INTERVENCIONES EFICACES FRENTE
A CANDIDA AURIS: UNA REVISIÓN
DE LA LITERATURA
EFFECTIVE INTERVENTIONS AGAINST CANDIDA AURIS:
A LITERATURE REVIEW
David Fernando Ortiz Pérez
Fundación Universitaria Navarra, Colombia
John Sebastián Osorio Muñoz
Fundación Universitaria Navarra, Colombia
Juan Pablo de la Ossa Díaz
Universidad Libre seccional Barranquilla, Colombia
Daniel de Jesús González Villarreal
Universidad Libre seccional Barranquilla, Colombia
Natalia Vanessa Benavides Garzón
Universidad Cooperativa de Colombia, Colombia
pág. 3004
DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v8i4.12548
Intervenciones Eficaces Frente a Candida Auris: Una Revisión de la
Literatura
David Fernando Ortiz Pérez1
david.ortiz.perez94@gmail.com
https://orcid.org/0000-0002-7869-0895
Residente de Medicina Interna
Universidad del Sinú - Elias Bechara Zainúm
Médico general
Fundación Universitaria Navarra
Colombia
John Sebastián Osorio Muñoz
jsebastianoso16@hotmail.com
https://orcid.org/0009-0000-4882-0516
Médico general
Fundación Universitaria Navarra
Colombia
Juan Pablo de la Ossa Díaz
Juandelaosssa@gmail.com
https://orcid.org/0009-0005-0626-5776
Médico general
Universidad Libre seccional Barranquilla
Colombia
Daniel de Jesús González Villarreal
daniel05daniel01@gmail.com
https://orcid.org/0009-0006-5559-1364
Médico general
Universidad Libre seccional Barranquilla
Colombia
Natalia Vanessa Benavides Garzón
dra.nataliabenavides@gmail.com
https://orcid.org/0009-0008-9856-7289
Médico general
Universidad Cooperativa de Colombia
Seccional Santa Marta
Colombia
1
Autor principal
Correspondencia: david.ortiz.perez94@gmail.com
pág. 3005
RESUMEN
Candida auris es un patógeno fúngico emergente, clasificado como levadura, y reconocido como un
problema de salud pública por las autoridades sanitarias. Aislado por primera vez en 2006 en un paciente
hospitalizado de Japón, no fue sino hasta 2009 que se identificó definitivamente como una nueva
especie de cándida. Desde entonces, su incidencia ha aumentado significativamente, principalmente
debido al uso indiscriminado de antimicrobianos y el impacto que esto genera sobre la flora bacteriana
normal. Este patógeno representa un desafío notable debido a su capacidad para resistir múltiples clases
de antifúngicos, incluidos los azoles, polienos y equinocandinas, lo que complica el tratamiento y
control de infecciones. Su capacidad de persistir en el entorno hospitalario y de colonizar a los pacientes
durante largos periodos también contribuye a su propagación. Entre las diferentes estrategias de
abordaje terapéutico se encuentra un tratamiento dirigido a base de equinocandinas, que han demostrado
una adecuada efectividad contra la mayor parte de las cepas de C. auris. Sin embargo, la aparición de
resistencias ha llevado a la necesidad de desarrollar y aplicar tratamientos alternativos y combinados.
Además, se requieren medidas de prevención estrictas para evitar contagios, haciendo énfasis en la
limpieza terminal de las zonas contaminadas y el aislamiento de los pacientes infectados. La
implementación de protocolos de control de infecciones, como el uso adecuado de equipos de
protección personal y la desinfección de superficies con productos adecuados, es esencial para reducir
la transmisión nosocomial. La vigilancia epidemiológica y la notificación obligatoria de casos también
son fundamentales para monitorear la propagación de este agente patógeno y para el desarrollo de
estrategias de salud pública efectivas. La educación continua del personal de salud sobre las mejores
prácticas para la prevención y el control de infecciones es igualmente importante para enfrentar este
desafío emergente.
