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En el año 2021, Esmaeil y colaboradores detallaron nueve casos de niños con cardiopatías congénitas
(CC) complicados por infecciones de COVID-19, con edades comprendidas entre los 18 días y los 14
años. Dos de los pacientes fallecieron: un niño de 14 años con estenosis aórtica que presentó dolor
torácico, dificultad respiratoria y opacidades pulmonares bilaterales; a pesar de ser tratado con
antibióticos y antivirales, desarrolló síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA) y falleció. El otro
fue un lactante de 10 meses con síndrome del corazón izquierdo hipoplásico (HLHS) y conducto
arterioso persistente (CAP), que ingresó con cianosis y baja saturación de oxígeno; el tratamiento no
pudo prevenir su fallecimiento por insuficiencia respiratoria, a pesar de múltiples fármacos.
Entre los siete sobrevivientes, se incluyen varios con defectos cardíacos severos. Un niño de 5 años con
tronco arterioso (TA) presentó dificultad respiratoria, edema generalizado y hepatomegalia, siendo
tratado con azitromicina y cefotaxima. Dos lactantes, de 18 meses y 6 meses respectivamente, con
defecto del tabique ventricular (VSD) y situs ambiguo, fueron ingresados para cirugía de emergencia;
ambos dieron positivo para COVID-19, pero sobrevivieron a la infección y a la cirugía. Una recién
nacida de 18 días con CAP fue intubada por dificultad respiratoria y tratada por infecciones bacterianas
y fúngicas, además de COVID-19, también sobrevivió tras recibir cefotaxima, vancomicina y
azitromicina. Una niña de 2 años con tetralogía de Fallot (TOF) presentó síntomas gastrointestinales y
respiratorios, pero se recuperó con el tratamiento adecuado. Un niño de 5 meses con conexión venosa
pulmonar anómala total (CVTAP) y CIV, que desarrolló fiebre e insuficiencia renal durante su
hospitalización, fue estabilizado con hemodiálisis. Finalmente, una niña de 4 meses con atresia pulmonar
y un stent en el conducto arterioso desarrolló cianosis y baja fracción de eyección, siendo tratada con
cefotaxima tras dar positivo para SARS-CoV-2, también sobrevivió.
En general, los pacientes recibieron tratamientos variados, incluidos antibióticos como azitromicina,
cefotaxima y en algunos casos terapias antivirales. Las principales complicaciones observadas fueron
infecciones bacterianas secundarias, insuficiencia respiratoria y renal, y edema generalizado. A pesar de
la gravedad de las condiciones, siete de los nueve pacientes lograron recuperarse con manejo intensivo,
mientras que los dos fallecidos presentaron los cuadros clínicos más severos (13).
De igual manera, en el año 2021 Lakhdar y colaboradores presentan el caso de una mujer de 60 años
con antecedentes médicos de diabetes mellitus, hipertensión e hiperlipidemia acudió al servicio de