TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO Y NO
FARMACOLÓGICO DEL REFLUJO GASTROESOFÁGICO
PHARMACOLOGICAL AND NON-PHARMACOLOGICAL
TREATMENT OF GASTROESOPHAGEAL REFLUX
Dra. Gissell Andrea Galarza Vera
Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí
Dr. Richard Eddy Barrezueta Moreira
Universidad Técnica de Manabí
Dra. Katherine Monserrate Arcentales Mero
Instituto Ecuatoriano De Seguridad Social IESS
Dra. Evelyn Isabel Cedeño Mendoza
Universidad Laica Eloy Alfaro De Manabi
Dra. Silvia Giulianna Lecaro Gómez
Universidad Católica Santiago de Guayaquil
pág. 5307
DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v8i4.12749
Tratamiento farmacológico y no farmacológico del reflujo gastroesofágico
Dra. Gissell Andrea Galarza Vera
1
gissell132222@gmail.com
Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí
Hospital de Especialidades Portoviejo
Dr. Richard Eddy Barrezueta Moreira
rbarrezueta@yahoo.com
https://orcid.org/0009-0004-4855-2194
Universidad Técnica de Manabí
Hospital de Especialidades de Portoviejo
Dra. Katherine Monserrate Arcentales Mero
katherine.arcentales@iess.gob.ec
Instituto Ecuatoriano De Seguridad Social IESS
Universidad Laica Eloy Alfaro De Manabi
Dra. Evelyn Isabel Cedeño Mendoza
evelyn.cedeno.med@gmail.com
Universidad Técnica de Manabí
Hospital de Especialidades Portoviejo
Dra. Silvia Giulianna Lecaro Gómez
silviaglecarog@gmail.com
Universidad Católica Santiago de Guayaquil
RESUMEN
La enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) es un trastorno causado por el flujo retrógrado del
contenido gástrico hacia el esófago. Millones de personas a nivel mundial se ven afectadas por los
síntomas clínicos producidos por esta patología, los que se presentan con mayor frecuencia son: pirosis
y regurgitación, y su prevalencia ha aumentado especialmente en América del Norte y el este de Asia.
Aunque la ERGE es una enfermedad común, su patogénesis es bastante compleja y multifactorial, lo
que conlleva a que muchos pacientes continúen experimentando síntomas adversos a pesar del
tratamiento prolongado con inhibidores de la bomba de protones (IBP). Los cambios en el estilo de vida
son importantes en el tratamiento de la ERGE. El tratamiento para esta patología debe ser
individualizado de acuerdo en cómo los síntomas responden a diferentes dietas y factores como la
obesidad, actividad física, tabaquismo, la elevación de la cabecera de la cama, la posición al acostarse.
A pesar de que hay pocos estudios que se enfoquen netamente en las técnicas diagnósticas y modalidades
de tratamiento, esta revisión bibliográfica enfatiza las áreas previamente mencionadas, explorando los
avances terapéuticos de la ERGE.
Palabras clave: ERGE, enfermedad por reflujo gastroesofágico, inhibidores de bombas de protones,
estilo de vida, tratamiento
1
Autor Principal
Correspondencia: gissell132222@gmail.com
pág. 5308
Pharmacological and non-pharmacological treatment of gastroesophageal
reflux
ABSTRACT
Gastroesophageal reflux disease (GERD) is a disorder caused by the retrograde flow of gastric content
into the esophagus. Millions of people worldwide are affected by the clinical symptoms of this condition,
with the most frequent being heartburn and regurgitation, and its prevalence has notably increased,
especially in North America and East Asia. Although GERD is a common disease, its pathogenesis is
quite complex and multifactorial, leading many patients to continue experiencing adverse symptoms
despite prolonged treatment with proton pump inhibitors (PPIs). Lifestyle changes are crucial in the
treatment of GERD. Treatment for this condition should be individualized based on how symptoms
respond to different diets and factors such as obesity, physical activity, smoking, bed elevation, and
sleeping position. Despite the limited number of studies focusing specifically on diagnostic techniques
and treatment modalities, this review emphasizes these areas and explores therapeutic advances in
GERD.
