INFLUENCIA DE LA DISCAPACIDAD
FÍSICA MOTORA CON LA CALIDAD DE VIDA
EN EL ADULTO MAYOR EN EL CONTEXTO
ECUATORIANO
INFLUENCE OF PHYSICAL MOTOR DISABILITY ON
QUALITY OF LIFE IN OLDER ADULTS IN THE
ECUADORIAN CONTEXT
Fátima Patricia Murillo Moncada
Instituto Superior Tecnológico Stanford, Ecuador
Ruth García García
Instituto Superior Tecnológico Stanford, Ecuador
Migdalia Janeth Sulbarán Brito
Instituto Superior Tecnológico Stanford, Ecuador
Erika Liseth Cachupud Minta
Instituto Superior Tecnológico Stanford, Ecuador
pág. 251
DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v8i5.13293
Influencia de la Discapacidad Física Motora con la Calidad de Vida en el
Adulto Mayor en el Contexto Ecuatoriano
Fátima Patricia Murillo Moncada
1
fmurillo@stanford.edu.ec
https://orcid.org/0009-0001-0688-4957
Instituto Superior Tecnológico Stanford
Ecuador
Ruth García García
rgarcia@stanford.edu.ec
https://orcid.org/0009-0008-2494-0175
Instituto Superior Tecnológico Stanford
Ecuador
Migdalia Janeth Sulbarán Brito
msulbaran@stanford.edu.ec
https://orcid.org/0000-0003-3304-8863
Instituto Superior Tecnológico Stanford
Ecuador
Erika Liseth Cachupud Minta
erikacachupud14@gmail.com
https://orcid.org/0009-0002-0314-545
Instituto Superior Tecnológico Stanford
Ecuador
RESUMEN
Inicialmente, se identificó la necesidad de mejorar las condiciones de apoyo técnico para favorecer la
corrección de posturas y la capacidad de caminar, lo que contribuiría a su independencia tanto en el
hogar como en la institución. Por ello se planteó como finalidad de este estudio contribuir con los
adultos mayores de escasos recursos económicos, que pertenecen al proyecto San Juan Evangelista del
Cantón Chambo. La metodología empleada fue con enfoque cualitativo. Se revisaron y analizaron un
total de 25 publicaciones que abordaron temas relacionados con AM, actividad física, discapacidad,
ayudas técnicas y calidad de vida. La búsqueda y análisis se llevaron a cabo en agosto de 2023,
siguiendo las directrices del diagrama PRISMA recomendado para artículos sistemáticos y metaanálisis.
Se aplicaron criterios de inclusión y exclusión en dos etapas, integrando palabras clave relevantes. Los
estudios considerados fueron publicados entre 2018 y 2023, enfocándose en temas de discapacidad
física-motora y ayudas técnicas para AM, con el propósito de informar constantemente a los
profesionales de salud sobre estos temas cruciales.
Palabras clave: adulto mayor, deambulación, calidad de vida, discapacidad
1
Autor principal.
Correspondencia: fmurillo@stanford.edu.ec
pág. 252
Influence of Physical Motor Disability on Quality of Life in Older Adults in
the Ecuadorian Context
ABSTRACT
Initially, the need to improve the conditions of technical support was identified to promote the
correction of postures and the ability to walk, which would contribute to their independence both at
home and in the institution. For this reason, the purpose of this study was to contribute to older adults
(AM) with limited economic resources, who belong to the San Juan Evangelista project of Cantón
Chambo. The methodology used was with a qualitative approach. A total of 25 publications were
reviewed and analyzed that addressed topics related to MA, physical activity, disability, technical aids
and quality of life. The search and analysis were carried out in August 2023, following the guidelines
of the PRISMA diagram recommended for systematic articles and meta-analyses. Inclusion and
exclusion criteria were applied in two stages, integrating relevant keywords. The studies considered
were published between 2018 and 2023, focusing on issues of physical-motor disability and technical
aids for MA, with the purpose of constantly informing health professionals about these crucial topics.
