomienda que contemplen actividades a fin, dentro de sus planeaciones didácticas; es decir,
que no vean estas estrategias de manera aislada.
Ya que, “la educación socioemocional es como un tema transversal que habría de estar presente en
todas las materias a lo largo de todos los cursos. De ahí la importancia de la formación del profesorado
en educación socioemocional (Bisquerra, 2018)” y actualmente, con la metodología que se sugiere para
abordar los contenidos y los procesos de desarrollo y aprendizaje; siendo el de proyectos, es de suma
importancia diseñar este tipo de actividades, con la finalidad de que los estudiantes tengan más
experiencias en relación a la educación socioemocinal.
Particularmente, la modalidad de Telesecundaria que atiende dos tipos de proyectos; lo académico y lo
comunitario desde la autonomía, el humanismo y el pensamiento crítico. Los proyectos de integración
comunitaria; se construyen en cada territorio, desde problemáticas, intereses y/o aspiraciones
colectivas, se enfoca en tres territorios de reflexión acción: un proyecto comunitario, escolar y de aula.
Respecto a los proyectos académicos, se encuentra en el libro de “nuestros proyectos”, son flexibles y
están organizados por campo formativo.
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Como se puede observar, es crucial que el docente tenga conocimientos básicos de la educación
socioemocional, porque si bien no son expertos en la materia tienen que tener las herramientas básicas
para atender este tipo de situaciones y así poder canalizar a los estudiantes con el personal adecuado
para su atención. Es decir, “las habilidades socioemocionales de los docentes juegan un papel
fundamental en el proceso de enseñanza y aprendizaje” (Gutiérrez Torres y Buitrago Velandia, 2019);
por el simple hecho, de que el común denominador son las relaciones interpersonales.
Por ello, una técnica fundamental que necesita desarrollar el docente es la observación. Pareciera que
es un término trillado; ya que, la mayoría de las investigaciones hacen referencia a este concepto. Sin
embargo, muchas veces pasamos por alto esta técnica, indispensable en el ámbito educativo; se sugiere,
que para que los estudiantes alcancen el perfil de egreso es necesario trabajar conforme a sus gustos e
intereses y la única manera de lograr este balance es por medio de la técnica en mención; el cual,
permite conocer al estudiante de manera holística.
“Las técnicas de observación permiten evaluar los procesos de aprendizaje en el momento
en que se producen; con estas técnicas los docentes pueden advertir los conocimientos,
las habilidades, las actitudes y los valores que poseen los alumnos y cómo los utilizan en
una situación determinada. Existen dos formas de observación: sistemática y asistemática.
En la primera, el observador define previamente los propósitos a observar. Respecto a la
observación asistemática, el observador registra la mayor cantidad de información posible
de una situación de aprendizaje sin focalizar algún aspecto en particular” (Secretaría de
Educación Pública, 2012).
De manera general, se puede indicar una serie de recomendaciones que deben de considerar los
docentes; un aspecto medular es establecer un ambiente de confianza en el aula; es decir, entre el
docente y alumno debe de prevalecer respeto, pero sobre todo empatía. El docente, debe de ser ejemplo,
por ello debe de aprender a regular sus emociones; este, le va a ayudar a tener un mejor manejo del
aula, además de que de esta manera va a influir positivamente en la conducta de sus alumnos. Así como
también, la observación es la base para desarrollar espacios significativos de aprendizaje; sobre todo,
debe de mantener una buena relación entre sus colegas, con la finalidad de procurar una escuela de paz.
Para ello, debe de ser un agente pro-activo.
pág. 1737
El papel de los docentes es imprescindible, se sugiere que establezcan acciones innovadoras para
intervenir, guiar y trabajar propiciando la motivación extrínseca de los estudiantes; para ello, es esencial
la educación socioemocional. De igual modo, es importante trabajar de manera coordinada con los
tutores y conocer las expectativas de los alumnos; ya que, como docentes existe la responsabilidad de
lograr que todos los estudiantes culminen con éxito su nivel educativo y brindar una educación integral.
Por otra parte, otra premisa que se estableció en la presente investigación es: la participación de los
padres de familia o tutores en el desarrollo emocional, influye en el rendimiento académico de los
adolescentes. Es importante señalar que desde “diferentes perspectivas, condiciones y circunstancias
se resalta la importancia de la influencia que deriva la familia dentro de la educación formal e informal,
considerándola punto central o definitivo para el rumbo que tomará el individuo en su formación
durante edades” (Mayorquín y Zaldivar Colado, 2019). Por ello, se puede deducir, que para que los
estudiantes logren buenos resultados académicos; es imprescindible la participación, de todos los
actores involucrados en el proceso educativo, que bien se sabe son: los alumnos, docentes y padres de
familia.
Los padres de familia son clave, para el éxito académico de los estudiantes; es decir, su colaboración
es pilar fundamental en la vida escolar. Su “participación debe ser integral y en constante comunicación
con profesores. Deben asumir compromisos reales y ser constantes para que se cumplan. En México,
existen registros de casos sobresalientes en los cuales la participación de los padres ha mejorado el
entorno y desarrollo de la escuela(Juárez, 2019).
Los padres de familia y/o tutores, deben ser concientes de que la escuela les permitirá que sus hijos
mejoren sus condiciones y calidad de vida; es decir, que la escuela les va ser de utilidad en el presente,
pero sobretodo en su futuro. Las expectativas que tienen los progenitores, respecto a la educación
académica de sus hijos es un factor crucial para el estudiante; sobre todo, deben de estar informados
que el aspecto socioemocional del alumno influye de manera determinante en su éxito académico.
Existe la mentalidad, de creer que la escuela “puede transformar vidas por sí sola. Es decir, prevalece
el pensamiento de que la escuela es el único espacio donde aprenden los estudiantes sin considerar que
la familia y la comunidad son espacios de aprendizaje sumamente importantes pues ahí adquieren
saberes” (Secretaría de Educación Pública, 2023). De ahí la importancia del involucramiento de los
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padres de familia en las actividades escolares. Porque, la familia es el “principal agente socializador
que debe favorecer el desarrollo emocional del niño y asegure una identidad personal y social”
(Guzmán Huayamave, Bastidas Benavid y Mendoza Sangacha, 2019).
Por tal motivo, es urgente diseñar programas de Escuela para padres y trabajar temas relacionados a la
educación socioemocional; en el que se incluyan información acerca de las ofertas educativas, informar
sobre el campo laboral existente en la región en dónde habitan y de esta manera los padres puedan
apoyar desde sus trincheras y así observen las habilidades, destrezas y aptitudes de sus hijos a fin de
establecer metas y expectativas, elaborar un proyecto de vida en coordinación con sus hijos; lo cual, va
a permitir formar hijos longánimes.
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