Palabras clave: candida auris, antimicrobiano, sars-cov-2, salud pública, flora bacteriana, desinfección
pág. 3006
Effective Interventions Against Candida Auris: A Literature Review
ABSTRACT
Candida auris is an emerging fungal pathogen, classified as yeast, and recognized as a public health
problem by health authorities. First isolated in 2006 from a hospitalized patient in Japan, it was not until
2009 that it was definitively identified as a new species of Candida. Since then, its incidence has
increased significantly, primarily due to the indiscriminate use of antimicrobials and the impact this has
on normal bacterial flora. This pathogen presents a notable challenge due to its ability to resist multiple
classes of antifungals, including azoles, polyenes, and echinocandins, complicating the treatment and
control of infections. Its ability to persist in the hospital environment and colonize patients for extended
periods also contributes to its spread. Among the different therapeutic approaches, treatment with
echinocandins has shown adequate effectiveness against most strains of C. auris. However, the
emergence of resistance has led to the need for developing and applying alternative and combined
treatments. Additionally, strict prevention measures are required to avoid contagion, with an emphasis
on terminal cleaning of contaminated areas and isolation of infected patients. The implementation of
infection control protocols, such as the appropriate use of personal protective equipment and surface
disinfection with suitable products, is essential to reduce nosocomial transmission. Epidemiological
surveillance and mandatory case reporting are also fundamental for monitoring the spread of this
pathogen and for developing effective public health strategies. Continuous education of healthcare
personnel on best practices for infection prevention and control is equally important in addressing this
emerging challenge.
Keywords: candida auris, antimicrobial, sars-cov-2, public health, bacterial flora, disinfection
Artículo recibido 13 junio 2024
Aceptado para publicación: 15 julio 2024
pág. 3007
INTRODUCCIÓN
La Candida auris es un patógeno emergente del reino Fungí, hace parte de las levaduras, y es
considerado un problema de salud pública por las entidades de salud. Su primer aislamiento fue en el
año 2006 en Japón en secreción de conducto auditivo de un paciente hospitalizado sin embargo no fue
sino hasta el 2009 que se logró definir la nueva especie de cándida, y desde ese momento se ha visto un
aumento de su incidencia, asociada principalmente al uso indiscriminado de antimicrobianos, aunque
también a partir del año 2020 se vio un crecimiento exponencial asociado a los casos de infecciones por
el virus del SARS-CoV-2. (1, 2)
Investigaciones sobre su genoma, han establecido su origen en 5 grandes clados, el primero en el sur de
Asia, el segundo en el este de Asia, el tercero en África, el cuarto el Sudamérica y el quinto (aislado
solo por un espécimen estudiado) en Irán. (2, 3) Se considera que estos se han dispersado por todo el
mundo y que las identificaciones usualmente evidencian algunas “mezclas” de los diversos clados
estudiados. (2, 3, 4)
Su incidencia es difícil de estimar, se calcula que las candidemias se presentan en aproximadamente
1,18 casos cada 1000 ingresos hospitalarios en Latinoamérica, y en el caso concreto de Colombia se
estima una incidencia de aproximadamente 1.96 casos por cada 1000 ingresos hospitalarios, lo que
evidencia la importancia epidemiológica de este microorganismo en nuestro medio. (5, 6, 7)
Diagnóstico
Otra barrera a la que nos afrontamos es su diagnóstico, este se realiza mediante pruebas moleculares,
siendo las de elección la PCR en tiempo real y MALDI-TOF, sin embargo en nuestro medio la
caracterización fenotípica tiende a presentar múltiples inconvenientes, especialmente si se trata de
clados diferentes al IV (sudamericano) ya que usualmente se identifican otras especies de cándidas u
otras levaduras en algunos casos, siendo la más frecuente en esta confusión la Candida haemulonii,
entre otras familias que se estipulan en la tabla 1 y 2. (3, 5, 6, 7)
Tratamiento
Las infecciones por este patógeno deben sospecharse en grupos poblacionales vulnerables, teniendo en
cuenta los factores de riesgo entre los cuales destacan la inmunosupresión, la diabetes mellitus,
procedimientos quirúrgicos recientes, exposición a antimicrobianos de amplio espectro, estancia
pág. 3008
