Alteridad elemento ausente y factor com�n en violaci�n de derechos humanos del socialismo del siglo XXI: Venezuela y Nicaragua

 

 

Mercedes Matilde Montiel de Henriquez

[email protected]

Facultad de Derecho

Universidad Hemisferios

(Quito-Ecuador)

 

Karla Nicole Guerra Granda

[email protected]

Facultad de Ciencias Sociales y Humanas

Universidad Hemisferios

(Quito-Ecuador)

 

 

RESUMEN

Las Investigadoras pretenden con este trabajo, establecer que la Intolerancia producto de la falta de Alteridad en el individuo, es la causa determinante de la violaci�n de Derechos Humanos en pa�ses como Venezuela y Nicaragua, tomados como pa�ses referenciales. El aporte a lograr con este estudio es considerar que es posible la convivencia entre los hombres, aun existiendo diferencias culturales, ideol�gicas, religiosas o de cualquier naturaleza. Respetando en todo tiempo y momento el derecho de la persona a su libertad en variados �mbitos, siempre y cuando se cuide no afectar el derecho de los dem�s y de la sociedad en general.

 

Palabras Clave: alteridad; derechos humanos; socialismo; Venezuela; Nicaragua


Alterity absent element and common factor in violation of human rights of 21st century socialisms: Venezuela and Nicaragua

 

ABSTRACT

The Researchers intend with this work to establish that Intolerance, a product of the lack of Alterity in the individual, is the determining cause of the violation of Human Rights in countries such as Venezuela and Nicaragua, taken as reference countries. The contribution to be achieved with this study is to consider that coexistence between men is possible, even if there are cultural, ideological, religious differences or of any nature. Respecting at all times and at all times the right of the person to their freedom in various areas, as long as they take care not to affect the rights of others and society in general.

 

Keywords: alterity; human rights; socialism; Venezuela; Nicaragua

 

 

 

 

Art�culo recibido:� 02 noviembre. 2021

Aceptado para publicaci�n: 28 noviembre 2021

Correspondencia: [email protected]

Conflictos de Inter�s: Ninguna que declarar

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

INTRODUCCI�N

El examinar la intolerancia como origen de actos violentos, forma parte del aspecto fundamental a considerar en la violaci�n de Derechos Humanos. Ahora bien, para comprender la Intolerancia en su conformaci�n, naturaleza y existencia, se debe tomar en cuenta, a la persona detentadora de esta.

Al analizar la persona en sentido metaf�sico y moral, se aprecia en el primer caso un ser que subsiste solo y distinto, libre, aut�nomo, due�o de s� mismo,�(Hoyos, 1991, p�g. 48) en cuanto a lo moral es el ser responsable de sus acciones, capaz de superarse, de realizarse. Desde el �mbito metaf�sico es el ser dotado por naturaleza, de intelecto y voluntad, due�o de sus actos, con un �nico destino intransferible, un ser que act�a, en base a lo cual se conoce la persona, ya que sus acciones nos permiten conocerle (Hoyos, 1991, p�g. 52)

En los dos sentidos antes mencionados, de la persona en s�, vienen a ser la base del individuo como sujeto de derecho, ya que, al ser capaz jur�dicamente, es capaz naturalmente por su condici�n de ser humano, realiza actos justos, es decir su conducta se ajusta al otro, respetando las reglas jur�dicas como persona jur�dica que es�(Hoyos, 1991, p�g. 53).

Es v�lido considerar que la distinci�n conceptual, filos�fica y jur�dica de persona tiene su fundamento en la raz�n, no en la realidad conceptualizada, ya que, si todo hombre es persona en sentido filos�fico, tambi�n lo es en sentido jur�dico y el derecho lo que hace es reconocer y proteger su naturaleza y dignidad de persona.

Se conoce que la persona humana desde su creaci�n posee un haber natural conformado por los bienes que le son propios, como la vida, la libertad, entre otros, los cuales tiene desde su origen, adquiridos y medidos por su naturaleza humana, los que deben ser respetados por todos, por lo que su lesi�n u ofensa va dirigida a la realidad personal del individuo (Hoyos, 1991, p�g. 112).

Las caracter�sticas propias de la naturaleza humana impl�citas y expresadas en todo lo que conforma al individuo, es lo que hace al hombre diferente a otros seres de la naturaleza, lo cual se da a conocer desde el aspecto mental, �tico y social.

