DETERMINACIÓN DEL RIESGO
CARDIOVASCULAR EN DERECHOHABIENTES DE
40 A 65 AÑOS DE LA UNIDAD DE MEDICINA
FAMILIAR N° 57 UTILIZANDO LA HERRAMIENTA
SCORE
CARDIOVASCULAR RISK ASSESSMENT IN PATIENTS
AGED 40 TO 65 AT FAMILY MEDICINE UNIT NO. 57 USING
THE SCORE TOOL
Dr. Ricardo Fuentes Rivero
Unidad de Medicina Familiar N°57
Dra. Mayra Guzmán Morales
Unidad de Medicina Familiar N° 57
Dra. María Marina Moreno Barrón
Unidad de Medicina Familiar N° 57
Dra. María Marina Moreno Barrón
Unidad de Medicina Familiar N° 57
pág. 8172
DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v8i4.12983
Determinación del Riesgo Cardiovascular en Derechohabientes de 40 a 65
Años de la Unidad de Medicina Familiar N° 57 Utilizando la Herramienta
SCORE
Dr. Ricardo Fuentes Rivero
rfr2611@gmail.com
https://orcid.org/0009-0002-0650-1896
Unidad de Medicina Familiar N°57
Boulevard: Los Reyes #170 Fraccionamiento
Los ReyesC.P. 36270 Irapuato, Guanajuato
Dra. María Marina Moreno Barrón
maria.morenoba@imss.gob.mx
https://orcid.org/0009-0003-4317-1934
Unidad de Medicina Familiar N° 57
Boulevard: Los Reyes #170 Fracc. Los Reyes
C.P. 36270 Irapuato, Guanajuato
Dra. María Marina Moreno Barrón
maria.morenoba@imss.gob.mx
https://orcid.org/0009-0005-0204-7907
Unidad de Medicina Familiar N° 57
Boulevard: Los Reyes #170 Fracc. Los Reyes
C.P. 36270 Irapuato, Guanajuato
Dra. Mayra Guzmán Morales1
mayra.guzmanmo@imss.gob.mx
https://orcid.org/0009-0003-4317-1934
Unidad de Medicina Familiar N° 57
Boulevard: Los Reyes #170 Fracc. Los Reyes
C.P. 36270 Irapuato, Guanajuato
RESUMEN
El presente estudio transversal descriptivo y retrospectivo tuvo como objetivo determinar el riesgo
cardiovascular en derechohabientes de entre 40 y 65 años de la Unidad de Medicina Familiar N° 57 en
Irapuato, Guanajuato, utilizando la herramienta SCORE. Se revisaron 253 expedientes clínicos,
evaluando factores de riesgo como hipertensión arterial, diabetes mellitus tipo 2, dislipidemia, obesidad
y tabaquismo. Los resultados mostraron que el 48% de los pacientes presentaban un riesgo
cardiovascular bajo, el 36% un riesgo moderado y el 16% un riesgo alto. Los hombres presentaron un
mayor riesgo en comparación con las mujeres, especialmente en los grupos con obesidad y tabaquismo.
Estos hallazgos subrayan la necesidad de intervenciones preventivas inmediatas y un enfoque más
agresivo en el manejo de factores de riesgo modificables en la atención primaria para reducir la
incidencia de enfermedades cardiovasculares.
Palabras Clave: riesgo cardiovascular, herramienta score, hipertensión arterial, diabetes mellitus,
dislipidemia, obesidad, prevención, atención primaria
1
Autor Principal
Correspondencia: rfr2611@gmail.com
pág. 8173
Cardiovascular Risk Assessment in Patients Aged 40 to 65 at Family
Medicine Unit No. 57 Using the SCORE Tool
ABSTRACT
This descriptive, retrospective, cross-sectional study aimed to determine cardiovascular risk in patients
aged 40 to 65 at Family Medicine Unit No. 57 in Irapuato, Guanajuato, using the SCORE tool. A total
of 253 medical records were reviewed, evaluating risk factors such as hypertension, type 2 diabetes
mellitus, dyslipidemia, obesity, and smoking. The results showed that 48% of the patients had low
cardiovascular risk, 36% had moderate risk, and 16% had high risk. Men were found to have a higher
risk compared to women, particularly in groups with obesity and smoking. These findings underscore
the need for immediate preventive interventions and a more aggressive approach to managing
modifiable risk factors in primary care to reduce the incidence of cardiovascular diseases.