Keywords: GERD, gastroesophageal reflux disease, proton pump inhibitors, lifestyle, treatment
Artículo recibido 15 julio 2023
Aceptado para publicación: 17 agosto 2023
pág. 5309
INTRODUCCIÓN
La enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) es una de las patologías digestivas más frecuentes a
nivel mundial que afecta a niños y adultos. Inicialmente, suele ser detectada en el ámbito de la atención
primaria, desde donde los pacientes son referidos a gastroenterólogos para su tratamiento especializado.
El fenotipo más frecuente de ERGE es la enfermedad por reflujo no erosiva. De acuerdo a la definición
de Montreal, ERGE se desarrolla por el reflujo del contenido gástrico causando complicaciones, sin
embargo, la definición de la Conferencia de Roma IV se enfocó en los síndromes funcionales similares
a los producidos por ERGE (1).
La prevalencia de la ERGE a nivel mundial se estimó en base a la presentación de los síntomas más
comunes como la regurgitación y la pirosis. Una revisión sistemática indicó que en el Occidente, la
prevalencia de esta patología corresponde entre el 10% y el 20%, mientras que en Asia la incidencia
oscila entre el 2.5% y el 6.7%. Una revisión bibliográfica constituida por ocho estudios diferentes
concluyó que en Latinoamérica, entre el 11.9% y el 31.3% cursan con ERGE. Un estudio realizado en
Argentina, con 839 participantes de edades entre 18 y 80 años, reveló que el 23% experimentaba pirosis
y/o regurgitación semanalmente, sin embargo, otro estudio argentino realizado a 397 pacientes los cuales
fueron sometidos a endoscopia, mostró una prevalencia del 35%, con un 80% de casos leves o
moderados y un 20% de casos graves., también se descubrió que el 60% de los pacientes presentaban
formas no erosivas y el 5% tenía esófago de Barrett. (2).
La incidencia de ERGE ha aumentado en los últimos años, de manera proporcional existe un incremento
de complicaciones lo que conllevan a costos elevados en salud. La presencia de síntomas nocturnos y
un IMC mayor a los 25 kg/m2 estaban asociados con mayor daño mucoso. Varios estudios coinciden
que Turquía, Argentina, Suecia, Reino Unido y Estados Unidos tienen una de las más altas incidencias
de ERGE en el mundo. Metaanálisis realizados en Estados Unidos refieren que la prevalencia de ERGE
oscila entre el 6% al 30% dependiendo de qué cuestionario se empleó para el diagnóstico. Los costos
asociados a ERGE típica ascendieron a 9 mil millones de dólares, y los de ERGE extraesofágica a 50
mil millones de dólares, casi igualando los costos globales del cáncer, y aproximadamente existen
110.000 hospitalizaciones al año debido a esta patología. (3)
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Los síntomas de ERGE se dividen en esofágicos: regurgitación y pirosis, y extraesofágicos, como la
laringistis crónica, dolor de pecho, asma y tos crónica. La presencia de dispepsia se observó en el 38%
de los pacientes. De acuerdo a una base de datos de EE.UU. de 543,103 endoscopias realizadas durante
9 años, entre 2003 y 2014, identificaron que 73,535, lo cual representa el 13.5% del total de endoscopías
realizadas, los pacientes cursaron con síntomas no complicados de ERGE. El rendimiento de estos
procedimientos fue del 2.8% para estenosis esofágicas, 2% para esofagitis de alto grado, 1.4% para
Barrett con segmento largo sospechoso y 0.1% para tumores esofágicos y para tumores gástricos (4).
Métodos
Esta investigación se realizó mediante una búsqueda minuciosa de fuentes bibliográficas, que incluyeron
artículos científicos revisados por pares, libros y otros recursos académicos. La revisión de información
se extendió a lo largo de un amplio rango temporal, abarcando textos desde el año 2016 hasta las
investigaciones más recientes. El objetivo de este artículo fue recopilar una gran cantidad de información
sobre la Enfermedad por reflujo gastroesofágico y perspectivas relevantes que contribuyeran al
entendimiento integral del manejo terapéutico de esta patología.
DESARROLLO
Tratamiento no farmacológico
Uno de los primeros escalones para el manejo del síndrome de ERGE sospechoso y confirmado es
brindar una opción terapéutica para proporcionar alivio sintomático y a su vez, minimizar los riesgos
para la salud mediante tratamiento no farmacológico como métodos diagnósticos y modificaciones en
el estilo de vida. La decisión de realizar las pruebas diagnósticas se toma en cuenta la historia clínica
del paciente, evaluando los síntomas y posibles riesgos de acuerdo con la evolución de la patología (5).