En lo propio de la naturaleza humana, se tiene la luz de la raz�n, elemento del derecho natural con car�cter universal, no cambiante, aun consider�ndose las diversas culturas y civilizaciones y sobre todo la variabilidad entre los seres humanos. Lo antes indicado, forma parte de lo conocido como dignidad de la persona humana, el termino dignidad proviene del lat�n Dignitas, que significa alguien que merece algo, este merecimiento puede provenir del hecho de actuar debidamente, pero tambi�n en cuanto a la importancia que corresponde a un ser, sin que influya su comportamiento, en base a esto, toda persona humana es digna.�(Hoyos, 1991, p�g. 127)

La persona humana es digna tanto ontol�gicamente como moralmente, en el primer caso se caracteriza por el hecho de subsistir en una naturaleza de por s� perfecta. Esta subsistencia presenta un aspecto negativo referido a que el ser subsistente no est� sometido a otro, no es de otro, es un ser absolutamente libre, y el positivo, relativo a que la persona es un ser que se autodetermina, autogobierna, es due�a de si y de sus actos, ambos aspectos est�n �ntimamente relacionados y se complementan entre s�, ya que la persona humana desde su creaci�n posee un haber natural que conforman el ser del hombre, como sus potencias, sus tendencias, las que moralmente dispone a un uso y fin determinado, disposici�n pesada por el buen obrar, por su inteligencia y voluntad, debidamente orientada por su conciencia bien formada. (Hoyos, 1991, p�gs. 128-129)

Para esta conciencia bien formada es indispensable la educaci�n, tanto familiar como a todo nivel educativo, y esta debida conciencia responde cuando hemos obrado mal, turb�ndose, por lo que seguir los dict�menes de la conciencia debidamente conformada, permite un correcto proceder. Se puede afirmar que la persona es due�a de si y de su entorno, siempre y cuando no afecte a otro, que en su accionar; se trate de una persona �ntegra.

La conciencia es la luz del alma, ubicada en lo profundo del ser del hombre, y de ella depende el nivel de moralidad de la sociedad, si se apaga, el hombre queda a oscuras y puede atropellarse y atropellar a otros, queda desorientado, sin gu�a, ve las cosas deformadas, llega a pensar que los sucesos y personas son como el las ve y no como realmente son (Carvajal, 2006)

Estos aspectos y elementos que conforman el ser del hombre no requieren justificaci�n, porque est�n ah�, est�n impl�citos en el ser de la persona humana, pero si requieren ser protegidos, porque forman parte de su derecho natural, existente antes de la legislaci�n positiva, siendo la base del derecho positivo, el cual se activa mediante la implementaci�n de normas, actos y decisiones en pro de la protecci�n del sujeto de derecho. Los dos derechos mencionados conforman una unidad, ya que los derechos humanos son una realidad en s�, una realidad social regulada y estructurada, y el derecho positivo establece las disposiciones normativas necesarias en protecci�n y resguardo de los derechos humanos.

En base a lo antes indicado, por medio de los derechos humanos, que se reconocen como verdaderos derechos, se pretende regular, normatizar� y proteger ese derecho natural, el cual no es cedido ni otorgado por ninguna entidad, pero que debido a la reiterada violaci�n de los mismos, surge la imperiosa necesidad de resguardarlos, auparlos y protegerlos, fundamentado en la integridad personal del individuo, debiendo ser este derecho natural de la persona humana,� conservado y desarrollado en todo el ser de la persona, no sometido a ninguna condici�n, por lo que no puede afectarse sin que repercuta en toda la conformaci�n del hombre, en su contexto f�sico, ps�quico y moral como un todo.

De acuerdo con lo expuesto se puede sostener que los derechos humanos son naturales y positivos. naturales al tener su origen en la dignidad de la persona y positivos en cuanto a que su promoci�n, regulaci�n, garant�a y protecci�n proceden de actos de voluntad pol�tica, permitiendo de esta manera que sean m�s operativos.

En la actualidad se observa en distintas partes del mundo una reiterada violencia y violaci�n de derechos humanos por distintas razones, ideol�gicas, religiosas, de raza, lengua y otras m�s, siendo testigo la sociedad actual, de la perdida de la tolerancia, puntualmente debido a la falta de valores, en las familias y en general en la colectividad.

De acuerdo con el an�lisis del Dr. R�mulo Lander (2015), la Intolerancia se fundamenta en la imposibilidad de mantener la �Alteridad�, que no es otra cosa, que la capacidad de aceptar o tolerar las diferencias existentes en el otro.

Cada sujeto desarrolla su propio sistema de valores e ideales, y al no reconocer la validez de las diferencias de cada ser, no le es posible tolerar los distintos aspectos presentes en el otro, debiendo lidiar con el empuje natural de eliminarlo o destruirlo, en caso de no lograr convencerlo o someterlo a sus criterios, ideolog�as o sistema.

Tolerancia y Alteridad

De acuerdo con lo antes indicado, se pregunta �qu� es la tolerancia? el t�rmino proviene del verbo latino �tollerare� soportar o aguantar, hoy visto como un valor o virtud del ser humano, que surge y se logra sobre todo en el entorno familiar, por lo que debe cuidarse el ejemplo que se da en la familia.

Hoy en d�a, la tolerancia se complica, se hace m�s dif�cil, debido a una cultura de poca Tolerancia para todo, lo cual se va pasando de generaci�n en generaci�n, perjudicando la debida convivencia entre las personas.

