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La Comisión Europea proyecta que para 2020, el 34% de la electricidad total provendrá de fuentes
renovables, con la energía eólica contribuyendo con el 12%. En España, la energía eólica ha
experimentado un crecimiento significativo en las últimas tres décadas, convirtiéndose en una fuente
principal de electricidad a nivel mundial, aumentando de 1,3 GW en 1986 a cerca de 1,5 GW en la
actualidad, contribuyendo al total mundial de 490 GW en 2016. (Enrique Rosales, 2019)
En España, la energía eólica es una de las capacidades instaladas más grandes a nivel global, impulsada
por políticas públicas para expandir las Fuentes de Energía Renovable (FER). Según un informe de Red
Eléctrica de España en 2016, el 45% de la capacidad eléctrica instalada provenía de energías renovables,
generando el 39% de la electricidad total. Desde 2007, la capacidad de energía eólica y solar ha crecido
un 70%. La integración de las FER ha sido clave en la reducción de emisiones de CO2 en la generación
eléctrica, disminuyendo en un 43,1% respecto a 2007 y un 18,3% respecto a 2015, registrando unas
emisiones de aproximadamente 63,5 millones de toneladas en 2016. (Antonio Cardoso, 2019)
Los océanos albergan grandes reservas de energía con un potencial estimado de unos 120,000 TWh/año,
suficiente para superar en más del 400% la demanda mundial actual de electricidad. Este potencial se
encuentra en diversas formas como la energía undimotriz, mareomotriz, de las corrientes marinas,
térmica oceánica y osmótica, junto con fuentes diseñadas para entornos terrestres y marítimos, como la
energía eólica y solar, geotérmica y de biomasa. Aunque existen barreras que limitan el desarrollo
óptimo de la energía oceánica y solar en la actualidad. (Maria Esteban, 2019). En España, comprender
los recursos disponibles es crucial. Se han realizado varios estudios con un enfoque específico en
energía eólica marina, undimotriz y otros. Estos estudios se extienden a diversas áreas geográficas,
como Europa, Corea, Cornualles (Reino Unido), la isla de Pantelleria (Mediterráneo), Malta, Irlanda y
el noreste de Escocia. Estos proyectos exploran metodologías para evaluar el recurso eólico, solar y
undimotriz, así como el potencial de independencia energética y la variación de recursos en diferentes
ubicaciones costeras.
En Ecuador, la hidroelectricidad es la principal fuente renovable, representando el 77% de la matriz
energética en 2020 a nivel mundial. Sin embargo, la viabilidad de estos proyectos se cuestiona debido
a sus altos costos, lo que genera un análisis crítico de su relación costo-beneficio, considerando impactos
sociales, ambientales y culturales.