Keywords: cardiovascular risk, score tool, hypertension, diabetes mellitus, dyslipidemia, obesity,
prevention, primary care
Artículo recibido 12 julio 2024
Aceptado para publicación: 15 agosto 2024
pág. 8174
INTRODUCCIÓN
Las enfermedades cardiovasculares (ECV) representan la principal causa de muerte a nivel mundial, lo
que subraya la importancia crítica de su estudio y prevención (World Health Organization [WHO],
2017). En México, al igual que en muchas otras naciones, estas enfermedades siguen siendo una
preocupación de salud pública significativa, exacerbada por factores como la hipertensión arterial, la
diabetes mellitus tipo 2, la dislipidemia, y estilos de vida no saludables, como el sedentarismo y el
consumo excesivo de tabaco y alcohol (Arnett et al., 2019). A pesar de los esfuerzos continuos por
mejorar la atención médica y promover prácticas de vida saludable, la prevalencia de las ECV sigue
siendo alta, afectando la calidad de vida de millones de personas y ejerciendo una presión considerable
sobre los sistemas de salud (Banerjee et al., 2021).
El riesgo cardiovascular, definido como la probabilidad de desarrollar una enfermedad cardiovascular
dentro de un período determinado, es un concepto central en la medicina preventiva y en la gestión de
la salud pública (O'Donnell & Elosua, 2008). La identificación temprana de individuos con alto riesgo
de padecer eventos cardiovasculares permite intervenciones preventivas que pueden retrasar o incluso
prevenir la aparición de enfermedades graves como el infarto agudo de miocardio o el accidente
cerebrovascular (Bertomeu Ruiz & Zambón Rados, 2021). Herramientas como la Calculadora de
Evaluación Sistemática del Riesgo Coronario (SCORE, por sus siglas en inglés), han sido desarrolladas
y validadas para cuantificar este riesgo y guiar las decisiones clínicas (Goff et al., 2013).
La importancia de la prevención y el manejo adecuado del riesgo cardiovascular se ha destacado en
múltiples estudios, siendo uno de los más influyentes el Estudio de Framingham. Este estudio, iniciado
en 1948, fue pionero en identificar los factores de riesgo cardiovascular y su impacto a largo plazo en la
salud de la población (Boston Medical Center, 2022). Los hallazgos de Framingham han sido esenciales
para el desarrollo de herramientas de predicción del riesgo, como la mencionada SCORE, que se ha
validado en diversas poblaciones, incluida la latinoamericana (Portillo et al., 2021). Estas herramientas
permiten una evaluación más precisa y personalizada del riesgo, considerando variables como la edad,
el sexo, la presión arterial sistólica, el perfil de lípidos, y el tabaquismo (Arnett et al., 2019).
En México, las encuestas nacionales de salud han demostrado una alta prevalencia de factores de riesgo
cardiovascular en la población adulta. Por ejemplo, la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición
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(ENSANUT) de 2018 reveló que el 18.4% de la población adulta padece hipertensión arterial, mientras
que el sobrepeso y la obesidad afectan a más del 70% de los adultos (Secretaría de Salud, 2018). Estos
factores no solo incrementan el riesgo de desarrollar ECV, sino que también complican la gestión de
otras enfermedades crónicas, como la diabetes mellitus tipo 2, que es altamente prevalente en esta
población (Delgado-Arévalo et al., 2020).
El papel de la atención primaria en la prevención de las enfermedades cardiovasculares es fundamental.
Es en este nivel de atención donde los pacientes suelen tener su primer contacto con los servicios de
salud, y donde se pueden identificar y manejar de manera temprana los factores de riesgo (Troncoso,
2018). Sin embargo, la identificación efectiva del riesgo cardiovascular en la atención primaria requiere
de herramientas diagnósticas accesibles y confiables, así como de una formación adecuada del personal
de salud en su uso e interpretación (Force USPST, 2016).
El presente estudio tiene como objetivo determinar el riesgo cardiovascular en derechohabientes de entre
40 y 65 años de la Unidad de Medicina Familiar 57 (UMF 57) en Irapuato, Guanajuato. Este
grupo de edad es particularmente relevante para la prevención de ECV, ya que muchas de las
intervenciones más efectivas, como el manejo de la hipertensión y la reducción del colesterol, pueden
ser implementadas con mayor éxito antes de que los individuos lleguen a la tercera edad (Reyna de la
Paz et al., 2021). Además, este estudio busca identificar los factores de riesgo cardiovascular
predominantes, así como las comorbilidades más comunes en esta población, proporcionando
información valiosa para la planificación de intervenciones preventivas en el ámbito local (González
López et al., 2021).
El enfoque en la identificación y manejo del riesgo cardiovascular no es solo una cuestión de mejorar la
salud individual, sino que también tiene implicaciones significativas para la salud pública. Las
intervenciones preventivas que se implementan de manera efectiva en la atención primaria pueden
reducir la incidencia de ECV, lo que a su vez disminuye la carga sobre los hospitales y reduce los costos
asociados con el tratamiento de estas enfermedades (Santamaría-Ulloa et al., 2021). Además, la
implementación de políticas de salud basadas en la evaluación del riesgo cardiovascular puede mejorar
la equidad en la atención sanitaria, asegurando que los recursos se destinen a aquellos que más lo
necesitan (Chen et al., 2022).