Keywords: elderly, ambulation, quality of life, disability
Artículo recibido 17 agosto 2024
Aceptado para publicación: 23 septiembre 2024
pág. 253
INTRODUCCIÓN
La tasa de nacimientos ha disminuido, por otra parte, se ha incrementado la esperanza de vida. Esto ha
llevado a una inversión en la pirámide poblacional, destacándose una proporción creciente de Adultos
Mayores (AM). Este cambio demográfico exige una atención especial a la población de la tercera edad,
ya que es fundamental no solo prolongar la vida, sino también asegurar que se viva en mejores
condiciones. Hay que mencionar que la investigación sobre calidad de vida (CV) es crucial en este
contexto, ya que dan cuenta de las causas que afectan significativamente el bienestar social, psicológico
y físico y de los AM (García et al. (2022).
De modo que, uno de los conceptos más amplios que existen es CV e involucra todos y cada uno de los
aspectos de las personas desde su estado de salud hasta su economía, implica más que todo el bienestar
del individuo y su constancia para alcanzar sus objetivos y metas, dentro de la calidad de vida también
encontramos el deseo de cubrir todas sus necesidades, así como lo indicaba en su pirámide Abraham
Maslow (Alzate et al. (2021).
Se ha mencionado que, en los albores del siglo XX, las personas mayores de 65 años a nivel mundial
crecieron de 400 a 700 millones, y se ha proyectado que para el año 2025 habrá aproximadamente 1.200
millones de AM. Este crecimiento en este sector de la población, se está dando a un ritmo sin
precedentes en la historia. La tercera edad, siendo la etapa final del ciclo de vida, a menudo puede ser
percibida emocionalmente como un período de soledad. Por lo tanto, es esencial que las personas en
estos rangos de edades reciban apoyo de quienes las rodean para compartir experiencias y sentirse
escuchadas. Aunque el envejecimiento incrementa la susceptibilidad a enfermedades, no significa que
los AM no puedan disfrutar de una vida plena y feliz (Parada et al. (2022).
La percepción social de los AM suele incluir la idea de deterioro cognitivo, falta de actividad física
(AF), aislamiento social e incapacidad para contribuir económicamente a la familia y la sociedad. Este
concepto es conocido como el paradigma de la decadencia. Diversos estudios subrayan la importancia
de la necesidad de cambiar los estereotipos negativos asociados con la vejez y la integración social de
los ancianos, para de esa forma promover su participación en programas comunitarios (Estévez et al.
(2023).
pág. 254
La forma en que las personas adultas mayores viven está ligada a su habilidad para llevar a cabo
actividades cotidianas y de ocio de manera autónoma, satisfacer sus deseos presentes y futuros,
interactuar socialmente, y mantener un buen estado mental. Al hablar de la vida en los AM y su calidad,
este concepto se vuelve más relevante porque, para este grupo, la vida no debe ser vista como una serie
de dificultades, sino como una oportunidad para crear nuevas posibilidades de descubrimiento y
superación, con el fin de lograr un estado de felicidad personal (Almonacid & Almonacidad , 2021).
Actualmente, existe un consenso generalizado sobre cómo abordar los desafíos del envejecimiento,
considerando la interrelación entre el cuerpo y la mente. Este enfoque es esencial para desarrollar
diagnósticos y tratamientos precisos, para definir las estrategias que favorezcan la salud y generen
prevención en la población de la tercera edad, con el fin de lograr niveles superiores de CV. Los
accidentes constituyen la séptima causa principal de mortalidad entre los ancianos, siendo las caídas la
razón más frecuente, aunque estas caídas muchas veces no resultan mortales, impactan notablemente
en el bienestar de las personas mayores (Suárez et al. (2023).
En el contexto del envejecimiento, la Clasificación Internacional del Funcionamiento (CIF) ofrece un
marco para entender cómo la salud impacta en la vida diaria de los AM. Capacidad funcional se refiere
a las habilidades mentales, físicas y sociales que permite a una persona realizar las actividades que le
importan. Por ejemplo, la capacidad de caminar, interactuar con otros, o llevar a cabo tareas cotidianas
depende de esta capacidad funcional. Si un adulto mayor pierde alguna de estas capacidades, puede
experimentar dificultades en su vida diaria, afectando su bienestar general. Este enfoque resalta la
importancia de mantener o mejorar las capacidades funcionales para promover CV en la tercera edad
(Martín, 2018).
