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trombofilia hereditaria, se realizó un estudio que identificó un déficit de tipo I de AT con un nivel
funcional del 45%. Se descartaron otras posibles causas de trombofilia al obtener resultados normales
en pruebas para proteína C, proteína S, resistencia a la proteína C activada, y anticuerpos
antifosfolípidos, además de análisis genéticos que descartaron la mutación del factor V Leiden y la
mutación G20210A de la protrombina.
Un estudio genético adicional del gen SERPINC1 identificó en heterocigosis la variante patogénica
c.1154-14G>A, vinculada al déficit de AT, lo que confirmó el diagnóstico y permitió ofrecer
asesoramiento genético a la familia. El tratamiento se inició con enoxaparina en dosis terapéuticas,
teniendo en cuenta la posible resistencia a las heparinas en pacientes con déficit de AT, y luego se
cambió a acenocumarol oral. A pesar de la limitada evidencia científica, se decidió mantener el
acenocumarol de forma indefinida debido a la alta tasa de recurrencia observada y en línea con las
recomendaciones actuales. Durante el seguimiento, el paciente permaneció asintomático, y después de
8 meses de tratamiento, la trombosis en la válvula aórtica desapareció completamente, dejando solo una
insuficiencia aórtica leve y normalización de los gradientes (gradiente pico de 19 mmHg) (13).
Asimismo, en el año 2005 Marcu y colaboradores describen el caso de un hombre de 24 años,
previamente sano, acudió al servicio de urgencias debido a un dolor repentino e intenso en la región
periumbilical y costovertebral derecha, acompañado de náuseas y vómitos. Su examen físico reveló una
disminución de los ruidos abdominales y dolor en la palpación epigástrica y costovertebral derecha, pero
sus signos vitales, incluida la saturación de oxígeno, eran normales. Aunque no tenía antecedentes de
tabaquismo ni de abuso de drogas, su historial familiar incluía la muerte de su madre a los 41 años por
una embolia pulmonar, probablemente causada por un trastorno de hipercoagulabilidad no especificado.
Las pruebas de laboratorio revelaron leucocitosis, pero su hemograma, química sanguínea y pruebas de
función hepática y renal fueron normales. Una tomografía computarizada (TC) abdominal con contraste
mostró un infarto en el riñón derecho y un trombo en la arteria mesentérica superior (AMS), además de
edema en la pared del intestino delgado. Se realizó una embolectomía con angioplastia y, durante el
procedimiento, una ecocardiografía transesofágica intraoperatoria (ETE) detectó un trombo móvil en la
aorta. El paciente fue tratado con heparina intravenosa, pero se necesitaron dosis más altas de lo habitual
para lograr una anticoagulación adecuada, lo que llevó a un diagnóstico presuntivo de deficiencia de