La tolerancia permite, que lo distinto en �l o del otro, no debe llevar a tenerlo como un rival o enemigo, logra el debido crecimiento de los seres humanos, es un valor mediante el cual se aprende aceptar lo distinto del otro, se evita enfrentamientos, a no crear ambientes hostiles, y que aun cuando el otro tenga ideas, criterios distintos o sea de por si diferente, debe respetarse, y esto no necesariamente dar� lugar al cambio de ideas, criterios o modo de actuar, a no ser que evaluado libremente, se desee cambiar, mejorando, complementando las propias ideas, cambi�ndolas radicalmente o simplemente manteniendo las propias ideas, criterios o modo de proceder, sin que esto afecte la relaci�n con el otro distinto.

La libertad del pluralismo permite considerar que no hay ninguna verdad por encima de la libre discusi�n racional entre personas dispuestas a entenderse, lo cual se aprecia como base de las actuales democracias liberales (Qui�ones, 2019) como menciona el Padre Fernando Oscariz Prelado del Opus Dei �quien ama la libertad logra ver lo que tiene de positivo y amable lo que otros piensan. Valorar a quienes piensan distinto o de modo diverso, es una actitud que denota libertad interior y apertura de miras� y San Jos� Mar�a fundador del Opus Dei, expresa: �De esa libertad nacer� un sano sentido de responsabilidad personal y sabr�is no solo renunciar a vuestra opini�n, cuando ve�is que no respond�a bien a la verdad, sino tambi�n aceptar otro criterio, sin sentiros humillados por haber cambiado de parecer��(Cardenas, s-f, p�gs. 22-23)

De otro modo al pretender imponer lo que tenemos como propio, no se respeta la libertad de los dem�s, se cae en una sociedad r�gida, primordialmente llevada por el miedo al cambio, resultando dif�cil y muchas veces imposible aceptar variaciones que puedan presentarse a nivel personal o social, siempre en b�squeda de la verdad.

Al preguntarse, �y que es la verdad?� el termino proviene del lat�n Veritas, es la correspondencia entre lo que pensamos o sabemos, con la realidad, lo cual no puede ser refutado racionalmente. Se habla de verdad relativa, la que se considera en cuanto a determinados criterios, como es el caso de una norma, y verdad absoluta, son las ideas o proposiciones ciertas para todas las culturas y en todos los tiempo (Significados, 2018), pudiendo afirmarse, que la verdad, es la exacta correlaci�n con la realidad, sin considerar lo que las cosas sean para cada quien, sino lo que ellas son en s� mismas, por eso en la b�squeda de la verdad debemos actuar libremente, sin presiones o controles indebidos o exagerados, que solo buscan llevar nuestra acci�n y decisi�n a un determinado resultado manipulado o dirigido a un� fin en particular.

Esta acci�n y decisi�n personal, al considerarse al hombre en una realidad �nica e irrepetible (Hoyos, 1991, p�g. 66) con derechos naturales impl�citos en su ser de persona, no otorgada o cedida por nada ni nadie, tomadas con la� libertad existente en su ser desde su creaci�n, pudiendo definirse esta libertad, como la facultad y derecho de toda� persona para elegir responsablemente, seg�n su capacidad de conciencia y su voluntad, el debido proceder en la sociedad.

Seg�n lo expuesto, se observa que en la tolerancia influyen una serie de aspectos como la verdad, la libertad y un factor sumamente importante la Alteridad, que� se menciona con anterioridad, y elemento determinante, que debe estar presente en el ser del individuo, desarrollando la capacidad que tiene el sujeto de discriminarse del objeto, y donde aparece el <yo soy yo> y el <tu eres t�> y por lo tanto aparece el <yo no soy tu> por lo que, al perderse la Alteridad, el sujeto pasa a no discriminar al otro como un ser diferente, y aparece el <yo no soy tu>, por lo que no se puede tolerar las diferencias existentes en el otro.�(Hoyos, 1991)

En base a todo esto, los sujetos que pueden mantener la Alteridad se reconocen diferentes al otro y no ven las diferencias como una amenaza del otro, por lo que pueden tolerar las diferencias presentes en cada uno� (Lander, 2015, p�gs. p�rr 3-6).

El origen etimol�gico procede de la palabra latina �alteritas� que proviene de los componentes alter-otro y el sufijo dad-cualidad. Es en relaci�n al otro donde la posici�n del yo, filos�ficamente hablando, descubre el mundo que le rodea y la presencia del otro, donde las concepciones, costumbres del otro son diferentes, viene a ser, ponernos en el lugar del otro y comprenderle.

La Alteridad propicia el dialogo, buscando el entendimiento entre las dos partes, por lo que la falta de Alteridad hace imposible la relaci�n debido a que las posiciones chocan entre s� y no habr� entendimiento, no ser� posible una integraci�n arm�nica, ya que el m�s fuerte (f�sica, por poder, capacidad de control, entre otros) se impondr�, sin aprovechar el enriquecimiento que pueden darse mutuamente. (Porto & Merino, 2014)

El sentido Alteridad ligado al sentido com�n, propicia la armon�a en las relaciones, logrando una mejor convivencia entre los hombres� (Serrano B. , 2009)

Seg�n lo indicado puede afirmarse, como lo hace la �Declaraci�n de Principios sobre la Tolerancia� aprobada por la UNESCO en 1995, que �La tolerancia consiste en el respeto, la aceptaci�n y el aprecio de la rica diversidad de las culturas de nuestro mundo, de nuestras formas de expresi�n y modos de ser humanos� (UNESCO, 1995).

