
Posibles interpretaciones
Dualidad riqueza
/ pobreza
“Ni almohada ni confianza halló jamás esta
familia de parientes del basurero. Se acostaban
separados, sin desvestirse, y dormían como
ladrones, con la cabeza en el costal de sus
riquezas; desperdicios de carne, zapatos rotos,
cabos de candela, puños de arroz cocido
envueltos en periódicos viejos, naranjas y
guineos pasados, (,,,) Comidos y con el dinero
bajo siete nudos en un pañuelo atado al
ombligo, se tiraban al suelo y caían en sueños
agitados, tristes; pesadillas por las que veían
desfilar cerca de sus ojos cerdos con hambre,
mujeres flacas, perros quebrados, ruedas de
carruajes y fantasmas de Padres que entraban a
la Catedral en orden de sepultura, precedidos
por una tenia de luna crucificada en tibias
heladas” (Asturias, 1946, p. 6).
Las repercusiones del mito de la dicotomía
entre la pobreza y la riqueza afectan
principalmente a los marginados que
carecen de cualquier tipo de beneficio. Esto
se evidencia en las cocinas de los mercados,
donde los desamparados se adentran con
hambre en busca de alimento; los insultos,
el entorno de escasez y desesperación
reflejan la degradación de la humanidad. La
presencia del presidente en la Catedral
sugiere la existencia de una división entre la
pobreza y la riqueza, ya que las vidas de los
desamparados difieren notablemente de las
de otros ciudadanos, siendo un símbolo del
sufrimiento que experimenta cualquier país
latinoamericano en comparación con las
potencias del primer mundo
Dualidad del
mundo espiritual
y físico
“Medio en la realidad, medio en el sueño,
corría el Pelele perseguido por los perros y por
los clavos de una lluvia fina. Corría sin rumbo
fijo, despavorido, con la boca abierta, la lengua
fuera, enflecada de mocos, la respiración
acezosa y los brazos en alto. A sus costados
pasaban puertas y puertas y puertas y ventanas
y puertas y ventanas... De repente se paraba,
con las manos sobre la cara, defendiéndose de
los postes del telégrafo, pero al cerciorarse de
que los palos eran inofensivos se carcajeaba y
seguía adelante, como el que escapa de una
prisión cuyos muros de niebla a más correr,
más se alejan” (Asturias, 1946, p. 20).
Este relato aborda el universo
subconsciente y tangible de sus personajes.
En el capítulo II, "La fuga de Pelele", se
narra la historia de un personaje crucial en
la trama, quien es perseguido tanto por la
justicia como por el tormento que le causa
el espíritu de su madre. La comunidad opta
por un líder tirano en medio del sufrimiento
causado por una política totalitaria, lo que,
según Asturias, corrompe al pueblo y
fomenta la división entre sus ciudadanos. A
través del personaje de Pelele, Asturias
presenta un arquetipo humano que vive en
la dualidad entre lo ficticio y lo verdadero.
Este personaje, marcado por la constante
persecución del fantasma materno, moldea
su identidad y personalidad.
“La noche los reunía al mismo tiempo que a las
estrellas. Se juntaban a dormir en el Portal del
Señor sin más lazo común que la miseria,
maldiciendo unos de otros, insultándose a
regañadientes con tirria de enemigos que se
buscan pleito, riñendo muchas veces a codazos
y algunas con tierra y todo, revolcones en los
que tras escupirse, rabiosos, se mordían. Ni
almohada ni confianza halló jamás esta familia
de parientes del basurero. Se acostaban
separados, sin desvestirse, y dormían como
ladrones, con la cabeza en el costal de sus
riquezas; desperdicios de carne, zapatos rotos,
cabos de candela, puños de arroz cocido
envueltos en periódicos viejos, naranjas y
guineos pasados” (Asturias, 1946, pp. 5-6).
Algunos mendigos son ciegos, pero al caer
la noche, todos se convierten en una
comunidad unida, sin importar su origen
étnico, edad, género, etc. La realidad
temporal se fusiona con lo mítico; el mito se
entrelaza con la cotidianidad.