En algunos casos los AM son excluidos de actividades sociales y culturales por los mismos familiares,
quienes los menosprecian y los hacen sentir poco útiles para la sociedad permitiendo que éstas personas
debido a su edad y condiciones físicas entren en un proceso de depresión que puede llevar al suicidio,
las personas de la tercera edad enfrentan muchos problemas y situaciones difíciles no solo por las bajas
oportunidades para conseguir empleo sino también por las diferentes enfermedades y complicaciones
físicas que se presentan propias de la edad, a esto se le suma la pérdida de seres queridos y amigos
cercanos. Son muchas veces sujetos de burlas y críticas por la dificultad que tienen para manejar
pág. 255
aparatos electrónicos, causándoles tristeza, vergüenza y el aislamiento de sus familiares (Lorenzo,
2020).
En el envejecimiento se producen diferentes cambios tanto físicos, psicológicos y afectivos, estos
cambios se asocian generalmente a la disminución en el aprendizaje y la memoria a corto plazo, se le
agrega además la dificultad para adquirir y recordar nueva información de cualquier tipo, pero pueden
describir con facilidad situaciones y vivencias de hace mucho tiempo atrás sobre todo las que se refieren
a eventos que los han marcado emocionalmente como su matrimonio, el nacimiento de sus hijos, la
pérdida de sus padres entre otros (Lepe et al. (2020).
La práctica de la AF es vista como un factor crucial para un envejecimiento activo y exitoso. Los AM
que se mantienen físicamente activos tienden a gozar de una mejor salud funcional y tienen un riesgo
menor de experimentar limitaciones funcionales, ya sean moderadas o severas. En otras palabras, esta
acción contribuye significativamente a la capacidad de las personas mayores para realizar actividades
cotidianas de manera independiente y saludable.
A pesar del reconocimiento de los beneficios de la AF, cambiar de un estilo de vida sedentario a uno
activo presenta desafíos. Las estrategias efectivas para fomentar esta transición no siempre son claras.
Esto implica que simplemente conocer los beneficios no es suficiente; se requieren enfoques prácticos
y efectivos para motivar a las personas mayores a volverse más activas. Entonces el envejecimiento
activo depende de varios factores de salud: tener acceso a medicamentos, moderar el consumo de
alcohol, evitar el tabaquismo, mantener una buena salud bucal, seguir las terapias prescritas, llevar una
alimentación adecuada, y mantenerse físicamente activo. De modo que, promover tanto la AF regular
como el movimiento en las actividades diarias es esencial para lograr un envejecimiento saludable y
mejorar la calidad de vida en la tercera edad (Gongora y Sanchez,(2022).
La reducción de la fuerza muscular (FM) es uno de los efectos más conocidos del envejecimiento,
especialmente cuando se combina con una AF limitada y un estilo de vida sedentario. Este proceso no
solo afecta físicamente a los AM, sino que también tiene repercusiones en sus aspectos psicológicos y
sociales. Con el envejecimiento, se observa una disminución significativa en la masa muscular y su
función, lo cual está estrechamente relacionado con la pérdida de FM, la susceptibilidad a requerir
cuidados especializados o residenciales, el aumento de la debilidad, riesgos de caídas y fracturas,
pág. 256
osteoporosis, reducción de la movilidad, problemas de alimentación y estado nutricional deficiente.
Estos factores contribuyen a la aparición de trastornos posturales, discapacidades y dependencia física
con el paso del tiempo (Noa et al. (2021).
El progresivo deterioro de la salud física y mental asociado al envejecimiento, junto con la acumulación
de enfermedades crónicas, puede llevar, en ausencia de intervenciones específicas, a una disminución
gradual de la autonomía y la capacidad funcional, elementos cruciales para el bienestar y la calidad de
vida en la vejez AM (Albala, 2020).
Se ha sugerido que realizar AF de manera regular puede mitigar los efectos del envejecimiento en los
procesos mentales al activar procesos fisiológicos, celulares y moleculares que protegen diversas áreas
del cerebro. Estos procesos incluyen un incremento en el flujo sanguíneo y la oxigenación cerebral, una
mayor conexión sináptica entre neuronas, y la síntesis de neurotrofinas (Romero et al., 2021).