La Directora General de la UNESCO Audrey Azoulay, en su mensaje por el D�a Internacional de la Tolerancia el 16 de noviembre de 2017 expresa �� la tolerancia debe ser algo m�s que la indiferencia y la aceptaci�n pasiva del otro. La tolerancia debe verse como un acto de liberaci�n, por el que las diferencias de los dem�s, se aceptan igual que las nuestras, es un acto de humanidad, que debemos alimentar y practicar cada d�a en nuestra propia vida, a fin de celebrar la diversidad que nos hace fuertes y los valores que nos unen.� (Azoulay, 2017).

Seg�n lo analizado con anterioridad, la falta de Alteridad llega a nublar la conciencia y el debido discernimiento, dando lugar a la violencia en contra del otro.

Al considerar el elemento de la violencia, esta, llega a ser impactante, no solo en situaciones de conflicto, sino en diversas relaciones humanas, cualquiera sea el sexo, edad, raza e ideolog�a

Es un comportamiento deliberado, aprendido o provocado, que da lugar a da�o f�sico o psicol�gico en quien lo recibe, no es algo nuevo ya que se trata de un fen�meno hist�rico influido por factores familiares, pol�ticos, culturales, econ�micos, psicol�gicos, con afectaciones en muchos casos irreparables para quienes los sufren, su entorno y la sociedad.

Tomando como punto de referencia la violencia pol�tica, el enfoque en este caso se encuentra en el agregado psicol�gico, en base al cual las revoluciones se explican por m�viles psicol�gicos que desencadenan en violencia pol�tica, como la respuesta violenta de distintos movimientos ideol�gicos, al conflicto entre los gobiernos y los diversos grupos que luchan por el poder, lo que da respuesta a la violencia colectiva y revoluciones (Aparicio, 2015).

De acuerdo al mismo autor �ltimamente mencionado, la forma en que puede combatir la sociedad la violencia extrema es logrando actualizar su capacidad de resistencia y sufrimiento, adem�s de involucrarse activamente en solventar las situaciones de violencia.

Como puede apreciarse en el desarrollo de este objetivo, la Intolerancia se activa, al no estar presente en el individuo la Alteridad, la cual le permite tolerar y aceptar las diferencias presentes en los otros.

Haciendo referencia al contenido del segundo Cap�tulo, en cuanto a considerar la eliminaci�n de grupos humanos por Intolerancia en el presente siglo en los pa�ses en estudio, se observan aspectos similares tanto en Venezuela como Nicaragua, que ser�n tratados conjuntamente, resaltando las diferencia que se aprecien en el desarrollo del estudio, en base a lo cual se ha logrado obtener la siguiente informaci�n.

Hoy en d�a, es com�n que algunos gobernantes, tengan como objetivo principal de su pa�s, el mantener su poder, dando cabida a una serie de abusos de poder y donde el pueblo es el perjudicado.

Haciendo referencia a Venezuela, y aun cuando el pa�s ha tenido la ingrata experiencia de dictaduras en sus gobiernos, el establecimiento de un sistema criminal, altamente delictual y destructivo como el actual, empieza a verse desde 1999 con la llegada de Ch�vez a la presidencia, ya que este hizo una transformaci�n total del sistema, planteando un r�gimen totalitario al que todos se deb�an someter�(Ruiz, 2008).

A pesar de que la situaci�n no era de lo mejor, Ch�vez logro mantenerse durante 14 a�os en el poder, hasta su deceso. Con la muerte de este, su segundo al mando Nicol�s Maduro asumi� el cargo de primer mandatario, pr�cticamente impuesto por Ch�vez, con consecuencias negativas para el pa�s, debido a que desde que este �ltimo llego al poder, se han dado situaciones cr�ticas en diversos �mbitos econ�mico, de salud, pol�ticos entre otros, para Venezuela.

En cuanto a Nicaragua, ha tenido al presidente Daniel Ortega como mandatario aproximadamente 15 a�os, este ha sido el que m�s tiempo ha estado al poder, del mal llamado socialismo del siglo XXI.

�Desde su primer mandato, de 1985 a 1990 y de 2007 hasta la actualidad, implantando un gobierno aut�rquico y totalitario, apreci�ndose durante su nuevo periodo como presidente, que la situaci�n se ha salido de control, la represi�n que se vive en Nicaragua solo se puede describir como una consecuencia de la grave crisis socioecon�mica presente en esa naci�n.

En los pa�ses antes mencionados, desde hace algunos a�os se presenta una crisis extrema en temas sobre los derechos humanos, lo vivido por los habitantes de estos pa�ses es inimaginable, el acceso a una vivienda digna, alimentos, salud, empleo con un sueldo justo, libertad de expresi�n, debido proceso, entre otros, es inalcanzable.