El tratamiento empírico generalmente es el de elección para los síntomas típicos de ERGE, sin embargo,
en el caso de que se presenten síntomas atípicos, como vómitos, disfagia, sangrados, pérdida de peso
involuntaria y una historia de tratamientos fallidos requieren un diagnóstico mediante endoscopía. La
VEDA se emplea como una herramienta de diagnóstico para controlar el riesgo de adenocarcinoma de
esófago mediante la detección de cambios de las estructuras como metaplasia de Barret y otros cánceres
tempranos. De acuerdo con aquello se categorizan dichos cambios como un marcador de un grupo de
alto riesgo adecuado para la vigilancia endoscópica posterior (6).
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Modificaciones del estilo de vida
Existen varios factores que podrían agravar la ERGE como una dieta pobre en la que se incluyen
alimentos picantes o muy calientes durante su consumo, también influye la velocidad con la que una
persona se alimenta, individuos que comen muy rápido podrían presentar esta patología, y un estilo de
vida sedentario. Estudios han reportado que la ERGE mejora, con una combinación de intervenciones
en el estilo de vida y medicamentos (7).
Entre las modificaciones del estilo de vida dirigidas a controlar los síntomas de esta patología se
utilizaron 3 estrategias enfocadas a la restricción de alimentos y de hábitos que podrían desencadenar la
evolución de la ERGE: 1) Restricción de alimentos que puedan provocar acidez como las bebidas
carbonatadas, alimentos picantes y cítricos, 2) mejorar estilo de vida como la pérdida de peso, evitar
comidas tardías, abandono del tabaquismo y elevar la cabecera de la cama y 3) evitar alimentos que
puedan producir reflujo como los alimentos grasos, café, chocolate y el alcohol. La restricción de la
ingesta de los alimentos mencionados no es absoluta porque no todos los pacientes presentan reflujo
posterior al consumo de dichas comidas, por ende, no representaría un beneficio al seguir tales medidas
(8) (9) (10).
La obesidad es considerada por la OMS como una epidemia y en la actualidad se estima como la causa
principal de ERGE, siendo un factor importante para considerar como parte del esquema de tratamiento
no farmacológico. Estudios revelan una relación significativa entre el aumento del índice de masa
corporal y los síntomas comunes de reflujo. Pese a que no se ha demostrado beneficio en la pérdida de
peso para controlar los síntomas de ERGE, el aumento de peso resulta directamente proporcional al
desarrollo de síntomas de reflujo (11).
Tratamiento farmacológico
El tratamiento farmacológico para la ERGE consta de medicamentos que reducen el ácido gástrico como
los antiácidos, también se ha demostrado que los inhibidores de la bomba de protones (IBP) y los
antagonistas de los receptores H2 (H2RA) alivian los ntomas de esta patología. En el caso de los
antiácidos como el ácido algínico pueden ser utilizados a demanda para tratar los ntomas sin mostrar
efectos adversos significativos (12).
Antiácidos, alginatos y compuestos de acción superficial
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Los antiácidos alivian los síntomas típicos de ERGE porque tienen como función neutralizar el ácido
gástrico sin reducir la secreción ácida. La eficacia de los antiácidos puede funcionar mejor cuando se
combinan con alginatos, polímeros de polisacáridos naturales que produce un gel viscoso de baja
densidad al contacto con el ácido. El ácido libera CO2 del bicarbonato, estando el mismo atrapado en el
gel de alginato, dicha mezcla se sitúa en la parte superior del contenido gástrico. El ácido recién
secretado se estratifica en la parte superior de alimentos recién ingerido formando durante los primeros
20 minutos posterior a la ingesta de comida una especie de bolsillo de ácido, el mismo sirve como el
reservorio para el reflujo ácido postcibal. El gel de antiácido-alginato desplaza el bolsillo de ácido,
alejándolo de la unión gastroesofágica (UGE) produciendo el reflujo del gel en vez del ácido. De manera
similar, se ha creado una formulación bioadhesiva que contiene ácido hialurónico-sulfato de condroitina
para el desarrollo de una barrera en la mucosa esofágica que reduce el contacto con el reflujo (13).
