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de conceptos y lleva a cabo descripciones sobre la técnica vocal y sus diferentes acepciones, no es la
capacidad vocal de la voz de soprano su tema central, a excepción del libro Training Soprano Voices
(Miller, 2000), en donde incorpora conceptos generales de la tradición italiana digeridos por la escuela
de canto anglosajona, pero en ningún momento se mencionan conceptos o criterios del canto
provenientes de los tratados de canto de los maestros castrados. Martha Feldman en su libro The
Castrato. Reflections on Natures and Kinds (Feldman, 2015) realiza un estudio fenomenológico basado
en fuentes primarias sobre las implicaciones sociales de la castración y cita incluso a Anna Maria
Pellegrini Celoni, primera autora soprano de un método de canto en 1810, cuando se comenta sobre la
messa di voce como aspecto técnico del canto, pero no es su objeto el análisis de la estética vocal de los
castrados.
Marco teórico
Cuando migraba en el pasado la escuela de canto italiana a otros países se fueron construyendo o
utilizando los métodos de canto que daban cierta certidumbre sobre el tipo de emisión vocal requerida
y ejercicios vocales específicos para el desarrollo vocal. Y se debe considerar “cierta” certidumbre
porque la descripción en un texto no alcanza a describir las sutilezas sonoras que solamente un oído
experimentado puede detectar en la formación de una voz; la certidumbre sólo se garantiza en la
enseñanza personalizada de un maestro experimentado. De manera que los italianos producían y
editaban sus métodos de canto en el más profundo espíritu de la Ilustración y por supuesto, como un
medio de progreso económico. Se comercializaba el conocimiento en sociedades ávidas de aprender los
secretos del canto italiano y al mismo tiempo se dejaba un testimonio de los conceptos estéticos y
procedimientos utilizados para desarrollar la voz, es decir, mediante el método se expandía un arte que
parecía reservado a cierto estrato de la sociedad italiana. Y es precisamente la voz del soprano masculino
quien inicia esta labor de conceptualización y sistematización sobre la estética y la técnica vocal, en
donde los varones tuvieron la supremacía en una tesitura que es natural para las mujeres. Los castrados
sustituían a la voz femenina no sólo en la música religiosa sino también en la secular y esto propiamente
por el nivel de educación que recibían los varones. Es en los inicios del siglo XVII cuando la voz
femenina comienza a tener un papel crucial en la historia moderna por la insustituible sustancia femenina
en una sociedad patriarcal. Es hasta los inicios del siglo XIX cuando aparece el primer tratado de canto