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En la tabla 3, los resultados indicaron que el 78% (162) de los pacientes fueron sometidos a cirugía,
mientras que el 70% (144) recibieron quimioterapia y el 73% (151) recibieron radioterapia. Estos datos
destacan un enfoque terapéutico multimodal en el manejo del cáncer, donde la mayoría de los pacientes
recibieron al menos una forma de tratamiento, siendo la cirugía el método más prevalente, seguido de
la radioterapia y la quimioterapia.
Por otro lado, la tabla 4 muestra la distribución de las secuelas neuromusculoesqueléticas, destacando
que la combinación de linfedema, limitación en el miembro superior y dolor es la secuela más común,
afectando al 47.34% de los pacientes. Seguida de otra variedad de secuelas, la debilidad muscular y
parestesias en manos y pies se posiciona como la segunda más frecuente (10.63%). Otras secuelas,
como la neuropatía periférica, hemiparesia, parálisis facial, y edema periférico, tienen una incidencia
mucho menor, cada una representando entre 2.42% y 4.35% de los casos. Finalmente, un grupo diverso
de otras secuelas afecta al 27.54% de los pacientes, indicando una amplia variabilidad en los efectos
neuromusculoesqueléticos asociados al tratamiento y la enfermedad. Estos resultados sugieren que casi
la mitad de los pacientes experimentan una combinación significativa de secuelas físicas, subrayando
la necesidad de enfoques terapéuticos personalizados.
En la tabla 5, se evidencia la prevalencia de las secuelas neuromusculoesqueléticas debidas al
tratamiento oncológico. El conjunto de secuelas más frecuente es la linfedema, limitación en miembro
superior y el dolor el cual es particularmente prevalente en aquellos que recibieron combinaciones de
cirugía, radioterapia, y quimioterapia (71.01%). El siguiente grupo de secuelas: Debilidad Muscular,
Parestesia en Manos y Pies se observa principalmente en pacientes que recibieron quimioterapia
(33.33%) o una combinación de cirugía y quimioterapia (30.56%). Por otro lado, la debilidad muscular
con neuropatía periférica, la parálisis facial y la hemiparesia tienen en común a las combinaciones de
cirugía y radioterapia (6.52%) y la debilidad muscular con edema periférico (4.35%). Mientras que la
parestesia en miembros inferiores y superiores con debilidad muscular, que afecta al 4.35% de los
pacientes, es más común en aquellos tratados con cirugía solamente (27.27%). Este análisis resalta la
importancia de monitorear y manejar las secuelas neuromusculoesqueléticas en pacientes sometidos a
diferentes regímenes oncológicos, con especial atención a aquellos que reciben terapias combinadas.