Lo antes expuesto, ha dado lugar a una alta emigraci�n, ya que desde el 2015 se calcula que m�s de 4 millones de venezolanos han migrado en b�squeda de un mejor futuro, lo cual representa aproximadamente un 10% de la poblaci�n total del pa�s, seg�n datos reflejados por BBC News Mundo para el 15 de enero 2020, estos c�lculos revelan que dentro� de los pa�ses con m�s cantidad de emigrantes,� se tiene a Colombia con aproximadamente 1.3 millones de venezolanos, Per� con 768 mil, Chile 288 mil, Ecuador 263 mil, Argentina 130 mil y finalmente Brasil con 168 mil, estas cifras han ido en ascenso, la rapidez con la que las cifras aumentan, asombran a organizaciones como la ONU, ACNUR y la OIM, habl�ndose ya de Di�spora de estas poblaciones �(EL PAIS , 2019, p�g. s/n).

En Nicaragua la represi�n est� presente de una manera muy grave, el gobierno patrocina grupos paramilitares que se encargan de aplacar las masas que se atreven a revelarse, se estima que producto de esto, hay m�s de 300 muertos, aproximadamente 2.000 heridos y cientos de personas apresadas, sin contar los desaparecidos (Human Rights Watch, 2019)

En ambos pa�ses, las personas que se encuentran en prisi�n han sido v�ctimas de una serie de torturas como choques el�ctricos, asfixias, golpizas desmedidas, abusos sexuales, desprendimiento de u�as, como parte de la tortura a que son sometidos, adem�s de todas estas atrocidades se le suman torturas psicol�gicas�(Human Rights Watch, 2019) .

Debido a la situaci�n por la que Venezuela y Nicaragua est�n pasando, los ciudadanos optan por salir, pero los que no logran escapar de la crisis, debido a razones econ�micas, familiares, de salud, se convierten en v�ctimas de la completa ilegitimidad de los actos de estos gobiernos.

Seg�n el observatorio venezolano de violencia (OVV), solo en enero 2019, la mitad de los delitos cometidos fueron por parte de la polic�a, estos se dieron espec�ficamente en las manifestaciones para reprimir a los llamados por ellos insurgentes�(OVV REGI�N CAPITAL, 2019, p�g. s/n).

Se estima que, desde hace casi dos d�cadas, en Venezuela, se han dado aproximadamente 300.000 asesinatos, pero en los seis a�os que Nicol�s Maduro ha gobernado, m�s de 1.000.000 de venezolanos han sido v�ctima de la llamada ��Operaci�n de Liberaci�n del Pueblo �� siendo acusados por desacato a la autoridad� (INFOBAE , 2019).

Con Nicaragua nos enfrentamos a un problema similar, pero en este caso son grupos paramilitares afines al gobierno los que se encargan de controlar cualquier acto de rebeld�a al gobierno, esto ha provocado que cientos de personas est�n desaparecidas, pues estos grupos apresan a cualquier llamado insurgente y no dan explicaci�n alguna de lo que suceda con ellos. El gobierno esconde la cantidad de personas que est�n desaparecidas o muertas.

Lo que indigna a la sociedad tanto de Venezuela como de Nicaragua, es la impunidad que los agresores tienen, a pesar de ir contra la ley y principalmente contra los derechos humanos, Venezuela se excusa alegando, estado de excepci�n.

Nicaragua ha incumplido e irrespetado notoriamente los derechos humanos, ya que, de 109 decesos en el 2018, apenas 9 han sido judicializadas, esto implica que el resto ni siquiera ha iniciado un proceso judicial para esclarecer los hechos�(Independientes, 2018, p�g. 239).

�La represi�n es el m�todo que ambos gobiernos usan para mantenerse en el poder, sin importar las vidas que se pierdan, se usan los recursos que supuestamente son destinados a la protecci�n del pueblo en su contra, las manifestaciones cada vez m�s se van saliendo de control, y se hacen m�s cr�ticas y riesgosas.

Tanto en Nicaragua como en Venezuela, cuando se ha considerado�� el llamado al di�logo entre los actuales gobiernos con el pueblo, como un paso para lograr una posible soluci�n a la situaci�n existente, esta posibilidad, no se logra completar, ya que no se obtiene respuesta positiva alguna, siendo utilizado por estos gobiernos como un tiempo a su favor, en momentos de grave crisis.

Venezuela- Nicaragua y los Derechos Humanos

La situaci�n presente en estas naciones es alarmante, d�a a d�a se pueden ver noticias que revelan la cruda realidad que se vive; pero �todo esto a qu� se debe?, podr�a tratar de justificarse, por la total carencia de habilidades de mando de sus gobiernos, en Venezuela, agentes externos como los pa�ses que mantienen una ri�a silenciosa buscando controlar Venezuela y sus recursos, la nula cooperaci�n de las fuerzas armadas al pueblo, o simplemente todas juntas. �Pero realmente qu� es lo que sucede?�� Noticias sobre torturas, ejecuciones, violaciones, abuso de poder, personas que no tienen que comer, familias que migran, son de las principales razones existentes, y todo esto nos lleva a una conclusi�n: �acaso la empat�a se ha perdido? Sobre todo, de los gobernantes en relaci�n con sus gobernados.