Si se revisan las implicaciones del envejecimiento de la población, parece claro que garantizar un
envejecimiento digno y de calidad podría verse comprometido por desafíos como la desigualdad social,
la pobreza y el creciente costo público, especialmente debido al incremento en los pagos de pensiones
de jubilación, que en muchos casos podrían resultar insostenibles (García et al., 2022).
Según García et al. (2022) en la Asamblea Mundial de Envejecimiento celebrada en Viena en 1982, se
acordó definir la categoría de personas mayores como aquellas que tienen 60 años o más. Sin embargo,
esta definición continúa siendo objeto de discusión y revisión debido a la variabilidad en cómo las
personas experimentan el proceso de envejecimiento. Aunque la edad cronológica es un criterio práctico
para clasificar a las personas mayores, no siempre captura con precisión la diversidad de experiencias
individuales. Esto se debe a que el envejecimiento es un proceso personalizado, influenciado por
diversos factores como la salud física, mental, el entorno social y las condiciones económicas. Por lo
tanto, reconocer esta diversidad ayuda a entender que cada persona puede experimentar el
envejecimiento de manera diferente, más allá de la mera edad numérica.
Los cambios en los paradigmas del envejecimiento se atribuyen a tres principales razones.
Primero, los avances en las ciencias sociales promueven un análisis integral que considera a la familia,
el individuo, la sociedad, las relaciones que rodean el proceso de envejecimiento y el Estado.
pág. 257
Segundo, los cambios evidentes en la realidad actual, manifestados en crisis de salud pública, la
violación de derechos humanos de los AM, impactos económicos y dinámicas intergeneracionales.
Tercero, la escasa participación y representación de la población adulta mayor en la vida política y
social, exacerbada por discriminaciones y estereotipos negativos que contribuyen a su paulatino
aislamiento social (Robledo et al., 2022).
La realidad social ante el envejecimiento debe ser abordada considerando una amplia gama de factores
involucrados. Hay que mencionar que la salud y el bienestar están influenciados no solo por
características individuales y los genes. También por el entorno social y físico. Esto significa que los
ambientes, en su sentido más amplio, no solo contribuyen al problema, sino que también son parte
fundamental de la solución, ya que desempeñan un papel crucial en la determinación de la salud física
y mental a lo largo de toda vida del ser humano, incluso en la edad avanzada (Bunbury et al., 2022).
Entre los profesionales de la salud, la enfermera es la que se dedica principalmente al cuidado de una
población que presenta necesidades específicas y variadas, tanto en términos de salud como
socioafectivos, características de esta etapa de la vida. Las prácticas de la enfermería abarcan el cuidado
colaborativo y autónomo dirigido a familias, comunidades, personas de todas las edades y grupos. Se
enfatiza la importancia de proporcionar cuidados integrales, donde la enfermera considera al paciente
como un ser holístico, atendiendo todas sus dimensiones de manera integrada (Davis et al., 2020).
Se tiende a asumir con ligereza que las personas mayores ya no son un grupo que pueda aportar a la
economía, sociedad y política, a menudo son relegadas a instituciones de cuidado y protección. La
intervención en los ámbitos mencionados, se prioriza en la sociedad, influenciada por estructuras como
el patriarcado, el capitalismo y el colonialismo, privilegiando a personas hombres, blancas, jóvenes y
capaces (según la definición tradicional de no tener discapacidad) (Ribotta, 2022).
Dentro del compromiso que la comunidad asume al enfrentar el reto de esta iniciativa, se incluye la
comprensión del envejecimiento como un proceso multidimensional e integral al ciclo de vida, que se
extiende a lo largo de toda la existencia. Después de atender las necesidades básicas de las personas
mayores, como la seguridad económica, el acceso integral a la salud y la participación social, es esencial
resaltar a nivel internacional a las ciudades como núcleos de respeto e inclusión para este grupo etario.
pág. 258
Esto podría fomentar grandes proyectos de colaboración e investigación en gerontología, apoyados por
la orientación de expertos y defensores comprometidos con la causa de las personas mayores (Yánez,
2022).