intrahospitalaria prolongada, especialmente en la unidad de cuidados intensivos, el uso de dispositivos
médicos invasivos como catéteres centrales y requerimientos como la asistencia ventilatoria
mecánica.(4,5) También se debe tener en cuenta al momento de definir un manejo antimicrobiano ante
la sospecha de esta levadura, la resistencia de la misma a ciertos antifúngicos, considerando que la
Candida auris según su clado puede tener resistencia del 59% al Fluconazol, del 11% a la anfotericina
B e incluso hasta el 9% a la micafungina; es por esto que las guías de manejo recomiendan inicio
empírico con equinocandinas, especialmente en pacientes críticamente enfermos y con exposición
previa a azoles, además en modelos murinos se estableció que la micafungina tiene mayor efectividad
comparada con Fluconazol y anfotericina B liposomal. (8, 9, 10) Con lo anterior mencionado, la
recomendación es un manejo a base de micafungina 100 mg cada 24 horas, caspofungina 70 mg carga
y continuar a 50 mg cada 24 horas o anidalafungina 200 mg carga y continuar a 100 mg cada 24 horas,
la duración de este esquema debe ser de al menos 2 semanas (14 días) y se puede extender dependiendo
los resultados de los hemocultivos de control o si hay o no compromiso oftálmico, ya que si esto último
se presenta se deberá extender el tratamiento hasta 4 a 6 semanas como se evidencia en la tabla 3. (8, 9,
10)
Prevención y Aislamiento
Al tratarse de un patógeno con una alta capacidad de transmisión en el entorno hospitalario se deben
extremar medidas al momento de la identificación del mismo, en Colombia este evento es de
notificación obligatoria al sistema de vigilancia epidemiológica, y al aislarse esta levadura se debe
activar un protocolo para reportar el caso y realizar un abordaje completo aplicando las medidas de
prevención y control en la fuente adecuadas, aquellos pacientes con aislamiento positivo deben ser
vigilados hasta por un año posterior a arrojar cultivos negativos, además aquellos que hayan estado en
contacto con el paciente deben clasificarse en paciente colonizado, paciente posiblemente colonizado y
paciente fuera de riesgo, para así dar un control adecuado a quienes se expusieron al infectado; También
se debe individualizar el personal de salud expuesto a dichos pacientes y limitar su interacción con
pacientes no colonizados para evitar un crecimiento de dicho brote. (11, 12) Para poder definir si un
paciente fue tratado o se encuentra libre del patógeno se requieren 3 cultivos de cribado negativos
realizados en los días 3, 5 y 7, para luego continuar con un cribado semanal hasta el alta hospitalaria.
pág. 3009
Los pacientes positivos tendrán que ser aislados en una habitación unipersonal idealmente con presión
negativa, el contacto con el paciente debe ser con elementos de protección personal completos y
desechables, entre los cuales debe destacar bata manga larga, guantes, cubrebocas (de alta capacidad si
hay alto riesgo de contacto con fluidos corporales) y protección ocular, teniendo espacios adecuados
para el retiro y disposición de los mismos, también tener en cuenta la piedra angular de la prevención
de infecciones, el lavado de manos que se debe hacer de forma estricta con agua y jabón. (11, 13, 14)
Con respecto a la desinfección de superficies, insumos y el área en donde se alojó el paciente positivo
para Candida auris, la recomendación de la diversa literatura es limpieza con agua y jabón, seguido de
desinfección exhaustiva con cloro o lejía al 0.1%, considerando pisos, techo y pared, los insumos
dependiendo el uso que se proponga deberán ser limpiados con alcoholes, aunque la evidencia no es tan
fuerte como con el uso de lejía. (12, 14, 15)
CONCLUSIÓN
La Candida auris se ha convertido en un patógeno emergente de gran preocupación para la salud pública
debido a su alta resistencia a múltiples antifúngicos y su capacidad de transmisión en entornos
hospitalarios. Desde su identificación inicial en 2006, su incidencia ha aumentado significativamente,
exacerbada en parte por el uso indiscriminado de antimicrobianos y el impacto de la pandemia de
COVID-19. Este es un patógeno que se caracteriza por su alta capacidad para sobrevivir en superficies
del entorno hospitalario por largos periodos de tiempo y por su difícil diagnóstico, requiere de técnicas
moleculares avanzadas para realizar su identificación, como lo es la PCR en tiempo real y MALDI-
TOF. La alta mortalidad y morbilidad asociadas a la Candida auris subrayan la necesidad de estrategias
efectivas de prevención, diagnóstico y tratamiento.
