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los gobiernos, pero esta actitud demagógica, es cada vez más frecuente en países con tendencia
socialista, que, con el fin de no mostrar los fracasos económicos de los gobernantes, da métricas falsas
e ilusionistas , que tienden a deteriorar aún más el estado real de los estados, en todos los campos, entre
ellos el de la salud, lo que repercutirá a corto o mediano plazo en áreas como la seguridad laboral, el
cuidado medioambiental, productividad y otros.
La promoción de la salud como eje transversal de los ODS
La promoción de la salud, puede ser el eje articulador de muchos objetivos de desarrollo sostenible, en
el entendido de que la pérdida de un estado de salud óptimo tiene varios orígenes a decir, falla en
alimentación, estrés laboral, ausencia de recursos económicos, educación de baja calidad , baja
productividad, déficit en saneamiento ambiental, polución, etc. (Di Ruggiero 2019; Guevara Guerrero,
Pérez Martín y Bravo Torrija 2023). De tal forma, la promoción de la salud se convierte en un eje
transversal a casi todos los objetivos de desarrollo de la agenda 2030, pero que, a diferencia de otros,
requiere la participación global y no territorial de todos los habitantes del planeta.
Hasta hace poco el énfasis en la salud, se orientaba a la cura de la enfermedad, ahora se plantea la
prevención como elemento primordial para el mantenimiento de la salud, retórica que durante años se
ha mantenido en la agenda global, sin que existan acciones específicas para el cumplimiento de las
metas planteadas.
El evento de la pandemia por COVID- 19 ha sido un ejemplo claro de sinergia de la salud y sistemas
adyacentes, llámense, sistemas económicos, salubres, ambientales etc., por lo que muchos la
denominaron como sindemia por la “coalescencia sistémica de eventos sociales y salud” (Nogueira,
Goncalves Rocha, y Akerman 2023; Wenniserí:iostha Jock et al. 2022), haciendo mención a la unión
de varias comorbilidades que afectaron la salud de miles de personas inclusive llegando a
fallecimientos, mientras otras eran excluidas de la atención de emergencia por su edad, llevando a
condicionantes éticos severos ante la toma de decisiones del cuerpo médico, quienes además eran
excluidos para atención en muchos sistemas sanitarios y también de la población.
La inequidad, también fue responsable de la muerte de muchas personas en todo el mundo, que se vieron
enfrentadas a una “austeridad fiscal”, incapaz de responder a necesidades humanas de los pobladores,
pero que, sin embargo, dotaba de recursos a los cuerpos políticos, para su siguiente campaña electoral.