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Al ser una condición diagnosticada desde la infancia, es importante reconocer que niños y adolescentes
con diagnóstico de TDAH presentan por lo general alteraciones en el procesamiento doloroso y olfativo,
además de un peor control postural, e independientemente del dominio que se encuentre afectado, el
Metilfenidato tiende a normalizar las alteraciones sensoriales que se presenten. (17)
Sin embargo, el uso prolongado de MFD en menores de 18 años puede causar daños en la corteza
cerebral que afecten la conducta moral y social en la adultez, según estudios recientes en pacientes con
TDAH. Además, se ha observado que su acción en cerebros jóvenes difiere de la de los adultos, ya que
reduce la plasticidad neuronal y la actividad cerebral en los primeros, mientras que en los segundos
aumenta ambos aspectos. (18)
Por esto, se ha estudiado en relación con otras sustancias, principalmente anfetaminas y sus derivados.
En su revisión bibliográfica sobre la relación entre metilfenidato y cafeína en pacientes con TDAH, Ruiz
(2020) seleccionó, analizó y comparó 7 artículos en los que se concluyó que, aunque la cafeína no es
tan fuerte como el metilfenidato, también proporciona resultados terapéuticos relevantes (19), por lo que
su utilidad podría considerarse en este tipo de pacientes.
Finalmente, Viana y colaboradores (2023) realizaron una revisión sistemática de la literatura con el
objetivo de analizar los efectos de diferentes tratamientos en el manejo del TDAH. Entre los estudios
evaluados, el 42,86% se centró en los efectos positivos del MTF, destacando su impacto en los sistemas
de recompensa del cerebro. Por otro lado, el 14,29% de los estudios examinó los beneficios del ANF, el
cual se encontró que mejora tanto la función ejecutiva como la atención sostenida. Además, el 28,57%
de las investigaciones se enfocaron en los efectos beneficiosos de los estimulantes del sistema nervioso
central, incluyendo alternativas como el Modafinil y el Manzidol, sugiriendo su potencial terapéutico
en ciertos casos. Por último, el 14,29% de los estudios analizó los efectos de combinar ambas clases de
tratamiento, destacando su efectividad en el manejo integral del TDAH. En conclusión, se observó que
mientras el MTF tenía una influencia clave en los mecanismos de recompensa, el ANF no solo mejoraba
la función ejecutiva y la atención sostenida, sino también promovía el mindfulness, aportando un
enfoque más completo para el tratamiento de la condición. (20)