El manejo clínico de las infecciones por Candida auris debe centrarse en la sospecha clínica,
identificación temprana y el tratamiento empírico con equinocandinas, dado su perfil de resistencia. Las
guías de manejo recomiendan el uso de micafungina, caspofungina o anidulafungina, con un esquema
de tratamiento que debe durar al menos 14 días, extendiéndose en casos de complicaciones como el
compromiso oftálmico hasta 4 a 6 semanas. Además, las medidas de prevención y control de infecciones
son cruciales para limitar la diseminación intrahospitalaria. La notificación obligatoria, el aislamiento
pág. 3010
estricto de pacientes infectados y la desinfección rigurosa de superficies y equipos médicos son
esenciales para contener brotes y proteger tanto a otros pacientes como al personal de salud.
La implementación de protocolos de control de infecciones es fundamental en la prevención de
infecciones por este patógeno. Estos protocolos incluyen el uso adecuado de equipos de protección
personal, la limpieza terminal de las áreas contaminadas y la vigilancia epidemiológica continua. Siendo
indispensable que los hospitales establezcan medidas estrictas para evitar la propagación de este
patógeno, lo que incluye la capacitación continua del personal de salud sobre las mejores prácticas de
prevención y control de infecciones. Además, la colaboración entre instituciones de salud y organismos
de salud pública es esencial para monitorear y responder de manera efectiva a los brotes de Candida
auris.
En resumen, la Candida auris representa un desafío significativo para la salud pública debido a su
resistencia a los antifúngicos y su capacidad de propagarse en entornos hospitalarios. La combinación
de un diagnóstico temprano, tratamiento efectivo con equinocandinas y estrictas medidas de prevención
y control de infecciones es crucial para manejar este patógeno emergente. La vigilancia y la educación
continua del personal de salud son componentes clave para enfrentar y mitigar el impacto de Candida
auris en los sistemas de salud a nivel global.
Tabla 1
Principales microorganismos que pueden presentar identificación errónea al buscar
Candida auris.
Método diagnostico
Error en identificación
Bioquímico
API 20CAUX
Rhodotorula glutinis
C. sake
API Candida
C. famata
Phoenix (BD diagnostics)
C. haemulonii, catenulate
Vitek
C. haemulonii
C. lusitanie
C. famata
MocroScan (Beckman Coulter)
C. famata, lusitaniae, guilliermondii,
parapsilosis, albicans, tropicalis.
pág. 3011
MALDI-TOF MS
Vitek MS (BioMerieux)
C. albicans
C. haemulonii
MALDI Biotyper (Bruker Daltonics)
N. meningitides serogrupo A
Pseudomonas rhizosphaerae
Adaptado de: Jeffery Smith A., Taori, S. K, Schelenz, S., Jeffery, K.,
Tabla 2.
Siempre sospechar en Candida auris si se identifican:
1. Candida haemulonii, Candida pseudohaemulonii y Candida duobushaemulonii.
(Independientemente del tipo de muestra)
2. Otras especies del género:
Candida guilliermondii, Candida famata, Candida sake, Candida lusitaniae.