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En resumen, la determinación del riesgo cardiovascular es un componente esencial en la estrategia de
prevención de las enfermedades cardiovasculares. A través de herramientas validadas como la SCORE,
es posible identificar a individuos en riesgo y dirigir las intervenciones de manera más efectiva. Este
estudio, al enfocarse en una población específica dentro del contexto mexicano, no solo contribuye al
cuerpo de conocimiento global sobre el riesgo cardiovascular, sino que también proporciona datos
cruciales para mejorar la atención médica en un nivel local. La identificación de factores de riesgo y
comorbilidades en derechohabientes de la UMF 57 permiti a los profesionales de la salud
desarrollar intervenciones personalizadas y potencialmente salvar vidas (Stone et al., 2014).
El abordaje del riesgo cardiovascular en la atención primaria, como se plantea en este estudio, es
particularmente importante en un contexto como el mexicano, donde la carga de las ECV es alta y los
recursos para su tratamiento son limitados (Secretaría de Salud, 2018). La prevención a través de la
identificación temprana del riesgo y la intervención oportuna es una estrategia clave para mejorar la
salud de la población y reducir la mortalidad relacionada con las enfermedades cardiovasculares (Goff
et al., 2014). Asimismo, la implementación de políticas de salud basadas en la evaluación del riesgo
puede tener un impacto positivo en la reducción de las desigualdades en salud, garantizando que aquellos
en mayor riesgo reciban la atención adecuada (Stone et al., 2014).
Este estudio también aborda la necesidad de adaptar las herramientas de evaluación del riesgo
cardiovascular a las características específicas de la población mexicana. Aunque la herramienta SCORE
ha sido validada en poblaciones latinoamericanas, es crucial continuar evaluando su aplicabilidad y
precisión en diferentes contextos locales (Portillo et al., 2021). La comprensión de cómo factores como
la genética, la dieta, y el entorno socioeconómico influyen en el riesgo cardiovascular en xico puede
ayudar a refinar estas herramientas y mejorar su utilidad en la práctica clínica diaria (Xin et al., 2022).
Finalmente, este estudio subraya la importancia de una colaboración efectiva entre los distintos niveles
del sistema de salud para abordar de manera integral el problema de las ECV. La atención primaria,
como primer punto de contacto, juega un papel central en la detección y manejo del riesgo, pero su éxito
depende de un sistema de salud que apoye estas iniciativas con recursos adecuados, capacitación, y
acceso a herramientas diagnósticas de calidad (Arnett et al., 2019). Este enfoque integrado es esencial
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para enfrentar los desafíos actuales y futuros en la prevención y tratamiento de las enfermedades
cardiovasculares en México y otros países con contextos de salud similares.
Principales Teorías Relacionadas con el Riesgo Cardiovascular
El estudio del riesgo cardiovascular ha sido un tema de interés desde hace varias décadas, y a lo largo
de los años, diversas teorías y modelos han sido propuestos para comprender los mecanismos
subyacentes y los factores que contribuyen al desarrollo de las enfermedades cardiovasculares (ECV).
En este apartado, se revisarán las principales teorías y modelos que han influido en el campo de la
epidemiología cardiovascular y que siguen siendo relevantes en la práctica clínica y la investigación
actual.
Teoría de la Respuesta a la Lesión
Una de las teorías más antiguas y ampliamente aceptadas en el campo de la cardiología es la Teoría de
la Respuesta a la Lesión propuesta por Ross y Glomset en 1976. Según esta teoría, la aterosclerosis, una
de las principales causas de enfermedades cardiovasculares, es una respuesta inflamatoria crónica de la
pared arterial a una lesión endotelial (Ross, 1999). La lesión puede ser provocada por diversos factores,
como el estrés hemodinámico, la hipertensión, el tabaquismo, la hiperlipidemia y la diabetes (Ross,
1999). Esta teoría sostiene que la disfunción endotelial es el primer paso en el desarrollo de la
aterosclerosis, seguida por la adhesión de monocitos y linfocitos al endotelio, su migración a la íntima
arterial, y la transformación de los monocitos en macrófagos que fagocitan lípidos, formando células
espumosas que contribuyen a la formación de la placa aterosclerótica (Libby, 2021).
Este modelo ha sido fundamental para el desarrollo de estrategias terapéuticas dirigidas a proteger la
integridad del endotelio y reducir los factores de riesgo modificables, como la dislipidemia y la
hipertensión (Lusis, 2000). Además, ha impulsado investigaciones sobre el papel de la inflamación en
la aterogénesis y su potencial como objetivo terapéutico, lo que ha llevado al desarrollo de
medicamentos antiinflamatorios específicos para reducir el riesgo cardiovascular (Ridker et al., 2017).