Inhibidores de la bomba de protones
Los IBP son los fármacos de primera línea empleados para el tratamiento de la ERGE. Estos fármacos
se unen a las bombas de protones que están activamente secretando ácido, presentan mayor efectividad
los IBP con recubrimiento entérico si se ingieren 30 a 60 minutos antes de cada comida y una menor
efectividad si se ingieren antes de dormir. El Dexlansoprazol es un IBP de liberación retardada dual,
que presenta una eficacia similar en el control del pH independientemente del horario de la ingesta. La
combinación de omeprazol y bicarbonato de sodio brinda un buen control del pH intragástrico durante
primeras 4 horas de sueño cuando se toma antes de acostarse. La variabilidad en el control del pH entre
los IBP sugiere que el cambio de estos fármacos puede ser útil. Un estudio de metaanálisis concluye que
el uso de estos fármacos contribuye con el proceso de cicatrización de forma más efectiva
(aproximadamente 12% más eficaz por semana) y facilitan un mayor alivio del ardor de estómago y la
regurgitación en comparación con los H2RA (6.4% de mejora por semana) (14) (15).
En pacientes que presentan síntomas típicos de ERGE, el tratamiento inicial con IBP se administrará a
corto plazo, con una duración de entre 4 a 8 semanas. Este enfoque es aplicable tanto para la esofagitis
erosiva como para la esofagitis no erosiva. Para aquellos con esofagitis erosiva que presentan úlceras
visibles en la endoscopia, y para el manejo de los síntomas en la ERGE no erosiva, el tratamiento de
mantenimiento con IBP se extenderá a largo plazo (16). Este puede ser continuo o intermitente,
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dependiendo de las necesidades del paciente para lograr un alivio adecuado de los síntomas. En los casos
de ERGE complicada, como la presencia de esófago de Barrett o estenosis esofágica, es fundamental
prescribir IBP a largo plazo para prevenir complicaciones adicionales y controlar eficazmente los
síntomas. Estos pacientes controles médicos en conjunto con pruebas diagnóstica y un tratamiento
continuo para evitar la progresión de la patología (17).
Terapia de mantenimiento y tratamiento intermitente
El tratamiento de mantenimiento con IBP debe administrarse a pacientes con complicaciones de ERGE,
incluyendo esófago de Barret y esofagitis erosiva (EE) grave. Sin embargo, en pacientes sin esófago de
Barrett o EE grave, pero que presentan síntomas al suspender la terapia con IBP, pueden continuar el
tratamiento a demanda, en el cual podrán tomar los IBP solo cuando aparecen los síntomas y los
suspenderán cuando estos se alivian. Más de la mitad de los pacientes con ERGE no erosiva (ERNE)
que responden a los IBP experimentarán una exacerbación de los síntomas al suspender la ingesta de los
IBP. Se recomienda a los pacientes con EE grado C o D continuar con tratamiento a largo plazo para
mantener el alivio de los síntomas. En algunos casos, los pacientes con ERNE pueden manejarse con
terapia intermitente. Un estudio ha demostrado que la culminación del tratamiento con los IBP puede
producir una hipersecreción ácida de rebote, por ende, provocaría un aumento de los síntomas (18).
Duración del tratamiento y efectividad
Los estudios sobre el tratamiento de la ERGE suelen durar entre 8 y 12 semanas, ya que el alivio de los
síntomas y la cicatrización parecen alcanzar su máximo en ese período. Las tasas de cicatrización no
son lineales, por lo que, tanto los médicos como los pacientes deben entender que el alivio de los
síntomas y la cicatrización pueden no ser inmediatos. Los IBP están asociados con una mayor tasa de
alivio completo de los síntomas (evaluado generalmente a las 4 semanas) en pacientes con EE es de
aproximadamente 70%-80% en comparación con pacientes con ERNE, donde el alivio de los síntomas
es de aproximadamente 50%-60%. Los ensayos en pacientes con ERNE se basan en síntomas de ardor
de estómago frecuente y la ausencia de erosiones en una endoscopia inicial, sin documentación objetiva
de ERGE mediante monitoreo del reflujo. Es probable que muchos pacientes con ERNE tengan ardor
de estómago funcional, por lo que es menos probable que respondan a los IBP (19).