3. Otros géneros de levaduras: Rodothorula glutinis y Saccharomyces cerevisiae.
4. Si se presenta una Candida albicans sin producción de tubos germinales y con MIC elevado a
azoles o anfotericina B.
Brotes de Candida auris en servicios de atención a la salud en el contexto de la pandemia de COVID; 19 - 2021. Paho.org.
Tabla 3
Esquemas terapéuticos propuestos frente Candida auris
Presentación
Dosis
Tiempo de
tratamiento
Equinocandinas
Ampolla liofilizada de
100 mg y 50 mg
100 mg cada 24 horas
2 semanas (si hay
compromiso oftálmico
4 a 6 semanas)
Ampolla liofilizada de
70 mg y 50 mg
70 mg de carga, continuar
50 mg cada 24 horas
Ampolla liofilizada de
100 mg
200 mg de carga, continuar
a
100 mg cada 24 horas
pág. 3012
Segunda línea (según patrón de resistencia)
Suspensión de 100 mg y
50 mg
3 a 5 mg/kg cada 24 horas
2 semanas (si hay
compromiso oftálmico
4 a 6 semanas)
Comprimidos de 200 mg
y 50 mg
400 mg (6 mg/kg) cada 12
horas por las primeras 48
horas, luego 200 a 300 mg
(3-4 mg/kg) cada 12 horas
Adaptado: Pappas, P. G., Kauffman, C. A., Andes, D. R., Clancy, C. J., M K. A., Ostrosky Zeichner, L., Reboli, A. C.,
Schuster, M. G., Vazquez, J. A., Walsh, T. J., Zaoutis, T. E.
Tabla 4
Desinfectantes de superficies probados frente Candida auris
Desinfectante
Concentración
Efectividad
Nivel de
evidencia
Comentarios
Referencias
Lejía o Cloro
0.39%, 0.65%, 0.825%,
2%, 1000 ppm, 10000 ppm.
Si
Buena
Más estudiado.
Puede causar
irritación ocular,
orofaríngea,
esofágica y
gástrica. Puede
corroer metales a
partir de
concentraciones
>500 ppm
Abdolrasouli
et al., 2017;
Biswal et al.,
2017;
Cadnum et al.,
2017b;
Moore et al.,
2017
Peróxido de
hidrógeno
8 g/m3, 1.4%
Si
Moderada
Abdolrasouli
et al., 2017;
Cadnum et al.,
2017b
Peróxido de
hidrógeno +
nitrato de plata
11%
Si
Baja
Biswal et al.,
2017
Fenoles
5% (?)
Si
Baja
FDA no
recomienta usarlo
como desinfectante
de alto nivel, pero
puede usarse para
complementar la
limpieza terminal
Biswal et al.,
2017
pág. 3013
Glutaraldehído
2%
Si
Baja
Caro y tóxico. Se
recomienda para la
limpieza de equipo
medico
Biswal et al.,
2017
Alcoholes
29.40%
Si
Baja
Disminuye el
tiempo de contacto
por su rapida
evaporación.
Inflamable. Puede
endurecer
superficies
plasticas por uso
prolongado
Cadnum et al.
2017b
Ácido acético
>5%
No
Baja
Cadnum et al.
2017b
Ácido
peracético
2000 ppm
Si
Baja
Recomendado en
limpieza de
equipos medicos.
Puede corroer
metales
Kean et al.
2018
Ácido
peracético +
Peróxido de
hidrógeno +
Ácido acetico
1200 ppm/<1%
Si
Baja
Cadnum et al.
2017b
Amonios
cuaternarios
2% didecyldimethyl
ammonium chloride,
alkyl dimethyl
ammonium chlorides,
didecyldimethyl
ammonium
chloride/dimethylbenzyl
ammonium chloride
No
Baja
Biswal et al.,
2017; Cadnum
et al. 2017b
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