En cuanto a los factores que contribuyen a la preocupación por caerse, diversos estudios han
identificado una serie de variables que pueden aumentar este riesgo. La edad avanzada es un factor
significativo, ya que con el envejecimiento se pueden experimentar cambios en la fuerza muscular, el
equilibrio y la percepción sensorial, todos ellos contribuyendo a una mayor vulnerabilidad ante las
caídas. El sexo femenino también ha sido identificado como un factor de riesgo, posiblemente debido
a diferencias en la densidad ósea y otros aspectos fisiológicos. Las caídas previas son predictores
importantes de futuros episodios, ya que indican una vulnerabilidad previa que puede persistir o
empeorar con el tiempo. Vivir solo puede aumentar el riesgo de caídas debido a una menor supervisión
y apoyo inmediato en caso de emergencia. La depresión, la ansiedad y los trastornos del sueño pueden
afectar tanto la función física como la percepción del riesgo de caídas (Alcolea et al., 2021).
Entonces los problemas con la marcha y el equilibrio, así como el dolor crónico, también están
asociados con un mayor riesgo de cdas. El uso de medicamentos, especialmente aquellos que afectan
el sistema nervioso central o que pueden causar mareos o debilidad muscular, aumenta la probabilidad
de caídas. La presencia de múltiples condiciones médicas concurrentes (comorbilidad), como
enfermedades cardíacas, diabetes o problemas neurológicos, puede debilitar la salud general y la
capacidad de mantener el equilibrio. También las deficiencias sensoriales, como la pérdida de visión o
audición, también contribuyen significativamente al riesgo de caídas al afectar la percepción del entorno
y la capacidad de reacción ante situaciones peligrosas.
Finalmente, una menor calidad de vida, marcada por limitaciones físicas o sociales, puede influir en la
preocupación por caerse, exacerbando el impacto emocional y funcional de cualquier caída
experimentada. Estos deben ser considerados de manera integral al evaluar y abordar el riesgo de caídas
en AM, adoptando estrategias de prevención personalizadas que aborden cada uno de estos aspectos
específicos.
Las enfermeras competentes no solo identifican las necesidades de cuidado específicas de las personas
mayores y las abordan según las condiciones individuales de cada paciente, sino que también ajustan
pág. 259
su enfoque de interacción en función de las circunstancias particulares de cada caso. Se destaca la
habilidad de algunas enfermeras para adaptarse intuitivamente a las necesidades del paciente, evaluando
su nivel de fragilidad y proporcionando cuidados integrales que consideran aspectos biopsicosociales.
Esto incluye comprender, por ejemplo, que actividades aparentemente simples como pesar a un adulto
mayor pueden representar un desafío significativo (Davis et al., 2020).
Es evidente que el envejecimiento de la población conlleva una mayor incidencia de enfermedades
crónicas entre los mayores de 60 años. Aunque la prevención primaria en personas de rangos menores
al señalado, puede mejorar la salud de las futuras generaciones.
Es esencial reconocer que una parte considerable de la disminución de la carga de enfermedades
depende de intervenciones de la detección precoz, prevención primaria y la rehabilitación en personas
mayores. Esto es particularmente relevante en afecciones donde la discapacidad tiene un impacto mayor
que la mortalidad, como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), la demencia, problemas
de visión, accidentes cerebrovasculares, deficiencias en la audición y las enfermedades
musculoesqueléticas, entre otras (Albala, 2020).
La interrogante formulada para establecer la ruta metodológica de este estudio fue la siguiente: ¿De
qué manera se puede ayudar a los adultos mayores, proyecto San Juan Evangelista del Cantón Chambo
para que tengan un mejor desplazamiento? Esto dio paso al objetivo de investigación: contribuir con
los adultos mayores de escasos recursos económicos, que pertenecen al proyecto San Juan Evangelista
del Cantón Chambo.
