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evaluativo; los hallazgos, pasan por un análisis correlación, que inicia con el estudio de la personalidad,
la historia personal, las circunstancias en las que se produjeron los eventos que están en conflicto y por
último, lo referido por las partes legales involucradas.
El diagnóstico o conclusiones periciales a las que arriba el psicólogo forense, son el resultado pues, de
la integración de todos los hallazgos clínicos y factores que resultan de los recursos técnicos empleados
principalmente, pero también de otras fuentes científicas de información (No de opinión) necesarias
para su investigación nosológica, con la cual, al final se determinara el estatus clínico y los nexos
causales se pudieran o no, tener con los hechos que se denuncian o se demandan; utiliza baterías para
esto (no una, dos, tres, o cuatro escalas) una metodología dura como es la psicométrica que se constituye
por pruebas psicológicas estandarizadas y objetivas (las proyectivas son complementarias, pero jamás
de diagnóstico), entrevistas focalizadas directamente con la necesidad de búsqueda, es decir, no son
interrogatorios estándar, sino que deben ir dirigidos a todos los actores según sea su tipo de implicación;
asimismo, confronta otros estudios de la misma naturaleza o vinculantes, fundamenta con otros casos,
etcétera. Es por esto, que se busca delimitar el área clínica utilizada para acotar el ejercicio del psicólogo
y no afirmar cosas en nombre de la psicología forense como lo hacen algunos “profesionales” con
funciones equivocadas, que desconocen el trabajo en el particular ámbito.
“No obstante, como bien señala Brigham (1999) en la Psicología Forense no sólo intervienen psicólogos
clínicos sino también psicólogos sociales, cognitivos, evolutivos, experimentales, etc. Aún, es más, la
práctica de la Psicología Forense depende íntimamente de la naturaleza del caso que se analiza. En este
sentido, Haward (1981) diferencia cuatro roles: clínico, experimental, auxiliar judicial y consejero, que
resultan ser cuatro aplicaciones jurídicas. El rol clínico se caracteriza por la evaluación psicométrica del
individuo y la interacción con una de las partes del procedimiento legal. Por su parte, el rol experimental
supone la comprobación de hipótesis para fundamentar el testimonio del psicólogo experto. El rol de
auxiliar de la justicia se orienta a resolver problemas judiciales, presentando evidencia de la probabilidad
de un hecho, valiéndose de la estadística y el razonamiento probabilístico (Gudjonsson y Haward, 1998).
Finalmente, el consejero estudia la prueba expuesta por otro profesional, para señalar, a la parte que le
contrata, los posibles puntos débiles. Nosotros somos partidarios de aunar dichas subáreas de aplicación