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En ese sentido, hay que recalcar que las municipalidades no impulsan la creación de un Consejo de
Participación Juvenil en sus distritos, a pesar que dicha organización social busca impulsar la
participación, promoción y consulta concertada respecto a temáticas juveniles. Pero, ¿cómo se puede
lograr la participación juvenil?, pues siguiendo la normativa vigente y, en especial, el artículo 84 de
la Ley Orgánica de Municipalidades- Ley Nº 27972, en donde se menciona que se debe contar con
participación activa de los jóvenes en la vida política, social, cultural y económica del gobierno local,
lo cual se da a través de los Consejos de Participación Juvenil, al centralizar a todas las organizaciones
del distrito correspondiente.
Respecto a la negativa de los municipios a incentivar la participación juvenil al indagar sobre los
motivos por el desinterés mostrado por los ocupantes de cargos públicos en su mayoría se aprecian
dos motivos identificados. En primer lugar, está inacción se ve influenciada por diversos imaginarios,
los cuales son una constitución subjetiva estrechamente vinculada con la interacción social. En ese
sentido, la población joven no está exenta de poseer un imaginario acerca de sí mismo, según
Benedicto y Morán, la difusión de una imagen de jóvenes políticamente apáticos comenzó a perfilarse
desde mediados de los años ochenta (2015), y han contribuido de manera negativa a la construcción
de la identidad colectiva acerca de la población joven causando que sean catalogados de forma
negativa ante la sociedad.
A raíz de esto, se difundió el imaginario de la apatía acerca de la población juvenil, y,
consecuentemente, se ha visto naturalizado el distanciamiento de los jóvenes a la esfera sociopolítica,
ya que al no ser identificados como relevantes para la vida democrática ven su participación poco
importante. or otro lado, los imaginarios también poseen una repercusión directa en la relación entre
la población joven y su inexperiencia, ya que se considera que los jóvenes no podrán aportar en
demasía al crecimiento y desarrollo de la organización social; por consiguiente, las organizaciones
limitan la participación juvenil.
En contraposición, Senaju establece que la participación política de los jóvenes es fundamental y
decisiva para la democracia y el desarrollo del Perú. Por tanto, debe ser incentivado por los gobiernos
locales, siendo el “bono demográfico” una oportunidad única para el desarrollo de políticas y
proyectos que contribuyan al empoderamiento de la población joven y el desarrollo nacional (2015).