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que está ocurriendo en las aulas contemporáneas, comenzaremos desglosando, no solo la famosa
concepción de poder de Foucault, sino su sentido operativo y así distinguir tres conceptos diferentes
pero concatenados: las relaciones de poder, las relaciones de dominación y, por supuesto, las propias
técnicas de gobierno de sí.
En primera instancia, se debe considerar que el análisis al poder que Foucault realiza no es en el sentido
de ¿cómo se manifiesta?, sino, ¿cómo se ejerce? En segundo, comprender que en la teoría foucaultiana
las relaciones de poder son la manera en cómo se relacionan los individuos. El poder como relación social
funciona a partir de los efectos que este produce. No es una construcción a partir de voluntades
individuales y colectivas, ni tampoco una propiedad o una posesión, sino dispositivos de estrategias que
al no ejercerse no existen. Es una disposición de efectos de la capacidad que tiene un sujeto de imponer
su verdad como la verdad para el otro. Cuando un sujeto tiene el poder de imponer su verdad, sofoca
otras verdades posibles utilizando todo lo que pueda encontrar para penetrar en la conciencia de los
individuos y sujetarlos (Cangas, 2023). En tal sentido, el poder y sus efectos le permiten funcionar como
un sistema de dinámicas multidireccionales de mecanismos de contención e ideologías de una acción que
produce otra acción. El poder, bajo esta lógica, se “produce a través de una transformación técnica de
los individuos” (Foucault, 2001, pág. 11).
Maurizio Lazzarato en su texto Biopolítica: estrategias de gestión y agenciamientos de creación (2007),
explica que un acto de comunicación o una relación amorosa son relaciones de poder, y que ese tipo de
relaciones son sencillamente relaciones diferenciales entre fuerzas. Por ejemplo, revela que si tenemos
un sujeto A y uno B, la relación entre ambos es la diferencia en el ejercicio de su poder. Una relación
asimétrica entre sus fuerzas que están en juego. Pero esa asimetría no necesariamente es negativa. No es
un tipo de poder como acción que excluye, reprime, inhibe, censura, abstrae, enmascara, esconde o
castiga, sino un poder en el sentido de ser una acción productiva que crea, instituye, devela, conduce,
forma. Es decir, que debe crecer, innovar y aumentar la optimización. Un “poder-forma” que instituye
maneras de control cordiales, silenciosas, invisibles, pero fuertemente eficientes e ilimitadas (Han,
2014). Es por eso por lo que las relaciones de poder se caracterizan por el hecho de que una de las fuerzas
en juego quiere conducir a la otra. Asimismo, estas relaciones se mueven, son reversibles, por lo que
siempre pueden ser modificadas. Pero, además, es necesario que en estas relaciones, tanto el sujeto A