Seg�n el �ltimo reporte de la Comisi�n Interamericana de Derechos Humanos, la organizaci�n recibi� 819 denuncias por violaciones de derechos humanos en contra de M�xico, 536 en contra de Colombia, 67 en contra de Chile y tan s�lo 53 en contra de Venezuela. Lo cual llama la atenci�n, trat�ndose del pa�s que atraviesa la peor crisis de derechos humanos de la regi�n�(Defiende Venezuela , 2019).

De lo sucedido en estos pa�ses, no es sorprendente que muchos se vean m�s perjudicados que otros, grupos que han sido marginados u olvidados por todos, como es el caso de los adultos mayores, ni�os y enfermos, tanto en Venezuela como en Nicaragua.

En Venezuela la situaci�n de los adultos mayores es cr�tica, decenas de ancianos han sido olvidados en asilos por sus familiares, que justific�ndose en la crisis del pa�s deciden salir de este, dejando atr�s incluso a sus propios padres o abuelos, esto con tal de librarse de los infortunios que su pa�s desencadena.

Pero el abandono, no es el problema principal que estas personas enfrentan, la falta de alimentos, medicamentos y recursos para los ancianos, es cada vez m�s preocupante, la pensi�n que los ancianos reciben es de un aproximado de 350 mil bol�vares mensuales, unos $4,50 aproximadamente al mes, teniendo en cuenta la inflaci�n, y el abrumante precio de los alimentos que sin duda es mucho mayor al de la pensi�n; esto provoca que un anciano no logre satisfacer sus necesidades b�sicas�(Made for minds , 2019).

�Los �ndices de depresi�n han aumentado, y la escasez de medicamentos antidepresivos igual, como consecuencia, las cifras de suicidios de ancianos han ido en ascenso�(Made for minds , 2019).

�En los centros de atenci�n para ancianos, no hay personal suficiente para el cuidado adecuado de estas personas, lo que ha hecho que los adultos mayores, que se encuentran en mejores condiciones tengan que ayudar en quehaceres del sitio, cocinando, limpiando, e incluso ba�ando y alimentando a los ancianos en condiciones m�s alarmante�(Made for minds , 2019).

En Nicaragua la situaci�n no es distinta, los beneficios que la ley de Nicaragua les ofrece a los ancianos es abundante, pero no en la pr�ctica, pues se han dejado de lado a todo este sector, por lo menos en la capital, los ancianos son olvidados por todos, por el gobierno, por la sociedad y lo m�s triste, por su familia al igual que en Venezuela.

Un dato interesante es que el gobierno venezolano enviaba ayuda econ�mica a Nicaragua con el fin de ayudar a los jubilados, pero desde que esto termino y la crisis se dio, el gobierno de Nicaragua se dedic� a dejar sin fondos el Instituto Nicarag�ense de Seguridad Social (INSS), y esto provoco que no se logre repartir las pensiones a los jubilados (Rocha, 2017).

Las personas de la tercera edad en estos pa�ses han sido olvidadas, no existe una cultura de respeto hacia el mayor, este problema, se ha elevado potencialmente con la crisis en estos pa�ses, ya que a�os antes, pod�a darse muy espor�dicamente, no de modo generalizado, teniendo como base de esta situaci�n, una problem�tica social, sumado a la mala administraci�n de los recursos por parte del gobierno, dando lugar a una tormenta,� que arrastra entre otros, con los ancianos de estos pa�ses, denomin�ndolos �abuelos hu�rfanos�.

Colectivos

En Nicaragua todos los colectivos que han manifestado su inconformidad con el rumbo al que el gobierno est� llevando al pa�s, han sido perjudicados de alg�n modo, el gobierno dictatorial que lleva Daniel Ortega ha logrado silenciar a la mayor parte de la poblaci�n. El gobierno se ha dedicado a silenciar y reprimir cualquier tipo de manifestaci�n en su contra o simplemente se ataca cualquier agrupaci�n de personas que consideren amenazante.

Es as� como peque�as manifestaciones han sido cohibidas de realizarse, ejemplo de esto es la marcha feminista, esta no obtuvo los permisos por parte de la polic�a, aun tratando de hacerlo por la v�a legal, no se permiti� hacerlo�(EL COMERCIO, 2018).

Seg�n informes del 2019, tan solo en septiembre y octubre se inform� de m�s de 100 detenciones arbitrarias y esto es una evidente muestra de las violaciones a los derechos humanos pues los derechos vulnerados son: derecho a la libre movilizaci�n, derecho a la libertad individual, derecho a la integridad personal, derecho a manifestarse pac�ficamente, pudiendo estableces muchos m�s (Cruz, 2019).

