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INTRODUCCIÓN
El síndrome de la banda iliotibial ocurre cuando el tendón largo del músculo tensor de la fascia lata roza
de manera repetida con el cóndilo femoral externo de la rodilla causando sobre todo en los corredores
de fondo dolor punzante e inflamación(1). Se le denomina cintilla o banda iliotibial porque el músculo
va desde la cresta iliaca anterosuperior hasta la zona anterior y externa de la tibia (2).
El dolor de rodilla afecta al 25% de la población adulta y tiene diversas causas, incluyendo el síndrome
de la banda iliotibial (SBI), esta afección es común en atletas, especialmente en corredores y ciclistas,
siendo más afectadas las mujeres que los hombres, y es poco frecuente en personas sedentarias (3). La
prevalencia de SBI en corredores oscila entre el 7% y el 14%, y también puede ser desencadenada por
otros deportes como el ciclismo, la natación y el senderismo (4).
Por lo general, es sugerido que en el síndrome de la banda iliotibial se necesita mínimo seis semanas
para la reducción de la inflamación; este tiempo es graduable acorde al nivel de actividad del deportista
o paciente, alrededor del 50% de deportistas retornan a sus actividades ocho semanas después si es que
no se realiza un tratamiento adecuado, 9 de cada 10 casos lo pueden hacer en seis meses (4).
La Federación Española de Triatlón (FETRI), a través de su circular de competiciones definen al triatlón
como una disciplina deportiva basada en la combinación debido a que el triatleta combina tres
disciplinas siendo estas la natación, el ciclismo y la carrera; es además considerada como una disciplina
de la resistencia debido a que durante la competición el cronometro no se detiene. (5).
El tiempo promedio que estos deportistas necesitan para completar las distancias varía de esta forma: 1
hora para distancia sprint, incluyendo 750 m de natación; 20 km de ciclismo y 5 km de carrera, entre 1h
05m y 2h 15m para la distancia olímpica; de 4h a 4:30h para media distancia y de 5:30h a 7h larga
distancia (6).
Por otro lado, en los triatletas, la frecuencia de SBI puede ser afectada por varios aspectos biomecánicos
y de entrenamiento, investigaciones recientes han señalado que las anomalías biomecánicas, como el
genu varo de rodilla y la debilidad en los músculos abductores de la cadera representan factores de riesgo
importantes para el desarrollo de SBI (4). Además, otros factores como el volumen y la frecuencia del
entrenamiento, modificaciones en la superficie de carrera, uso de calzado inadecuado son condiciones
que contribuyen al surgimiento de esta lesión (7).