Teoría del Estrés Oxidativo
Otra teoría que ha ganado relevancia en la comprensión de las enfermedades cardiovasculares es la
Teoría del Estrés Oxidativo. Según esta teoría, el estrés oxidativo, definido como el desequilibrio entre
la producción de especies reactivas de oxígeno (ERO) y la capacidad del cuerpo para detoxificarlas o
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repararlas, juega un papel crucial en la patogénesis de las ECV (Madamanchi & Runge, 2007). Las ERO
pueden dañar directamente las células endoteliales, oxidar las lipoproteínas de baja densidad (LDL), y
promover la inflamación vascular, todos ellos factores que contribuyen al desarrollo de la aterosclerosis
(Valko et al., 2007).
Esta teoría ha sido respaldada por múltiples estudios que demuestran la asociación entre el estrés
oxidativo elevado y un mayor riesgo de ECV. Además, ha llevado a la investigación sobre el uso de
antioxidantes como posible estrategia terapéutica para reducir el riesgo cardiovascular. Sin embargo, los
ensayos clínicos que han evaluado los efectos de los antioxidantes han producido resultados mixtos, lo
que sugiere que la relación entre el estrés oxidativo y las ECV es compleja y aún no se comprende
completamente (Steinberg & Witztum, 2010).
Teoría del Síndrome Metabólico
El Síndrome Metabólico es un conjunto de factores de riesgo que aumentan significativamente la
probabilidad de desarrollar enfermedades cardiovasculares y diabetes mellitus tipo 2. Estos factores
incluyen la obesidad abdominal, la hipertensión, la hiperglucemia, la hipertrigliceridemia y los niveles
bajos de colesterol HDL (Grundy et al., 2004). La teoría del síndrome metabólico propone que la
resistencia a la insulina es el principal mecanismo subyacente que vincula estos factores de riesgo con
un mayor riesgo cardiovascular (Reaven, 1988).
Esta teoría ha sido ampliamente aceptada y ha llevado a un enfoque integrado en la prevención y el
tratamiento de las ECV, en el que se abordan múltiples factores de riesgo simultáneamente. Además, ha
fomentado la investigación sobre intervenciones que puedan mejorar la sensibilidad a la insulina, como
los cambios en el estilo de vida, la pérdida de peso y el uso de fármacos específicos (Eckel et al., 2005).
A pesar de su aceptación generalizada, la teoría del síndrome metabólico ha sido objeto de debate, ya
que algunos investigadores argumentan que los factores de riesgo individuales son más importantes que
el síndrome como un todo en la predicción del riesgo cardiovascular (Kahn et al., 2005).
Teoría del Riesgo Acumulativo
La Teoría del Riesgo Acumulativo sugiere que el riesgo cardiovascular aumenta a lo largo del tiempo
debido a la acumulación de exposiciones a factores de riesgo, tanto modificables como no modificables
(D’Agostino et al., 2008). Este modelo se basa en la idea de que el riesgo cardiovascular no es estático,
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sino que varía en función de la exposición continua a factores de riesgo como la hipertensión, el
tabaquismo, la dislipidemia y la diabetes. A lo largo del tiempo, la exposición acumulada a estos factores
de riesgo contribuye a un daño progresivo de las arterias, lo que eventualmente lleva al desarrollo de
ECV.
La teoría del riesgo acumulativo ha sido fundamental para el desarrollo de modelos de predicción de
riesgo a largo plazo, como la puntuación de riesgo de Framingham, que estima el riesgo de un evento
cardiovascular a 10 o 30 años basado en la acumulación de factores de riesgo (Wilson et al., 1998). Este
enfoque ha permitido a los médicos identificar a los individuos con mayor riesgo y personalizar las
estrategias de prevención a lo largo de la vida.
Teoría del Inflamación Crónica de Bajo Grado
La Teoría de la Inflamación Crónica de Bajo Grado postula que la inflamación persistente, aunque
subclínica, desempeña un papel central en el desarrollo y progresión de las ECV (Ridker, 2019). Esta
inflamación de bajo grado puede ser inducida por factores como la obesidad, el sedentarismo, la dieta
rica en grasas saturadas y el estrés crónico, todos ellos asociados con un aumento de los marcadores
inflamatorios como la proteína C reactiva (PCR) (Libby, 2021). La teoría sostiene que esta inflamación
crónica conduce a la disfunción endotelial, la progresión de la aterosclerosis, y la desestabilización de
las placas ateroscleróticas, aumentando así el riesgo de eventos cardiovasculares agudos como el infarto
de miocardio y el accidente cerebrovascular.
Esta teoría ha dado lugar a la investigación sobre terapias antiinflamatorias para la prevención de ECV.