En Venezuela se trata de bandas de delincuentes armadas por el gobierno, para controlar por la fuerza y con amedrentamiento barrios completos como Petare en Caracas y San Francisco en Maracaibo, las dos principales ciudades del pa�s y las de mayor poblaci�n.

Infantes�

El otro grupo de persona mayormente afectadas por la crisis de estos pa�ses en estudio, son los ni�os y adolescentes de ambos pa�ses

Muchas familias se separan, padres que dejan a sus hijos al cuidado de otros, con el fin de buscar mejorar sus ingresos y de este modo� subsistir, y cubrir las necesidades m�s elementales del ser humano como alimentos, medicamentos, techo, pero los ni�os y/o adolescentes que se quedan, sufren en el �mbito afectivo por la separaci�n de sus padres, y que aun cuando los padres desde donde est�n, les env�en dinero y bienes para mejorar sus condiciones de vida en estas naciones cr�ticas, nada suple la presencia, orientaci�n y amor de sus progenitores.

Las cifras de ni�os al cuidado de otros que no son sus padres son incre�bles, aproximadamente 930.000 ni�os est�n en esta situaci�n, los que quedan a su cargo enfrentan otro tipo de problem�tica jur�dica, de atenci�n y manutenci�n de los ni�os y/o adolescentes a su cargo�(Bordan, 2020).

Los ni�os que quedaron en situaci�n de orfandad o las personas con las que los dejaron y no pueden continuar haci�ndose cargo, por razones econ�micas (son una boca m�s) de dedicaci�n y tiempo (deben ubicar otros ingresos para cubrir las necesidades primarias del grupo familiar), se ven ante dos alternativas, la primera son los albergues, que est�n acogiendo m�s de 1.300 ni�os, siendo aproximadamente unos 86 albergues, que no logran mantenerse adecuadamente, rebasando� la cantidad de ni�os que estos lugares pueden recibir�(El Mercurio Web, 2018).

Debido a esto, algunos de los ni�os solo acuden a los patios de los alberges a buscar agua, tomar una ducha y regresar a su vida en las calles en las que tienen que luchar por la comida�(El Mercurio Web, 2018).

La cantidad de ni�os en las calles es cada vez m�s preocupante, estos ni�os han ideado una manera para lograr abastecerse de comida, esta es la conformaci�n de pandillas, donde merodean las calles con cuchillos, buscando entre la basura comida y compartiendo esta con los miembros de la pandilla, cabe recalcar que estas est�n conformadas por ni�os y adolescentes entre los 6 y 17 a�os, dando inicio y propensi�n a una futura vida delictiva ( El Mercurio Web , 2018).

Sumado a la necesidad prioritaria de alimentarse, los ni�os y j�venes se ven expuestos a otro tipo de peligro, las drogas, que son una de las principales problem�ticas aparte de la falta de alimento, buscar comida para satisfacer sus necesidades b�sicas, pero adem�s buscan la manera de conseguir dinero para el consumo de drogas, llegando en algunos casos hasta a la prostituci�n con tal de satisfacer esta adicci�n (EFE, 2018 ) .

La situaci�n de los menores es similar tanto en Venezuela como en Nicaragua-

La alta comisionada de los derechos humanos para Naciones Unidas Michael Bachelet, informo que Maduro ha violado los derechos fundamentales, criminalizaci�n de la protesta, restricciones a libertad de expresi�n, �xodo masivo y deserci�n escolar por falta de alimentaci�n. Ha mencionado que el alcance y la gravedad de las crisis en los alimentos, la atenci�n m�dica y los servicios b�sicos, no han sido plenamente reconocidos por las autoridades, por lo que las medidas que adoptaron son insuficientes�(ACNUDH, 2018).

Bachelet informo que su oficina, ha documentado numerosas violaciones de derechos humanos y abusos cometidos por las fuerzas de seguridad y grupos armados progubernamentales, es decir colectivos armados, incluyendo el uso excesivo de la fuerza, homicidios, detenciones arbitrarias, torturas y malos tratos bajo custodia, amenazas e intimidaciones� (ACNUDH, 2018).

El estado debe garantizar el respeto a los derechos humanos, anteponi�ndolos a cualquier situaci�n, el estado debe implementar medidas y usar todos los recursos disponibles en la defensa de estos.

Realizando un an�lisis comparativo entre los gobernantes de estos dos pa�ses, Nicol�s Maduro y Daniel Ortega, quienes dirigen y toman las decisiones y acciones en estos pa�ses, puede observarse entre ambos, varias similitudes, donde puede apreciarse elementos personales, familiares y sociales que permiten calificarlos como Resentidos Sociales.

Definiendo este t�rmino, se refiere a individuos que en su ni�ez o juventud han sufrido situaciones de desigualdad, injusticia, corrupci�n, han sido abusados por el poder de turno o el �mbito social o familiar donde se han desarrollado.

Individualmente, se expresa en impotencia, rencor, odio o rechazo en relaci�n a quienes el resentido considera culpables de su situaci�n, se sienten afectados por su condici�n socioecon�mica, familiar e individual, sumado al abuso de poder.

