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Ocampo y el colegio de bachilleres “plantel Carlos A. Madrazo”, y a unos 10 minutos del poblado se
encuentra el instituto Tecnológico Nacional de la Zona Maya. En estas escuelas a veces suele haber una
sobrepoblación, porque al haber solo una escuela para cada nivel, no da para que todos puedan estudiar
y más cuando gente externa sigue llegando, por lo que algunos deciden ir a otros pueblos cercanos o
algunos dejan de estudiar.
Para los niños chapitas, esto es diferente porque ellos toman sus clases en las galeras, las cuales no
cuentan con alguna infraestructura a diferencia que las escuelas bien constituidas tienen todo el
mobiliario necesario, como aulas, canchas, algunos equipos, entre otros, esto de alguna manera causa
una gran diferencia entre la zona urbana y rural.
Garantizar una infraestructura adecuada para todas las escuelas es un aspecto indispensable de
la garantía del derecho a la educación; por otro lado, la desigual distribución de la misma, en
detrimento de aquellas que atienden a estudiantes con menor capital económico, social y
cultural, acrecienta las diferencias educativas al limitar la capacidad de la educación para reducir
las brechas educativas. (Miranda López, 2018, párr. 4)
En Chiapas se tiene este tipo de problemática, sobre todo en las poblaciones más marginadas, de donde
salen las familias que migran a Carlos A. Madrazo, las que buscan tener un mejor futuro por medio de
un empleo bien pagado. No es que en esta comunidad haya mucha infraestructura, simplemente es mejor
de donde salieron, lo cual lleva a que muchos niños vayan al menos a aprender algo más allá de lo que
sus padres les pueden inculcar, pero no quiere decir que la educación que reciben ahí sea de calidad.
En Chiapas y en sus diferentes pueblos o localidades cercanas al estado también cuentan con necesidades
educativas muy notorias, por ejemplo, los padres en su mayoría no saben leer ni escribir, esto representa
el 50% de los padres encuestados, lo que significa que al no tener ellos esa formación no lo ven tan
necesaria para sus hijos.
En torno a la observación que se hizo del lugar en donde toman clases los niños chiapanecos, se tiene
que es un lugar en donde se ve un poco la exclusión, dado que no es como tal una escuela, sino un lugar
adaptado para poder llevar a cabo el proceso de enseñanza aprendizaje, lo que anteriormente se dijo que
se conoce como galera. Estos lugares no son apropiados, puesto que no se tiene una infraestructura
adecuada, no hay pizarrones o pintarrones, mesas y sillas, material didáctico, entre otros, todo se queda