Uno de los estudios más destacados en este campo es el ensayo CANTOS, que demostró que el
canakinumab, un anticuerpo monoclonal antiinflamatorio, redujo significativamente la incidencia de
eventos cardiovasculares en pacientes con un historial previo de infarto de miocardio y niveles elevados
de PCR (Ridker et al., 2017). Estos hallazgos sugieren que la inflamación crónica es un objetivo
terapéutico viable para reducir el riesgo cardiovascular, aunque la generalización de estos resultados
requiere más investigación.
Teoría de la Disfunción Endotelial
La Teoría de la Disfunción Endotelial se centra en el papel del endotelio, la capa interna de las arterias,
en la regulación del tono vascular y la homeostasis vascular (Luscher & Barton, 1997). Según esta teoría,
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la disfunción endotelial, caracterizada por una capacidad reducida para producir óxido nítrico (NO) y
una respuesta proinflamatoria exagerada, es un factor clave en el desarrollo de la aterosclerosis y otras
ECV (Deanfield et al., 2007). La reducción de la biodisponibilidad de NO, una molécula vasodilatadora
y antiinflamatoria, promueve la vasoconstricción, la inflamación, y la trombosis, contribuyendo a la
progresión de la aterosclerosis.
Este concepto ha sido respaldado por estudios que muestran que la mejora de la función endotelial
mediante el control de los factores de riesgo cardiovascular, como la hipertensión y la hiperlipidemia,
puede reducir el riesgo de eventos cardiovasculares (Vanhoutte et al., 2017). Además, ha impulsado la
investigación sobre nuevos tratamientos que mejoren la función endotelial, como los inhibidores de la
enzima convertidora de angiotensina (ECA), los antagonistas de los receptores de angiotensina II, y los
suplementos de L-arginina, un precursor de NO (Luscher & Barton, 1997).
Teoría del Colesterol LDL y Aterogénesis
La Teoría del Colesterol LDL y Aterogénesis se basa en la premisa de que las lipoproteínas de baja
densidad (LDL) oxidadas son el principal factor causal de la aterosclerosis (Steinberg & Witztum, 2010).
Según esta teoría, las partículas de LDL oxidado se infiltran en la pared arterial, donde son fagocitadas
por macrófagos, formando células espumosas que se acumulan y forman placas ateroscleróticas
(Witztum & Steinberg, 2001). Estas placas pueden crecer y eventualmente romperse, provocando la
formación de un trombo que puede obstruir el flujo sanguíneo y causar un infarto de miocardio o un
accidente cerebrovascular.
Esta teoría ha sido fundamental para el desarrollo de terapias dirigidas a reducir los niveles de LDL en
sangre, como las estatinas, que inhiben la síntesis de colesterol en el hígado, y los inhibidores de la
PCSK9, que aumentan la eliminación de LDL de la circulación (Sabatine et al., 2017). Los estudios han
demostrado consistentemente que la reducción de los niveles de LDL reduce significativamente el riesgo
de eventos cardiovasculares, lo que respalda la importancia del manejo de los lípidos en la prevención
de las ECV (Stone et al., 2014).
Teoría del Modelo Psicosocial
El Modelo Psicosocial propone que los factores psicosociales, como el estrés, la depresión, la ansiedad,
y el apoyo social, tienen un impacto significativo en el riesgo de ECV (Rozanski et al., 1999). Este
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modelo sugiere que el estrés crónico y la falta de apoyo social pueden llevar a cambios fisiológicos,
como el aumento de la presión arterial, la disfunción endotelial, y la activación del sistema nervioso
simpático, que a su vez aumentan el riesgo de desarrollar ECV (Steptoe & Kivimäki, 2012).
El modelo psicosocial ha sido respaldado por estudios que demuestran que el estrés crónico, el bajo
nivel socioeconómico, y la falta de apoyo social están asociados con un mayor riesgo de ECV y peor
pronóstico después de un evento cardiovascular (Hemingway & Marmot, 1999). Además, ha llevado a
la inclusión de intervenciones psicosociales en las guías de manejo de las ECV, como el asesoramiento
y la terapia cognitivo-conductual para reducir el estrés y mejorar la calidad de vida (Rozanski et al.,
1999).
Teoría de la Hipótesis Inmunológica
La Hipótesis Inmunológica sugiere que el sistema inmunológico juega un papel crucial en la patogénesis
de las ECV. Según esta teoría, las células inmunitarias, incluidas las células T, los macrófagos, y los
linfocitos B, están involucradas en todas las etapas de la aterosclerosis, desde la lesión inicial hasta la
ruptura de la placa (Hansson, 2005). Las células inmunitarias no solo responden a la acumulación de
lípidos en la pared arterial, sino que también secretan citocinas y otras moléculas que promueven la
inflamación y la progresión de la aterosclerosis.
