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habilidades analíticas y críticas en sus alumnos. En un contexto académico y social donde el
pensamiento crítico es esencial para la toma de decisiones informadas, la integración de los aspectos
epistemológicos se vuelve una estrategia clave para preparar a los estudiantes no solo en el ámbito
académico, sino también en su vida fuera del aula.
Asimismo, al considerar que un 66,7% de los encuestados opina que los aspectos epistemológicos
ayudan a comprender la naturaleza de la ciencia química y su impacto en la sociedad, se enseña que la
educación en química no debe ser considerada un conjunto aislado de datos y fórmulas, sino un campo
que interactúa de manera directa con cuestiones sociales, éticas y ambientales. Este hallazgo implica
que los estudiantes pueden beneficiarse al entender los procesos químicos dentro del contexto histórico
y social que los rodea, promoviendo así un enfoque más consciente en la formación de ciudadanos
informados y comprometidos. La ciencia no es solo teoría; es también un conjunto de prácticas que
afectan nuestras vidas en múltiples dimensiones y comprender su historia y evolución es crucial para
una educación significativa.
La respuesta positiva de un 61,9% sobre la motivación generada por la reflexión sobre los aspectos
epistemológicos indica que este enfoque puede lograr que los estudiantes se sientan más interesados y
comprometidos con su aprendizaje. La relación entre motivación y aprendizaje es fundamental para el
desarrollo educativo, y al hacer que los estudiantes reflexionen sobre cómo se construye el conocimiento
químico, se les otorga un sentido de propósito en su educación. Esto no solo presenta la ciencia como
algo relevante y aplicable a su vida diaria, sino que también promueve un ambiente más dinámico en el
aula, donde los alumnos se convierten en participantes activos de su propio proceso de aprendizaje.
La reflexión sobre la epistemología de la química para fomentar una actitud de respeto hacia la
investigación científica, con un 57,1% de respuestas afirmativas, destaca la función de la educación en
la formación de actitudes éticas y responsables. Hablar de investigación científica implica no solo
realizar experimentos y obtener resultados, sino también entender los procedimientos, las bases éticas y
los límites de la ciencia. Esta visión integral permite que los estudiantes no solo acepten el conocimiento
científico de manera pasiva, sino que también desarrollen un sentido crítico y reflexivo sobre el mismo,
lo cual es indispensable en un mundo donde la ciencia juega un papel central en muchos de los desafíos
modernos que enfrentamos. La educación en química, por lo tanto, se configura como un espacio