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INTRODUCCIÓN
El presente siglo no solo evidencia los nuevos fenómenos que circundan y engloban a la universidad,
sino que de forma paralela le impone retos para el desarrollo de la ciencia y la tecnología. Así lo
evidencia el proceso de globalización expansiva en el orbe, propiciando y generando que la sociedad
eleve sus demandas a las instituciones de educación superior (IES), como centros culturales de extrema
importancia con que cuentan los países. Esto obliga a las IES a contar con docentes distinguidos por su
alta preparación, con una actitud vanguardista, y atentos a los cambios relacionados con las tecnologías
de la información y de la comunicación.
El escenario descrito exige de los docentes universitarios un análisis de su rol y participación en función
del desarrollo científico, y de lo que a la universidad le corresponde de acuerdo a su misión, como es
dar respuestas a las demandas que a ella se le realizan desde las esferas de los campos laborales o de los
servicios. Tal como lo señala, la Declaración Mundial sobre Educación Superior en el siglo XXI: visión
y acción, celebrada del 5 al 9 de octubre del año 1998 en París, que en sus artículos uno y cinco, plantea
la promoción del saber mediante la investigación en los ámbitos de la ciencia, el arte, las humanidades
y la difusión de sus resultados, lo que evidencia un grupo de aspiraciones relacionadas con la necesidad
de establecer un equilibrio adecuado entre la investigación fundamental y la orientada hacia objetivos
específicos, en apoyo a los miembros de la comunidad académica que realizan investigaciones, así como
el incremento de estas a todas las disciplinas. En ese sentido, el estado ecuatoriano, consciente del aporte
que las universidades deben dar al desarrollo del país, apoya y promueve investigaciones que se planteen
desde las universidades, al amparo de la Ley Orgánica de Educación Superior (LOES); sin embargo, y
a pesar de que se encuentra orientado el camino de las universidades para el desarrollo de
investigaciones, se evidencian notables insuficiencias en cuanto al desarrollo del conocimiento de los
docentes en metodologías de investigación científica (Salcedo e Ibarra (2011), lo cual constituye una
limitante en el proceso de formación de los futuros profesionales, sobre todo en la articulación coherente
del vínculo docencia e investigación universitaria.
La revisión de la bibliografía sobre esta temática, nos revela que son varios los investigadores que se
ocupan de este tema. Una revisión de la literatura sobre esta problemática evidencia que en la comunidad
académica internacional existen varias investigaciones que le han prestado atención especial a la