Esta teoría ha dado lugar a la investigación sobre el papel de las terapias inmunomoduladoras en la
prevención y tratamiento de las ECV. Aunque la investigación en este campo aún está en sus primeras
etapas, los estudios preclínicos sugieren que la modulación de la respuesta inmunitaria podría ser una
estrategia prometedora para reducir el riesgo cardiovascular (Hansson & Hermansson, 2011).
MATERIALES Y MÉTODOS
Enfoque y Diseño del Estudio
Este estudio se diseñó como un estudio transversal descriptivo y retrospectivo, con un enfoque
cuantitativo. La investigación se llevó a cabo en la Unidad de Medicina Familiar (UMF) 57 en
Irapuato, Guanajuato, durante el período de enero a diciembre de 2022. El estudio se centró en la
determinación del riesgo cardiovascular en derechohabientes de entre 40 y 65 años, utilizando la
herramienta SCORE para evaluar dicho riesgo.
Población y Muestra
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Población
La población de estudio incluyó a todos los pacientes derechohabientes de la UMF 57 que tienen
entre 40 y 65 años de edad. Este rango de edad se seleccionó porque es el grupo en el que se ha
demostrado que las intervenciones para la prevención de enfermedades cardiovasculares son s
efectivas y porque la herramienta SCORE está validada para su uso en esta franja de edad.
Criterios de Inclusión
Pacientes derechohabientes de la UMF N° 57 con edades comprendidas entre los 40 y 65 años.
Expedientes clínicos que contengan datos biométricos completos, incluyendo presión arterial
sistólica, colesterol total, y colesterol HDL.
Pacientes sin antecedentes de enfermedades cardiovasculares previas, como infarto agudo de
miocardio.
Criterios de Exclusión
Expedientes de pacientes con diagnóstico previo de infarto agudo al miocardio o con secuelas de
este.
Expedientes incompletos o con datos faltantes en las variables clave para el estudio.
Tamaño de la Muestra
Se calculó un tamaño de muestra utilizando la fórmula para estimar una proporción en poblaciones
infinitas, aceptando un nivel de confianza del 95%, una precisión del 3%, y una proporción
esperada del 5%. La fórmula utilizada fue:
n=Zα2p(1−p)d2n = \frac{{Z_{\alpha}^2 \cdot p \cdot (1-p)}}{{d^2}}n=d2Zα2p(1−p)
Donde:
ZαZ_{\alpha}Zα es el valor de la distribución normal correspondiente al nivel de confianza del
95%.
ppp es la proporción esperada (5%).
ddd es la precisión de la estimación (3%).
El cálculo resultó en un tamaño de muestra de 203 expedientes. Considerando una posible pérdida de
datos del 20%, se ajustó el tamaño de la muestra a 253 expedientes.
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Recolección de Datos
Método de Recolección
La información se obtuvo de manera indirecta a través de la revisión de los expedientes electrónicos
almacenados en el Sistema de Información de Medicina Familiar (SIMF) de la UMF 57. Se
desarrolló una guía específica para la recolección de datos, que incluía dos rubros principales:
datos sociodemográficos y datos clínicos.
Variables del Estudio
Variable Dependiente: Riesgo cardiovascular, determinado por la herramienta SCORE, y
expresado en porcentaje de riesgo: bajo (0%-4%), moderado (5%-9%), y alto (≥10%).
Variables Independientes:
o Edad: Años cumplidos al momento de la consulta.
o Sexo: Masculino o femenino.
o Peso: Medido en kilogramos.
o Talla: Medida en metros.
o Colesterol Total: Medido en miligramos por decilitro (mg/dL).
o Colesterol HDL: Medido en mg/dL.
o Presión Arterial Sistólica: Medida en milímetros de mercurio (mmHg).
o Tabaquismo: Presencia o ausencia del hábito tabáquico.
o Índice Tabáquico: Calculado como el número de cajetillas fumadas al año por la persona.
o Estado Nutricional: Clasificado como desnutrición (<18), peso normal (18-25), sobrepeso (25-
30), obesidad grado I (30-35), obesidad grado II (35-40), y obesidad mórbida (>40).
o Comorbilidades: Presencia de dos o más enfermedades como diabetes mellitus tipo 2 (DM2),
hipertensión arterial, dislipidemia, obesidad, cáncer, u otras.
Instrumentos
Herramienta SCORE: Utilizada para calcular el riesgo de padecer un evento cardiovascular en
los próximos 10 años. Esta herramienta considera factores como edad, sexo, colesterol total,
colesterol HDL, presión arterial sistólica, y hábito tabáquico. La herramienta ha sido validada
para su uso en la población latinoamericana.
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Guía de Registro de Datos: Diseñada para estandarizar la recolección de información
sociodemográfica y clínica. Los datos fueron ingresados en una hoja de cálculo en Microsoft
Excel para su posterior análisis.