METODOLOGÍA
Los artículos que fueron revisados y analizados correspondieron a un total de 25 publicaciones, por
tratar en su estructura de introducción, objetivos, metodología y resultados, las bases de datos utilizadas
fueron: Elsievier, Revista Scielo, PubMed, Biblioteca Virtual de la Salud. La búsqueda y análisis se
realizaron en el mes de Agosto del 2023, se siguió la directriz utilizando el diagrama prisma el cual es
recomendado para el desarrollo de artículos sistemáticos con meta análisis, en este trabajo tiene dos
secciones de artículos con exclusión e inclusión, la búsqueda en la base de datos integro palabras clave
como:
pág. 260
Adultos Mayores, Actividad Física, discapacidad, ayudas técnicas, calidad de vida, se consideraron
estudios publicados entre los años 2018- 2023 teniendo en cuenta que en la actualidad el tema de la
discapacidad física motora y las ayudas técnicas para los AM son temas que deben socializarse e
incluirse de manera constante con la población, especialmente con quienes brindan atención en salud
(Ver figura 1)
Figura 1 Revisión sistemática
Nota: Elaboración propia
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
A continuación, se presenta de forma ordenada la información de los artículos incluidos para el análisis
y discusión final. De un total de 25 artículos, se seleccionaron estos 7 por su relevancia en la
comprensión de los factores que influyen en la salud física y mental de los adultos mayores. Estos
estudios destacan aspectos clave como el deterioro cognitivo, la funcionalidad, la importancia del
cuidado por parte del personal de enfermería, la actividad física, el uso de ayudas técnicas y los factores
que afectan el envejecimiento activo. La selección se basó en su pertinencia para el análisis de
intervenciones eficaces y determinantes de salud en este grupo etario.
pág. 261
Tabla 1 Artículos seleccionados
Autor (res)
Temática
Resultados
Parada Muñoz,
et al. (2022)
Deterioro, depresión,
adultos mayores
El estudio documenta cómo el tratamiento psicológico en adultos
mayores con deterioro cognitivo y depresión puede contribuir
significativamente a su recuperación. Se observaron mejoras
importantes en la salud mental de los participantes, lo que resalta la
importancia de intervenciones centradas en la atención psicológica
para este grupo vulnerable.
García Miranda,
et al. (2022)
Discapacidad,
envejecimiento,
funcionalidad
A través de un análisis detallado de la funcionalidad de adultos
mayores, se determinó que el inicio del envejecimiento está
marcado por cambios físicos y cognitivos notables. La mayoría de
estos cambios tienden a ocurrir a partir de los 65 años, cuando las
personas comienzan a experimentar dificultades funcionales que
afectan su calidad de vida.
Davis Toledo, et
al. (2020)
Cuidados,
enfermería, adultos
mayores
El estudio destaca la importancia de los cuidados integrales que
deben brindar los profesionales de enfermería a los adultos
mayores, no solo enfocándose en los aspectos clínicos, sino
también en el apoyo emocional. Se concluyó que un trato amable,
dedicado y empático por parte del personal de enfermería mejora la
calidad de vida y el bienestar emocional de los adultos mayores.
Romero Ramos,
et al. (2021)
Actividad física,
cognición, equilibrio
La investigación enfatiza el papel fundamental que juega la
actividad física en la mejora de las funciones cognitivas y la
prevención de caídas entre los adultos mayores. Los resultados
muestran que aquellos que realizan ejercicio regularmente tienen
mayor estabilidad física y menos probabilidades de sufrir caídas en
comparación con aquellos que llevan una vida sedentaria.
Suarez Alemán,
et al. (2023)
Caídas, ayudas
técnicas,
funcionalidad
El estudio revela que el uso de ayudas técnicas, como bastones o
andadores, es altamente eficaz para reducir el riesgo de caídas en
adultos mayores con limitaciones físicas. Las ayudas técnicas no
solo mejoran la movilidad de los usuarios, sino que también
proporcionan una mayor independencia y seguridad en sus
actividades diarias.
Gongora &
Sánchez (2022)
Autoeficacia,
actividad física,
envejecimiento
activo
Se identificaron varios factores que afectan negativamente el
envejecimiento activo, entre ellos, el tabaquismo, el consumo de
alcohol, la inactividad física y la mala alimentación. Estos factores,
junto con la falta de acceso a atención médica y un bajo
cumplimiento de tratamientos, contribuyen a una disminución en la
calidad de vida de los adultos mayores, exacerbando los problemas
de salud relacionados con la edad.
