pág. 8730
INTRODUCCIÓN
La transformación del mundo laboral, caracterizada por la creciente automatización, las nuevas
tecnologías, la intensificación del trabajo y mayores demandas, ha generado la aparición de factores
psicosociales en el entorno de trabajo. Estos factores de carácter psicológico y social, inherentes a la
organización del trabajo y a las relaciones laborales, se asocian a un incremento en la prevalencia de
enfermedades crónicas-degenerativas y no transmisibles que ponen en riesgo la salud de los
trabajadores a nivel mundial (Ordelín-Font y García-Rivas, 2021).
Los factores psicosociales emergen en entornos laborales particulares y se vivencian de manera
individual, a medida que cada trabajador internaliza las demandas laborales y las evalúa en relación con
sus propias habilidades y recursos, desarrollan mecanismos para afrontarlas (Tovalín-Ahumada, y
Rodríguez-Martínez, 2011). En este sentido, la experiencia de los factores psicosociales es altamente
subjetiva e individual para cada trabajador al estar expuesto a estos.
Hay que considerar que los factores psicosociales son condiciones organizacionales del trabajo, y como
tal, estos no son únicamente negativos, el aspecto positivo prevalece en este concepto. Por lo tanto, los
factores psicosociales no son un riesgo por sí mismos, pero pueden llegar a serlo cuando los procesos
implicados y sus contextos aparecen dentro del trabajo peligroso, esto causa desequilibrio entre las
capacidades y los requerimientos de la tarea; entonces el riesgo psicosocial se convierte en un efecto
negativo de carácter psicológico (Moreno-Jiménez, 2011). Al respecto, hay que diferenciar entre los
factores psicosociales y factores de riesgo psicosocial, los primeros son descriptivos y se refieren a la
estructura organizacional, a las condiciones psicosociales del trabajo; los segundos son predictivos y se
refieren a las condiciones organizacionales y de interacción humana cuando tienen una probabilidad de
tener efectos lesivos sobre la salud y el bienestar de los trabajadores, cuando actúan como factores
desencadenantes de la tensión, burnout, estrés laboral, insomnio, desórdenes cardiovasculares y
digestivos, violencia laboral, entre otros, provocándole un mal psicofisiológico y del comportamiento,
deteriorando con ello la salud (Moreno-Jiménez, 2011; Narváez-Pérez, 2018; Saldaña-Orozco, Polo-
Vargas, Gutiérrez-Carvajal y Madrigal-Torrez, 2020 y Aguillón et al., 2020). La relación entre los
factores psicosociales, la salud de los trabajadores y el desempeño organizacional es evidente. Estos
factores, además de aumentar el riesgo de adicciones (Moreno-Jiménez, 2011), deterioran