pág. 3561
movimientos corporales del tronco y las extremidades, tono fetal observado por la flexión y extensión
de los miembros, y el volumen de líquido amniótico, medido en el depósito de mayor cantidad.
Posteriormente, se añade una quinta variable, la reactividad fetal, que se mide a través de al menos dos
episodios de aceleración de la frecuencia cardíaca fetal (FCF), cada uno de más de 15 segundos y
superando los 15 latidos por minuto. Cada variable se puntúa de 2 si es normal y 0 si hay anomalías, en
un periodo de observación de 30 minutos. (15)
En su reporte de caso, Castillo y colaboradores (2022) presentan el caso clínico de una paciente de 24
años, en su tercer embarazo y con 37 semanas de gestación, acudió a emergencias del Instituto Nacional
Materno Perinatal debido a un leve sangrado vaginal. Con antecedentes de una cesárea previa, no
presentó otras molestias. Durante la evaluación, se registró una presión arterial de 90/60 mmHg, altura
uterina de 32 cm, y latidos cardíacos fetales a 152. Una ecografía realizada una hora después de la
admisión reveló un feto a término con un peso estimado de 2902 gramos, un perfil biofísico fetal de 6/8
debido a movimientos corporales reducidos, y un índice de líquido amniótico de 11 cm. Se observó una
placenta fúndica posterior grado III, con un índice de pulsatilidad (IP) Doppler en la arteria cerebral
media de 1.18, en la arteria umbilical de 0.56, y en el ductus venoso de 0.26, además de un istmo aórtico
con diástole ausente, sugiriendo una redistribución de flujos. El índice cerebro-placentario fue de 2.1.
Ante estos hallazgos, otro evaluador solicitó una prueba estresante para evaluar la posibilidad de un
parto vaginal. Tres horas después de la admisión, el test resultó en 5 puntos, con movimientos fetales
reducidos, variabilidad disminuida y ausencia de aceleraciones. Tras reevaluación cinco horas después
de la admisión, se decidió realizar una cesárea de emergencia, en la que nació un recién nacido masculino
de 2846 gramos, 47.5 cm de talla, con un Apgar de 8 y 9. Se encontró líquido meconial con aspecto
sanguinolento, sugiriendo un desprendimiento prematuro de la placenta (DPP) de aproximadamente
10%. El diagnóstico patológico reveló una placenta con infartos vellosos recientes (10%) y antiguos
(5%), vellosidades coriales hipoplásicas, corioamnionitis aguda, y funisitis aguda. La evolución tanto
de la madre como del recién nacido fue favorable, y ambos fueron dados de alta al tercer día post-cesárea
(16)
Por otra parte, Castan y colaboradores (2013) mencionan en análisis de calota fetal para el estudio del
equilibrio ácido - base con el fin de disminuir intervenciones que no son necesarias y valora el entorno