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INTRODUCCIÓN
En los últimos años, la población ha experimentado un gran cambio con la llegada de la tecnología, lo
cual conduce al uso generalizado de los dispositivos electrónicos, como celulares, computadoras,
tabletas, que, sin duda, mejoran la calidad y eficiencia de los trabajos, brindan información de manera
rápida, permiten la comunicación a distancia o sirven como de entretenimiento, pero que, con el paso
del tiempo, llegan a ocasionar patologías oftalmológicas.
El ordenador como herramienta de trabajo, si no se utiliza adecuadamente, origina el síndrome visual
informático (SVI), también conocido como síndrome de fatiga visual corporal por computadora,
síndrome del ordenador, síndrome de visión de la computadora o CVS (Computer Visión Syndrome,
por sus siglas en inglés.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha declarado el SVI dentro del grupo de enfermedades
laborales producidas por el esfuerzo visual, resultado del uso prolongado de dispositivos con pantalla.
Este síndrome se define como un conjunto de signos y síntomas que van desde molestias oculares como
picor, ardor, sequedad, lagrimeo, parpadeo, dolor ocular, hasta trastornos visuales como visión borrosa,
visión fragmentada y diplopía, además de síntomas extra oculares como contracturas musculares,
cefaleas, vértigo, molestias cervicales y náuseas, los cuales se producen debido a factores de riesgo
como la iluminación ambiental, la distancia entre el sujeto y el ordenador, la postura del sujeto, el
tiempo de descanso y tiempo de exposición.
Los dispositivos electrónicos generan un espectro de luz visible de longitud de onda corta, dentro del
cual se incluyen todos los colores del azul a 400 nm, violeta, índigo, azul y azul-verdoso. La luz azul
no solo es esencial para la visión del color, estudios recientes han descubierto que, la luz de esta franja
desencadena respuestas fisiológicas esenciales, como la constricción de la pupila y la sincronización
del ritmo circadiano. Sin embargo, la luz azul puede resultar muy dañina para el ojo, y el término “riesgo
de la luz azul” se ha utilizado para describir el peligro que presenta esta luz en las estructuras dentro
del ojo, principalmente en la retina.
La luz azul propicia la generación de especies reactivas al oxígeno, causando daños de tipo
fotoquímicos que conducen a la muerte por apoptosis en los foto receptores y células del epitelio
pigmentario retiniano (EPR) que generan un deterioro de la visión. La retina absorbe miles de fotones