Antagonistas de los receptores H2
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El uso de los antagonistas de los receptores H2 (H2RA) se usa como tratamiento complementario a la
terapéutica con IBP, sin embargo, el empleo del H2RA es recomendado cuanto existe contraindicaciones
de IBP. Estudios revelan que los pacientes que tomaron H2RA presentaron mejoría en el control del pH
intragástrico, por lo tanto, el horario recomendado para la ingesta de H2RA es antes de dormir porque
existen pacientes que tienen sintomatología nocturna persistente. Pero otro estudio demostque los
pacientes que seguían la terapéutica de la ingesta nocturna de H2RA durante un mes, presentaron una
pérdida del control del pH (taquifilaxia). Los científicos concluyeron que el uso de un H2RA antes de
dormir presenta grandes beneficios, si la dosificación es la adecuada y empleada sólo en pacientes que
presenten síntomas nocturnos o en aquellos que a pesar del tratamiento con IBP existe evidencia de
reflujo ácido nocturno en el monitoreo de pH (20).
Procinéticos
La literatura acerca del uso de agentes procinéticos en pacientes que cursan con ERGE es bastante
limitada, pero diversos estudios han demostrado que la metoclopramida aumenta la presión del esfínter
esofágico inferior (EEI), de esta manera se acelera el vaciado gástrico y aumenta el peristaltismo
esofágico. Sin embargo, hasta el momento no se ha establecido un enfoque terapéutico óptimo, los datos
sobre la eficacia el uso de procinéticos en ERGE son escasos, y se han reportado eventos adversos con
el tratamiento prolongado y en altas dosis de metoclopramida, incluidos efectos secundarios del sistema
nervioso central (SNC) como depresión, somnolencia, discinesia tardía, irritabilidad, agitación y
reacciones distónicas. Se considera que no es recomendable el uso prolongado de metoclopramida para
el tratamiento de la ERGE (21). Las Prucaloprida es un agonista de 5-HT aprobado por la FDA (Food
Drugs Administration) para el tratamiento de la constipación, quedó registrado en dicho estudio que el
uso de este fármaco presenta una mejora en el vaciado gástrico y a su vez, produce una reducción a la
exposición al ácido esofágico en pacientes con esta patología. En el futuro, esto podría ser una terapia
complementaria potencial para pacientes con ERGE que estén tomando IBP y presenten vaciado gástrico
retardado. Los procinéticos generalmente se utilizan como complemento de los IBP en lugar la
monoterapia para curar la esofagitis (22) (23).
Baclofeno
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El baclofeno es un fármaco agonista de GABA encargado de reducir las relajaciones transitorias del EEI
que dan paso a los episodios de reflujo, a su vez, disminuye la cantidad de eructos, el reflujo nocturno
y el número de eventos de reflujo ácido y no ácido postprandial. La dosis recomendada de baclofeno es
de 5-20 mg tres veces al día en pacientes con reflujo sintomático persistente a pesar del tratamiento con
IBP. El baclofeno puede producir efectos secundarios como mareos, ansiedad, somnolencia, dolor
abdominal, estreñimiento y cefalea (24) (25).
Sucralfato
Es un fármaco agente protector de la mucosa, pero hay escasos estudios que documenten su eficacia en
la ERGE, aunque ha presentado eficacia en la mejoría de los síntomas en pacientes con úlceras
gástricas. El mecanismo de acción del sucralfato es crear un medio ácido que produce un gel viscoso
adherente a las proteínas del cráter ulceroso, formando una barrera para protegerlo de la acción corrosiva
del jugo gástrico. El sucralfato no tiene toxicidad sistémica (26).
CONCLUSIONES
La ERGE es una enfermedad grave del sistema digestivo y también una de las más frecuentes. La
anamnesis es esencial para el diagnóstico de esta patología ya que se toma en consideración tanto los
síntomas habituales como poco los frecuentes, es importante considerar el período, la intensidad, la
evolución, la recurrencia, los factores agravantes, los que alivian los síntomas y el impacto en el
bienestar de la calidad de vida. El diagnóstico más preciso lo otorga la endoscopia digestiva alta. El
manejo terapéutico trata los síntomas que se encuentren presentes en cada paciente, pero el objetivo del
tratamiento es mantener a los individuos en un estado asintomático por un tiempo prolongado, debido a
que requieren medicación continua, podrían ser intolerantes a ciertos fármacos o tienen formas de ERGE
graves podrían considerar la cirugía. Los pacientes con esta patología deben modificar su estilo de vida
y tomar los medicamentos necesarios.
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