Procedimiento
1. Aprobación Ética: El protocolo fue sometido y aprobado por el Comité Local de Investigación
y Ética en Investigación en Salud (CLEIS) del Hospital General de Zona con Medicina Familiar
No. 2 del IMSS. Además, se solicitó una excepción de la Carta de Consentimiento Informado
debido a que el estudio no implicaba riesgos directos para los pacientes y se basaba en la revisión
de expedientes clínicos.
2. Revisión de Expedientes: Se revisaron los expedientes electrónicos de los pacientes que
cumplían con los criterios de inclusión. Los datos fueron extraídos y registrados según las
variables establecidas.
3. Aplicación de la Herramienta SCORE: Se calculó el riesgo cardiovascular utilizando la
herramienta SCORE, y se clasificó a los pacientes en las categorías de riesgo bajo, moderado y
alto.
4. Análisis de Datos: Los datos recopilados se ingresaron en una base de datos en Excel y se
analizaron utilizando el software SPSS V25. Se empleó estadística descriptiva para presentar los
resultados. Las variables cuantitativas con distribución normal se reportaron en media y
desviación estándar, mientras que las variables con distribución libre se reportaron en mediana y
rango intercuartílico. Las variables categóricas se presentaron en frecuencias y porcentajes.
Aspectos Éticos
El estudio fue clasificado como de bajo riesgo de acuerdo con el Reglamento de la Ley General de Salud
en Materia de Investigación para la Salud, ya que se basó en la recolección retrospectiva de datos de
expedientes clínicos. Se garantizaron la confidencialidad y el anonimato de los pacientes mediante la
asignación de números identificadores a los datos recolectados. Los resultados del estudio serán
difundidos a través de presentaciones en congresos y foros científicos, así como en publicaciones
académicas, sin comprometer la identidad de los participantes.
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Recursos y Factibilidad
El estudio se llevó a cabo utilizando recursos propios de los investigadores, incluyendo el acceso a las
bases de datos de la UMF 57, equipo de cómputo, y software de análisis estadístico. El equipo
investigador, compuesto por especialistas en Medicina Familiar con experiencia en investigación
clínica, estuvo a cargo de la ejecución y análisis de los datos.
Limitaciones del Estudio
Una de las principales limitaciones de este estudio es su diseño retrospectivo, que depende de la calidad
y la integridad de los datos registrados en los expedientes clínicos. Además, el estudio se llevó a cabo
en una única unidad de medicina familiar, lo que puede limitar la generalización de los resultados a otras
poblaciones o regiones.
RESULTADOS
Características Demográficas y Clínicas de la Población Estudiada
Se revisaron un total de 253 expedientes de pacientes derechohabientes de la UMF 57 en Irapuato,
Guanajuato, que cumplían con los criterios de inclusión. La distribución por sexo fue equitativa, con un
52% de mujeres (n = 132) y un 48% de hombres (n = 121). La edad promedio de la población estudiada
fue de 54.3 ± 6.2 años.
En cuanto al estado nutricional, el 26% de los pacientes presentó un peso normal (n = 66), el 38%
presentó sobrepeso (n = 96), y el 36% tenía algún grado de obesidad (n = 91), de los cuales el 20%
correspondía a obesidad grado I, el 10% a obesidad grado II, y el 6% a obesidad mórbida. El tabaquismo
fue reportado en el 22% de los pacientes (n = 56).
Las comorbilidades más frecuentes fueron la hipertensión arterial, presente en el 58% de los casos (n =
147), seguida por la diabetes mellitus tipo 2 en el 34% (n = 86) y la dislipidemia en el 42% (n = 106).
Un 18% de los pacientes (n = 46) presentaba más de una comorbilidad, siendo la combinación s
común hipertensión arterial y diabetes mellitus tipo 2.
Distribución del Riesgo Cardiovascular según la Herramienta SCORE
Utilizando la herramienta SCORE, se determinó que el 48% de la población tenía un riesgo
cardiovascular bajo (0%-4%) (n = 121), el 36% presentaba un riesgo moderado (5%-9%) (n = 91), y el
16% un riesgo alto (≥10%) (n = 41).
pág. 8186
Dentro del grupo con riesgo alto, se observó que la mayoría de los pacientes eran hombres (61%, n =
25) y que la prevalencia de obesidad y tabaquismo era significativamente mayor en este grupo en
comparación con los grupos de riesgo bajo y moderado. Además, el 73% de los pacientes con riesgo
alto tenía hipertensión arterial, y el 56% presentaba diabetes mellitus tipo 2.