En el caso de Nicol�s Maduro Moro, naci� en Caracas- Venezuela el 23 de noviembre de 1962, de padres emigrantes colombianos (existiendo la informaci�n no oficial que naci� en Colombia). Creci� en la Parroquia popular El Valle en el oriente de Caracas, de origen muy humilde. En sus estudios llego a secundaria, sin que se tenga conocimiento ni prueba,de haber obtenido la conclusi�n de estos estudios.

Milito en la liga socialista de ideario marxista-leninista-mao�sta, practicantes de lucha contra el gobierno de R�mulo Betancourt. Su padre Nicol�s Maduro Garc�a, militaba en una facci�n disidente del ala izquierda del partido Acci�n Democr�tica, pero Maduro hijo se inclin� a las ideas procastristas. Sin formaci�n universitaria y casi sin ninguna educaci�n de estudios en general entra a trabajar en el Metro de Caracas, como chofer de servicio de autobuses metropolitanos Metrob�s.

Seg�n informaci�n del diario colombiano Diario Huilia, en su edici�n del 19 de marzo de 2013, Nicola Maduro hijo, vivi� en la Habana �Cuba entre 1986 a 1987, como alumno de la Escuela Superior Nico L�pez, instituci�n dedicada a la formaci�n en el partido comunista de Cuba y preparaci�n de futuro dirigentes pol�ticos de agrupaciones ideol�gicamente afines de Am�rica del Sur, Central, el Caribe y �frica.

En Venezuela llego a ejercer varios cargos pol�ticos durante los gobiernos de Hugo Ch�vez, tales como: Diputado de la Asamblea Constituyente en 1999-Ministrno del Poder Popular para asuntos exteriores en 2006- Vicepresidente Ejecutivo en 2012- Presidente de Venezuela ininterrumpidamente desde 2013 hasta hoy.

Todos estos cargos designados dentro del sistema del Socialismo del siglo XXI, obtenidos de manera fraudulenta y con el apoyo de pa�ses comunistas.

En relaci�n con Daniel Ortega de Nicaragua, naci� el 11 de noviembre de 1945 en La Libertad, Departamento de Chonbala Nicaragua, sus padres fuertes opositores al r�gimen de Anastasio Somoza, sufriendo su madre Lidia Saavedra encarcelamiento por parte de este gobierno, manteni�ndose toda la familia contraria a esta dictadura.

Daniel Ortega fue detenido a los 15 a�os por sus actividades pol�ticas, estando encarcelado en 1967 por el lapso de 7 a�os, al robar una sucursal del Bank of American, siendo exilado a Cuba, donde fue entrenado en guerrilla, regresando a Nicaragua para unirse al Frente Sandinista de Liberaci�n Nacional (FSLN) y luchar contra el r�gimen de Somoza.

No concluy� sus estudios universitarios en Derecho en la Universidad Centroamericana de Managua. Luego de expulsado Somoza, Ortega coordinaba la reconstrucci�n nacional del pa�s, siendo elegido Presidente en 1984, manteni�ndose en el poder desde esa fecha hasta la actualidad de modo fraudulento y dictatorial, al igual que Maduro en Venezuela.

Consideraciones de aspectos comunes en ambos gobernantes

Desde muy j�venes fueron sometidos a maltratos, presiones tanto f�sicas como econ�micas y sociales

Ambos fueron adoctrinados bajo sistemas opresivos de adoctrinamiento en acciones pol�tico-militares

Escasa formaci�n educativa institucional

Idearios comunistas radicales

Por las acciones y presiones vivenciadas, se dio en ellos Resentimiento Social

CONCLUSIONES

Todos estos aspectos permiten evidenciar que en ambas personas existe una falta de Alteridad, que como hemos expresado es lo que permite aceptar otras diferencias de diversa naturaleza, adem�s de la nuestra

Dando lugar a situaciones cr�ticas, denigrantes y generalizadas que alcanzan a toda una poblaci�n, pa�s o entorno, sin medirse el da�o que causan ni la violaci�n de los derechos al resto de los individuos.

En base a esto, es determinante el cuidado y atenci�n que se mantenga en relaci�n a los ni�os y j�venes, ya que de otro modo se podr�a estar propiciando la existencia de persona con este conflicto, que se est� demostrando pueden llevar al caos a naciones completas como el caso de Hitler en la Segunda Guerra Mundial y hoy en d�a, diversos pa�ses de Am�rica

Debe buscarse la manera de preservar el crecimiento y sana formaci�n de ni�os y j�venes, aun en situaciones cr�ticas como guerras, revoluciones, guerrillas, no permitir sean sometidos a presiones de tal naturaleza que les afecte su adecuado crecimiento no solo f�sico sino ps�quico, emocional, sentimental, afectivo, a fin de lograr individuos que puedan convivir con todos y aceptar a todos dentro de un debido entorno �tico y moral, esta ser�a la forma de poder mirar al mundo con ojos de Esperanza, como expreso en una oportunidad San Juan Pablo II.

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