Nota: Los artículos seleccionados se relacionan de forma directa con el objetivo inicial de la investigación y cumplen con los
criterios establecidos al inicio de la misma.
pág. 262
DISCUSIÓN
En el ámbito del cuidado y la investigación sobre AM, diversos estudios recientes han abordado
aspectos cruciales relacionados con la salud física, mental y social de esta población envejeciente. Un
análisis detallado de publicaciones académicas revela una variedad de enfoques y hallazgos
significativos que informan sobre la atención y la calidad de vida de los AM. Entre estos estudios se
encuentran investigaciones centradas en el deterioro cognitivo y la depresión, la discapacidad y la
funcionabilidad, los cuidados de enfermería, la AF y las funciones cognitivas, las caídas y el uso de
ayudas técnicas, así como los factores determinantes de la salud en el envejecimiento activo.
Parada et al. (2022) destacan la importancia de abordar el deterioro cognitivo y la depresión en AM
mediante tratamientos psicológicos efectivos, lo que mejora significativamente su bienestar mental.
Además, investigaciones como la de García et al. (2022) ofrecen una perspectiva sobre la edad exacta
en la que se considera que comienza la tercera edad, basándose en análisis detallados de cambios físicos
y funcionales.
El papel crucial de la enfermería en la atención integral de los AM es subrayado por Toledo et al. (2020),
quienes identifican la importancia de la empatía y la comunicación en la prestación de cuidados
saludables y socioafectivos. Por otro lado, Romero et al. (2021) exploraron la relación entre la AF y las
funciones cognitivas, destacando cómo la práctica regular de ejercicio puede mejorar la calidad de vida
y reducir el riesgo de caídas en esta población vulnerable, como también evidenciado por Suarez et al.
(2023) en su estudio sobre el impacto de las ayudas técnicas.
Gongora y Sanchez,(2022) analizaron los factores determinantes del envejecimiento activo, señalando
el efecto significativo de variables como el tabaquismo, el consumo de alcohol, la salud bucal, el acceso
a medicamentos y la adherencia terapéutica, así como la inactividad física, en el proceso de
envejecimiento saludable. Estos estudios proporcionan una visión integral de las preocupaciones
actuales y los avances en la investigación sobre AM, destacando la importancia de abordar estos temas
desde una perspectiva multidimensional para mejorar la calidad de vida y el bienestar de esta creciente
población.
pág. 263
CONCLUSIONES
La discapacidad física limita significativamente la capacidad de los AM para realizar actividades
básicas de la vida diaria de manera independiente. Esto incluye tareas como vestirse, moverse o realizar
labores domésticas simples, lo cual afecta directamente su calidad de vida al disminuir su autonomía y
aumentar su dependencia de cuidadores o dispositivos de asistencia.
La inactividad física en los AM contribuye a problemas de salud graves como el dolor en las
articulaciones y la pérdida de equilibrio. La falta de ejercicio regular puede llevar a la pérdida de fuerza
muscular y a una disminución en la capacidad funcional, aumentando el riesgo de caídas y otras
complicaciones físicas.
Entre los principales factores que complican el proceso de envejecimiento se encuentran el consumo de
alcohol y tabaco, la falta de higiene bucal, el sedentarismo y la falta de acceso adecuado a
medicamentos. Estos factores pueden impactar negativamente en la salud física y mental de los AM,
exacerbando enfermedades crónicas y reduciendo su calidad de vida general.
La ausencia de ayudas técnicas adecuadas aumenta significativamente el riesgo de caídas en los AM.
Las ayudas técnicas, como bastones, andadores o barandillas, son fundamentales para mejorar la
seguridad y la movilidad de los AM, reduciendo así las posibilidades de accidentes y lesiones graves.
El nivel socioeconómico influye directamente en la capacidad de los AM para mantener una buena
alimentación. La pobreza puede limitar el acceso a alimentos nutritivos y adecuados, lo cual afecta
negativamente su estado de salud y aumenta el riesgo de enfermedades relacionadas con la malnutrición.
El abandono por parte de los familiares puede tener graves repercusiones en la salud emocional de los
AM. La falta de apoyo emocional y social puede llevar a sentimientos de soledad, depresión y ansiedad,
afectando negativamente su bienestar general y su calidad de vida.
Estos aspectos destacan la complejidad y los desafíos que enfrentan los AM en diversas dimensiones
de su vida diaria y salud. Es fundamental abordar estas problemáticas desde un enfoque integral que
considere tanto las necesidades físicas como emocionales y sociales de esta población vulnerable.
pág. 264
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