DISCUSIÓN
Evaluación del Riesgo Cardiovascular en la Población Estudiada
Los resultados del presente estudio revelan una distribución preocupante del riesgo cardiovascular entre
los derechohabientes de la UMF N° 57, con un 52% de los pacientes presentando un riesgo moderado a
alto de eventos cardiovasculares en los próximos 10 años. Este hallazgo subraya la necesidad urgente
de implementar estrategias de prevención y manejo más efectivas en esta población.
La prevalencia de factores de riesgo cardiovascular, como la obesidad, la hipertensión arterial, y la
diabetes mellitus tipo 2, fue alta en la población estudiada, lo que coincide con datos reportados en
estudios similares en otras regiones de México (ENSANUT, 2018). La alta prevalencia de hipertensión
(58%) y diabetes mellitus tipo 2 (34%) es particularmente alarmante, ya que ambos son factores de
riesgo bien establecidos para enfermedades cardiovasculares y están fuertemente asociados con un
aumento en la mortalidad cardiovascular (Goff et al., 2014).
Comparación con Estudios Previos
Los resultados de este estudio son consistentes con otros estudios realizados en poblaciones similares,
donde también se ha observado una alta prevalencia de factores de riesgo cardiovascular y un
considerable porcentaje de la población con riesgo moderado a alto (González López et al., 2021). Sin
embargo, es notable que en este estudio, la prevalencia de riesgo cardiovascular alto fue mayor en
hombres que en mujeres, lo que podría reflejar diferencias en la prevalencia de factores de riesgo
específicos, como el tabaquismo y la obesidad, que fueron más comunes en los hombres de este grupo
de estudio.
Este hallazgo está alineado con la literatura existente que indica que los hombres tienden a tener un
mayor riesgo de ECV que las mujeres, especialmente antes de la menopausia, cuando las mujeres están
protegidas en cierta medida por factores hormonales (Libby, 2021). Sin embargo, la transición a la
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menopausia también representa un período de aumento del riesgo para las mujeres, lo que sugiere que
se requieren enfoques de prevención que consideren las diferencias de género (Deanfield et al., 2007).
Implicaciones Clínicas y de Salud Pública
La alta proporción de pacientes con riesgo moderado y alto de ECV sugiere la necesidad de
intervenciones inmediatas y multifacéticas para reducir el riesgo cardiovascular en esta población.
Intervenciones como la modificación del estilo de vida, incluyendo la reducción de peso, el control de
la presión arterial, y la cesación del tabaquismo, son fundamentales y deben ser promovidas de manera
agresiva en la atención primaria (Steinberg & Witztum, 2010). Además, es esencial considerar la
implementación de terapias farmacológicas para el control de la dislipidemia y la hipertensión, que han
demostrado ser efectivas en la reducción del riesgo cardiovascular (Sabatine et al., 2017).
Desde una perspectiva de salud pública, estos hallazgos destacan la importancia de fortalecer los
programas de prevención cardiovascular a nivel comunitario. La detección temprana del riesgo y la
intervención oportuna pueden no solo mejorar la calidad de vida de los pacientes, sino también reducir
la carga económica sobre el sistema de salud, asociada con el tratamiento de las complicaciones de las
ECV (Ross, 1999).
Limitaciones del Estudio
Este estudio presenta algunas limitaciones que deben ser consideradas al interpretar los resultados.
Primero, su diseño retrospectivo y unicéntrico podría limitar la generalización de los hallazgos a otras
poblaciones o regiones. Además, la calidad de los datos depende de la precisión de los registros en los
expedientes clínicos, lo que podría introducir sesgos si algunos datos no fueron registrados de manera
consistente.
Otra limitación es que no se incluyeron en el análisis factores de riesgo no tradicionales, como la
inflamación crónica o los factores psicosociales, que también podrían influir en el riesgo cardiovascular
(Rozanski et al., 1999). Futuras investigaciones podrían beneficiarse de un enfoque más holístico que
considere una gama más amplia de factores de riesgo y que utilice un diseño prospectivo para evaluar
el impacto de las intervenciones preventivas a lo largo del tiempo.
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CONCLUSIÓN
El presente estudio proporciona evidencia importante sobre la distribución del riesgo cardiovascular en
una población específica de derechohabientes de la UMF 57, destacando la alta prevalencia de
factores de riesgo y la necesidad urgente de intervenciones preventivas. Los hallazgos refuerzan la
importancia de la detección temprana y el manejo agresivo de los factores de riesgo en la atención
primaria, así como la necesidad de políticas de salud pública que aborden de manera integral el riesgo
cardiovascular.
En conclusión, para reducir eficazmente el riesgo cardiovascular en esta población, se requiere un
enfoque combinado que incluya tanto la intervención clínica dirigida como la promoción de cambios en
el estilo de vida. La implementación de estas estrategias no solo mejorará los resultados de salud a nivel
individual, sino que también contribuirá a la reducción de la carga global de enfermedades
cardiovasculares en la comunidad.
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