pág. 10955
en imágenes; lo anterior determina la importancia que tienen estas habilidades en la capacidad creativa
de los niños y sus habilidades para desplazarse y ubicarse en contextos físicos o en representaciones de
los mismos; de ahí que la inteligencia espacial sea fundamental tanto en los procesos de aprendizaje,
como en la vida cotidiana.
La revisión del estado del arte en torno al problema permitió determinar que se han desarrollado ya
muchos estudios encaminados a implementar las TIC como herramienta para los procesos de enseñanza
– aprendizaje dentro del aula, sin embargo, los estudios hallados abordan otros tipos de inteligencia y se
desarrollan en contextos donde la infraestructura tecnológica es mucho más robusta; así mismo, se
encontró que las investigaciones que buscan desarrollar las habilidades espaciales, emplearon
principalmente estrategias de tipo lúdico y artístico que no involucran TIC (Rodán, 2019; Yanza, 2022;
Paredes, 2018; León, 2020; Del Cerro et al., 2017; Morales, 2022; Buzo, 2021; Prada et al., 2019; Isón
y Anta, 2006; Agamez et al., 2022).
Del mismo modo, la revisión teórica permitió establecer que se puede medir el nivel de desarrollo de
las habilidades espaciales mediante la progresión de figuras con el Test de Raven (Escurra Mayaute,
1992), la capacidad para transformar objetos con la Prueba de Aptitud Espacial EFAI-1 (Gras, Bordoy,
Ballesta, & Berna, 2010), la medición de la memoria visoespacial con la Batería Neurosicológica
BANFE (Flores et al., 2014) o el Test de Reconocimiento Espacial con Demora TRED (Pérez Ordoñez,
2013), la medición de la capacidad de atención con el Test CARAS (Isón y Anta, 2006), la medición de
las habilidades motrices, la memoria visual y la actividad gráfica con el Test REY (Isón y Korzeniouski,
2016, Espósito y Isón, 2011, Villamil-Camacho, 2016), la detección de los tipos de inteligencia con los
cuales se identifica el individuo con el Test de Inteligencias Múltiples (Pachón-Marín, 2016), la
detección de los estilos o formas de aprender con el Test VARK (González Aguilar et al., 2012;
González, 2012) o con el Test Kolb (Escurra Mayaute, 1992; Agudelo et al., 2010), la habilidad espacial
con el Instrumento de Razonamiento Espacial desarrollado por Ramful et al.(2017) o el Test de Aptitudes
diferenciales DAT-5 (Morales Díaz, 2015) y la medición de la inteligencia con el Test Escala Wechsler
WISC-V (Amador, & Forns, 2019; Rodríguez-Cancino et al., 2022).
Esta amplia variedad de instrumentos destinados a medir las habilidades visoespaciales, permitió
seleccionar aquellas que se ajustaban más a las características de la muestra y que por su forma de